Nueve millones de kilos de sonrisas

Hace poco más de 45 años nacía en Fénix, Arizona, el primer Banco de Alimentos del mundo. En una vieja tahona con muchos entusiasmo de su fundador y de un puñado de colaboradores. El desarrollo en Estados Unidos ha sido increíble por el número de voluntarios implicados, empresas donantes y aportaciones económicas. Pero Europa no le ha ido a la zaga. En nuestra sociedad de aparente bienestar la Federación formada por 18 países facilita cada año cerca de 274.000 toneladas con un valor estimado de 521 millones de euros, que llegan a más de 4 millones de personas.

En Burgos, durante estos últimos cinco años de presidencia de Carlos Ortega, que ahora acaba de dar el relevo tras la última asamblea de la asociación benéfica, se entregaron nueve millones de kilos de comida, seguro que cada kilo supuso una sonrisa para cada uno de los más de 8000 vecinos de la provincia que han recibido estas aportaciones.

Ya el primer trimestre de este año el ritmo no baja, al contar en aportaciones con más de 610.000 kilos, 170.000 más que el mismo tiempo de 2013. Y detrás de cada alimento, de cada Operación Kilo, hay numerosas personas que han convertido parte de su tiempo libre en generosidad hacia los demás. Así lo pensó cuando se jubiló su hasta ahora presidente. Que había que darlo todo por personas con verdadera necesidad, y persiguió a sus conocidos para que se implicaran, y no cejó hasta que el Ayuntamiento junto a otras empresa privadas, entre ellas esta casa, se volcara en la construcción de la nueva sede, en su mejora, lo que ha supuesto un cambio radical para la institución. Y colocó el Banco de Burgos entre las instituciones más valoradas de esta tierra. Había mucho poso desde que los pioneros se ubicaron en una lonja cedida por Caja de Burgos con una furgoneta prestada, y se produjo el relanzamiento. El cambio ahora no ha sido solo cuantitativo sino cualitativo.

No sé lo que hará Carlos ahora, que la Asamblea del Banco ha acordado un cambio, seguirá colaborando con el banco, a buen seguro, pero este hombre no puede estar mano sobre mano; echará una sin duda al arzobispado, procurará seguir saliendo al monte los sábados con un puñado de buenos amigos, pero si usted, amigo lector, tiene una causa justa que necesite un defensor y un trabajador honrado y entusiasta, yo intentaría convencerle para contar con él.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Deja un comentario