Políticos

En Estados Unidos los candidatos al Supremo, a la Fiscalía, incluso a comisario del Condado y mucho más al Congreso y al Senado son escrutados al milímetro. No digamos aquellos que anuncian que se presentan a elecciones primarias para llegar a la Casa Blanca. Aun así, todavía cuando ganan el puesto, los periodistas se encuentran a veces con algo turbio que provoca la dimisión del elegido por los votos de los ciudadanos. Con todo y con eso, no impide que, por ejemplo, Trump sea el presidente actual de los EEUU, ni que Clinton dimitiera con la mochila llena de sucesos de alcoba. Las democracias no son perfectas, pero parece que es lo menos imperfecto que existe. Y en algunos países la mentira pena más que la propia corrupción o la vida personal de sus políticos.

En nuestro país parece que lo que prima actualmente son las fake news que cuesta a veces comprobar, y donde si llegan a través de las redes sociales casi todo se da por verdadero. Un anónimo nunca ha sido una fuente fiable para un periodista, que sí en cambio debe seguir la pista de la posible noticia. Ha ocurrido con el alcalde, que el mismo ha tenido que salir al paso de una bola que se iba agigantando cada vez que pasaba de whatsapp a whatsapp, es un ejemplo, pero no es el único.

Cada vez exigimos más transparencia a aquellos que nos van a representar políticamente en cada una de las instituciones.  Y así debe ser. Les solicitamos también más disponibilidad y esfuerzo. Y sobre todo que no nos engañen. Y aquí contamos con muchos ejemplos la mayoría de las ocasiones injustificables. Como los años de retraso que lleva la alta velocidad para llegar a nuestra provincia, o la desaparición provocada del tren directo, con horarios y duraciones implanteables para estos tiempos. Son dos ejemplos, pero se podría citar decenas en todos los ámbitos, y de todos los partidos políticos.

¿Qué es lo que van a solicitar los ciudadanos a los candidatos de las elecciones municipales y autonómicas de 2019? Probablemente transparencia, que no tengan un resquicio en el pasado en el que poder hurgar de falta de limpieza, ni un atisbo de corrupción. Por eso un político debe también ser fuerte, para evitar todo tipo de ofrecimientos y tentaciones cuando se manejan presupuestos. ¿Les estamos pidiendo mucho? Lo justo. La mayoría de ellos ya son profesionales en su oficio. No han tenido antes una ocupación al margen de su relación con el partido o  han sido altos cargos designados a dedo. Es cierto que no es una profesión bien pagada cuando a veces la responsabilidad es grande. Y se debe corregir. Pero esta vez las listas se mirarán con lupa y no estaría mal que alguno se lanzara para solicitar listas abiertas.

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