José Ramón Torres

Todavía le quedan algunos maratones por correr. El próximo será el domingo día 14 por las calles de Burgos y asegura que puede hacer de liebre de quien se lo pida. Sigue siendo igual de generoso en todas sus competiciones, aunque lleva ya más de 50 carreras de 42 kilómetros a sus espaldas. El jueves recibió un homenaje de los suyos, de sus compañeros de fatigas, en el MEH, organizado por el Campofrío Maratón Burgos. Allí iban pasando fotos tras fotos de capitales en todo el mundo, desde Nueva York a Rotterdam, donde si mal no recuerdo alcanzó su  récord personal, hasta el campeonato mundial de veteranos que venció, o haciendo de liebre de una cubana-española para que alcanzara la mínima  para los Juegos Olímpicos, y en donde estuvo toda la carrera acercándole la bebida y las sales. Tampoco fue un mal corredor de 10.000 en sus tiempos jóvenes.

Corrió con los atletas de élite varias de estas distancias, ganó algo de dinero que le valía para pagarse el viaje y los gastos. Porque este señor del atletismo, José Ramón Torres, compagina su trabajo en una gran superficie con su vocación al deporte, intentando que las competiciones le cuadren en fin de semana o en vacaciones. Recuerdo la emoción con la que recogió el premio Superación de La 8 Burgos porque las más de mil personas que allí estaba reconocían el trabajo callado y poco agradecido de una persona amable, valiente, desprendido y desinteresada.  Es cierto que habla mucho y que lo cuenta todo, pero porque no tiene nada que esconder. Es además un buen vendedor.

Josito, como le llaman sus amigos, ya nota sin embargo el peso de los kilómetros, muchos miles, a lo largo de su vida, pero los runners burgaleses siguen encontrándoselo a las orillas del Arlanzón, después de haberse cambiado en el coche al salir de trabajar.  Es su pasión a la que ha dedicado su vida.

Por cierto, tiene un libro ya escrito en el que cuenta sus venturas y desventuras de esta carrera de 42 kilómetros, que se propuso publicar tras correr precisamente el maratón número 42 . Parece que alguna persona en la Diputación le prometió una primera impresión, pero de momento no ha avanzado en su promesa. Después de oírle hablar de toda su vida deportiva, este tomito estoy seguro que al que lo lea se lo hará pasar bien. Así que el individuo que aseguró que le editarían unos ejemplares, que por favor no espere mucho para cumplir.  Estamos en Castilla y somos de ley.

Y en el maratón burgalés, si están de espectadores, apláudanle, lo agradecerá mucho y, sobre todo, lo merece.

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