Doble equis en la renta

Del 46% de los contribuyentes que no marcan la ‘X para fines sociales’ en la declaración de la renta (9 millones de personas), un 30% no marca ninguna casilla, y una de cada tres personas no sabe que se pueden marcar ambas casillas, la de fines sociales y la de la Iglesia Católica. Y eso es bueno remarcarlo porque marcando las dos X ni pagamos más, ni nos devuelven menos hagamos lo que hagamos. Señalando las dos se destinará un 0,7 por ciento de la cuota íntegra al sostenimiento económico de la Iglesia Católica y además otro 0,7 por ciento a fines sociales a través de programas de ONG. Si no marca ninguna, el 0,7 se imputaría a los Presupuestos Generales del Estgado con destino a fines indeterminados.

Las dos causas tienen motivos para ser señaladas. Es cierto que puede haber actuaciones de la Iglesia Católica que no gusten a todos, como puede haber algunas ONG que por ideología tampoco satisfazcan al ciudadano. Pero si buscamos un bien general, un bien social común y que llegue a mucha más gente, no haríamos mal con marcar las dos casillas. No es ni necesario recordar el trabajo impagable de miles de voluntarios en las decenas de ONGs que hay en España, y las necesidades que tienen, ya que el Estado no llega a cubrirlas. Desde la atención a inmigrantes, a niños con familias desestructuradas, a parados de larga duración, a gente necesaria de alimentos, o -lo conocemos bien en Burgos- el impulso para afrontar enfermedades que necesitan no solo de investigación, sino de mucha atención. España es un país solidario, y no creo que ese 30 por ciento que no marca las casillas sea por oponerse, sino más bien por desidia o por olvido.

Del trabajo de la Iglesia en favor de la sociedad tampoco es muy complejo comprobarlo, solo hay que echar un vistazo en nuestro alrededor para ver la actuación de Cáritas o de Manos Unidas, o las iniciativas particulares de muchas parroquias, colegios o instituciones. De hospitales que atienden a enfermos ya desahucidos, de la atención y el acompañamiento a los ancianos, de la labor de los misioneros en el Tercer Mundo, y en países donde se juegan la vida y son una fuente de esperanza y de consuelo. E incluso, esta semana pasada se presentaba un estudio de la consultora KPMG de lo que suponía para el turismo el mantenimiento de edificios eclesiásticos. Además conocemos que lo que llega por la declaración de la renta a la Iglesia es el 25 por ciento de lo necesario para cubrir sus necesidades, el resto sobre todo son donativos de particulares.

Precisamente a partir de esta campaña de Hacienda los donativos en general tienen una mayor desgravación, que sin duda facilitará los ingresos de muchas actividades sociales.

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