Programa, programa, programa

Muchos recordarán a Julio Anguita insistir en ‘programa, programa, programa’ cada vez que llegaba una convocatoria electoral y querían confluir con lo que entonces era Izquierda Unida. Al ‘califa rojo’ se le acusó de todo, hasta de la pinza con Aznar para rebatir a los socialistas.  Ahora, a menos de quince días hay de nuevo una llamada a las urnas, algo a lo que se van acostumbrando desgraciadamente los españoles y dando un ejemplo de ciudadanía continúan acudiendo a votar, aunque eso sí, ya pocos dan un duro por las encuestas y los únicos resultados que parece que valen son los que se alcancen la noche del 10 de noviembre, tradicional mes de los difuntos.

Y en esta ocasión no se echarán de menos los programas electorales de los principales partidos políticos, porque no habrá tiempo para venderlos. La campaña se ha reducido a la mitad oficialmente, aunque mítines llevan cada líder a sus espaldas varias decenas en estos últimos meses, con éxito desigual, y sin fiarse de lo que pueda pasar en un futuro. Este domingo se publicaba un estudio en el que se anunciaba que los votos de la derecha podían superar a los de la izquierda, sin contar, claro está, a nacionalistas e independentistas, que son previsiblemente los que dilucidarán curiosamente quién puede será el próximo presidente del Gobierno de España. Porque lo del Gobierno de concentración, con Sánchez, Rivera y Casado no parece una vía posible.

Cataluña seguirá siendo el eje, la subida o bajada de impuestos una pata, y otra, quizá coja, la situación económica, las pensiones, y el paro. Nadie quiere hablar de crisis con claridad. Básicamente estos serán los temas del único debate con los candidatos a la presidencia que se emitirá en la televisión.

En las provincias no esperen nada más. En Burgos, la población ya está cansada de que continuamente le hablen de la llegada de la alta velocidad –que no cumple plazos porque los responsables políticos no quieren- o de las autovías a La Rioja y Cantabria… Por no hablar de industria, de vivienda, o de sanidad, cuando la mayoría de las Comunidades Autónomas ya cuentan con sus transferencias.  Si alguna de las principales formaciones políticas se lanza a vender sus principales objetivos para la provincia de Burgos, no pierdan el tiempo, ya lo habrán leído en convocatorias previas, y ya se habrán acusado unos a otros de haberlo dejado todo en papel mojado.

Ahora, en lugar del programa, se trata de sumar quién se lleva los restos, si se van a mantener los dos diputados socialistas, el del PP y el de Ciudadanos, o van a recuperar la mayoría los de centro-derecha, o se va a asomar Vox en lugar de Ciudadanos, visto que Podemos no parece encontrarse en sus mejores momentos. Y en el Senado, los mismos bailes. La duda real será ver si los electores mantienen el voto de antes del verano, o lo que se ha visto en estos meses les hará abstenerse o cambiar la papeleta. En unos días lo comentamos.

Publicada en DB el 28 de octubre de 2019

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