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Un paseo por el arte rupestre

Recientemente la revista Science publicaba un estudio que reconocía que el arte rupestre encontrado en algunas de las cuevas de Cantabria y Asturias, que son ya Patrimonio de la Humanidad, es el más antiguo del mundo, según las nuevas dataciones. En el trabajo participaron investigadores de Bristol, Sheffield, Barcelona, Alcalá de Henares, País Vasco, Altamira y el Cenieh burgalés. Se dataron por el método de la serie del Uranio costras calcíticas situadas por encima o debajo de las figuras pintadas en las cuevas, entre otras, de Altamira, El Castillo y Tito Bustillo. Los resultados logrados tras un exhaustivo trabajo nos permite conocer que figuras de manos negativas, grandes discos rojos y también signos triangulares de las cuevas de Altamira y El Castillo, ambas en Cantabria, permiten asegurar que constituyen las primeras evidencias de la creación artística realizada hace más de 37.300 años. En Tito Bustillo (Ribadesella), los datos llegan hasta los 35.000 años, en el caso de un antropomorfo. Por la edad de las pinturas surgieron posteriormente debates sobre la posibilidad de que fueran los neandertales en lugar de nuestra especie los autores de algunas de las pinturas geométricas.  Pero casi la nula presencia de restos fósiles de homínidos hace que de momento solo sean insinuaciones que lo que sí han llenado son páginas y páginas de hemerotecas en todo el mundo. El neandertal parece estar de moda y todo lo que se ocupa de él es devorado por una comunidad de lectores cada vez mayor de apasionados por la ciencia.

Así que el puente del Pilar allí me fui. Conocía ya Tito Bustillo (se llama así porque uno de los jóvenes espeleólogos que descubrió la cueva se murió por accidente al poco tiempo y en su homenaje lleva puesto su nombre),  y el Museo que recrea su arte rupestre. También había estado por la neocueva de Altamira. Da igual: encontrarte de nuevo con los vestigios de nuestros antepasados puede llegar a la emoción. No había pisado El Castillo, y merece la pena introducirse en esos recovecos preparados para el turismo para contemplar lo que ahora pueden ser las pinturas más antiguas del mundo. Atapuerca-Altamira-Tito Bustillo deberían convertirse en un eje fundamental para mostrar la vida de los ancestros en Europa. De hecho ya muchos franceses, nuestros vecinos galos son los que más aprecian este arte, nos visitan.

En Atapuerca también existe un importante conjunto de arte rupestre, que se encuentra en Cueva Mayor, en la Galería del Silex, inaccesible para el visitante por la dificultad de su entrada, pero grande en cuanto a su amplio corpus iconográfico, más de 400 motivos. De algunos de ellos hay una representación en el Museo de la Evolución Humana. Son más recientes que los restos cántabros y asturianos, en torno a los 6.000 años, pero frente a aquellos, en la sierra burgalesa se ha documentado mucha industria lítica, restos de fauna y sobre todo humanos.   Si tiene amigos a los que le gusta la historia y la aventura, no lo dude, recomiéndeles Atapuerca-Museo de la Evolución-El Castillo-Altamira y Tito Bustillo. Y si vienen con niños acabar en el Museo del Jurásico asturiano puede ser el colofón. Disfruten.

 

Nieto de minero, hijo de ferroviario

Estremece escuchar a Víctor Manuel cantando “la planta 14”. Nieto de minero, hijo de ferroviario, el cantautor asturiano ha dado voz en numerosos momentos a las peticiones de estos profesionales que se han jugado la vida en muchas ocasiones por las pocas medidas de seguridad que se tomaban bajo tierra. Es una profesión mítica por sus inseguridades, sus enfermedades, sus prejubilaciones, sus buenos sueldos, sus trabajos heredados entre padres e hijos. Las cuencas de Asturias, León y en menor medida Palencia han vivido de forma sucesiva a lo largo del tiempo conflictos de unos tipos duros, con la tez manchada por el carbón de la mina. Los que somos nietos de ferroviarios e hijos de funcionarios en cambio hemos estado alejados de estos hombres curtidos en mil batallas,  aquejados de neumoconiosis, bronquitis o la ya famosa silicosis, que ha segado la salud de cientos de ellos.

Pero como casi siempre, y no solo en el caso de la minería, cuando llegamos a las puertas del final de las subvenciones nos damos cuenta de que todo el dinero previamente recibido por Europa, al menos en una parte sensible, no lo hemos destinado a la reconversión de puestos de trabajo, sino a la creación de infraestructuras que no siempre iban a generar empleo de futuro, sino pasajero. En Asturias, bienvenida sea la autovía minera, que por ejemplo nos beneficia a los gijoneses cuando llegamos de León, y también a Langreo y poblaciones del valle del Nalón. Pero pocas empresas, sin embargo, han logrado atraer los euros alemanes en todos estos años.

En El Bierzo –un territorio que bien merece la pena, con un atractivo turístico muy sugerente- se creó la Fundación Ciuden no solo para potenciar el turismo, a través de diferentes ofertas y de un Museo Nacional de la Energía que en su proyecto bien merece la pena, sino para investigar o desarrollar la captura del CO2 con una industria pionera en Europa. Ahora, sin embargo, en tiempos de crisis parece que esa idea inicial se encuentra de capa caída, cuando debería aún más revitalizarse. 10.000 empleos directos o indirectos derivados de la minería en el norte de España parece que van a verse sujetos a una reconversión, pero antes de ello y antes de que llegue 2018, con el final de las ayudas públicas, no se les debe dejar caer.

El carbón sigue siendo una de las principales fuentes de energía en España. Europa nos presiona no solo por las subvenciones, sino también en búsqueda de una energía limpia, pero nuestro carbón supone también una reserva estratégica. Algo habrá que hacer para ayudar al menos a la explotación del mismo si sirve para mantener empleos –en estos años tan necesarios- y desde luego nuestros responsables políticos deben ponerse las pilas energéticas para intentar solucionarlo, o al menos paliar los posibles recortes. Aquí también nos toca evolucionar.

Columna publicada en DB y El Comercio

Premios Príncipe de Asturias

Hoy permitan que mire para mi tierra de nacimiento para unos premios, los Príncipe de Asturias, que este año son extraordinariamente destacados precisamente por la personalidad de los galardonados.  Y es que han acertado en todos, o quién duda del etíope Haile Gebrselassie, que debía recorrer todos los días 20 kilómetros para acercarse a la escuela, y que ha sido un ejemplo de tenacidad en todas y cada una de las carreras que ha disputado, en una vida no precisamente fácil; o de los 50 voluntarios de Fukushima que trataron de evitar con su sacrificio que se extendieran las consecuencias del terremoto de Japón por el resto de territorio ofreciéndose para vigilar toda la situación de la central nuclear. O la Royal Society, con más de 350 años de antigüedad, y que sigue siendo un centro de investigación y divulgación de primer orden, y que tuvo, por ejemplo, a Helmut Newton como uno de sus presidentes.

Más premiados de este 2011, y que recibirán la estatuilla en apenas unas semanas, son Joseph Altman, Arturo Álvarez Buylla y Giacomo Rizzolatti, considerados referentes mundiales de la neurología por haber proporcionado pruebas sólidas para la regeneración de neuronas en cerebros adultos. Sus investigaciones han abierto esperanzadoras vías a una nueva generación de tratamientos para combatir enfermedades neurodegenerativas o asociadas al cerebro, como el Alzheimer, el Parkinson o el Autismo, precisamente aquellas enfermedades que nos hacen perder en cierta manera nuestra relación con el mundo exterior.

Tampoco podemos olvidar a otro de los distinguidos, Bill Drayton, que ha apoyado a más de 3.000 líderes emprendedores de más de setenta países.  La idea sobre la que se basa Drayton es que los retos de la sociedad necesitan que cada persona pueda ser protagonista del cambio, desde cualquier ámbito, ya sea global o local. Partiendo de la base de que cada uno tiene la bondad, capacidad y responsabilidad básicas para contribuir a las soluciones necesarias. Y miren si no faltan emprendedores como él en este planeta.

Como ven, son todos referentes en un mundo que cada vez necesita más héroes como los de Fukushima.  Faltan dos de los premiados, Riccardo Muti y Leonard Cohen, a quienes les debemos una música que transciende más allá de los sentimientos.

Que quieren que les diga. A mí también los premios me llegan al corazón, solo tienen que detenerse a escuchar en silencio a decenas de gaitas tocar el Asturias Patria Querida cuando los Príncipes se despiden del auditorio. En esos momentos, con el corazón en un puño, echo de menos que Castilla no tenga también su himno.

Autonomías sí

Quizá para los asturianos que nos creemos que Asturias es España y lo demás tierra reconquistada a los moros, o los que pensamos que el paraíso natural estuvo en tierras norteñas, o que disfrutamos y sufrimos con las subidas y bajadas del Sporting, con la Santina, con el orbayu que te moja como calabobos o para quienes decir que ¿Podrías explicármelo otra vez? supone ¡Cagun mi mantu nun tiendu na!, ser autonomistas no nos resulta necesario. Somos asturianos, grandones, y punto.
Pero las autonomías han traído a España un montón de beneficios, si se mantiene la caja única y si todos somos iguales. Es cierto que hay un cierto debate público en estos momentos en los que opinan expresidentes y ciudadanos de la calle sobre este Estado en el que llevamos ya treinta años y que ha visto peligrar su bienestar debido a la crisis económica y a su mala gestión. Y precisamente el uso y abuso de la multiplicación de administraciones hace que incluso se puedan observar razonamientos correctos en busca de la supresión de diversas instituciones en pos de rebajar la carga del gasto público. Para qué un ayuntamiento, una diputación, una delegación autonómica, un gobierno regional, cada uno con sus correspondientes órganos legislativos, si muchos de ellos tienen órganos duplicados y no se atreven a contarnos sus funciones.
Es cierto que todavía no ha acabado la segunda descentralización, y que la primera, la del Estado central a los entes autonómicos, ha creado profundas diferencias entre regiones que poco a poco se deben evitar. No es de cajón que un profesor, un médico, un polícia local o un funcionario de prisiones tenga distinto salario según el suelo que pise o la lengua que hable. Y tampoco es de recibo que de lo mismo la deuda que asume cada una de las autonomías. Las que han cumplido los deberes, como la nuestra, la de Castilla y León, podrán endeudarse más. Las otras, que se aprieten el cinturón. Y es en eso donde notamos los ciudadanos que no somos iguales y que para algunos hay barra libre. También es un despropósito la cantidad de puestos de trabajo que se han multiplicado en las administraciones sin conocer muy bien sus ocupaciones. Pues aclarenlo, para que los votantes sepamos si estamos creando un gran monstruo o si al contrario son necesarios.
Pero estoy seguro que a pesar de los pesares las autonomías han mejorado la sanidad, la atención social de nuestros mayores -a pesar de todo lo que queda por hacer y de la soledad de muchos-, la educación de nuestros hijos -pese a fomentar demasiadas universidades en vez de aumentar la calidad de las mismas-, la protección a los más desfavorecidos, la mejora del patrimonio y del medio ambiente… Evidentemente hay actuaciones que corresponden al Estado y otras a entes menores, pero igual que el asturiano no necesita mucho empeño para proclamar su procedencia, también me siento castellano por la sangre que corre por mis venas. Y esta Castilla merece la pena defenderla y protegerla.