Todas las entradas de: Antonio José Mencía

El día que ‘secuestraron’ a Alfonso Guerra

 

Asumir el primer trabajo –de prácticas durante tres meses- suponía para el estudiante universitario una responsabilidad que no había tenido hasta ese momento en el ejercicio de una profesión, la de periodista, que atraía enormemente. Presentarse en la redacción de una agencia de noticias en Madrid para el estudiante que acababa de terminar cuarto de periodismo en aquel verano de 1983 significaba un reto intenso, apasionante a la vez que divertido. Escuchar al redactor jefe una vez tras otra si ese era el mejor titular que podía escribir, o cómo era capaz de acabar una noticia tres horas después de haberse producido, en vez de haberla enviado a nuestros suscriptores de forma inmediata, valía escuchar las primeras broncas de tu vida.

 

Pero lo que más me acongojó en esos tres meses de caluroso verano madrileño fue la llamada que recibí en la redacción un sábado por la mañana, cuando casualmente habían desaparecido los redactores de la agencia que ese fin de semana estaban de guardia. Llamaba el corresponsal en Roma, y al que suscribe, que se dedicaba día tras día a escuchar las voces de corresponsales de las diferentes provincias para luego reelaborar las noticias antes de transmitirlas, oír una de fuera de nuestro país, le llenó de sorpresa.

Decía el compañero que Alfonso Guerra, a la sazón vicepresidente del Gobierno, no había aparecido en una cita que tenía en la capital italiana con los medios de comunicación y que cabía la posibilidad de que se hubiera ido con una amiga que tenía entonces –de la cual nació Pincho-, pero que todo indicaba que quizá hubiera sido víctima de un secuestro.

 

Yo no tenía a quién preguntar. El último que había abandonado la redacción esa gloriosa mañana era el redactor jefe que había bajado, justo a esa hora, a la peluquería.

 

A los diez minutos volví a recibir otra llamada de nuestro corresponsal. Estaba confirmado lo del secuestro y teníamos la exclusiva de sus propias fuentes. Me encontraba en la misma agencia que dio la primicia de la muerte del General Franco ¿Podía ocurrir lo mismo con el secuestro de Guerra? Animado por la persona que enviaba los teletipos a todos los abonados -Internet todavía estaba en la mente de sus creadores y el correo electrónico era una entelequia-, decidí, en un momento de especial lucidez, que deberíamos enviar un `flash´  a todos los medios, con una sola línea para anunciarles nuestra noticia: Alfonso Guerra, vicepresidente del Gobierno, secuestrado en Roma. Ampliaremos  información .

Luego me lancé y con la poca documentación que conseguí amplié la información sobre Guerra y sobre los secuestros en Italia.

Así transcurrieron los minutos, el primero en llegar fue un redactor que me dijo que había escuchado en la Ser que según Europa Press el vicepresidente del Gobierno había sido secuestrado en Roma.

 

Luego llegaron otros hasta completar esa redacción matutina sorprendentemente desierta poco tiempo antes. Les conté todo. Sonó el teléfono en medio del silencio. El redactor jefe me gritó: Te llama el portavoz del Gobierno, Eduardo Sotillos. En ese momento pensé: Qué jeta la del jefe, que me pasa a Moncloa, cuando él debía haber asumido el flash.

 

Sotillos, ni se me ocurrió analizar si era él o no (no había hablado con el nunca antes, yo estaba en cuarto de carrera en Pamplona), me acusó de estar desestabilizando el país y que antes de enviar una noticia de este calado tenía que confirmarla.

¿Cómo iba a confirmarla en España si ya lo había hecho el de Roma?, pensé. Hubiera destrozado mi exclusiva. Le escuché atento y colgué.

 

Al cortar el teléfono todos los compañeros –ahora muchos de ellos son los que mandan en diversos medios- me aplaudieron. Había sido una broma en la que habían participado desde la telefonista –que tras el avance me iba confirmando que estaban llamando todos los medios de comunicación- a los teclistas del teletipo que me serenaban en mi sábado convulso.  El siguiente teletipo que salió de la agencia rezaba:

Perdonen la interrupción del servicio durante la última hora por causas ajenas a Europa Press.

 

Había caído en la trampa. Naturalmente, ni el flash ni la ampliación habían traspasado las fronteras de la agencia. Y esa mañana de sábado aprendí un montón de mi profesión. Por eso se lo agradezco a quienes compartieron conmigo esos tres primeros meses laborales en una agencia que había sido en los últimos años del franquismo y el inicio de la transición pilar de la información libre.

 

Y en el primer recuerdo, Antonio Herrero Losada, su director, que intentó ese verano venderme un Wolksvagen de segunda mano. Luego Jesús Frías, Pepe Apezarena, Miguel Ángel Liso (director editorial de Vocentp, qué buen jefe de los de prácticas), Julián Lacalle,  Agustín Yanel (vaya olfato el tipo), Francisco Justicia, Pedro Blasco Carmen del Riego (en La Vanguardia), y un largo etcétera de grandes profesionales que se unirían a los que luego conocí en la sección de reportajes de la agencia, cuando ya me incorporé tras finalizar la carrera: José Luis Cebrián (el mejor director que tuve nunca, tanto que llegó a tirarme un zapato cuando entré en una reunión con gabardina y paraguas), Carmen de la Serna, Carmen Remírez de Ganuza, y los que ya se iniciaron conmigo en este apasionante y duro trabajo: Mauricio Fernández, Alejandro Elortegui ,Angel Expósito, y Fernando Rayón , entre otros, con quienes llegue a medir las copas que había en la sala de trofeos del Real Madrid o a escribir el número especial de Hola sobre Las Bodas de Plata de los Reyes.

 

 

 

Miedo a la muerte

El título de esta columna  lo sugirieron los Javis en una entrevista publicada en un medio de comunicación. “Tenemos un miedo atroz a morir y desearíamos tener la espiritualidad que no tenemos”. Javi Calvo, uno de ellos,  puntualizaba: “La religión es la fe en lo desconocido. Hablo tanto de espiritualidad y de fe porque no tengo ninguna y me aterra el hecho de no tener nada a lo que agarrarme” Javi Ambrossi, que estudió en un colegio de religioso, asegura que tuvo que hacer un viaje de desarraigo de su casa para luego completar el trayecto de vuelta. Ambos han creado, dirigido y están triunfando con ‘La Mesías’ una serie que solo podía salir de su mente, de sus obsesiones y su creatividad.

No se si a ustedes, o a los que se acercan a mi generación, les ocurre. Por un lado, para calcular la edad -que no llega de repente, ya que esto avanza muy rápido- tengo que pensar en el año de nacimiento y descontar del momento actual. Por otro, cuando lees que algo ha pasado hace 10 años. 20  o 27 años como el secuestro de José Antonio Ortega Lara, no te lo acabas de creer, y vuelves de nuevo a calcular. Y ya la tercera es que los demás insistan en que eres joven, y en lo bien que te ven, y más si has perdido unos kilitos… cuando hace treinta con esa edad casi te catalogaban como anciano -ahora les llaman mayores, dentro del pánico a envejecer-.

Puedo ser lozano de espíritu -no lo duden-, logro aparentar menos edad de la que tengo -tampoco desconfíen- y es cierto que todavía (si la estadística se cumple) me restan algunos años para pasar a la otra vida. Y se sigue manteniendo aquello de que si al levantarte de la cama por las mañanas no te duele algo de tu cuerpo es que estás muerto. Le acontece a Rafael Nadal y nos sucede a cada uno. Doctor Google nos ha hecho mucho mal al describirnos cada uno de nuestros males físicos.

En un reciente reportaje de un suplemento dominical el titular decía: ‘La muerte ha sustituido al sexo como un nuevo tabú’. Recuerdo en mis años de Diario de Burgos un texto que comenzaba: ‘Definitivamente no se…’ Le rebatí al autor que lo único definitivo era la muerte, aun así, insistió en publicarlo y efectivamente no acertó. Era un riesgo pensar que hay algo definitivo en un mundo cambiante. Con la muerte sí. Nos tocará a todos, y aun así se ha convertido en un tema incómodo, tabú.

Comienza el tabú cuando los padres se plantean si sus hijos pequeños deben asistir al funeral de los abuelos. Duele mucho cuando un padre sobrevive a un hijo. Y sobre todo cuando amas a la persona que te ha dejado, y comienzas a arrepentirte de algunas cosas que no llegaste a compartir.

Creer en el más allá, en que hay una vida eterna… no es fácil, ni, aunque tengas una fe que se pueda cortar. Es mucho más difícil que comprender cualquier verdad humana. Si eres creyente es más importante en este caso la esperanza que la fe. Y además confías en que Dios es un Dios que perdona y al final dejaremos solo al diablo en el infierno. Y si no… claro que todos tenemos un deseo de eternidad, y cómo se plasma esa aspiración: ni ojo vio, ni oído oyó, prometen en el Evangelio.

Probablemente, el miedo a la muerte nos acompañe siempre en nuestra vida. Es igual que la soberbia, nos moriremos con ella. Así que lo mejor es mantener una buena relación . Todavía rememoro a la primera persona que vi fallecida. Estaba en una salita del colegio y por ahí pasamos todos los alumnos en fila para despedir al padre jesuita, yo estaría en quinto o sexto de EGB. Esa imagen la tengo grabada, aún más la de mis padres antes de ser incinerados, la de alguno de mis amigos. A los dos abuelos no los conocí, a una abuela casi tampoco… suelen ser los primeros que nos abandonan.

Nos da miedo el dolor, el no poder superarlo, y también que otros sufran por nosotros. Revivo a mi madre decirme que la lleváramos a una residencia porque no quería causarnos molestias…¡A sus hijos! Cuando falleció mi padre tardé un tiempo en darme cuenta que no había hablado lo suficiente con él.

No ocurrió con mi madre, rectifiqué, me sentaba al borde de la cama y escuchaba y conocí muchas historias de las que nunca habíamos hablado. De su dura vida de infancia, de los sacrificios que hicieron, con su padre guarda en un monte en Palencia y su madre bajando los bocadillos a sus hijas que subían desde el colegio a cogerlos.

También esos meses, esos años cuando tienes un diagnóstico grave sobre ti o sobre una persona querida, pueden ser momentos honestos, afectuosos, divertidos, inocentes, benéficos para el cuerpo y el alma.

En la Edad Media, la muerte era tan cotidiana que ocupaban los cementerios el centro de las ciudades. El nuevo tabú lleva, como ocurría con el sexo, a prohibir hablar de ella, prohibido verla, prohibido pensar. Ahora bien, que les digan a los que encabezan las listas de Spotify que no hablen de sexo…

Tenemos que repensar qué mensaje enviamos por WhatsApp para dar el pésame a una persona. Y solo se nos ocurre publicar en Twitter que acabamos de perder a un familiar muy cercano para anunciarlo. Descarnado. Como contar a tus hijos que el abuelo ya no va a volver.

Tampoco la Iglesia la ha afrontado este asunto de cara, había miedo al pecado y a las llamas del infierno. ¿No sería mejor abordarlo como un tránsito a la felicidad?

Un buen amigo, científico y escritor, en la dedicatoria de su último libro me escribía: Para Antonio Mencía, que no se jubilará nunca porque es eterno.  Un deseo de eternidad con el que nacemos. Ojalá no pierdan esa pasión por el conocimiento de Juan Luis Arsuaga. Sabiendo que esta vida no es eterna, pero que eso no impida vivirla y  seguir sorprendiéndonos. Este año 2023 fallecieron mis últimas dos tías vivas, hermanas de mi madre, residían a miles de kilómetros y apenas las había visto. Formaban parte de la emigración de Castilla de los sesenta. En Suiza, en Alemania, formaron una familia y fueron felices. Las cuatro hermanas a pesar de la distancia se mantenían muy unidas.

Ahora, cuando ya no hay padres ni tíos, te das cuenta de que eres de los primos mayores, y toca coger el relevo, la siguiente generación, y nos toca no tener miedo a la vida, ni tampoco a la muerte.

Ni el Arlanzón es el Sena, ni Burgos es Málaga pero…

La ampliación del Museo de Burgos, ahora paralizada, no solo significa la adecuación y la mejora de un entorno donde conviven la Cultura con mayúsculas y los narcopisos, sino la consolidación de un eje cultural que bien podría avanzar desde el ultimo convento fundado por  Teresa de Jesús siguiendo por el Museo de la Evolución Humana -a medida que pasa el tiempo más valorado el trabajo de Navarro Baldeweg, un museo en el que cuando entras parece que sales por la luz existente- el propio Museo de Burgos (de nuevo de actualidad y con un proyecto de reforma muy atractivo),  la maldita esquina de la Plaza de Vega , el nunca acabado Hospital de la Concepción y avanzando por la calle Madrid el complejo de San Agustín.

Esa orilla del río Arlanzón que podría alcanzar también el Hospital del Rey y, por supuesto, el Monasterio de las Huelgas. Pero sin llegar al extremo, de Santa Teresa a la Concepción son unos pocos metros cuadrados que podrían convertirse en un eje cultural por el que pudiera apostar la candidatura de la capitalidad cultural de Burgos, aunque solo valiera de excusa para por fin tomarse en serio la zona sur, atravesada por un bulevar que ha cambiado su configuración urbanística y donde van a construir dos gigantes. Lo avala el Patrimonio y la Historia de estos edificios, y la modernidad de los nuevos o su reforma. No solo la construcción sino también buscar el uso como se ha hecho con la antigua estación.

Y evidentemente, ni el Arlanzón es el Sena, ni Burgos es Málaga, pero no podemos ni debemos dilatar más este lugar de la ciudad, al mismo ritmo que se dilata la solución de aparcamiento del barrio de Gamonal.

Buenos pudieran parecer los motivos para que no se avance más en las infraestructuras de la calle Calera o la calle Madrid, hace falta una fuerte inversión y esta debe venir de la Junta y del Ministerio, más no debemos dejar pasar esta oportunidad, y la propia ciudad debe liderar este cambio. Sería una nueva perspectiva, un enfoque cultural. 

Claroscuros de los ODS

En setiembre de 2015 la ONU -algún día tendrán que explicarnos cuáles son sus principales objetivos- aprobaba en su Asamblea General los actuales Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS, herederos de los Objetivos del Milenio ODM. Estos llevaban en ejecución desde el año 2000 -cambio de siglo y de milenio- y merecían una cierta actualización, y no porque se hubieran alcanzado. Solo se habían logrado 5 de 17, aunque nada desdeñables sin duda: la proporción de personas sin acceso al agua potable se quedó en la mitad, los casos de malaria y tuberculosis se frenaron, la pobreza extrema descendió del 47 al 14 por ciento de la población, se ‘eliminó’ la disparidad de sexos en la educación… Del resto hubo alguna mejora, pero no se lograron los propósitos.

Así que la ONU decidió fijar nuevas aspiraciones. A simple vista esta Agenda 2030 anhela mucho, pero es curioso que sinónimos de ‘ambicioso’ sean intrigante calculador  junto a generoso o desprendido. Porque quién no quiere sumar anhelos como: luchar pobreza, alimentación, salud, educación, una sociedad pacífica. Pero aquellos que promueven estas intenciones, qué están precisamente en sus países haciendo por ellas. La Agenda debe desarrollarse por territorios.

Quizá haya que ir al origen de los ODS para encontrar una solución. Para diseñarlos se eligieron 70 personas, de cinco continentes entre países en desarrollo y desarrollados. Se hicieron numerosas encuestas. En cada sesión cada uno intentaba colocar sus metas y como el grupo adoptaba las conclusiones por consenso pues se aceptaban casi todas: 17 objetivos y 169 metas.

Y surgieron conflictos: cómo compaginar la expansión de la agricultura, para eliminar el hambre, con el fin de la deforestación y la conservación de ecosistemas. O, por ejemplo, conciliar crecimiento económico y reducción de desigualdad, promover industrialización con disminución carbono y protección medio ambiente…

Y pocas de las 169 metas son medibles, cuantificables.

Y las dudas. Qué hay en el fondo de tanto embrollo. Se ha dejado su desarrollo en los propios países donde el interés particular prima sobre el general. Para algunos expertos, los ODS se basan en el individualismo, con su insistencia en los derechos antes que en los deberes. Al margen de temas que no aparecen como es el de la familia. Otros críticos dicen que la Agenda 2030 es un plan de élites progresistas. O lo que parece ser en definitiva un cajón de sastre, donde unos lo utilizan para la ideología de género y otros para el cambio climático.

Los ODS no han cambiado el mundo, y los datos ofrecen conclusiones opuestas: la malnutrición ha subido del 8,3 al 9,7 % en los cinco primeros años de la Agenda. Ha bajado la mortalidad infantil, pero todavía hay 50 países donde está en 70 por mil, cuando el fin es 25. En relación con la cobertura sanitaria universal, en diez años solo habremos llegado al 50 por ciento. Y de los generalistas que no se pueden medir, se han quedado en panacea.

Ahora bien, a todos se nos llena la boca de sostenibilidad, inclusión, desarrollo, ideología, cooperación… pero no hemos avanzado ni un paso hacia la paz y la igualdad. Y el primer y segundo mundo siguen separados por una inmensa brecha.

Esta columna fue publicada en algunos periódicos del grupo Promecal, como Diario Palentino, Diario de Ávila, El Día de la Rioja o la Tribuna de Albacete

Todos los caminos a Santiago

 

Nada menos que 483.683 peregrinos llegaron a Santiago de Compostela en 2022, y este 2023 parece que puede completar todos los récords en la Calle Mayor de Europa. El Camino Francés, el Portugués, el Inglés, el Primitivo, el Camino del Norte, el Costa Camino Portugués, la Vía de la Plata, y luego otros con menos andarines con tramos como Muxía-Finisterre. El 2019, el previo a la pandemia, fueron 346.157 los que alcanzaron la capital gallega. El 2022 se prorrogó el Año Santo y por primera vez en la historia se celebró durante dos años consecutivos.  2027 será el siguiente, seguido de 2032, 2038 y 2049. El Xacobeo sucede 14 veces cada siglo y esta es la razón por la que estos años la afluencia de peregrinos aumenta de forma considerable.

Los puntos de partida de estos romeros son innumerables. Podemos encontrarnos a aquellos que cada año suman un fin de semana desde un lugar diferente, u otros que han llegado a hacer el Camino desde la tumba de Pedro a la tumba de Santiago.

Evidentemente, la localidad que se lleva la palma es Sarria porque partiendo de ella consigues ya la famosa compostelana, fueron 132.179 personas las que lo iniciaron allí, y la siguiente Oporto, con 33.779, con una ruta portuguesa en pleno crecimiento. Pero la estadística ya se multiplica porque un asunto es partir y otro atravesar, y en el turismo que también origina la ruta jacobea las beneficiadas son sin duda las poblaciones gallegas como Ferrol, Cebreiro, Vigo. Hay datos de 2022 que indican que de Logroño partieron el año pasado 716; de Burgos 2.624; Frómista tuvo 173 que comenzaron bajo la impresionante iglesia de San Martín, y Roncesvalles, el inicio en España del Camino Francés, nada menos que casi 6.000 almas lo completaron hasta Santiago. Mas hubo 167 que lo iniciaron en París, 272 en Lourdes, 574 en Italia, dentro de las rutas europeas que también incluye esta senda. Crecen los que saludan al Santo pedaleando, más de 20.000 el período anterior, y si bien en 2022 muy poca distancia hubo entre italianos, norteamericanos y alemanes, este año todo apunta a que los estadounidenses pueden ser los que más aporten, delante de Alemania y de Italia, en cuanto al origen de los extranjeros. Los españoles suelen ser un 40 por ciento del total.

Y después de los datos: cómo afrontan los territorios jacobeos esta oferta cultural, patrimonial, religiosa, incluso deportiva. Todas las comunidades en España tuvieron el año pasado más de 2.000 viandantes, y no se sorprendan si los andaluces aportaron más de 50.000 (es la mayor poblada, es cierto, pero también la que está más lejos, y quizá hagan prácticas en El Rocío). Hay de todo en la viña del Señor. Con un recuerdo grande para los hospitaleros voluntarios que están pendientes de los pequeños y grandes problemas de los andarines; pero las administraciones podrían hacer las cosas mejor. No es un turismo de sol y playa. Pero en los meses de mayo o junio puedes encontrarte a gente -sobre todo de otros países- que hacen el camino y que también se dejan sus dineros, muchos de los más de 6.000 alemanes y el mismo número de norteamericanos que en 2023 ya han llegado a Santiago no tienen la imagen de personas sin recursos. Ciudadanos que aprecian el patrimonio, la historia, la paz, la amistad y la reflexión y de esos precisamente no nos sobra gente. Y podríamos intentar que vuelvan en otras ocasiones.

Esta columna fue pubicada en algunos periódicos del grupo Promecal el 19 de junio

Volteo

En esta columna auspiciada bajo el título genérico de Homo Campeonis era de esperar que tras unas elecciones casi todos los políticos encuentran la manera de manifestarse como ganadores. Todos vencen. Lo ocurrido el 28 de mayo, sin embargo, pocos se lo esperaban: el mantenimiento de Vox, el crecimiento del PP, el hundimiento de Podemos, el incremento de los nacionalistas e independentistas en el País Vasco y Cataluña, la pérdida de lugares emblemáticos para los socialistas. Quizá solo podíamos prever la desaparición de Ciudadanos.

Es difícil extrapolar ahora resultados sobre votos en unas municipales, muchas agrupaciones con respuestas nada desdeñables solo se presentan a estos comicios, pero Sánchez era consciente de que algo tenía que hacer y lo ha hecho, y les ha pillado con el pie cambiado a todos, incluso a los suyos y a sus compañeros de viaje. Con qué cara les pide ahora a Puig, Vara, Lamban, que den la cara cuando muchos atribuyen a su pérdida de votos las extrañas alianzas del presidente para seguir en el Gobierno. Exclusivamente Page ha vuelto para quedarse.

El caso es que de momento Podemos pierde su influencia al no poder actuar desde el Gobierno y le deja el camino abierto a Yolanda Díaz, supuesta socia del sanchismo, y que no ha resultado quemada por esta convocatoria, aunque sí sus socios como Colau o Compromís, solo se ha salvado Errejón.

Así que Sánchez ha debido pensar que, de perdidos al río, y evitar que algún osado barón socialista le reclame la pérdida de votos, además de sorprender a los comunistas en su momento más bajo, porque se la debía a Iglesias. Los independentistas intentarán aprovecharse de la situación y mantener esa mayoría frankestein. Y mientras PP y Vox acabando de conformar las sumas municipales y autonómicas. Los socialistas seguirán clamando contra la extrema derecha, mientras no reflexionan sobre el apoyo de la extrema izquierda, mientras les de votos en la Carrera de San Jerónimo.

En la derecha, Aznar quiso en sus mejores momentos que todos los votantes estuvieran arropados bajo sus siglas. Feijoo no. Y con esas armas tiene que intentar conseguir diputados en Cataluña o el País Vasco, para llegar a ciertas mayorías suficientes. Un País Vasco que está a punto de que Bildu supere al PNV. Y desde fuera del territorio muy pocos se lo explican, salvo que el partido surgido de ETA se ha convertido en una formación transversal con los mismos objetivos, pero con medios diferentes.

La respuesta el 23 de julio, y no está tan clara como algunos piensan. Puede haber desmovilización, e incluso en Castilla y León y en otras comunidades se encuentra con el puente de Santiago por si no estabas de vacaciones.  Las armas están en alto y a Sánchez le encontrarán en campaña con la presidencia de España del Consejo de la Unión Europea.

Esta columna fue publicada en algunos periódicos del grupo Promecal, como Diario Palentino, Diario de Ávila, El Día de la Rioja o la Tribuna de Albacete

BeReal

Ni TikTok, ni Instagram, quien está ganando la partida es BeReal, probablemente estimado lector estas palabras le suenen a chino -chinos son los creadores de TikTok-, pero bajo ese nombre se encuentra la red de moda entre adolescentes… y no tanto, y se vende como ‘la primera plataforma espontánea e impredecible donde compartir, una vez al día, los momentos más auténticos con tus amigos a través de tus fotos’. De espontánea para sus fundadores franceses tienen más bien poco, de impredecible probablemente sí porque no llegarían a pensar hasta dónde podía llegar su influencia. Y lo cierto es que para los chavales es una manera más de socializar.

Uno de los asuntos que más se banalizó en la explosión de las redes con los jóvenes era que iban a aislarlos de un mundo real. Quizá no les guste este mundo, pero más cierto es que están socializando más que nunca, que comparten juegos virtuales muchas horas al mes -los padres intentan lograr que durante la semana no entren en el ordenador o la tableta para jugar, y lo aplacen para viernes y sábados; el domingo, ya saben, queda la tarea- e incluso puedan hacer nuevos amigos. En BeReal en un momento dado todos tus contactos están invitados a hacerse una foto de lo que están haciendo en ese momento, se puede comentar, chatear, ser más o menos creativo… y al día siguiente, o cuando subas una nueva imagen, lo anterior desaparece. En este sentido han copiado a las stories de Instagram, que de alguna manera obliga a entrar todos los días o dejar de estar al día de aquellos a los que sigues, bien sean famosos, amigos, expertos, cocineros, fotógrafos…

Lo que ha quedado demostrado es que no está todo inventado en las redes sociales, siempre se puede innovar y hay millones de posibles seguidores en la red. Esta nueva aplicación además parece que no hace famoso a nadie, pero sí puede ser adictivo -ese gran peligro de las redes-, porque es la app quien te dice a qué hora debes subir la foto para compartir, y solo tienes dos minutos para hacerla foto, para que la vean exclusivamente sus contactos.

Al apostar por algunas limitaciones han logrado que compartir sea una experiencia emocionante y divertida. Es clave también que debes estar registrado con un número telefónico real donde recibes el momento en que tienes que actuar. Dicen los expertos que su triunfo ha sido la respuesta al cansancio de los usuarios frente al postureo y al engaño de los filtros en las fotos.

No es de extrañar que Apple le haya otorgado el premio a mejor aplicación de 2022. Ha sido un año donde han mandado las aplicaciones de redes sociales en el número de descargas: Whatsapp, TikTok, Instagram y un algo recuperado Telegram, junto a Spotify y YouTube. También las plataformas de streaming o la compra online han triunfado el año pasado, como Glovo, Shein o Wallapop. Por no entrar en los juegos, que para esto sí hay que ser más versado que un columnista.

El mundo se ha ‘movilizado’ y nosotros con el. Aunque todavía hay ciudadanos que su aparato no tiene acceso a internet o no utilizan el whatsapp, aunque en esto haya también un cierto postureo, y quién sabe si son los más felices.

Columna publicada en algunos periódicos del grupo Promecal el 22 de mayo

El cole de Celia y Pepe

 

El falso igualitarismo que intentan plantear las ideologías dominantes en algunos países está intentando acabar con el esfuerzo de muchos padres para que sus hijos con discapacidad se incorporen, esta vez en igualdad, a la sociedad civil.
El aval reciente del Tribunal Constitucional a la Ley Orgánica de Educación Especial -la Ley Celaá-, que quiere acabar con la libertad de los progenitores para elegir el colegio de sus vástagos, se carga también la ‘Educación Especial’. En España hay más de 200.000 estudiantes con algún tipo de trastorno grave, y para miles de ellos estos centros son la mejor respuesta a sus necesidades. La norma acreditada ahora por el Alto Tribunal parece que vulnera los derechos de miles de familias que han elegido la Educación Especial para sus hijos, pero vence la tendencia líquida al sentido común.
‘El cole de Celia y Pepe’ es un ejemplo de ello, pertenece a la Fundación Querer, una institución privada, alentada, sostenida, e impulsada por una periodista burgalesa, con familia palentina, Pilar García de la Granja. Querer es una entidad sin ánimo de lucro -como otras muchas con similares intenciones que implícitamente también están incluidas hoy en este Homo campeonis- que fomenta el trabajo multidisciplinar para diagnosticar e investigar trastornos neurológicos relacionados con el lenguaje.
En ‘El cole de Celia y Pepe’ el curso dura 11 meses. Lamentablemente, la educación ordinaria tiene una capacidad limitada para dar respuesta a las necesidades de los estudiantes con discapacidad. Al menos, y según los datos presentados en la jornada ‘Bullying y discapacidad en la escuela’ celebrada en el Senado, los datos lo dejaron más que evidente: el 80 por ciento de los estudiantes con discapacidad ha sufrido acoso escolar, y el 27 por ciento es objeto de burlas constantes cuando acude a los colegios reglados.
A Pilar su trabajo y el de su equipo en la Fundación Querer le ha valido ser reconocida como una de ‘Las Top 100 Mujeres Líderes en España’ en la categoría de Tercer Sector e Impacto Social.
En el caso de García de la Granja su conocimiento como periodista relevante sin duda ha favorecido a la marcha de la Fundación, pero son miles también los padres anónimos que llegan hasta lo imposible porque sus hijos tengan las mismas condiciones en los estudios, o al menos se acerquen, que el resto de chavales de su edad. En ‘El cole de Celia y Pepe’ hay alumnos de 3 a 16 años que necesitan esa educación diferente para niños ‘diferentes’. Pero no es necesario irse a esta escuela de Madrid, el centro Eloy Camino de Albacete, el Marqués de Vallejo de Logroño, El Fray Ponce de León de Burgos, Fuenteminaya en Aranda, Carrechiqilla en Palencia, Príncipe don Juan en Ávila… decenas de ellos por todos los rincones de España, la mayoría de ellos públicos, con una dedicación y esfuerzo de sus profesores más que evidente.
La ley parece que se compromete a que los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios para poder atender en las mejores condiciones al alumnado con discapacidad. Lamentablemente con esto me ocurre lo mismo que con la atención a los cuidados paliativos. Muchas promesas y escasas realidades. Los más desfavorecidos acaban al final siendo los perjudicados.

(Columna publicada en periódicos del Grupo Promecal: El Día de La Rioja, La Tribuna de Albacete, Diario de Ávila, Diario Palentino, entre otros)

 

Macron

Sería plausible que una columna que lleva el título de Homo Campeonis incorporara a personas anónimas que merecen ocupar un espacio. O casi anónimas. Se intentará, pero esta quincena hay un político que está en el ojo del huracán de su país. Macron lleva luchando por lo que considera una justa causa para el futuro de Francia varias semanas, pese a enfrentarse en las calles con sindicatos -cada vez peor valorados en suelo galo- y sobre todo trabajadores que ven como aquello que consiguieron con esfuerzo solidario puede desvanecerse.

Es cierto que este tiempo no es el anterior, que la incorporación que se hace al mercado laboral en toda Europa es cada vez más tardía -en España nos llevamos la palma-, y que la aportación a las cuentas del Estado de cada cotizante comparativamente es menor que hace cuatro o cinco quinquenios. Así que en Francia no se habla de otra cosa que la reforma de pensiones planteada por su presidente, Emmanuel Macron.

No llegó inmaculado a la presidencia, ejerció de asesor económico de su antecesor François Hollande, fue ministro de Economía, y fundador de su propio movimiento político ¡En Marcha! lo que le obliga a dejar un gobierno en el que es el ministro mejor valorado. Se aleja del Partido Socialista para viajar al centro. En 2017 gana a Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones, con el 66 por ciento de los votos. Con 39 años es el presidente más joven de la historia. En 2022 fue reelegido, ganando también en segunda vuelta a la líder del Frente Nacional. Y durante todos estos años, como a Napoleón, no le han faltado batallas por las que luchar, algunas ganadas y otras perdidas. Europeísta convencido quiere refundar este viejo continente.

Preparación no le falta y apoyo popular tampoco y todavía le restan cuatro años para una nueva convocatoria electoral, por lo que parece que el descenso de popularidad que algunos considerarían alarmante a el, por ahora, le mantiene firme en la reforma.

‘Entre los sondeos a corto plazo y el interés general del país, elijo el interés general del país’ dijo tas la aprobación de la ley y haberse saltado dos mociones de censura. Para Macron la solución es que hay que trabajar más tiempo. Ahora los franceses podían jubilarse con 62 años, y a partir de ahora serán 64, pero seguirá situándose por debajo de otros países europeos, y aún así la reforma no asegura el futuro del sistema. Esta medida no acabará de implantarse hasta 2030 y será progresiva, y quienes comenzaron a trabajar con menos edad se les concede jubilarse antes.

Los partidarios de una u otra posición ideológica están cargados de motivos para mostrarse a favor o en contra, pero lo que es incuestionable es que el presidente francés está diciendo la verdad a sus conciudadanos y es que el sistema no es sostenible, y que para mantenerlo hace falta un endurecimiento de las condiciones. Algo que no se atreven a afirmar otros colegas suyos en gobiernos de diferentes países, cargados de promesas vacías. Quizá haya que cambiar de modelo, pero Macron ha cogido el toro por los cuernos en un país donde todavía se tolera la ‘fiesta nacional española’.

@ajmencia

 

 

 

Flip, Winston, Felipe VI

Este curso que inicia el próximo mes de setiembre Leonor de Borbón Ortiz se incorpora a la Academia Militar de Zaragoza como lo hicieran su padre, el rey Felipe VI, y su abuelo Juan Carlos I. Pasará después por las academias de Marín -embarcará en el Elcano- y San Javier, para probablemente seguir estudiando Derecho. Si el actual monarca lo hizo en la Complutense, todavía no se ha desvelado la Universidad donde lo hará su hija mayor.

A Felipe -mis años de trabajo en Madrid fueron básicamente de seguimiento de la Familia Real española: los estudios y las supuestas novias del Príncipe, las andanzas de Elena y Astolfi, las Bodas de Plata de los Reyes…- los estudios le han venido dados, como a la heredera de la Corona, pero por lo que se observa con el paso de los años su formación militar y académica fue bien llevada, y nunca finalizada, tras el master en Relaciones Internacionales en Georgetown, el actual Rey siguió estudiando, reemplazando a su padre en los viajes oficiales a Hispanoamérica -embarcado en el buque escuela saludó a los 6 presidentes de los países donde anclaron en el continente americano- y conociendo a fondo todas las instituciones.

Siempre ha tenido buenos y grandes consejeros, a José Antonio Alcina le sustituyó Jaime Alfonsín. Y entre ellos, algo más que responsable de seguridad, un burgalés, José María Corona, fallecido hace unos años de una grave enfermedad pero que sirvió a Felipe de Borbón durante más de 35 años con una lealtad absoluta.

Y de esos años, sobre todo, el Rey añadió a algunos de sus mejores amigos a su lista para siempre. Los números 1 de sus promociones siguen estando cerca. El general Eduardo Diz, ha sido hasta hace poco tiempo, el jefe de la Guardia Real; José Luis Nieto de la Marina, y Javier Vidal, del Aire, siempre en puestos destacados en Defensa. Y no falta Felipe al encuentro que hacen anualmente en una ciudad española, la última en Burgos, con los camaradas de Marín. Cuatro compañeros militares fueron testigos de su boda.

‘Para saber mandar hay que aprender a obedecer’ escucharía esos años de formación militar, lo mismo que oirá Leonor. Le llamaron Flip y Winston, por lo rubio y estirado, SAR por su alteza…

Felipe llegó a Zaragoza procedente de Lakefield en Canadá, Leonor lo hará desde el UWC Atlantic College de Gales. La discreción ha sido una de las cualidades en la vida de la heredera. Al actual Rey ya le habían colocado varias posibles novias: Isabel Sartorius, Gigi Howard. No es extraño porque sus compañeros siempre reconocieron que con el era más fácil ligar. ‘mirábamos hacía atrás y había 200 niñas’, y cuando le dijeron que se había publicado su noviazgo con Natalia de Prusia, no dudó en afirmar: ‘No la conozco, pero no me importaría conocerla’. Lo más que se sabe de Leonor es que debieron regalarle una camiseta de Gavi.

El apellido Borbón volverá a ser habitual en Zaragoza. Ya Felipe con 10 años tuvo que decir a sus acompañantes ‘No soy Bosé’ ante su popularidad. Hizo de Rey Mago en una obra de teatro ante el resto de cadetes de la 44 promoción.

Felipe de Borbón y Grecia ha subrayado su paso por las academias militares como ‘momentos que no voy a olvidar nunca’, quizá recordando las palabras de su padre en la jura de bandera del hijo, para que su alma no dejará nunca de vibrar ni sus ojos de humedecerse ante ceremonias repletas de tradición.