Un parque tecnológico… con empresas

No era fácil que el Parque Tecnológico hubiera culminado en este año. Piedras en el camino ajenas, y las propias que son las que más duelen, han impedido que esta infraestructura, en la ciudad más industrial de Castilla y León, viera la luz. Ahora solo falta que el próximo consejero de economía, de industria o cómo se denomine tenga claro que el impulso del Parque en Burgos es una deuda que se tiene desde la administración regional con todos los ciudadanos, que se encuentra en el debe regional y que por lo menos tiene que venir acompañado de empresas desde su primer día.

De nada servirían miles de metros cuadrados para un polígono especial, si cuando se inaugurara no se acompañaran de dos o tres contratos con industrias que van a asentarse allí desde el primer día de su apertura, y para ello se debe estar trabajando ya, aunque muchos nos tememos que con un consejero que ya ha anunciado su marcha, su prioridad no sea esta. Así que confíemos en que los que vengan -repitan o no- acudan prestos a esta llamada de Burgos,en la vieja Castilla, que no debe seguir perdiendo trenes que no van a ninguna parte, como el AVE que llegará a Burgos en 2016.

Es el propio sindicato CCOO quien manifiesta a través de su servicio de estudios el crecimiento industrial en 2014, especialmente en Burgos, Valladolid y Palencia, que sustentan el cincuenta por ciento del negocio, y en el caso de las dos últimas especialmente por el acuerdo alcanzado con Renault. Ese crecimiento se debe a tres razones y la primera es el comportamiento con tendencia cada vez más positiva del sector exterior, una incipiente recuperación de la demanda interna y por último, el mantenimiento del diferencial de productividad del sector, que se sitúa por encima de la media nacional.

Aún así, seguimos estando en unas cifras de empleo por debajo de las de finales de la década pasada, cuando Burgos era referente. Se han creado muchas ‘mesas de la industria’ por parte de diversos agentes, pero no se ha alcanzado todavía el objetivo necesario. Pese a ello no dejamos de sorprendernos con buenas noticias económicas relacionadas con empresarios que siguen impulsando su negocio y creando nuevos puestos de trabajo, y en otros casos manteniendo los mismos, muy difícil en una situación de crisis.

Por ello debemos mirar al Parque con objetivos. Ahora, en el desánimo del proyecto no conseguido, hay que sentarse y pensar que en 2016 debería estar y debería contar con industrias tecnológicas,manufactureras… que aporten nuevos campos al futuro industrial de Burgos. Será labor del alcalde que salga de las urnas el próximo 24, del presidente de la Junta, y de los agentes sociales y económicos. Sin descanso y con pasión. Que no perdamos esa capitalidad industrial que se tambalea.

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