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Ni el Arlanzón es el Sena, ni Burgos es Málaga pero…

La ampliación del Museo de Burgos, ahora paralizada, no solo significa la adecuación y la mejora de un entorno donde conviven la Cultura con mayúsculas y los narcopisos, sino la consolidación de un eje cultural que bien podría avanzar desde el ultimo convento fundado por  Teresa de Jesús siguiendo por el Museo de la Evolución Humana -a medida que pasa el tiempo más valorado el trabajo de Navarro Baldeweg, un museo en el que cuando entras parece que sales por la luz existente- el propio Museo de Burgos (de nuevo de actualidad y con un proyecto de reforma muy atractivo),  la maldita esquina de la Plaza de Vega , el nunca acabado Hospital de la Concepción y avanzando por la calle Madrid el complejo de San Agustín.

Esa orilla del río Arlanzón que podría alcanzar también el Hospital del Rey y, por supuesto, el Monasterio de las Huelgas. Pero sin llegar al extremo, de Santa Teresa a la Concepción son unos pocos metros cuadrados que podrían convertirse en un eje cultural por el que pudiera apostar la candidatura de la capitalidad cultural de Burgos, aunque solo valiera de excusa para por fin tomarse en serio la zona sur, atravesada por un bulevar que ha cambiado su configuración urbanística y donde van a construir dos gigantes. Lo avala el Patrimonio y la Historia de estos edificios, y la modernidad de los nuevos o su reforma. No solo la construcción sino también buscar el uso como se ha hecho con la antigua estación.

Y evidentemente, ni el Arlanzón es el Sena, ni Burgos es Málaga, pero no podemos ni debemos dilatar más este lugar de la ciudad, al mismo ritmo que se dilata la solución de aparcamiento del barrio de Gamonal.

Buenos pudieran parecer los motivos para que no se avance más en las infraestructuras de la calle Calera o la calle Madrid, hace falta una fuerte inversión y esta debe venir de la Junta y del Ministerio, más no debemos dejar pasar esta oportunidad, y la propia ciudad debe liderar este cambio. Sería una nueva perspectiva, un enfoque cultural. 

Todos los caminos a Santiago

 

Nada menos que 483.683 peregrinos llegaron a Santiago de Compostela en 2022, y este 2023 parece que puede completar todos los récords en la Calle Mayor de Europa. El Camino Francés, el Portugués, el Inglés, el Primitivo, el Camino del Norte, el Costa Camino Portugués, la Vía de la Plata, y luego otros con menos andarines con tramos como Muxía-Finisterre. El 2019, el previo a la pandemia, fueron 346.157 los que alcanzaron la capital gallega. El 2022 se prorrogó el Año Santo y por primera vez en la historia se celebró durante dos años consecutivos.  2027 será el siguiente, seguido de 2032, 2038 y 2049. El Xacobeo sucede 14 veces cada siglo y esta es la razón por la que estos años la afluencia de peregrinos aumenta de forma considerable.

Los puntos de partida de estos romeros son innumerables. Podemos encontrarnos a aquellos que cada año suman un fin de semana desde un lugar diferente, u otros que han llegado a hacer el Camino desde la tumba de Pedro a la tumba de Santiago.

Evidentemente, la localidad que se lleva la palma es Sarria porque partiendo de ella consigues ya la famosa compostelana, fueron 132.179 personas las que lo iniciaron allí, y la siguiente Oporto, con 33.779, con una ruta portuguesa en pleno crecimiento. Pero la estadística ya se multiplica porque un asunto es partir y otro atravesar, y en el turismo que también origina la ruta jacobea las beneficiadas son sin duda las poblaciones gallegas como Ferrol, Cebreiro, Vigo. Hay datos de 2022 que indican que de Logroño partieron el año pasado 716; de Burgos 2.624; Frómista tuvo 173 que comenzaron bajo la impresionante iglesia de San Martín, y Roncesvalles, el inicio en España del Camino Francés, nada menos que casi 6.000 almas lo completaron hasta Santiago. Mas hubo 167 que lo iniciaron en París, 272 en Lourdes, 574 en Italia, dentro de las rutas europeas que también incluye esta senda. Crecen los que saludan al Santo pedaleando, más de 20.000 el período anterior, y si bien en 2022 muy poca distancia hubo entre italianos, norteamericanos y alemanes, este año todo apunta a que los estadounidenses pueden ser los que más aporten, delante de Alemania y de Italia, en cuanto al origen de los extranjeros. Los españoles suelen ser un 40 por ciento del total.

Y después de los datos: cómo afrontan los territorios jacobeos esta oferta cultural, patrimonial, religiosa, incluso deportiva. Todas las comunidades en España tuvieron el año pasado más de 2.000 viandantes, y no se sorprendan si los andaluces aportaron más de 50.000 (es la mayor poblada, es cierto, pero también la que está más lejos, y quizá hagan prácticas en El Rocío). Hay de todo en la viña del Señor. Con un recuerdo grande para los hospitaleros voluntarios que están pendientes de los pequeños y grandes problemas de los andarines; pero las administraciones podrían hacer las cosas mejor. No es un turismo de sol y playa. Pero en los meses de mayo o junio puedes encontrarte a gente -sobre todo de otros países- que hacen el camino y que también se dejan sus dineros, muchos de los más de 6.000 alemanes y el mismo número de norteamericanos que en 2023 ya han llegado a Santiago no tienen la imagen de personas sin recursos. Ciudadanos que aprecian el patrimonio, la historia, la paz, la amistad y la reflexión y de esos precisamente no nos sobra gente. Y podríamos intentar que vuelvan en otras ocasiones.

Esta columna fue pubicada en algunos periódicos del grupo Promecal el 19 de junio

Burgos, capital cultural

Probablemente si le cito estas tres ciudades  Novi Sad (Serbia), Kaunas (Lituania) y Esch-Sur-Alzette (Luxemburgo) no encuentren a simple vista lo que las une. Tendrá que navegar, eso sí muy poco tiempo, por internet para reconocerlas este año 2022 como las tres capitales europeas de la cultura. El Covid ha hecho que a lo largo de estos doce meses sean tres y no dos las que representen este título.

En Burgos, recordar el nombre de Capital Cultural es la historia de un éxito, más que el fracaso en la última votación ante San Sebastián, una decisión que aseguran que fue fruto del interés político, aunque nadie duda que la capital vasca goza de buena salud para lograr esta distinción y otras muchas. Y si hablamos desde el punto de vista gastronómico son los números 1.

Este fin de semana he tenido ocasión de compartir unas horas con David de Jorge, socio de Martín Berasategui, el cocinero español con más estrellas Michelín. Y ha sido un lujo, no solo por acompañarle a el y su familia a Atapuerca o al MEH, sino por el conocimiento que muestra aderezado con un buen humor permanente. Y no es de extrañar que a los donostiarras, con este ejemplo, les eligieran en ese momento

Ahora en Burgos, aunque todavía con la boca pequeña, se plantean desde diferentes instancias que nuestra ciudad, tan querida y admirada por la mayoría de los visitantes que llegan –experiencia tengo- vuelva a optar al título para el año 2031. Es probable que para entonces todos calvos, pero ya llegamos tarde si nos dicen que la primera selección tendrá lugar en 2024 y la definitiva en 2025, para luego esperar seis años a mostrar nuestras esencias.

Han pasado ya 11 años desde que nos dijeran en 2011 que en 2016 San Sebastián se llevaría el título. Hasta esa elección fueron muchos los meses en los que se derrochó bastante trabajo, ilusión e imaginación para alcanzar el diploma. Y suficiente unidad.

Lo primero que hay que hacer ahora parece que es tomar la decisión definitiva de preparar la candidatura. No lo que se está realizando, que son pasitos. Habrá las mismas dificultades, sino más, que entonces, pero algo habremos aprendido en todo este tiempo, en un territorio donde se habla mucho de Origen, porque se asientan las bases de la historia o de la lengua por ejemplo. Promueve Burgos ha hecho las primeras convocatorias y recogido algunas ideas. Pero se ha quedado en eso.

Y les digo que lo de menos es el número de visitantes que podamos tener desde que en 2025 nos pudieran nombrar Capital Cultural hasta 2031, el año efectivo. Esta candidatura sería un síntoma también de que hemos madurado como ciudad, que buscamos lo que nos une y no lo que nos separa, y eso supone eliminar vanidades superfluas, y en esa unión, también la de los partidos políticos, y ya están tardando las Cortes de Castilla y León, que se supone que serán las mismas en 2025, para apoyar conjuntamente la opción de Burgos para Capital Cultural. Si queremos ya este título, pongámonos las pilas.

(Si quieren ver la amena conversación de David con Juan Luis Arsuaga pueden encontrarla en el canal de youtube del MEH).

 

¿Horarios del AVE?

Que no vengan con quisicosas ahora además para los horarios de los trenes y los precios de los mismos

Cuando escribo estas líneas desconozco nuevas informaciones relativas a la alta velocidad y Burgos. Salvo que han invitado al Rey a que inaugure el trayecto entre Valladolid y  la Cabeza de Castilla, un tramo que debió estar abierto hace más de un lustro.

De todos modos, en infraestructuras y transportes estamos gafados. Tenemos un aeropuerto sin vuelos de pasajeros y menos mal que contamos con una escuela de pilotos para su uso y algunas empresas con directivos internacionales. En todos estos años RGS –el nombre de nuestra pista- apenas ha tenido ocupación, y hemos sido incapaces de que se pudiera ir y volver a Barcelona en el mismo día.

Ahora hay quien recuerda que ya hace años lo que se pedía era una lanzadera eficaz con el ahora ‘Adolfo Suárez’ y de hecho Iberia presentó en Burgos su oferta de facturar en la estación de autobuses a cualquier destino del mundo. ¿Dónde habrá quedado? Porque ilusionados si estaban los profesionales de la aerolínea. Y en el Museo de la Evolución tuvo lugar la presentación de la oferta.

¿Qué va a ocurrir ahora con el AVE, o lo que tengamos sobre las vías? Vamos a ser capaces de aprovechar  un día completo  para ir y volver de Madrid con el tiempo bien aprovechado. No se esperan milagros de momento para los vascos del norte, el que salgan a primera hora desde su estación de Abando y vuelvan a otra decente por la noche. Con el trayecto actual pillan el tren a las 9.20 de la mañana, un Alvia, y llegan a Madrid a las 14.28 y si quieres volver en el día solo te da tiempo a un tentempié en Chamartín para subir de nuevo al andén a las 16 y llegar a la capital del bocho a las 21h. Estos tendrán que esperar. Pero ellos sí tienen pájaros que vuelan.

Dos apuestas ‘madrugadoras’. – ¿Pero los castellanos podrán coger algo razonable? Ahora tenemos un Avant a las 9 y tres horas y media después aparca en Madrid –demasiado tiempo-. Creo que los burgaleses son madrugadores y estarían dispuestos a esperar un tren en Rosa Manzano a las 7 a.m. para encontrarse a las 8.30 en Madrid –pasando por Pucela claro-. Lo creo y estaría dispuesto a apostar por este horario para este convoy. Precisamente a las 7.15 ya sale uno de Valladolid, habría que ubicarlo en Burgos veinte minutos antes.

De Madrid viaja uno a las 8.10 –Alvia-  y a las 10.36 está en Burgos, pero por qué no solicitamos para los madrileños y facilitarles su desplazamiento que el Alvia que tiene prevista su salida de Chamartín a las 7.08, y llega a las 8.07 a Campo Grande en Valladolid aterrice en Rosa Manzano a las 8.30. También apostaría por esta alternativa. Porque sería útil además a los vecinos de Valladolid que vienen a Burgos a trabajar todos los días.

Solo falta ahora con lo que hemos esperado y el pelo que nos han tomado que vengan con quisicosas para los horarios de las líneas y el precio de las mismos.

25 años

Fue un mes de julio para no olvidar con la liberación de José Antonio  y la cuenta atrás de Miguel Ángel

Los del turno de julio se preparaban ya para las esperadas vacaciones. No había sido un curso fácil el inicio de 1997. Qué poco esperábamos que la madrugada del primero de mes se produjera precisamente la noticia del año. En enero ETA había vuelto a asesinar a un militar tras el anuncio de HB de “un futuro de sufrimiento”. En febrero, un nuevo asesinato a un magistrado del Supremo en Madrid y en Granada a un peluquero, que trabajaba en una base militar. Ese mismo mes, acaban con la vida de un industrial vasco en Tolosa y de un policía judicial con una bomba lapa.

Era el año de Dolly, de la inauguración de CNN en español, del descarrilamiento de un tren en Huarte Araquil -22 fallecidos-, del lanzamiento del Pókemon, de los acuerdos de Gery Adams y Tony Blair, del ingreso en la OTAN, del primer libro de Harry Potter…

Y todas las semanas, los quince minutos en silencio más largos de mi vida en las concentraciones de la Plaza Mayor de Burgos pidiendo la libertad de José Antonio Ortega Lara. Y la del empresario vasco también secuestrado Cosme Delclaux. Pero eran dos retenciones diferentes, y la primera un chantaje sin final.

Esa madrugada del primero de julio fue confusa, la radio daba la liberación de Delclaux mientras no muy lejos, en Mondragón, la Guardia Civil luchaba por encontrar al funcionario de prisiones burgalés. Precisamente esa constancia permitió que se derrumbara uno de sus carceleros, y pudiera ser soltado. La noticia corrió como la pólvora en las redacciones de los medios. Era el encierro más largo perpetrado por la banda terrorista que puso a prueba al Estado y a la Guardia Civil. 532 días.  El empresario vizcaíno había estado 232 y su familia tuvo que pagar cientos de millones.

Burgos estaba en fiestas y la casa de José Antonio, entonces en Eladio Perlado, comenzó a verse rodeada de burgaleses. No era fácil de creer que estuviera libre. Pocas personas podían haber mantenido la esperanza ante el pulso etarra. La familia en algún momento sí supo que todavía no había fallecido, pero el propio secuestrado había pensado en quitarse la vida porque ya no podía más, pese a su recuerdo a sus seres queridos y en su fe. En DB publicamos una edición especial y brindamos con cava.

Esas vacaciones ya no fueron las mismas. Tuve que retrasarlas aunque mantuve el destino: San Sebastián, y precisamente al poco de la llegada a la capital donostiarra se produjo la cuenta atrás del joven concejal Miguel Ángel Blanco. La mayoría de los españoles nunca olvidaremos esos días, y menos si estábamos en San Sebastián, con los filoetarras encerrados en sus herriko tabernas, o alejados de las sedes de su partido donde nos manifestábamos y donde pedíamos a los ertzainas que se quitaran los cascos para aplaudirles. La calle no volvería a ser suya. Y eso será difícil de olvidar, igual que los centenares de muertos que impiden perdonar.

Memoria, dignidad, justicia

El próximo 1 de julio de 2022 se cumplirán 25 años de la liberación de José Antonio Ortega Lara. Fue un día de júbilo en Burgos después de 532 días de sufrimiento por un paisano del que desconocíamos cualquiera de sus circunstancias. Después se supo que el ex funcionario de prisiones estuvo a punto de quitarse la vida, pero el pensamiento de su familia, su fuerza mental y su fe le mantuvieron vivo. Hace 10 años, la organización terrorista que lo secuestró abandonaba las armas. Todos los políticos quisieron apuntarse el tanto, pero es conocido que las Fuerzas de Seguridad del Estado en España y la presión de Francia en ese momento provocaron fundamentalmente esa decisión.

Si hoy preguntamos en cualquier instituto de esta ciudad por ETA las respuestas serán seguro muy variadas, dispares y probablemente equívocas. Contando la historia de José Antonio a estos chavales se muestran sus caras de asombro. Cambiando de nombre sus partidos algunos de los más destacados dirigentes de la banda han pretendido restañar las heridas provocadas por sus más de 850 asesinatos, 2.600 heridos y 90 secuestros, pero sin arrepentirse ni un ápice. Las víctimas -aquellos que sufrieron atentados y sobrevivieron y familiares de los fallecidos y heridos- multiplican la triste herencia etarra, por eso no es de extrañar que la inmensa mayoría pidan a gritos: Memoria, dignidad y justicia.

Está bien que hayan cambiado las pistolas por los sillones de las instituciones, y que por una vez no hayan mentido en sus anuncios sucesivos de tregua, evidencia de su mala situación en aquel momento. Son respetables cada uno de los votos que reciben en la actualidad. Pero alguna formación política debería reflexionar si tendría que aceptar las palabras de un terrorista condenado como es Otegui en las que vendía sus sufragios por la libertad de 200 colegas que penan por la sangre que derramaron y otros muchos que aun no han sido juzgados.

Estos malhechores han causado mucho dolor como para olvidar. Y lo estamos olvidando, lo han hecho ya las nuevas generaciones de españoles, lo están haciendo las anteriores por seguir en el poder, y lo están sufriendo todavía ciudadanos que se tuvieron que exiliar de su tierra y perder sus empresas por no pagar el mal llamado impuesto revolucionario; además de dividir a las gentes de un territorio que dejaron de hablar de algunos temas considerados tabús para no separar aún más a sus familias, a sus amigos, a sus colegas de trabajo. La herida abierta todavía será difícil de taponar. Porque los que representan a los miembros de la banda no tienen la mínima intención de pedir perdón, pocos lo han hecho, y los que lo hicieron fueron relegados.

Memoria, dignidad y justicia es lo mínimo que podemos exigir en nombre de los centenares de compatriotas que perdieron su vida.

Gamonal necesita un acuerdo

No estaría mal que en medio de tanta crispación política que existe en Madrid –siempre Madrid como si no constaran más ciudades en esta piel de toro- , en otras capitales españolas se pudiera dar ejemplo de lo que significa el acuerdo, el pacto, la concordia para problemas reales en situaciones complejas.

Desde hace unas semanas se habla y se escribe en Burgos sobre el barrio de Gamonal. Lo que fuera pueblo y al que se le van poniendo parches poco a poco, lentamente. Hay problemas de aparcamiento, pues ocupemos provisionalmente un espacio deciden, por poner un ejemplo de todos conocido. ¿Tenemos un Silo para toda la vida? ¿Mejorar el centro de salud? Una utopía. ¿Y el viejo pueblo? Otra. Recuerdo cuando fui invitado a dar el pregón en sus fiestas en la Casa de Cultura. Las reclamaciones eran casi las mismas que ahora.  Gamonal se lo apropian cada cuatro años, pero no es patrimonio de ningún partido político, donde por cierto han ganado formaciones de signos contrarios, sino de sus propios ciudadanos. Y tienen derechos, y deberes, aunque algunas veces los olvidan los habitantes. A sus vecinos probablemente no les suene mal un convenio entre todos los grupos que forman el Ayuntamiento para mejorar muchas de esas promesas frustradas. En Gamonal han surgido ideas novedosas, proyectos ciudadanos. Hay colegios e institutos con tradición. Hay también solidaridad.

Arquitectos e ingenieros han escrito en este periódico sobre el barrio. Asociaciones también han opinado. Pero ha existido una consulta pública a la que han respondido muy pocos vecinos, hastiados quizá por preguntas sin respuestas, por esperas demasiado largas a necesidades importantes. Ahora parece que los concejales del PP, en la oposición, han ofrecido una negociación al equipo de gobierno, de socialistas y naranjas, para trabajar conjuntamente en algunos asuntos concretos de Gamonal.  ¿Firmarían todos sellar la paz, o sería todo para una foto que luego no serviría para nada, o se estarían poniendo zancadillas debajo de la mesa?

Una trama que se realza en esta precampaña electoral  madrileña, donde los candidatos prometen lo que sus partidos niegan. Donde los comunistas han dejado de ser comunistas, y los fascistas fascistas. Y donde pretenden remediar las pandemias a gritos. Con gurús que plantean la añagaza de cada día, convertida en ‘fake news’ o en una trampa, al margen de las necesidades reales.

Un político honrado debería buscar una rentabilidad social más que política, por un puñado de votos que les pierden, ahora, todavía lejos de unas elecciones municipales, serviría el momento.  Además, Burgos sería noticia en positivo en Gamonal.

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‘Pueblo viejo’ o ‘viejo pueblo’ de Gamonal

He tenido ocasión estos últimos días de callejear por el viejo pueblo de Gamonal. Pareciera que está sumido en el olvido de nuestros responsables municipales desde hace algunos años, tras alguna iniciativa perdida de rehabilitación de edificios e incluso un promotor optimista con la construcción en algún solar. El Covid ha acabado cerrando bares y comercios, quizá para siempre. Recuerdo que hace más de diez años tuve ocasión de dar el pregón de este populoso barrio gamonalero, y una de las reclamaciones de entonces fue la rehabilitación total de esta zona abandonada de los dioses y de los humanos. La que fuera una de las principales arterias de la capital burgalesa, lo que veían nuestros visitantes procedentes del norte, pareciera que al crearse las circunvalaciones el futuro de este histórico pueblo fuera la dejadez y la desidia.

Ahí, testigo de este espacio que ha ido degenerando poco a poco, se matiene enfrente la iglesia de la Real y Antigua de Gamonal, y la churrería que sobrevive tras un aparatoso incendio, por la colaboración de los vecinos. Un entorno en el que hubo vida, como obligado paso del Camino de Santiago, donde se representaba hasta hace muy poco la batalla contra las tropas napoleónicas, y donde todavía con mercados medievales se pretende mantener su espíritu.

Pero resulta increíble –igual está pasando con la Concepción, que avanza a tumbos- que nadie de los que ejerce el burgalesismo desde el sillón del Ayuntamiento haya emprendido una solución más o menos definitiva. Burgos, más abajo, ha sufrido cambios notables, desde las orillas de los ríos a los grandes edificios majestuosos, culturales o sanitarios. O zonas verdes rediseñadas, campos de fútbol o viejas plazas reconvertidas en coliseum de baloncesto. Parece que los vecinos están orgullosos de pasear por esta ciudad.

Cuando uno viaja a través del tiempo por internet se encuentra con propuestas para reurbanizar este espacio, con solares ruinosos y que en algunos momentos planteó comprar el propio Ayuntamiento, en un espacio de más de 10.000 metros cuadrados. En su momento se pretendió preservar los rasgos del viejo Gamonal antes de que perteneciera a Burgos.  Pero nunca culminó en nada, argumentando en otras ocasiones que siendo paso del Camino de Santiago estuviera protegido. Si viniera el mismo apóstol y lo viera se sorprendería de este desamparo. Recuerdo de niño cómo nos gustaba ir al ‘Pueblo de Asturias’ en Gijón para contemplar los viejos hórreos y las paneras, donde nos recuerdan nuestra memoria, entre un culín de sidra y chorizo. En algo hay que transformar este viejo pueblo o pueblo viejo, según lo observemos.

Hay que ponerse de acuerdo entre todos los que tienen que decidir en esta situación, desde los urbanistas, a propietarios o inversores, vecinos y comerciantes. Desconozco si en ese bipartito que nos va a gobernar entre el PSOE y Ciudadanos figura algún futuro para este lugar, pero antes que la noria del Arlanzón, acuérdense por favor de este territorio que cada vez parece más comanche.

No al directo

Es de agradecer enormemente que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana –son los nombres de estos tiempos- haya indicado que la línea directa ferroviaria hasta Madrid no le interesa lo más mínimo. Vale ya de vacilar. Lo mismo ha pensado durante estos años con la conexión de la alta velocidad con Burgos. Mientras no llegue al País Vasco esta vía no va a gozar de un gran apoyo, pese a que los vascos que bajen en tren a la capital de España darían un gran impulso a su trayecto hacia Madrid al ya encontrarse en la ciudad del Cid con velocidad alta; igual que los burgaleses al viajar a Barcelona han visto como se reducía bastante el tiempo al contar con un tramo de AVE. Así que  pongan fecha ya al primer viaje con la alta velocidad y comencemos a descontar.  Y nuestro alcalde, del mismo partido que quien rige el Ministerio, debería insistir.

En fin, no hay que callarse. La pasada semana escribía en este espacio que estábamos perdiendo puntos con la logística, pero que todavía pueden recuperarse, y que para ello era urgente y necesario la puesta en marcha del Parque Tecnológico y que venga con un pan debajo del brazo de la mano de la Junta, que se lo debe a esta ciudad, y a esta provincia, por todo el proceso que ha vivido este suelo tecnológico. Es imprescindible para el futuro de una ciudad industrial como Burgos.

Con el Directo pasa lo mismo, y si la batalla está perdida en el transporte de personas, no debería pasar en el de mercancías. Los miembros de la Plataforma del Ferrocarril merecen un aplauso por su constancia. Ellos nos han abierto los ojos al detallar la decisión de Adif de no contar tampoco con  la actividad comercial en la línea, lo que muestra el escaso interés de los altos cargos del Ministerio que lidera José Luis Ábalos –ahora parece que con menos actividad pública- que parecen desconocer los estudios de viabilidad realizados durante estos últimos años por entidades públicas y privadas.

Esos informes justificaban una apertura de este tramo con cifras concretas y compromisos de la circulación de suficientes convoyes para su viabilidad. Y aunque afirman que en la línea, sobre todo, en la zona de Madrid se están realizando intervenciones, algunos conocedores de la situación real dirían que son más falsos que Judas.

Aseguran que no hay operadoras a las que les sea útil y beneficioso viajar por esta línea. Si eso es cierto sería lo normal, si no hay labores de mantenimiento, hay un túnel en Somosierra colapsado, y una desidia total durante varios lustros. ¿Quién se va a arriesgar? La pandemia no nos puede dejar de vislumbrar  nuestro futuro, y eso parece que pretenden

Caselli

Tiene la mirada perdida, los ojos pequeños, esta vez parecen tristes. No ha sonreído en ningún momento de esta primera parte de la entrevista que ha emitido La 8 Burgos. Y su figura corpulenta supone un carácter bonachón ahora desconocido. Se llama Antonio Caselli. Es el propietario y consejero delegado del Burgos Club de Fútbol. Es paciente, lleva tres elecciones intentando la presidencia del River Plate y ya está preparando la cuarta. Uno de los motivos para su llegada a Burgos era mostrar que en un equipo de Segunda B en España podía poner en marcha su idea empresarial y deportiva para trasplantarla al equipo de sus amores.

Con la presencia permanente  de su hijo en la capital castellana como presidente demostró que sus objetivos con los blanquinegros se mantienen: Intentar alcanzar pronto la Segunda División para consolidarse en ella y con la meta en Primera. No se si sabía cuando llegó, que a otro club de esta ciudad, de nombre parecido, le desvalijó por completo un presidente cuya máxima aspiración era ser el principal dirigente del Real Madrid.  Llegó a una ciudad bastante ‘quemada’ por el fútbol, y especialmente los empresarios y el municipio, que con su dinero lograron la conversión necesaria en SAD, para luego perderlo todo.

A Caselli también le salió en esos primeros meses rana uno de sus hombres de confianza, relacionado con los fichajes. Ya ha reconocido que se equivocaron. A tres meses del inicio de la liga acaba de llegar el nuevo director deportivo. Han cambiado a un entrenador y estamos en el proceso de la mejoría de la plantilla. Pero es una categoría muy dura de la que es muy difícil salir.

En esa entrevista, casi monólogo, de la que todavía falta la emisión de su segunda parte, he visto en los ojos de Caselli entremezclados su desilusión, su pasión por el fútbol, y sus sueños con el Burgos. Es difícil de entender lo que cuenta del agua caliente, que no existe después de los partidos en el vestuario porque hay que cambiar unos calentadores, pese a que él estaba dispuesto a hacer las reformas necesarias, además del cambio de césped y de continuar con las mejoras de El Plantío.  Pero a su proyecto le cuesta avanzar por los obstáculos que dice le están poniendo en el camino. Y eso que cuenta todavía con el respaldo de la afición, de un número de abonados que no se conocía en la historia reciente del equipo. Y de unos colores que pese a no ser el mismo club que estuvo en Primera y en el que militó Juanito, son los mismos que llegan al corazón de muchos burgaleses.

Tengo un amigo, Miguel Ángel, fiel seguidor del Burgos C.F., a las duras y las maduras, que todavía no ve claro el desembarco argentino en el equipo. Yo, pese a que en la política, en el fútbol y en los toros te tienes que fiar de poca gente, de Antonio Caselli me fio. Porque podía ser un fanfarrón argentino y me parece un hombre sincero. Porque creo que pese a sus negocios, está en Burgos con bastante frecuencia. Porque empieza a conocer a la gente de esta tierra, honrada y trabajadora. Y porque en esa mirada perdida está la ilusión de su vida, dos clubes de fútbol que te obligan a esquivar y saltar todas las piedras del camino.

Publicado en DB el 20 de enero