Todas las entradas de: Antonio José Mencía

¡Vivan los libreros!

Junto a la lista de ventas libros de ficción y no ficción, debería haber otros de los aconsejados por los libreros, guardianes de la literatura

Me he hecho con un asesor literario para hablar de esta Página Par de los lunes en Diario de Burgos. Hace unos días comentábamos el posible cierre de ‘Música y deportes’ y le anuncié lo que había leído en este periódico de que ‘Luz y Vida’ se haría con ella. Mi asesora me escribió un mensaje: Las librerías!! No pueden dejar de existir!! Viva Luz y Vida!!!!!! Y unos emoticonos extraños que nunca acabaré de entender, al tiempo que me sugería escribir sobre ellas.

Ciertamente, hubo malos augurios con el libro electrónico, las plataformas de ventas, los Kindle…. Sobre la lenta agonía de los libreros. Ha disminuido el número de ellas. No fue fácil sobrevivir, y ni los grandes almacenes que dejaban un espacio para estos artefactos llenos de hojas, ahora los esconden… Pero la pandemia les  sentó bien, los ciudadanos retomamos la actividad lectora y preferentemente en papel y en la Feria del Libro que acaba de cerrar sus puertas era increíble observar algunas filas para la firma del autor. Se han sumado instituciones al carro de la presentación de libros y como dijo el propio presidente de los libreros en la presentación de la Feria, Burgos es un lugar de encuentro para escritores, editores, lectores y libreros. Y de esto sí nos podemos felicitar. Y lo veo en el lugar que trabajo y en su programación desde hace años.

Por eso es una gran noticia que no cierre ‘Música y deportes’, un lugar donde te encontrabas con las portadas de los periódicos y con la venta de los mismos cuando los kioscos parecen ir cerrando progresivamente, y el que Fernando Rivas, su anterior propietario, había convertido en un bazar de sueños, donde antaño se encontraban instrumentos musicales y deportivos, navegabas ahora entre libros brillantemente editados junto con los best seller del momento, con la música que se mantiene en muy pocos establecimientos y que será también un nuevo reto para su flamante gestor, Álvaro Manso, que suma este bajo del Espolón a ‘Mar de Hojas’ en la Plaza Mayor junto con el primer establecimiento histórico y familiar.

No es fácil una clara apuesta por la cultura en estos momentos, pero solo ganan los que asumen riesgos. Y ante la marea de libros que surgen de todos los rincones son necesarios los buenos libreros, aquellos que te aconsejan unos libros porque conocen tus gustos y ellos además se los han leído aunque sea en forma de lectura rápida. Es complejo asomarse en este mar de hojas que suponen estos centenares, miles de nuevos volúmenes al año. Casi es imprescindible contar con un asesor literario. Y para escoger qué mejor que los auténticos libreros. Debería haber una lista de libros junto a los más vendidos de ficción o no ficción, de poesía e infantiles, que incluyera los textos recomendados por los guardianes de la literatura.

 

 

 

Letizia Ortiz Rocasolano

Coincido en dos aspectos, importantes en mi vida e imagino que en la de la Reina, con Letizia Ortiz, los dos somos periodistas y los dos somos asturianos, con gran orgullo del lugar nacimiento, percibo que como la inmensa mayoría de los ciudadanos, y no hay más que ver en esta tierra la devoción con la que se canta el Himno a Burgos, y en Asturias el propio, más indicado para una noche de fiesta –eso dicen- que para el izado de una bandera, aunque sea la azul con la Cruz de la Victoria.

Desde 2004 está casada con Felipe de Borbón. Y cómo no durante todos estos años, y los previos del noviazgo, ha sido objeto de críticas, por su origen, por su actitud, por su forma de ver la vida… Claro, es la primera esposa de un Rey español que no pertenece a la realeza, y cuando se anunció su matrimonio se insistió en que había estado divorciada –civil, después de un enlace también civil- y alejada del catolicismo.

Si bien tuve ocasión de conocer al actual Rey como periodista durante sus años de academias militares y sus estudios en la Complutense, con la Reina mi primer contacto tuvo lugar durante la inauguración del edificio donde se encuentra Diario de Burgos. Se aplazó la visita porque Letizia estaba interesada en acompañar a su marido en este viaje y debido al embarazo de Leonor y luego los primeros meses de la vida de la heredera,  motivaron el cierto retraso.  Pero ya habían indicado que deseaban dedicar tiempo y saludar a todos los trabajadores. En un año en que DB cumplía 115 años. Confieso que hacía tiempo que no había visto al futuro Rey de España, y aunque siempre ha sido una persona cercana, en estas tres horas estuvo hasta preguntón –mucho menos por supuesto que su mujer-, sonriente y próximo. Lo mismo que Letizia que se sorprendía con las fotos de Felipe de pequeño a su paso por Burgos y que incluso pidió permiso para llevárselas. Se les veía muy enamorados. Incluso habíamos publicado ese día un suplemento con una doble página de fotografías donde todo eran miradas de complicidad que les gustó a ambos.

La periodista Letizia Ortiz obtuvo la distinción a mejor comunicadora menor de 30 años. Pasó por varias televisiones hasta llegar a la 1 de TVE, entonces con el informativo de más audiencia. Y ahí es cuando Sofía de Grecia se enteró, frente a la tele, que su hijo, el heredero de la Corona, estaba embelesado por esa joven, que había estado ya en zonas de conflicto, que tenía seguridad y confianza ante la cámara, naturalidad y convencimiento. Hija y nieta de periodistas dejaría la profesión por Felipe de Borbón.

Cumple 50 años en los próximos meses, 4 menos que su marido, desempeña a la perfección su papel de reina contemporánea. Es fundamental en la educación de sus hijas y a buen seguro un apoyo clave en la familia real. Asume su puesto de reina consorte y comparte y discute las decisiones con el Rey, algunas muy difíciles. Quiere un reinado transparente. Y celebra 8 años como Reina en unos días. Letizia Ortiz Rocasolano es una gran reina para estos momentos, aunque algunos se empeñen en trabajar por lo contrario.

Médicos de familia

 

Recuerdo hace ya algunos años la gran confianza que tenía mi padre con su médico de cabecera, incluso el teléfono de su casa para llamarle cuando lo considerara necesario. Existía una relación casi de amistad –que los buenos amigos se cuentan con los dedos de una mano- porque además mantenías el mismo doctor durante un montón de lustros.

Ha pasado el tiempo, la población hemos envejecido y ha aumentado el número de pacientes que los actualmente ‘médicos de familia’ cuentan en su cupo. Y por no sé qué motivo, los chavales que acaban los estudios de Medicina no tienen esta especialidad entre sus prioridades. Este experto “en personas” resuelve, en principio, la inmensa mayoría de las demandas de los usuarios del Sistema Nacional de Salud. Por ello, hace gran ilusión encontrarse en las redes sociales con un tuit como este: “Por fin, después de todo el camino recorrido llega la recompensa, y además en casita. Soy R1 de MFyC (medicina familiar y comunitaria, apunto) en el HUBU. Gracias a la gente que creyó en mí y me apoyó, en especial a mis padres. A veces los sueños se hacen realidad”.

Gracias a ti, por la ilusión con que comienzas tu vida profesional después de la dura carrera, la preparación del MIR, ahora te quedan cuatro años donde te especializarás en el Centro de Salud y en el Hospital, donde conocerás la salud pública, las urgencias, las prácticas quirúrgicas más de cerca, y donde tendrás al lado a esos grandes doctores y doctoras en su despacho, pequeño pero digno, del Centro de Salud, donde aprenderás a diagnosticar pese a que el tiempo del que disponen es escaso, pero parece que a ellos les de lo mismo, porque no lo cumplen y cuentan con el que sea necesario, y a la mayoría de los pacientes no les importa esperar si saben que les atenderán bien.

Y extiendo la misma cualificación al numeroso grupo de enfermeras que trabajan también en estos centros del Sacyl. Espero R1 que cuando acabes el Sacyl te contrate porque tu anhelo bien lo merece.

Perdonen en esta Página Par esta reflexión personal. A lo largo de estos lustros en Burgos he contado con varios médicos en mi tarjeta sanitaria. No hallo en la memoria ningún tachón con ellos.  Quizá he tenido suerte. Por diversos motivos han ido cambiando de plaza y  otros se han ido jubilando. Se han preocupado por mi situación, y no soy paciente fácil, sino más bien de riesgo, y me han aconsejado. No son Merlín, claro, y no siempre encuentran la solución a los problemas de los enfermos. Y cuando lo creen conveniente, por eso, envían al Hospital a aquellas personas que merecen una atención especializada.

Claro que hay excepciones, como en todas las profesiones, aunque esta sea especial y se les exige más que al resto, porque un error puede ser mortal. Y ello ha hecho que proliferaran los seguros entre los galenos. Pero en ‘primaria’ la cercanía con el paciente es muy grande, como el corazón que muchos de estos médicos tienen.

 

 

Amistad

A veces cabe que nos pregunten por quién seríamos capaces de dar nuestra vida. Melendi, en Saraluna, canta que por una hermana a la que casi no conocías. Casi con toda seguridad por nuestros hijos, que deberían todos perdurar a sus ancestros, pero a veces no ocurre. Por nuestra pareja, también, claro.  También probablemente –y depende de edad y circunstancias- por nuestros padres, quizá por nuestros hermanos y en alguna circunstancia por nuestros sobrinos. Plantearte ofrecer tu vida a cambio de la de otro es fortísimo. A lo largo de la historia muchos lo hacen por su patria, por una bandera, y no por su oficio, sino de manera voluntaria, y otros muchos por los demás en una entrega generosa sin pedir nada a cambio.

¿Y daríamos la vida por nuestro amigo del alma, al que muchas veces hemos llamado hermano o compadre?¿Hasta dónde llegaríamos?¿Qué es realmente un amigo?¿Cuántos podemos llegar a tener? Con las redes sociales hemos logrado recuperar viejas amistades; y ahora son amigos o conocidos ¿Y qué diferencia existe entre las dos denominaciones?¿Qué le pedimos a un amigo? En este último, entiendo que lo mismo que a una pareja: Sinceridad y lealtad. De un amigo no se habla mal a sus espaldas. Se le cantan las verdades, con respeto y exigencia.

Porque los amigos y amigas te ayudan a sonreír, a subir el ánimo, mejoran la resistencia psicológica, física y hacen que tengas una vida más saludable al socializar, porque la soledad puede ser un asesino silencioso que nos acabe aislando.

Curiosamente, según un estudio publicado por la Universidad de Zaragoza en 2020, las personas que se sienten socialmente aisladas no duermen tranquilas. Aunque la generalización casi siempre es mala, también otros estudios indican que dejar de compartir tiempo con tus amistades motiva que se acelere el deterioro cognitivo que viene con el envejecimiento, lo contrario aumenta los niveles de autoestima.

Más la amistad exige buscar lo que te une, y no lo que te separa, prescindir y ceder en temas personales sin importancia. La amistad no es coercible, exige libertad, alteridad, reciprocidad, trato, y como escribe Saint-Exupéry,  no es mirarse uno a otro, sino ‘mirar juntos en la misma dirección’. Y compartir, pero con la anuencia del otro, las amistades no se imponen.

Y es que va a ser verdad eso de que quien tiene un amigo tiene un tesoro, pero hay que cuidarlo mucho.

23.978

Desde que comenzaron a contabilizarse los fallecidos en el Estrecho, ahogados, en 2014, han desaparecido, que se sepa, 23.978 personas. 9 cada día sin descanso en estos siete años y cuatro meses, que se sepa, porque fácilmente esta cifra se puede multiplicar por 4 ó por 5. El dato lo daba Anna Surinyach una periodista de raza que ha documentado con centenares de fotografías lo ocurrido no solo en el paso entre África y Europa, sino en muchos puntos de África, Asia o América con aquellos a los que las guerras los abandonan. Anna estuvo en el ciclo El mundo, en conflicto, que organiza el Museo de la Evolución junto con Diario de Burgos y por el que están pasando profesionales del periodismo que conocen muy de cerca la guerra y sobre todo sus consecuencias.

Con lo que está ocurriendo en Ucrania nuestro lado más solidario se ha estremecido. Las imágenes llegan a raudales. En Burgos son centenares los refugiados que están compareciendo no solo en la capital sino en muchos puntos de la provincia. Y al ser europeos su ‘legalización’ parece mucho más sencilla que los que vienen del sur, sin papeles, huyendo de conflictos interminables, de dictaduras inacabables, del terror y la persecución entre tribus, y que buscan un lugar para vivir y trabajar.  Pero en estas charlas que tienen lugar durante seis semanas en el MEH también se recorren además lugares inesperados o más desconocidos. Mucho podemos aparentar saber de los talibanes en Afganistán, pero quizá menos de los estragos de la droga en muchos países, o de la persecución a las mujeres, que son vendidas como dote.

En esta civilización occidental marcada por la modernidad líquida, donde los fundamentos sólidos de nuestros padres y abuelos como la cultura del esfuerzo, el trabajo, la fidelidad…. Se han desvanecido, donde es difícil de encontrar certezas y a lo que se puede acceder es precario y provisional. Donde todo se esfuma, intentar implicar a nuevas generaciones para cambiar esta sociedad y contemplar con ojos diferentes la realidad que se nos muestra, es evidentemente complejo. Pero Zygmunt Bauman, el filósofo que acuñó la ‘modernidad líquida’ y al que pudimos escuchar en Burgos, aportaba también posibles soluciones. Bauman, premio Príncipe de Asturias, reconocía el placer de ver el resultado final del esfuerzo pero reservaba este privilegio a una minoría: el escritor con su obra, un músico con su composición…. Y en este mundo líquido, gaseoso, el filósofo en su breve discurso en Oviedo, ante esta sociedad reflejada en El mundo, en conflicto, decía: ‘En un mundo donde la única certeza es la certeza de la incertidumbre, en el que estamos destinados a intentar, una y otra vez y siempre de forma inconclusa, comprendernos a nosotros mismos y comprender a los demás, destinados a comunicar y de ese modo, a vivir el uno con y para el otro’.

Buscando al otro nos hallaremos. Espero.

Estos somos

Los datos son los que son. En Burgos contamos con 166 municipios con menos de 100 habitantes, 150 con más de 100 pero menos de 500, 31 entre 500 y 1000. Lo que muestra que la inmensa mayoría de poblaciones de Burgos -371 en total- tienen menos de 1000 ciudadanos.

Por comparar, Andalucía tiene 785 y solo 217 cuentan con menos de 1000 habitantes, pero es que apenas 2 del total suman menos de 100 y escasamente 100 pueblos entre 100 y 500. Por hablar de dos comunidades extensas, en Castilla y León los ayuntamientos son 2.248 y 2.011 con menos de 1.000 vecinos.

Esta es la realidad de la despoblación –cruda o no- que no solo nos encontramos en esta tierra, aunque en otras la concentración es mayor y en Castilla La Mancha, por ejemplo, son 36 las localidades con más de 10.000 ciudadanos. Esto es lo que nos cuenta el último padrón actualizado. Todas y cada una de las nueve provincias de este mapa territorial que formamos la comunidad adolecen de una densidad demográfica con futuro. Y más que la España vaciada somos la España que se vacía.

Pero esta situación, ¿es buena o es mala? ¿Merece la pena perder la identidad de nuestros pueblos para mejorar la calidad de vida de sus vecinos? Los vecinos de Don Benito y Villanueva de la Serena así lo decidieron y no son villas pequeñas precisamente. Ambas, similares, sumaban más de 60.000 parroquianos. En la campaña abogaban por la mejora de los servicios públicos para todos. ¿Pero eso evitaría que nuestros jóvenes prefieran trasladarse a urbes más pobladas que mantenerse en las nuestras? Y qué es mejorar los servicios, tener aeropuertos con escaso rendimiento, o universidades en todos los rincones, por el mero hecho de su existencia.

No es lo habitual en España la fusión. Antes que los extremeños, dos municipios gallegos –estos más pequeños, menores de 3.000 habitantes- se unieron con el nombre de Oza-Cesuras, en 2013, y en 2017 otros dos, también gallegos, Cerdedo y Cotobade se fusionaron para superar las 5.600 personas. Bien es cierto que las aldeas gallegas se encuentran sin solución de continuidad y en Castilla y León el vasto el territorio vacío.

Un trabajo reciente de mi compañero Rodrigo Alonso, que expuso en el Encuentro Ibérico de Patrimonio Mundial, evidenciaba una vez más en un mapa lo escasamente poblada de la ‘Serranía Celtibérica’ de la que forman parte zonas de Burgos y  Logroño;  Soria, Guadalajara y Teruel al completo y un bocado amplio de Zaragoza, con una densidad de población similar a Laponia en el sur de Suecia, con solo 7 habitantes por kilómetro cuadrado. La densidad en el total de la provincia de Burgos es 24,75 y un poquito más arriba, en Cantabria, 109,69.

¿Se puede o se debe revertir esta situación? Evidentemente, todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos. Siempre la reivindicación de esta tierra ha sido la extensión y la dispersión y lo que cuesta ofrecer los mismos servicios a 371 municipios de Burgos o los de 2.248 Castilla y León que los 179 de Madrid, con ochocientos mil habitantes más que toda nuestra región.  Pero la solución no es fácil, por no decir casi imposible.

 

 

Nadie es imprescindible

Así de contundente se dirigía el presidente del Burgos CF a su actual entrenador: ‘Nadie es imprescindible’. Pretendía que el míster deshojara la margarita cuanto antes cara a planificar el futuro del equipo en la Segunda División. Este ha pedido objetivos más ambiciosos, sin determinar cuáles, y los dirigentes deben hacer cuentas entre ingresos y gastos para hacer del club un equipo viable en una categoría complicada, donde puedes caer a los infiernos o subir a la gloria.

Lo que sí es cierto es que pocos imprescindibles hay en el mundo, y quien así se considere tendrá difícil formar equipos, algo necesario y básico en el mundo empresarial actual. También en el deportivo. La actual directiva del club blanquinegro merece un gran aplauso. Recuerdo que en esta Página Par hace unos cuantos meses puse la mano en el fuego por los argentinos que regían los destinos del Burgos CF…  y me quemé. Falló todo, salvo que el equipo logró el ascenso, y eso es un gran mérito, pero desde el punto de vista de gestión deportiva y de futuro se quedaron a medias muchos proyectos, hubo fichajes inexplicables, y no han vuelto.

Los ‘nuevos’, pero ‘viejos’ en lides deportivas, aportaron peculio, organizaron en muy poco tiempo el club de forma profesional para ser admitidos por la LFP y han manejado con tiento la parte deportiva, confiando en un manager y un entrenador que han logrado reivindicarse y cotizarse, al igual que algunos de sus jugadores, que probablemente dejen los colores a final de temporada por ofertas que les lleguen. Habrá que construir de nuevo alineaciones y ser viables en el campo y los despachos en una división muy complicada.

Pero es cierto que nadie es imprescindible. Recuerden los equipos, y no solo de fútbol, que han cambiado no una, sino dos o tres veces de entrenador este curso. Pero esto tampoco significa un revulsivo cuando el mal se encuentra desde la cabeza hasta los pies.

Uno que sigue la Segunda –por su Sporting del alma- ve equipos ejemplares en la gestión, y Burgos CF al igual que el Mirandés son un modelo, y otros que no. Y no hay más que mirar a la primera RFEF para ver cómo el Racing ya ha subido, y la fase de ascenso parece que le espera al Dépor, dos clásicos, mientras que Atlético B y Castilla no tienen fácil jugarla, y el Andorra de Piqué puede verse, sin embargo, también en Segunda.

El Burgos debe todavía consolidarse y finalizar en una buena posición. Cuenta con rectores expertos. Ha amarrado al director deportivo y falta el de la batuta. No es fácil hallar a una persona clave. El Barcelona parece que lo ha conseguido con Xavi, el Atlético  con Simeone, y el Real Madrid, uff el Real Madrid, siempre duda. Y el Sevilla con Lopetegui. ¿Y Marcelino? ¿Bordalás? ¿Emery? ¿Y el Rayo con Iraola? Cierto que algunos están consolidados, pero otros siempre penden en el alambre. Suerte para el Burgos y que acierten con la decisión de Calero… estar una temporada pendiente del entrenador es jugártela.

Futbolistas

Disculpen si les cuento en esta Página Par relatos personales, para una memoria frágil son los que más rápidamente acuden a la cabeza, y con algo de tiempo transcurrido se hacen más cercanos. Saben los lectores habituales que soy del Sporting, pero no me gustó nada lo que hicieron los jugadores rojiblancos al final del derbi ante el Oviedo el sábado. Perdieron, claro, es lo habitual en esta temporada, y no lo encajaron bien. Es cierto que los carballones mostrando las camisetas al público -99,9 por ciento gijoneses- les mosquearon. Es verdad que no les enviaron ninguna entrada a los azulones. Y que el Oviedo está en puestos de fase de ascenso y el Sporting evitando el descenso a los infiernos. Pero en el fútbol hay que saber ganar y saber perder. Y por más oportunidades que tuvieron el gol no entró, y en este equipo eso es culpa desde el presidente hasta el último jugador. No ha habido planificación, no se ha confiado en los entrenadores, no saben a qué juegan…

Vivir en la piel de un futbolista no es fácil. En el primer sueldo te compras un automóvil que ni un comisionista. Puedes ser famoso con 19, 20 años y te invitan a todos los saraos. El que esto escribe lo sintió hace ya algunos años. Estaba en Pamplona, y en el Colegio Mayor vivía con el hijo del entonces presidente del Sporting. Había un par de gijoneses más y su padre nos invitó a comer con la plantilla y al palco en el partido en el viejo Sadar. Así que después del almuerzo subimos el autobús rojiblanco y acabamos entrando a pisar el césped por el túnel de vestuarios con algunos aficionados navarros saludando. Yo iba con mis amigos, todo altos y deportistas, podían confundirse con Maceda o Jiménez por la complexión física. Yo no, aunque entonces jugaba al baloncesto. Pero me pidieron un autógrafo, y no le dije nada al chavalín que lo hizo, y firmé, y crecí hasta la altura del rubio central del Sporting que acabaría en la selección y en el Madrid. En Osasuna estaba Enrique Martín, viejo conocido en Burgos, y que al año siguiente sería vecino mío en el barrio de Iturrama en Pamplona.

Formaba parte de un equipo que casi no jugó en Europa, pero que en una ocasión fueron llamados siete a la selección española. Ese año –el de mi ‘debut’- quedamos octavos, con Boskov de entrenador; ganó la liga el Athletic de Clemente y nosotros nos convertimos en los reyes del empate.

Nunca olvidaré esos momentos pisando el césped de Pamplona. Aunque hubiéramos perdido 2 a 0.  Pero entonces no había tantos mercenarios en nuestro fútbol, se sentían los colores, y claro que había tanganas, que se lo pregunten a Miguelí o Goicoechea. Así era el fútbol.

Ahora estos chicos ganan millones, tienen en su casa el gimnasio, son auténticos cachas –la mayoría- y pueden cambiar de club como de camiseta. Pero hay que saber perder… y ganar.

 

 

Semana de Pasión

Algunos años en Semana Santa bajábamos desde Asturias a Castilla, en una aventura que ya les he contado en esta Página Par, cuando el Seat 850 iba con los seis a cuestas, calándose por el camino e intentando superar lo que para nosotros era un muro: el puerto de Pajares.

Palencia era otra Semana Santa para los que vivíamos en el norte. Bien es cierto que aún se conservaban costumbres en Asturias como la visita a los monumentos en las iglesias entre el jueves y el viernes, la palma entre padrinos y ahijados, o la mona de Pascua de devolución de la visita. Pero no habíamos oído hablar de procesiones, ni de pasos, ni de nazarenos, y menos del silencio castellano. Quizá por ello o quizá también porque mi padre había sido hermano mayor de la cofradía de los luises –perdón para los semanasanteros, la Cofradía penitencial de Nuestro Padre Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosallegar algunos años a la vieja Castilla se convertía en tradición. De hecho cuando estuve en el Diario Palentino fueron a verme los hermanos de esta cofradía que tenía la sede en el convento de San Francisco para invitarme a participar en la misma. Pero ni yo me veía con el capirote y la túnica, ni tampoco mi estancia allí iba a ser muy larga. Y eso que me gustaba el hábito, blanco y azul cielo, y las imágenes que portaban, y sobre todo la pausa y una pasión callada.

Alguna vez nos acercábamos a Valladolid –pocas- porque había que contemplar su imaginería, o a otros lugares de la comunidad. España es Semana Santa, en el interior y en su litoral, y su tradición motiva el movimiento de miles de personas. Que se lo pregunten a los zamoranos, o a los coquenses, o a los malagueños y a los sevillanos. O en El Ferrol, o en Murcia, o en Valladolid, o en Calanda, o en Madrid con su Jesús de Medinaceli… o La Borriquilla en Palencia y en tantos lugares.

Precisamente en esta Semana Santa de 2022 Burgos volverá a ser protagonista tras la suspensión de la de 2021. Seguiremos con la mascarilla, pero podremos contemplar sus dos principales procesiones, la del Jueves y la del Viernes Santo, a través de la pequeña pantalla en Televisión Española, merced al acuerdo del ente público con la Fundación del VIII Centenario de la Catedral, y la colaboración del Ayuntamiento y la Junta. El Encuentro que congrega a miles de personas –mezclados fieles y curiosos, con vecinos y turistas- y enardece el alma de los cofrades que portan a María y a su Hijo camino del Calvario. Y la Procesión General del Santo Entierro con todos los pasos en la calle si el tiempo no lo impide. Ha mejorado mucho su orden y su música.

Ha cambiado bastante esta Semana en la tierra del Cid. Y en este tiempo de Pasión quizá nos ayude a reflexionar más por los necesitados, que no son pocos, de este mundo.

 

Saber trigonometría

 

Un amigo, de Galicia, que me dio un montón de consejos de juventud frente a la vida, decía: Hay que verlas venir, dejarlas pasar, y saber trigonometría. Parar, templar y mandar que diría el flamante consejero de Cultura de la Junta. Gallego, gallego lo primero, castellano viejo lo segundo. De esos gallegos que no sabes si suben o bajan cuando les ves en una escalera, y que casi siempre contestan con una pregunta o con un depende. Pero pese a lo que muchos crean, no son indecisos, sino lanzados, han conquistado medio mundo, sobre todo allende el océano, han creado fortunas y la morriña les hizo volver a bastantes. Por algo dicen que los gallegos y asturianos somos primos hermanos.

Y por eso Feijóo, que no es Casado, les ha comenzado a poner nerviosos a los partidos en el gobierno, porque no se sabe con certeza lo que fluye por su cabeza para el futuro del Partido Popular. Es un político de éxito por las mayorías absolutas consecutivas que ha alcanzado en Galicia (por cierto el mismo número que Juan Vicente Herrera, ambos son buenos amigos y quién sabe si le hará retornar a la política al paisano burgalés), dicen que es un buen gestor e intenta mantener más o menos contentos a todos los sectores hasta el punto de variar algunas de sus políticas tradicionales, pero no olvidemos que es militante popular, y como tal mantendrá unos principios.

El caso es que con el lanzamiento del líder popular este fin de semana volvemos a encontrarnos en campaña electoral. Feijóo no tiene voz en el parlamento y deberá buscar la manera de que le escuchen. Mantiene una discreta pero constante presencia en redes cuando suenan voces sobre un posible adelanto en las elecciones generales. Los socialistas con una inflación galopante y unos precios desbocados no están en su mejor momento. A nivel regional habrá que ver la cohesión del ‘equipo’ de la derecha con Fernández Mañueco al frente. Un primer experimento al que se dirigirán muchas miradas. Los ‘verdes’ no pueden fallar a su palabra, pero tampoco enfrentarse a la mayoría de los ciudadanos. Y será un patrón para otras regiones.

Y en cuanto a las municipales resta menos de un año para las mismas y algunos políticos ya se están tentando la ropa. En Burgos, a buen seguro, habrá bastantes cambios en las candidaturas salvo  la del actual alcalde, Daniel de la Rosa, que intenta mediar entre los problemas vecinales, y que se ha sacado cuan mago de la chistera una buena cantidad de millones para actuar en infraestructuras en este año preelectoral.

Habrá que ver cuánto puede influir en el voto local la tendencia nacional. Habrá también que interpretar el CIS y lo que Sánchez pretende. Y habrá que mirarse el bolsillo, porque la economía es la que mueve las papeletas de verdad.