Primaria

Han estado, y todavía permanecen, facultativos, enfermeras, técnicos, auxiliares… en el ojo del huracán desde hace año y medio, porque esta profesión médica no es precisamente de las más alabadas por el riesgo que entraña y sobre todo porque un fallo puede llevar  a graves consecuencias, no solo para los enfermos, sino también para los propios médicos, que todos cuentan ya con un seguro que les avale.

Pero hoy quería valorar el trabajo que se realiza en Atención Primaria, en las decenas de Centros de Salud y Consultorios que se extienden por esta inmensa provincia burgalesa. No creo que sea una excepción, y sobre todo tampoco que esté exento de errores, pero siempre he encontrado grandísimos profesionales que no miraban al reloj cada vez que entrabas en la consulta.  También tengo que decir que quizá haya tenido suerte. Personal amable, con una sonrisa que también se intuye debajo de la mascarilla, con dedicación y preocupado porque no solo eres un número en esa larga lista de presión asistencial. Tengo un amigo, médico, que lleva lustros con su campaña de los 10 minutos para cada paciente, pero si es por su tesón cada uno de ellos merece el tiempo necesario y preciso. Y sigue peleando por esto, por mucho que pasen los años, que aparentemente no le escuchen o que le fallen las fuerzas. Dicen los datos fríos que faltan médicos, enfermeras… que habrá que sustituir pronto a un buen número de profesionales porque merecen jubilarse, pero solo contamos con dos Facultades de Medicina en Castilla y León y parece que bien podría establecerse una tercera por lo que pueda ocurrir en los próximos años con los profesionales de la salud. Y Burgos parece preparado para ello.

Es cierto que en esta pandemia mucha de la atención se ha derivado a una consulta telefónica. Y eso no ha gustado. Razones hay a favor y en contra, y probablemente con un dictamen presencial, con más médicos y enfermeras contratados se hubieran evitado algunos males. Pero así hemos pasado el Covid miles de personas, hablando con nuestro médico de cabecera por el móvil mientras permanecíamos aislados, y también en este caso se notaba la intranquilidad, y muchos de ellos además sufrieron la enfermedad.

Una profesión que ha estado de moda mucho tiempo. A la que se dedica una buena parte del presupuesto de las comunidades autónomas, pero que sigue sin corregir injusticias. Parece que estamos saliendo de la crisis. Buen momento para valorar si los aplausos de las 8 de las tardes pandémicas han servido para algo, y si las palabras de los políticos se las lleva el viento.

Hoy he escrito de Primaria, pero quedan semanas para hablar de especialidades, o de las zonas rurales, etc. La Sanidad siempre va a estar en el ojo del huracán.

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