El Cenieh pierde talento

Por muchas razones tengo bastante cercanía con el Museo de la Evolución Humana, al que he visto crecer y nacer, con el Cenieh, por la relación con varios de sus trabajadores, y Atapuerca. Mantengo una amistad que valoro mucho con los tres codirectores: Arsuaga, Bermúdez y Carbonell y con algunos más de los excavadores de los yacimientos. Por todo ello, me da mucha pena lo que parece que está sucediendo en el Cenieh con una fuga de cerebros lenta y pausada, donde parece que hay más administrativos que investigadores y una marcha más que se podría consumar en las próximas semanas de una destacada científica fichada por la Universidad de Londres, y que bien creo que se hubiera podido quedar en Burgos, simplemente con cariño.

 Apenas media docena de investigadores contratados se mantienen en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, además de unos cuantos becarios y técnicos especialistas junto a la parte de administración. Un centro que nació como referencia, que tenía unos objetivos marcados y unos medios técnicos importantes. Pero pendientes de solucionar todavía el cambio de director, parece que no existen relaciones suficientes con la universidad que podrían suponer también un mayor impulso para la propia institución. La Universidad también ha mostrado su interés en ello, aunque apenas cuenta con un 5 por ciento, el otro 95 por ciento está repartido entre el Ministerio con un 50 por ciento, y la Junta, con un 45 por ciento.

 Y no es que el Cenieh esté parado, porque recibe encargos exteriores, los que allí trabajan producen importantes papers y son destacados especialistas en su materia.

 Más, por qué no crear una red más completa y compleja. Por qué no nombrar a un premio Príncipe de Asturias que es precisamente también doctor honoris causa por la Ubu, como es el caso de José María Bermúdez de Castro, ex director del Cenieh, y uno de los mayores especialistas mundiales en paleobiología de hominidos, el título de investigador distinguido en la universidad y vamos cerrando el ciclo y prestigiando el propio centro, que como todas las instituciones necesita personas de referencia. No importa solo la jaula del nuevo edificio de I+D+i de la Ubu, sino también las personas que se puedan instalar dentro. Estoy seguro que Bermúdez con su equipo y el apoyo de la universidad podría lograr más recursos europeos para investigación en un campo en que son ya líderes. Pues ánimo señor rector, si Bermúdez lo tiene a bien.

 Más que preocuparse por los fósiles, que están bien cuidados donde están y que volverán a tiempo y perfectamente clasificados -un trabajo que no se podría hacer en el Cenieh ahora por falta de personal-, las instituciones que rigen el Cenieh y sus máximos responsables deberían estar ocupados en no perder ya más talento y recuperar el que puedan. En no mirar hacia otro lado, o no darse por enterados. Incluso en algo más de cariño y sentido común entre la gente. Que ya no es el dinero. Que es hacer bien las cosas y demostrarlo.

Columna publicada en Diario de Burgos el 20 de mayo

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