Presupuestos

Es el momento del ańo más importante para los grupos políticos. En los municipios,en las diputaciones, en las cortes regionales, en el Congreso… Algo difícil de entender porque en muy pocas ocasiones coincide la ejecución con los presupuestos previos, y no hay mas que ver la cantidad de tiempo que un proyecto se encuentra en ‘stand by’ a pesar de contar con una partida para la inversión o el gasto, según se considere.

Andan los partidos sin mayoría suficiente vendiendo su alma al diablo hasta el curso previo a las elecciones donde hay que hacer visible la separación ideológica no vaya a ser que se pierdan unos votos por unas cuentas. Resulta ahora que el dinero de nuestros bolsillos va a ir a parar a la producción cinematográfica en catalán mas que en otras necesidades básicas; o más cerca Ávila va a encontrarse con más inversión con un solo parlamentario regional necesario para el gobierno de la Junta por la fuga de un voto de Ciudadanos.

Y a saber qué se pacta en la sombra entre algunas formaciones pese a que se les llena la boca a la mayoría hablando de transparencia. Otros acuerdos como el de PP y Vox en la Comunidad de Madrid servirían como ensayo para posibles negociaciones futuras en otras autonomías, mientras que en Andalucía ese no acuerdo puede ser el desencadenante para volver a las urnas durante este 2022.

Pero de nada ha servido que los papeles ańo tras ańo hablen de infraestructuras, de alta velocidad o de embalses si luego no se ejecutan a la velocidad de crucero necesaria. Eso sí, si no está escrito difícilmente se logrará nada.

Nos encontramos en ecuadores de legislaturas y ante futuros inciertos. Tanto a nivel nacional, donde semana tras semana nos encontramos con encuestas de las que todavía se puede deducir poco respecto a pactos posibles, como a nivel regional o local, sobre si los socialistas volverán a ganar, si los populares recuperarán sufragios y la función que los ciudadanos reservarán a Vox, Ciudadanos o Podemos, por no apelar a partidos que puedan crecer de los lamentos de la España vacía observando lo que ha podido rentabilizar Teruel o Ávila. Si no hay sorpresas 2022 puede ser unbaño electoral ante las convocatorias de 2023. Veremos si esto se cumple, pero los aspirantes deben ser conscientes que no en todas  partes puede pasar lo ocurrido con Ayuso en Madrid, a la que el jefe popular le ha dejado sin cenas para que pueda hacer campaña en su objetivo de ser la presidenta del PP en su territorio.

Aunque se han publicado las grandes líneas presupuestarias estaría bien que se asumieran de verdad compromisos que van desde la situación del Hospital de la Concepcion, el futuro del Parque Tecnológico o fijar ya una fecha para subirte al AVE en la estación Rosa Manzano.

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