Pequeños y medianos empresarios

Por mucho que insistan que la crisis está en sus latigazos finales, todavía nos queda un tiempo por recorrer, pese a que seamos de los primeros países en cifras de crecimiento, pero es lo lógico cuando estás tan abajo. Mucho por recorrer en creación de empleo y también en competitividad y en salarios. La situación económica tendremos que afrontarla entre todos, empresarios y trabajadores, además de las administraciones que han crecido su déficit hasta límites no permitidos.

Pero hoy en esta Página Par quería hablar de los creadores de empleo.

Provengo de una familia de funcionarios, pero tengo ejemplos bastante directos de emprendedores, que llegaron a dejar su vida y sus ahorros por su industria y sus trabajadores, y la herencia que han recibido sus hijos sobre todo ha sido el ejemplo del esfuerzo, la abnegación, la honradez y la sobriedad de su padre, que creo que no hay mejor legado. De una fábrica boyante a una empresa con dificultades, pero que solo persiguió hasta el último momento intentar mantener el empleo de todo el personal. No es un ejemplo aislado de los mundos de yuppi. Este hecho se repite sobre todo en pequeñas y medianas empresas. En las multinacionales puede haber números -depende mucho de sus propietarios- pero en las pymes suele haber personas, que se conocen por su nombre. Y aunque los patronos busquen lógicamente los beneficios son muchos los que han estado educados en doctrinas sociales que también respetan el valor del trabajo y de quien lo desarrolla.

Ocurre, sin embargo, que también la crisis ha llegado con espabilados por ambas partes, de los jefes y de los currantes, y algunos se han beneficiado de subvenciones que no han llegado precisamente a la formación de los parados, y otros han participado en las comisiones de partidos políticos a cambio de adjudicaciones. Y esos son los que han triunfado en los medios de comunicación. Los que aparecen en las fotos al lado de sus yates o en un viaje de placer, o en una mariscada. Los de las tarjetas black, y los cursos de formación. Pero son una ínfima minoría de propietarios de empresas o de sindicalistas frente al intento de una gran mayoría por intentar mantener sus empresas con vaivenes, pero con honradez, pagando puntualmente a final de mes e intentando lógicamente conseguir unos beneficios justos, o representantes de los trabajadores que se dejan las cejas en intentar mantener empleos dignos y estables.

Para ser empresario, igual que para ser maestro, periodista, militar o cura, además de otras ocupaciones, hay que tener vocación. No son tareas fáciles, y muchas de las personas que las ocupan se cuestionan en algunos momentos qué pintan ahí. No todo el mundo vale para estos oficios. Y además en el caso de los trabajadores no suelen estar bien pagados, y en el de los jefes pueden llegar a arriesgar su patrimonio. De ahí que ahora que los sindicatos están cambiando de líderes, y parece que aunque con tiempo se está recuperando la economía, aunque mantengamos las dudas que supone tener un gobierno en funciones, sería bueno una reflexión entre todos porque las situaciones complicadas siguen existiendo, y desgraciadamente no vivimos en el país de las maravillas.

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