Aeropuertos

Hace ya unos cuantos lustros, uno de los empresarios destacados de Gijón organizó un evento internacional en Asturias. Las únicas críticas surgieron porque no tenía aeropuerto el Principado y llegar hasta ese territorio no era nada fácil, teniendo en cuenta la lentitud del tren al atravesar la Cordillera Cantábrica y la disposición de las carreteras de entonces, nada que ver con la autopista del Huerna que hoy es alternativa al ya famoso Puerto de Pajares.

El, con parte de sus colegas, diseñó a partir de ese momento su objetivo inmediato: una Asturias con aeropuerto y una villa, Gijón, con una Feria de Muestras Internacional. No fue fácil la meta, pero llegó, y ahora la Feria, al lado del estadio de El Molinón, y recientemente ampliada, lleva el nombre de este emprendedor: Luis Adaro. Por otra parte, con oscilaciones en los últimos años motivadas por la crisis económica, en 2012 los viajeros que asumió el Aeropuerto de Asturias fueron 1.309.640, a distancia de las cifras que aportan el número total de viajeros que parten y llegan a Castilla y León en sus cuatro aeropuertos.

La polémica ha estado servida desde que comenzaron a funcionar civilmente el resto de aeródromos junto al de Valladolid, una vez que dejaron de ser militares, y se han ocupado algunos de nuestros próceres en criticar más al vecino que en preocuparse qué hacer con el suyo. Evidentemente, desde la capital vallisoletana el viaje a Madrid en avión, con AVE o sin él, es bastante improbable, no reduce tiempo y es más gasto. Desde Asturias, en cambio, es más que necesario. Reconozco que de transporte se poco y de viajeros por aire, menos todavía, pero como aquel empresario asturiano tengo muy claro que un aeropuerto para ser una gran ciudad es fundamental. Lo he visto claro cada vez que me ha tocado esa necesidad de cerca, como en el caso de la organización del Congreso iRedes, o para actividades en el Museo de la Evolución. El acierto ha sido importante con el vuelo a Barcelona, aunque el horario sigue sin ser el más adecuado. Se ve también con los vuelos chárter que casi siempre se llenan. Sin embargo, todos los aeropuertos de Castilla y León tienen sus limitaciones, de espacio, de aviones, de seguridad, de personal… Y nunca en cambio se han puesto de acuerdo para la coordinación del trabajo: supongo que a un ciudadano burgalés no le importará ir a Valladolid para coger un vuelo a París, antes que trasladarse al complejo de Barajas, ni a un vallisoletano viajar a Burgos para su destino mallorquín, o a León o Salamanca, si fuera el caso. Y sumamos viajeros y sumamos posibilidades. Seguro que si fuera así tan sencillo ya se habría solucionado esta papeleta… o no… pero como ciudadano residente en Burgos reivindico Villafría, eso sí, mejor aprovechado, con más rendimiento, y quizá con un acuerdo entre todos.

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