Archivo por meses: marzo 2018

Libres, no valientes

Uno de los carteles que más me conmocionó en la manifestación del pasado 8 de marzo en Burgos, lo portaba una mujer joven, y aparentemente decidida: «De camino a casa quiero ser libre no valiente». No es la única que piensa eso. En los últimos meses han crecido el número de mujeres, jóvenes y menos jóvenes, que tienen respeto a la noche, cuando no miedo. En ciudades como Bilbao están poniendo a prueba que los autobuses ‘buho’ puedan parar donde indica el viajero, para acercarles más a su casa y estar menos tiempo solas. En Valladolid, su alcalde ha declarado que estudiarán lo que pasa en Bilbao con el transporte público y con las pruebas para ponerlo en marcha en la capital pucelana.

Estuve unos cuantos años atravesando el parque de la Quinta para trasladarme al otro lado del río cuando Diario de Burgos tenía su sede en la calle San Pedro de Cardeña, e incluso los feriantes se instalaban allí por los sampedros. Habitualmente, el regreso a casa por la noche era tarde y con muy poca luz. Reconozco que algunos días tenía cierto temor a encontrarme con pandillas de macarras o algún tipo que quisiera pedirme dinero, como me había ocurrido en Madrid, durante los años que estuve allí trabajando. Pero nunca, nadie, hizo algún ademán en unos cuantos años de pretender algún robo, fuego para el pitillo y poco más.

Sí que ha ocurrido alguna vez encontrarme con los retrovisores golpeados, con la ventanilla rota y una botella de cerveza en el asiento con los cristales alrededor, o con varias rayaduras a lo largo y ancho del coche. Casi siempre junto al río, y me imagino a los autores de retirada y con bastantes copas de más.

Son tonterías en comparación con la sensación de incertidumbre o falta de seguridad que tienen algunas chicas o no tan chicas cuando pasean por la noche por las calles de cualquier ciudad española. Por eso quieren hacerlo en libertad, y no sintiéndose conrajudas o asistiendo a clases de defensa personal con el spray en el bolso.

Que esta sociedad no es la mejor de los posibles es fácil darse cuenta con asistir de rebote al debate en el Congreso sobre la prisión permanente revisable. Podemos también mirar hacia otro lado y decir que en decenas de países -algunos del primer mundo como nosotros- están mucho peor, y que no nos podemos quejar. Pero cuando falta libertad, falta lo más importante.

A mi sobrino mayor con apenas 3 años le pegaron en la guardería. No fue relevante. Pero la decisión de mi hermano sí. Le apuntó a taekwondo. Ahora tiene 12 y es cinturón negro de su categoría. Sabe que es únicamente para defenderse.

Burgos baila

Cuando llegué a Burgos me sorprendieron unas cuantas cosas. Estaba dejando de ser la ciudad de curas y militares de la que había oído. Me admiró ver también una localidad bastante limpia, aunque extrañaba encontrarse con varios edificios abandonados que parecía que en su tiempo habían sido señoriales y ahora estaban destartalados, como el Teatro Principal, el Palacio de la Isla, o el Hospital de la Concepción; y, sobre todo, una Catedral, única en el mundo, sucia. Nada parecía que se fuera a hacer con estos inmuebles para su mejora. Gustaban más los aparcamientos que el patrimonio en nuestros ediles. Algunos además incluían una carga política que no convencía a los responsables políticos de entonces. Para mí, era la primera capital que vivía donde gobernaba el centro derecha, tras haber pasado por Gijón, Pamplona y Madrid, y eso en cultura, aunque no debería ocurrir el desapego, ocurre.

Pareciera, además, que la faltara algo de vida. Pero si la cultura no se manifestaba en grandes eventos, lo hacía individualmente o en grupo en mucha gente, por ejemplo, con la enorme cantidad de asociaciones y grupos de baile que había. Tuve que esperar a las fiestas para comprobarlo. A hablar con la gente para conocer que muchos habían bailado cuando eran unos chavales, que la mayoría de las reinas de las fiestas danzaban. Y todos lo hacían muy bien. Era una auténtica pasión. Y probablemente mucha culpa de todo ello lo tuviera el Festival Internacional de Folclore, que llenaba año tras año en la plaza de San Juan y si bien era gratuito, nadie aguantaría un tostón de dos horas si no le gusta.

Llegaba de ciudades con marcha, a otra donde la marcha se basaba en las tradiciones. Una ciudad además de poetas y de escritores. Por eso hablar ahora de que puede desaparecer el Festival por falta de apoyo económico de la administración local es fallarle a la esencia de Burgos. Es falta de sensibilidad de nuestros políticos, y probablemente, sí, errores de los organizadores en el papeleo burocrático que hay que presentar y justificar. Quizá eso forme parte de la forma de ser de los burgaleses, a los que en general les cuesta, entiendo que por el carácter, pedir ayuda. Y también por lo cainitas y envidiosos que somos los seres humanos.

El Festival debe pervivir. Estoy seguro que se arreglará en las próximas semanas, y aunque no tengan el tiempo que sería necesario para ‘fichar’ a buenos grupos internacionales, el buen nombre del mismo y la capacidad de trabajo de sus organizadores los conseguirán para alternar con el buen hacer y profesionalidad de nuestros grupos de la capital y la provincia. Y en julio volveremos a ver in situ o en la tele una afición que se extiende por toda esta tierra y que se manifiesta en todo el mundo.

El candidato

Lleva meses anunciando Álvaro Melcón es Escaño Cero (Onda Cero, 13.15 horas) que Javier Lacalle no será el candidato del Partido Popular al Ayuntamiento de Burgos. Su cercanía al actual presidente regional de la formación política quizá le lleve por otros menesteres. Es cierto también que lleva muchos años en la Plaza Mayor, tanto como mano derecha de Aparicio o como principal edil, y eso además de quemarle suma decisiones controvertidas y hace olvidar las buenas, aunque todavía todo podría ocurrir.

Recuerdan estos momentos lo ocurrido en el último año y medio con Valentín Niño una vez anunciada su retirada. Fueron unos meses caóticos, donde inicialmente no había una alternativa clara a Niño ya que algunos de los designados no aceptaron la propuesta. Probablemente la causa fuera que no tenían clara una victoria por mayoría absoluta, como puede volver a suceder en el 2019, y no querían jugársela y pasar al menos cuatro años en la bancada de la oposición, algo a lo que no estaban acostumbrados en el centro derecha en la tradicional –entonces- capital castellana.

Ahora podría pasar lo mismo, que Lacalle anunciara pronto su abandono del sillón municipal y que no se conociera quién ocupase el primer puesto en la candidatura. Dicen que hay tres nombres que suenan más que otros, como es el caso de Carolina Blasco, Salvador de Foronda y Ángel Ibáñez, el tapado en Valladolid. Precisamente será el actual alcalde como responsable de organización del partido a nivel regional quien de el visto bueno definitivo con el aval de Mañueco, quien por cierto ha asegurado que los candidatos a las Cortes Regionales se conocerán antes del verano, pero que las listas municipales probablemente esperarán.

Podría ser que Lacalle encabezara esta lista en Burgos, para asegurar al menos su puesto de procurador, no fuera a ser que el PP no gobernase y el alcalde se quedara compuesto y sin novia, esperando un cargo que no llegaría. De eso también es consciente el presidente regional, quien sabe que probablemente si gana tendría que gobernar en minoría con pactos. Y también lo es Herrera, quien ha afirmado recientemente que Ciudadanos ha venido para quedarse, y que hay que contar con ellos.

Podríamos volver a tener en Castilla y León un gobierno con dos partidos y distribución de consejerías. No soy adivino, ni creo en las meigas, pero he llegado a soñar que Pocholo sería responsable de Cultura, y dado su pasado comunero se pueden imaginar hasta dónde llegaríamos.

También es verdad que no todos los nombres de la formación naranja son como Albert Rivera e Inés Arrimadas, y los votantes ya comienzan a tener experiencia sino de su forma de gobernar, sí de la manera de hacer oposición en municipios y autonomías, y de cómo se pueden alinear con la derecha y con la izquierda.

Aunque todavía faltan meses para resolver la cuadratura del círculo, pronto conoceremos los primeros pasos, y algunos puede que sean sorprendentes. De hecho, si de algo estoy casi seguro, es que no habrá ningún alcalde en capital de provincia en Castilla y León con mayoría suficiente para gobernar. Y, de nuevo, los pactos.