Listas de espera

Podemos tener el mejor hospital de Castilla y León, el mejor de España. Estar dotado de las técnicas más modernas, pero mientras las listas de espera superen para algunos ciudadanos los seis meses, la calidad de la sanidad no será buena. Una de las cosas que aprendí en la Universidad es que más importante que la jaula, que puede ser una imponente fabricada con oro y con diamantes, lo eran los pájaros, los que estaban dentro, a quienes iba dirigida esa infraestructura.

Aquí tenemos una jaula enorme, superlativa, con sus defectos, y también con sus virtudes. Por eso no cuesta entender que haya personas que acudan a urgencias para evitar esperar largas semanas la visita al especialista. En el HUBU la última cifra era de 4.792 pacientes en listas de espera, con una demora media de 88 días. Parece que cuando tienes ‘prioridad 1’ la intervención se produce antes de un mes, pero cuanto tu prioridad ya pasa a 3, serán varios meses, con lo que supone para los pacientes.

Los recortes en sanidad durante la crisis han pasado también factura a las listas de espera quirúrgica en España, que se dispararon a finales de 2012. En aquellos momentos había más de 570.000 personas aguardando una operación en los hospitales de la red pública, una cifra récord, nunca vista desde que el Ministerio de Sanidad inició el recuento de datos en 2003. La espera media subió de golpe de 76 días a 100. Poco a poco, la situación ha ido mejorando. Un paciente aguarda ahora, de media tres meses -87 días- para entrar al quirófano. La misma media que en Burgos.

Parece que al final todo se reduce a la economía y los presupuestos, y tendremos que esperar todavía un mejor momento para que de esos 87 días se pase, por ejemplo, a 60, que parece una cifra más razonable, aunque no roza la excelencia, que es algo a lo que el servicio público debe llegar a tender. Habrá que ver también el aprovechamiento de tiempo y espacios que puedan también acortar las fechas, y no solo en las operaciones sino también en las consultas, que obligan en ocasiones a que los propios enfermos busquen la alternativa en la medicina privada, para conocer antes los motivos de aquello que les preocupa.

Lo que también queda claro en todas las encuestas que se realizan, al menos en esta tierra, es en que una vez que estás dentro, la calidad y dedicación en la atención que te dispensan los profesionales del sistema público de salud es muy alto, y que el HUBU ha respondido a las expectativas en cuanto a la disposición de las habitaciones, el equipamiento -aunque haya todavía material empaquetado- y la tecnología. Vamos por buen camino, aunque quede aún un largo trecho por recorrer.

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