25-M

Por mucho que se empeñe el Partido Popular en intentar dotar de perfil bajo a la campaña electoral, tan bajo que no habían contado ni con el ex presidente Aznar, el día siguiente de la votación para las elecciones europeas -por cierto mi cumpleaños- todos los analistas intentarán aplicar los votos a lo que podría suceder en unas elecciones generales cuando todavía resta jugar la mitad del partido. Pero así será y de ello -que no de Europa- estaremos viviendo los medios otra temporada.

Pero no será sólo deducir los sufragios de las europeas a las nacionales, habrá también quien estudie si puede afectar a su comunidad autónoma, a su ayuntamiento o repasar las mesas electorales para comprobar el ‘efecto Gamonal’ y como ejercicio periodístico no está mal, pero de ahí a deducir lo que harán los electores en próximas ocasiones va un trecho, y un trecho que parece demasiado grande.

Si puede ocurrir, sin embargo, que se vea si algunas coaliciones o partidos de reciente creación puedan tener futuro. Si Podemos puede restar algún voto a la izquierda de Izquierda Unida, o si Vox va a recoger a algunos de los desencantados del Partido Popular. O incluso ver el tope de UPyD en un momento donde la papeleta puede que se rife más ya que no existe tanta dependencia del voto útil. Y efectivamente entre la pugna electoral que mantienen PP y PSOE en todas las encuestas servirá para comprobar el tirón electoral de Arias Cańete o de Valenciano.

Tampoco parece que pueda valorarse como significativa la abstención, que será mucha, pero al igual que en el resto de países que se citan en las urnas. Y poco creo que vaya a cambiar mucho la política común europea donde las soluciones no parece que sean muy diferentes. Dicen los de IU que en el setenta por ciento de las votaciones de estos cinco años han coincidido conservadores y socialistas.

Saben, me hubiera gustado que en estas elecciones, el gasto que pagamos todos se hubiera reducido a la mínima expresión, no sólo a las vallas que Óscar López anunció que ya no les representan. Y también conocer el efecto real de todas las mareas en el voto, pero a dónde se dirigirá, ¿al voto en blanco, a la abstención, a alguna coalición de izquierdas? Lo que no tengan ninguna duda es que los nacionalistas si suman mayorías en su territorio habrán dado por válido ese resultado para decir que ya no son españoles.

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