Todo es móvil

En España hay ya 6 millones de internautas conectados permanentemente a la red. Estar en la red de redes parece que ya no es una opción. Las mentes privilegiadas de este planeta se han dedicado en los últimos años a ver cómo en un teléfono móvil podían incluir la mayor cantidad de información y de posibilidades. Una de las batallas actuales en las empresas tecnológicas es hacerse no solo con el software mejor, sino acertar con el tamaño de pantalla. Algunas de las grandes como Apple y Samsung parecen empeñados en que crezca un poco más su smarthpone y disminuya su tableta con el fin de que sea más cómoda su movilidad, porque al final en eso estará la clave, en poder llevarte tu tablet a cualquier lugar prácticamente en cualquier bolsillo, para llamar por teléfono, escribir un whatsapp, leer el periódico, elegir una película, mirar el tiempo presente y futuro o jugar la partida que en esos momentos esté de moda: en el autobús, en el baño, mientras ves la televisión e interactuas en las redes o al despertarte por la mañana. El objetivo es tenernos permanentemente conectados y solo unos pocos logran escaparse de este supuesto encadenamiento, problabemente los que mejor vivan.

Es esa adaptación a la movilidad a la que parece que deben ir adecuándose las empresas. Si bien todavía aspectos como la geolocalización no parecen haber triunfado entre los consumidores y muy pocos van con su smarthpone buscando unas tiendas específicas cerca de donde se encuentran, si es habitual acudir al móvil para conocer un resultado de fútbol, una última noticia, o el tiempo que va a hacer dentro de unas horas. De las decenas de miles de aplicaciones (apps) que el usuario se puede descargar, hay cientos que están triunfando y donde sus creadores están logrando pingües beneficios como es el caso de los Angry Birds, por poner un ejemplo por todos conocido. Y la que se organizó cuándo se dijo que Whastsapp sería de pago, de 1 euro al año. Creo que cualquiera de los lectores de esta columna estarían dispuestos a abonarlo con tal de seguir usándolo. O las aplicaciones que tienen que ver con mapas o con redes sociales gratuitas, sí, y cada vez más usadas.

La media de descarga de aplicaciones en los smarthpones está en 26 en el mundo, los coreanos se descargan 40, los japoneses 36 y los americanos 32. En España estamos por debajo. Los coreanos usuarios de estos teléfonos inteligentes solo pagan 3 de las 40 aplicaciones, en cambio los japoneses 16 y la media mundial está en 5. Es fácil recordar cada persona aquellas por las que ha pagado, que suelen ser las útiles para el trabajo o para la afición que más desarrolla

Hay aplicaciones también que están empezando a usar el propio móvil para pagar, aunque me temo que en España será el último capítulo en donde avancemos. Si en EEUU el ciudadano utiliza la tarjeta para abonar un café en Starbucks en nuestro país todavía, comerciantes y compradores, somos recelosos para dejar todo en manos del dinero de plástico o de un móvil.

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