Los ‘sampedros’

Pues ya tenemos Feria Taurina con la misma empresa que la ha organizado últimamente, así que las fiestas de San Pedro y San Pablo de la capital están en marcha. Al finalizar las de 2016 los grupos políticos municipales se propusieron replantear las mismas, para no caer en el tostón y el aburrimiento. Pero si hacemos un repaso por la geografía nacional se repiten localidad tras localidad sistemáticamente. Y en Burgos lo importantes es que salga el sol y la temperatura se adecue al mes en el que tienen lugar.
Lo que sí parece que hay consenso es que en Burgos son excesivamente largas, desde un viernes hasta el domingo de la semana siguiente y eso las puede convertir en cansinas y, con un cada vez más limitado presupuesto, excesivamente repetitivas.
En 2017 el viernes del pregón sería el 23 de junio, en pleno fin de semana de San Juan, así que tras la bomba anunciadora y los fuegos artificiales, las hogueras. No es un mal inicio. Y San Pedro y San Pablo el jueves 29, que no sería un mal colofón, salvando luego el domingo para ya el tradicional homenaje al burgalés ausente. Seis días completos que aparentemente serían suficientes.
Ocurre, sin embargo, que la feria de los toros parece que se ha anunciado ya desde el día 27, y no casarían exactamente taurinos con fiestas. Pero, ¿es eso imprescindible? Si no podemos volver a caer en el tedio del 23 al 2, más días, menos dinero para cada día, espectáculos más pobres… parece deducirse de la ecuación. La empresa aducirá, y no sin razón, que lograr buenos carteles para el 24 y 25 cuando media España está de alborozo no será fácil. Podría ser.
Ahora que parece existir un buen entendimiento entre PP y PSOE, aunque sea porque no les queda más remedio, pues harían bien en darle vueltas no solo a la forma –los días-, sino al fondo –los contenidos-. Sabemos ya lo que toca del desfile de las peñas, el primer domingo, y la ofrenda floral, el día de San Pedro. Del 23 al 29 habría, por ejemplo, fuegos todos los días. E incluso las actuaciones musicales podrían mejorarse respecto al año que acaba de terminar, pues serían menos. Y continuar con aquello que gusta, y eliminar aquello que disgusta.
En el medio de la balanza, entre lo que gusta y disgusta, está la feria de tapas. Burgos no es Bilbao, donde los restaurantes sacan las mesas a la calle y a almorzar, comer y cenar toca. Están en su ambiente. Ni Valladolid por tradición. Los hosteleros empiezan a mostrar su disgusto, y los usuarios también. Tapa y cerveza cara para, en algunas ocasiones, no ofrecer la calidad suficiente, en una ciudad además donde no se acompaña la bebida con ningún tipo de aditamento gastronómico, como en otros lugares que todos conocemos. Confieso que envidio, por ejemplo, a Granada por su buen hacer en este sentido.
Restan cinco meses para nuestras fiestas mayores, ahora que tenemos encima las menores de San Lesmes o de Gamonal. Tiempo suficiente para reflexionar y decidir.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...