Archivo por meses: marzo 2016

Nuevo rector

El próximo mes de mayo la comunidad universitaria burgalesa contará con un nuevo rector, al llegar también aquí tiempo electoral y no poder presentarse a la reelección Alfonso Murillo tras dos mandatos consecutivos. Parece también que pudiera haber un solo candidato a su sucesión, aunque todavía faltan algunas semanas y cabe que surjan otros nombres, si bien no ‘desconocidos’ ya que la tasa de reposición impuesta por la Junta y manejada por el propio consejo de la UBU solo ha permitido que se ocuparan nuevos puestos de profesores titulares y no de catedráticos, pese al alto número de acreditados para este cometido con que cuenta la Universidad. Más de uno si hubiera tenido la oportunidad probablemente se lo hubiera propuesto.

Y previsiblemente ante la ausencia de campañas por la no presencia de alternativas no se genere mucho debate, desgraciadamente, porque siempre es bueno dialogar sobre lo que debe ser nuestra universidad, cuáles sus principales objetivos y hacia dónde van las salidas profesionales abocadas al paro la mayoría de ellas en los últimos años, porque los jóvenes licenciados no tienen la capacidad de demostrar ni lo que han aprendido, ni su propia capacidad de iniciativa. Solo algunos a través de quizá alguna start-up o porque estaba en el momento oportuno en el lugar oportuno ha podido alcanzar un contrato de trabajo.

¿Debe ser ese el planteamiento de las carreras universitarias, el preparar a sus alumnos para el mercado laboral o apostar por el conocimiento, o las dos cosas? Parece que ahora se pide más el qué sabes hacer que el ‘solo’ hecho de saber, y que el expediente académico no es lo importante sino poder desenvolverte en lo que puede ser tu profesión. Confieso que para contratar a gente nunca me he fijado en el número de matrículas obtenidas, sino en si son capaces de responder bien a lo que se les pide a estas personas en su oficio. A sonreír, a tener mano izquierda, a manejar una serie de herramientas, además lógicamente de su conocimiento del entorno fundamentalmente y si sabe algún idioma mejor. Pero cada trabajo es diferente, y variables son las características para cada puesto de empleo.

Quizá por ello son también muchos los que optan por alternativas diferentes a la Universidad. Sin embargo, hay también una cara oculta en la Universidad de Burgos que poco a poco gracias al esfuerzo de algunos se va descubriendo y es el alto número de grupos de investigación en temas muy dispares que también colaboran con las principales empresas de Burgos y que en algunos casos son singulares y únicos. Por eso, la alta tasa de paro de los universitarios no debe tapar la variada realidad de la UBU, aunque insisto que me hubiera gustado -y todavía es posible- que no se presentara un solo candidato a rector por el debate necesario y obligado que debe contar la universidad, también abierto a la sociedad.

Pequeños y medianos empresarios

Por mucho que insistan que la crisis está en sus latigazos finales, todavía nos queda un tiempo por recorrer, pese a que seamos de los primeros países en cifras de crecimiento, pero es lo lógico cuando estás tan abajo. Mucho por recorrer en creación de empleo y también en competitividad y en salarios. La situación económica tendremos que afrontarla entre todos, empresarios y trabajadores, además de las administraciones que han crecido su déficit hasta límites no permitidos.

Pero hoy en esta Página Par quería hablar de los creadores de empleo.

Provengo de una familia de funcionarios, pero tengo ejemplos bastante directos de emprendedores, que llegaron a dejar su vida y sus ahorros por su industria y sus trabajadores, y la herencia que han recibido sus hijos sobre todo ha sido el ejemplo del esfuerzo, la abnegación, la honradez y la sobriedad de su padre, que creo que no hay mejor legado. De una fábrica boyante a una empresa con dificultades, pero que solo persiguió hasta el último momento intentar mantener el empleo de todo el personal. No es un ejemplo aislado de los mundos de yuppi. Este hecho se repite sobre todo en pequeñas y medianas empresas. En las multinacionales puede haber números -depende mucho de sus propietarios- pero en las pymes suele haber personas, que se conocen por su nombre. Y aunque los patronos busquen lógicamente los beneficios son muchos los que han estado educados en doctrinas sociales que también respetan el valor del trabajo y de quien lo desarrolla.

Ocurre, sin embargo, que también la crisis ha llegado con espabilados por ambas partes, de los jefes y de los currantes, y algunos se han beneficiado de subvenciones que no han llegado precisamente a la formación de los parados, y otros han participado en las comisiones de partidos políticos a cambio de adjudicaciones. Y esos son los que han triunfado en los medios de comunicación. Los que aparecen en las fotos al lado de sus yates o en un viaje de placer, o en una mariscada. Los de las tarjetas black, y los cursos de formación. Pero son una ínfima minoría de propietarios de empresas o de sindicalistas frente al intento de una gran mayoría por intentar mantener sus empresas con vaivenes, pero con honradez, pagando puntualmente a final de mes e intentando lógicamente conseguir unos beneficios justos, o representantes de los trabajadores que se dejan las cejas en intentar mantener empleos dignos y estables.

Para ser empresario, igual que para ser maestro, periodista, militar o cura, además de otras ocupaciones, hay que tener vocación. No son tareas fáciles, y muchas de las personas que las ocupan se cuestionan en algunos momentos qué pintan ahí. No todo el mundo vale para estos oficios. Y además en el caso de los trabajadores no suelen estar bien pagados, y en el de los jefes pueden llegar a arriesgar su patrimonio. De ahí que ahora que los sindicatos están cambiando de líderes, y parece que aunque con tiempo se está recuperando la economía, aunque mantengamos las dudas que supone tener un gobierno en funciones, sería bueno una reflexión entre todos porque las situaciones complicadas siguen existiendo, y desgraciadamente no vivimos en el país de las maravillas.

La carta del director de El País

Esta semana pasada el director de El País, Antonio Caño, dirigía una carta a sus redactores que la hacia pública a través de todos los medios posibles: la propia edición de papel del periódico, la digital, las redes sociales… Con el objetivo de que su mensaje llegara a todos los rincones, desde lectores a anunciantes o gente del gremio. Desconozco lo que pretendía Cańo con su misiva, pero lo que ha logrado es que a todos les queden dos ideas. La primera es que en cualquier momento El País ponga la mayoría de sus esfuerzos en su edición de internet, con una apuesta clara por el video, y visible en cualquier soporte. Algo que ha llevado a pensar a algunos en la desaparición del papel. La segunda es mostrar que el crecimiento del diario -no hay que olvidar que es el que mas vende en España y el que mas lectores tiene- no está solo en nuestro país, sino que es una apuesta en un mercado global, especialmente en castellano y por supuesto en Iberoamérica, donde cuenta desplazados a grandes periodistas y donde las delegaciones van creciendo.
¿El mensaje de Cańo podría extrapolarse al resto de periódicos impresos en España? Evidentemente no. Una cosa es que todos aquellos que trabajan en diarios de papel tengan que estar continuamente pensando en cómo mantener los lectores que tienen y otra que se olviden de una tradición centenaria a la que todavía le quedan muchos años de pervivencia y mas en el periodismo local, donde todavía las emisoras de radio y las televisiones no disponen de la potencia de al menos los periódicos más leídos de cada territorio, y porque una imagen dice mas que mil palabras, estos también tienen que estar continuamente pendientes en que esperan sus espectadores y anunciantes de ellos, además de la lógica y limpia competencia entre todos los medios, porque a cualquier periodista vocacional todavía le sigue gustando ser el primero en dar una noticia.
Pero hay que contarlo y en esa diferenciación es donde cada medio tiene su espacio. No es lo mismo ver un gol por televisión que en una fotografía o en la redacción de una crónica, que narrado por el difunto Gaspar Rosety -DEP- . En la tele si no hay imágenes no hay historia. En el periódico no. Y ese es un punto a favor. Además del papel de servicio que ofrece a sus lectores, que poco a poco irá llegando también a través de internet, pero de momento en ese espacio no hemos encontrado los niños que cumplen años hoy y que sus emocionados padres y abuelos se han preocupado por hacer llegar la foto al diario, o las esquelas o necrológicas de los fallecidos, o una buena agenda con las actividades diarias de la capital y la provincia. En eso el papel local también sigue teniendo su preponderancia.
El periódico es también algo mas, como los redactores de The Boston Globe, ahora de moda por Spotlight, que el año pasado sufrieron ellos las carencias del distribuidor y fueron los que se encargaron de llevar el diario a los principales puntos de venta. Para que sus fieles compradores al acercarse al kiosco esa mañana pudieran encontrarse con una cita imprescindible en su vida desde hace muchos años.
Los periodistas , todos, lo que no debemos es defraudar a nuestros lectores, espectadores o escuchantes, e intentar cada día sorprenderles con buenas historias que lleguen al corazón de las personas. Nunca consideraría como periodista a  un lector cliente sino un confidente o un amigo al que cada día intento acercarle lo que pasa a su alrededor contado de la mejor manera posible.
La manera de acabar con el papel es acabar con los buenos periodistas y sus contenidos.

Un militante perplejo 

Me he encontrado con un militante del Partido Popular a todas luces perplejo. Ronda los cuarenta y pudiéramos decir que no pertenece a la vieja guardia . Eso sí, siempre ha sido fiel a las siglas con su papeleta de voto, y deduzco que lo seguirá siendo por la fuerza con que defiende la existencia de un partido de centro derecha. Pero eso no le evita su perplejidad.

No entiende que teniendo  la oportunidad de que Podemos no esté en el próximo gobierno, el PP no se abstenga en la investidura de Sánchez. Me dice que ellos serían la  primera fuerza con que tendría que negociar el nuevo ejecutivo para cualquier tema, dado que Ciudadanos y Podemos están en las antípodas, vamos como Sánchez y Rajoy ahora, y esto le tiene ciertamente encabritado. Tampoco entiende la postura del líder socialista negando por el bien de los ciudadanos un gobierno de concentración entre las dos principales fuerzas políticas.

Además, cree que de haber nuevas elecciones quién asegura que tengan de nuevo mayoría absoluta en el Senado, con la cual actualmente pueden controlar todas las posibles reformas constitucionales. Le digo que lo que tienen que conseguir es que el Senado desaparezca porque es una institución inútil para pagar servicios prestados. Casi le convenzo. Cree que lo de la desaparición de las  diputaciones nunca va a ocurrir , sino que es un brindis al sol, y pese a que no se ha leído el documento del bipartito no encuentra cómo van a crear los puestos de trabajo que dicen que van a generar, por lo que augura un breve gobierno.

Por otra parte,  le da mala espina lo de las nuevas elecciones de junio. Cree que la gente de su generación todavía podría seguir yéndose a la formación naranja ya que incluso a el Albert Rivera le cae bien pese a los ataques que sufre desde los populares. No se fía un pelo que socialistas y naranjitos suban mas que actualmente y nos encontremos con la misma historia acentuada.

No puedo transcribir los calificativos que dedica a Rajoy. Lo valora como un buen presidente de Gobierno que ha hecho mejorar a España durante la crisis, pero un mal presidente del partido que no ha encarado los problemas de su casa  de frente. Y que el nuevo equipo que ha formado, salvo excepciones, parece que les faltan ideas y cintura, cortados todos por el mismo patrón, con los mismos argumentos e incapaces de generar ilusión.

Por eso piensa, y en eso creo que coincide con muchos de sus correligionarios, que lo que debe hacer el partido es pasar a la oposición y organizar congresos a todos los niveles, listas abiertas y primarias. Y dejar paso a nueva gente que defienda los intereses de siempre del partido. Y mucha autocrítica, y también propuestas. Tipos que respeten las rastas, las coletas, el cine y la cultura, pero que defiendan los principios fundamentales que siempre han acompañado al PP. Dice que esa gente existe pero que ahora no quiere ni asomarse por los populares. 

Le miro, le doy la mano, y le compadezco. El partido que el quiere, el que le gustaría a muchos espańoles todavía se adivina lejos en el horizonte.