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Estos somos

Los datos son los que son. En Burgos contamos con 166 municipios con menos de 100 habitantes, 150 con más de 100 pero menos de 500, 31 entre 500 y 1000. Lo que muestra que la inmensa mayoría de poblaciones de Burgos -371 en total- tienen menos de 1000 ciudadanos.

Por comparar, Andalucía tiene 785 y solo 217 cuentan con menos de 1000 habitantes, pero es que apenas 2 del total suman menos de 100 y escasamente 100 pueblos entre 100 y 500. Por hablar de dos comunidades extensas, en Castilla y León los ayuntamientos son 2.248 y 2.011 con menos de 1.000 vecinos.

Esta es la realidad de la despoblación –cruda o no- que no solo nos encontramos en esta tierra, aunque en otras la concentración es mayor y en Castilla La Mancha, por ejemplo, son 36 las localidades con más de 10.000 ciudadanos. Esto es lo que nos cuenta el último padrón actualizado. Todas y cada una de las nueve provincias de este mapa territorial que formamos la comunidad adolecen de una densidad demográfica con futuro. Y más que la España vaciada somos la España que se vacía.

Pero esta situación, ¿es buena o es mala? ¿Merece la pena perder la identidad de nuestros pueblos para mejorar la calidad de vida de sus vecinos? Los vecinos de Don Benito y Villanueva de la Serena así lo decidieron y no son villas pequeñas precisamente. Ambas, similares, sumaban más de 60.000 parroquianos. En la campaña abogaban por la mejora de los servicios públicos para todos. ¿Pero eso evitaría que nuestros jóvenes prefieran trasladarse a urbes más pobladas que mantenerse en las nuestras? Y qué es mejorar los servicios, tener aeropuertos con escaso rendimiento, o universidades en todos los rincones, por el mero hecho de su existencia.

No es lo habitual en España la fusión. Antes que los extremeños, dos municipios gallegos –estos más pequeños, menores de 3.000 habitantes- se unieron con el nombre de Oza-Cesuras, en 2013, y en 2017 otros dos, también gallegos, Cerdedo y Cotobade se fusionaron para superar las 5.600 personas. Bien es cierto que las aldeas gallegas se encuentran sin solución de continuidad y en Castilla y León el vasto el territorio vacío.

Un trabajo reciente de mi compañero Rodrigo Alonso, que expuso en el Encuentro Ibérico de Patrimonio Mundial, evidenciaba una vez más en un mapa lo escasamente poblada de la ‘Serranía Celtibérica’ de la que forman parte zonas de Burgos y  Logroño;  Soria, Guadalajara y Teruel al completo y un bocado amplio de Zaragoza, con una densidad de población similar a Laponia en el sur de Suecia, con solo 7 habitantes por kilómetro cuadrado. La densidad en el total de la provincia de Burgos es 24,75 y un poquito más arriba, en Cantabria, 109,69.

¿Se puede o se debe revertir esta situación? Evidentemente, todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos. Siempre la reivindicación de esta tierra ha sido la extensión y la dispersión y lo que cuesta ofrecer los mismos servicios a 371 municipios de Burgos o los de 2.248 Castilla y León que los 179 de Madrid, con ochocientos mil habitantes más que toda nuestra región.  Pero la solución no es fácil, por no decir casi imposible.

 

 

Los 8 años

He leído con más o menos calma los 100 puntos programáticos en que se han puesto de acuerdo el Partido Popular y Ciudadanos para gobernarnos a todos los castellanos y leoneses. Es una buena declaración de intenciones que podría firmar cualquiera de los partidos que ocupan los escaños de las Cortes regionales. Lo importante ahora es aplicar la prioridad en cada uno de ellos para los próximos presupuestos de la Junta, porque a quién no le importa que las listas de espera se reduzcan, que la enseñanza sea de mejor calidad, o que nuestros pueblos encuentren una respuesta en sus peticiones, además de la transparencia y la ‘limpieza’ por parte de nuestros políticos. De ahí que la aplicación de los mismos y el empeño en solucionarlos sea ahora para un gobierno bipartito la principal decisión.

Hay muchos aspectos también en los que cabe el debate, como en el caso de los 8 años de gobierno en las administraciones. Dice lo siguiente el texto: “Es voluntad de los firmantes de este acuerdo extender, con carácter general, la limitación de mandatos de 8 años a los Alcaldes de municipios de más de 20.000 habitantes y Presidentes de Diputaciones Provinciales de Castilla y León en los que se suscriban acuerdos de gobernabilidad conjunta entre ambos. Cuando así se determine, para los que ya fueran Alcaldes y Presidentes desde hace cuatro o más años, el cómputo del plazo de ocho años comenzará desde la firma de los acuerdos de gobernabilidad PP-C’s suscritos hace cuatro años”. Algo difuso pero evidente en la intención, y sin consecuencias para la formación naranja.

Cabe la discusión cuando te enfrentas a un candidato que ha demostrado que es un gran alcalde, que se está dedicando por entero a sus vecinos, y que los ciudadanos han apostado por el en unas elecciones en una lista que encabezaba durante varias legislaturas. ¿Por qué tiene que irse entonces? No he encontrado argumentos en este caso. Los electores no son tontos y castigan en la inmensa mayoría de los casos a los ineficaces. Y tampoco entienden en ocasiones que los pactos lleven a que partidos en minoría acaben gobernando. Es la nueva política de los acuerdos tras el final del bipartidismo, pero ¿es la mejor política? O volveremos de nuevo a los dos grandes partidos como ocurre en otros países.

Asumo que en el caso de los presidentes de las Diputaciones, que es elección indirecta, y que dependen mucho de un aparato que los elige, cabe que no estén los mejores –y quizá podrían haber añadido en el documento que estos, ni el resto de miembros de las instituciones provinciales no podrán ser elegidos en las listas de la capital- porque en muchas ocasiones son precisamente los cargos de las formaciones políticas los que ocupen estos puestos y puede pasar que no sean precisamente los más indicados para estos puestos.

Ganas de primarias

Se puede entender que hayan proliferado los candidatos a liderar el Partido Popular, siempre han sido elegidos por designación del anterior presidente por lo que ahora, en supuesta igualdad de condiciones, se han lanzado al ruedo, y con poca red. Dos ex miembros del Gobierno, dos activos importantes del aparato, más dos afiliados con algún que otro carguete. También podemos entender que el PP hubiera hecho alarde de sus cientos de miles de simpatizantes y a la hora de la verdad menos de cien mil se hayan inscrito para votar el próximo día 5. Imagino que el partido de Fraga, Aznar, Rajoy, heredaría los inscritos en tiempos de Alianza Popular, y luego en momentos dulces se apuntaran hasta familias enteras, e incluso sin saberlo los chavales, que ahora desconocen su pertenencia a la formación de centro-derecha.

De todos modos, en Castilla y León ya se conocía la situación. En la elección entre Mañueco y Silván para secretario regional miles de tipos no pudieron votar por no estar al tanto de la cuota, y no hubo pocos líos con el tema de los posibles votantes. En Burgos, 662 inscritos y 3988 afiliados no es una respuesta significativa. En Castilla y León, 6819 inscritos y nada menos que 51.191 afiliados. Para las primarias nacionales, 6691 inscritos y 49.621 afiliados en la región. Básicamente las escasas mismas cifras, y eso que han pasado algunos meses para animar a los seguidores populares a ponerse al día con las cuotas, probablemente porque muchas de esas fichas estén sin actualizar las direcciones y ni existan sus correos electrónicos.

Uno de los asuntos que tendrá que hacer el nuevo presidente del PP es nombrar un equipo. Y el o la secretario o secretaria general será clave. No estaría de más que uno de sus primeros deberes sea poner al día el número de sus militantes, de los que se puede contar con ellos para una auténtica batalla electoral. Lo que sí es cierto es la importancia que ha tenido el aparato en el partido, pues los cargos a nivel local o provincial apenas han variado a lo largo de los años. Toca revolución y veremos si los populares son capaces de afrontar esos riesgos o volverán a quedarse con lo ya conocido. Soraya, Cospedal, Margallo y Casado son los que aspiran al triunfo, pero pocos se atreven a vaticinar qué dos de ellos llegarán al Congreso para la elección de los compromisarios, que será la definitiva.

 

Digerir elecciones y convocar congresos

La semana pasada los espectadores de televisión, lectores de periódicos u oyentes de radio nos dábamos cada día una pequeña sorpresa. Esta será igual, al menos hasta que se ubiquen todas las siglas el próximo 13 de junio con la constitución de los Ayuntamientos, que en Burgos nos toca en pleno puente del Curpillos.

Pero no hay que negarle el mérito al presidente Herrera en lo que se refiere al Partido Popular. Se levantó una buena mañana, el lunes pasado, se miró al espejo, decidió que debía digerir las elecciones y asumió que no iba a ir al comité ejecutivo nacional de su formación política, como había hecho en algunas ocasiones anteriores pasando totalmente desapercibido, y como hubiera pasado ahora si el martes no decidiera en el programa Más de Uno de Onda Cero mostrar sus opiniones ante las lánguidas declaraciones de Mariano Rajoy tras el supuesto comité.

Herrera alertó al partido, dijo en voz alta algunos calificativos que otros pensaban en voz baja, como llamar antipáticos a los populares, le animó a Rajoy a hacer lo que había hecho él frente al espejo y sembró la duda sobre su continuidad al frente del Ejecutivo regional sabiendo que tiene los mismos votos que toda la oposición junta y que ello por tanto no sería aparentemente ningún problema.

Y surgieron rayos, truenos y tormentas. El hombre tranquilo había hablado. Aquel poco amigo de entrevistas, desayunos en Madrid y nada locuaz, y por otra parte, el ‘barón popular’ con más apoyo autonómico a sus espaldas, había marcado el camino que siguieron otros presidentes autonómicos que a finales de este mes perderán sus prebendas. Y obligó a Mariano Rajoy a hablar de nuevo y a sugerir cambios, sin decir ni cuándo ni quién -a todos nos vienen a la cabeza políticos como Rafael Hernando, Alicia Sánchez Camacho, Javier Arenas o Floriano- pero al menos a repensarse un futuro, que es tan inmediato como las elecciones del próximo mes de noviembre o diciembre.

Y mientras tanto la oposición regional le cuestiona al presidente Herrera sus dudas sobre su marcha o no, le tildan precisamente de falta de coherencia, cuando claramente han sido los correligionarios populares los que más le han aplaudido por sus declaracionres, porque esperaban escuchar una voz clara y suficiente autocrítica.

Y qué le toca hacer ahora al presidente Herrera. Creo que hay muy pocas personas que puedan convertir su mutismo actual en claves para el futuro. Yo si fuera el presidente -no lo soy, Dios me libre- le animaría a seguir por el camino, a tomar posesión como presidente de la Junta con los votos de su partido, a anunciar un congreso extraordinario regional para cuando toque, a convocar con tiempo un proceso de primarias -sus militantes no necesitan más dedazos- a elegir al futuro presidente regional del partido, a buscar la unión en ese congreso y aupar el elegido presidente: a proponerlo como su sucesor al frente de la Junta. Solo hay una pequeña pega, que el presidente en esta ocasión debe ser procurador, pero Herrera ya habría colocado antes a todos aquellos que podrían aspirar a ese puesto en las listas.

La semana del turismo

En el sector turístico, esta última semana de enero tiene un sabor especial, es el de la Feria Internacional FITUR que todos los años se celebra en Madrid y donde las Comunidades Autónomas y países del mundo acuden en libre competencia para ofrecer los productos más singulares con el objetivo de conseguir la atracción para el mayor número de visitantes, en un sector, el de servicios, que pese a las pérdidas sufridas por el número de parados, intenta mantenerse como puede. Así que toca peregrinar, y toca llevar las maletas cargadas por parte de cada administración. Los dos primeros días son para profesionales -donde se deberían sellar decenas de acuerdos con los principales agentes de todo el mundo, en un continuo trasiego entre pabellón y pabellón-, y el fin de semana para el público en general que suele pertecharse con un buen número de folletos y DVD que luego degustará en su casa imaginándose viajes a paisajes desconocidos y suites sorprendentes contemplando atardeceres sublimes. Pero precisamente ese público, mayoritariamente madrileño, es el que puede acercarse por esta tierra, ya que su Comunidad es origen del más del 20 por ciento de nuestros visitantes.

Castilla y León y Burgos se acercarán con sus alforjas y que en el caso de la Junta aportarán por vez primera un portal web donde se podrá acceder a todas las actividades culturales que en cada una de las nueve provincias de la región se celebran cada día. También Las Edades del Hombre, un año más, y con la marca acreditada, emitirán una tarjeta turística que sin duda beneficiará a todos aquellos que se quieran acercar a Aranda de Duero -donde aterrizan este año- y toda la Ribera, fomentando el enoturismo y la gastronomía en una zona ya acreditada. Aranda está esperando como agua de mayo esa afluencia de visitantes por su proximidad a Madrid. Es, sin duda, una ocasión importante para que haya por fin un trabajo común entre diversas administraciones -Junta de Castilla y León, Ayuntamiento de Aranda, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Burgos, entre otras- junto a la Denominación de Origen Ribera del Duero, Federación de Hostelería y otros entes privados, para no dejar pasar un tren que en las vías ya no existe.

La Junta también lanzará la ruta turística de Teresa de Jesús con motivo del V Centenario de su nacimiento y no olvidará esa Gastronomía que tan de moda en estos tiempos desde que ha ocupado el share de las televisiones. Precisamente, el alcalde burgalés cederá los trastos a su homólogo vitoriano el día 23 de esa Capital Española de la Gastronomía que al menos ha servido como excusa -gracias al buen hacer de los profesionales burgaleses- para la sucesión de numerosos eventos gastronómicos que han completado la oferta cultural y turística de la ciudad, y que no se debería perder porque en este caso sí que el empeño privado ha sido potente y necesario.

El turismo es un continuo reinventarse, no en vano tenemos todas las posibles ofertas a un click y deberíamos ser todos conscientes de ello. Hay algunos lugares que ya han conseguido alcanzar una Marca y otros están ya consolidándose, pero tampoco se debería olvidar que el auge de internet hace que no solo lo positivo se conozca, sino también lo negativo que suele estar aparejado a precios, calidad y actitudes de los proveedores. Aquí, en Burgos, con un patrimonio histórico envidiable: Camino de Santiago, Atapuerca, Catedral, no deberíamos sentirnos en ningún momento seguros. Hay que aportar imaginación y alternativas diferentes, por ejemplo, para el turismo familiar que no se basa solo en la cultura, que también, sino en otro tipo de ocio. Y quién sabe, quizá las decenas de miles de tuits que se han publicado estos días hagan que ‘El Gamonal’ genere también su curiosidad entre aquellos que nos pusieron como ejemplo, y permitanme este toque de humor, porque solo con humor se pueden contemplar algunas actitudes.

Viajar por internet

No sé ustedes, pero si tengo que ir a otra ciudad y buscar en un hotel lo primero que hago es leer las opiniones que dejan los usuarios en los portales de reserva de hoteles, los turísticos o los comparadores. Observo si están contentos con la calidad y el precio, si la habitación es silenciosa, si tiene wifi y si la cama es dura, por eso de cuidar la espalda, ya en el tema de las almohadas no soy exigente y en la calidad de las utilities empiezo a comprobar que solo se aseguran en grandes hoteles. Lo del spa, la piscina, o el mini-bar tampoco le presto demasiada atención, aunque si tienen alguna botellita de agua gratis tampoco está mal. Los internautas opinan que por la red de redes se pueden comparar más precios, es  más cómodo o incluso los precios son más baratos, aunque como me comentó una vez el presidente de la Federación de Hostelería de Burgos los precios de su grupo estarían siempre acordes a los precios que aparecieran en portales de internet como Booking o Tryp Advisor.

Internet está sustituyendo, poco a poco, al tradicional boca a boca o a la recomendación de un amigo. Las reservas turísticas ya se mueven  on line similar a las de off line, y quien no está en la red de redes no existe. Hace unas semanas los chicos de Trivago, aquellos que conmocionaron a un montón de señoritas con el modelo que utilizaron para la campaña en televisión, se acercaron a Burgos y en el Museo de la Evolución ofrecieron un taller para hosteleros de esta tierra.  Confirmaron algunos datos que serán fundamentales de cara a la promoción del turismo del futuro:

90 billones, con b, de euros se gastan en Europa en la contratación online de viajes. El crecimiento es del 7 por ciento anual y se esperan 112 billones de euros de gasto en el año 2014, según un estudio aportado por la agencia. Si todavía prevalece la compra de viajes a través de las oficinas de las agencias, lo cierto es que en 2014 existe una estimación de que el 44 por ciento se hará online –bien es cierto que hay algunos asuntos que el online supera al presencial y otros como programar tu viaje de novios, que no dejas de hacerlo con una operadora turística cara a cara-. Hay un 62 por ciento de viajeros que prefiere organizarse su propio itinerario reservando vuelos y hoteles separadamente. Y aunque solo sirva para conocer entre el gremio que quizá sea bueno desarrollar una App (una aplicación), ocurre que el 20 por ciento de los usuarios ya reserva sus vacaciones a través de dispositivos móviles, un Samsung, un Iphone, un Nokia o cualquier tableta.

¿Qué destinos españoles se buscan? Pues están las cinco grandes del mar y la playa: Andalucía, Baleares, Canarias, Cataluña y Comunidad Valenciana, y luego Madrid, y en séptima posición, a distancia, Castilla y León, que es líder en turismo interior, por delante de comunidades como Galicia, Asturias, Cantabria o Murcia. En Castilla y León, Burgos está entre las más solicitadas.  Mantener ese puesto no será fácil, y acercarse a las seis mayores, tampoco, pero ahí tiene que estar el empeño, y uno es sin duda a través de esa red de redes que se está convirtiendo en uno de los principales prescriptores viajeros, junto a los medios de comunicación o programas como Gente Viajera  que este sábado se emitió desde el MEH .

20 meses para las elecciones autonómicas

Faltan todavía 20 meses para la cita electoral que designará al próximo presidente de la Junta de Castilla y León, y ya llevan tiempo los dos principales partidos de este territorio pedaleando sobre quién será el candidato. Para el PSOE, su bicefalia parece que le estorba, en un proceso que en un principio debería pasar por primarias según piden sus bases. En el PP, el anuncio del actual líder de su posible marcha, ha hecho a los politólogos regionales, que haberlos haylos, empezar a buscar sucesor, y a los políticos comenzar a arrimarse a la mejor sardina, pese a las palabras del propio presidente Herrera de poder convertirse en estatuas de sal.
Si se repitiera lo que ocurrió con la designación del burgalés, ninguno de los candidatables actuales, por muy capaces que fueran, saldría elegido para encabezar esa lista, como pasó entonces, y entraría una tercera vía, que muchos todavía se preguntan por qué no podría salir de unas primarias que en el PP ni se plantean y en el PSOE ni se sabe.
Tal y como está la política, qué quieren que les diga, igual lo deseable sería encontrar una nueva cara para las dos principales listas electorales. Quizá fuera una interesante alternativa ante un ciudadano que cada vez parece alejarse más de los partidos tradicionales, aunque vistos los resultados en otros países no es lo que está ocurriendo.
Si Herrera no sigue –parece que solo lo podría evitar una persistente petición de Rajoy a que continúe en unos meses que no serán fáciles- que este parece ser su deseo, y el anuncio que realizó al inicio de su gobierno, en 2001, cuando dijo que su horizonte lo fijaba en el año 2010, pudiera por qué no actuar como lo hiciera Lucas y cambiar el rumbo a una forma de política diferente que ya viene anunciando hace tiempo el propio presidente de Castilla y León.
Una política de Herrera no solo de gestos, sino con acciones concretas, y de buscar lo que de verdad importa a los ciudadanos. Y entre esos candidatables siempre se ha hablado de un nombre de mujer para ejecutar esa forma de hacer política, en un país donde todavía son muy pocas las presidentas de gobiernos autonómicos.
Sin embargo, los buenos resultados electorales, rompiendo el techo de su antecesor, hicieron que continuara más tiempo que el que el propio Herrera preveía, por el respaldo del sufragio de sus vecinos. Con lo cual no sería tampoco descartable la continuidad para intentar mantener esta región con los colores populares.
Desde luego, si ese fuera el caso, y si obtuviera la mayoría suficiente para gobernar, sería sin duda bueno para Burgos, y sus ciudadanos, porque la transformación que ha sufrido esta capital de provincia se debe en mucho a la apuesta del máximo responsable de la política de Castilla y León por su tierra. Y no solo en los aspectos visibles, que solo con observar el nuevo Hospital Universitario o el Complejo de la Evolución son evidentes, sino también en los invisibles que supone seguir muy de cerca la actividad económica, cultural o social de esta tierra.

Castellanos y leoneses orgullosos

Juan de Padilla, Juan Bravo, Francisco Maldonado fueron los capitanes comuneros decapitados un 24 de abril de 1521 –en unos años llegaremos al V Centenario-, el día después de la batalla de Villalar, un episodio clave en la Guerra de las Comunidades en las que se enfrentaron las fuerzas imperiales de Carlos I y las de la Junta Comunera. Como en Castilla y León somos así, en lugar de celebrar una victoria, como ocurre en mi tierra asturiana con Don Pelayo, lo hacemos con una derrota, pero una pérdida que debería ser ejemplo de pundonor, de esfuerzo, y de honor de un pueblo. De David frente a Goliat, aunque muchos años sin embargo la fiesta estuviera proscrita y más tarde recuperada más que por los valores que encerraba por necesidades políticas.

Por eso esta fiesta no ha sido mayoritariamente celebrada –salvo por el día de asueto-, porque no ha sido entendida. Sin embargo, sí que recoge esos valores que a veces reclamamos para Castilla y León, desde la austeridad, tantas veces reflejada hasta en encuestas para entender a este pueblo, como la confianza y el orgullo, muchas veces reclamado. Y hay motivos, miles, para estar orgullosos de este territorio, y no solo por su historia y por su patrimonio, que ya de por sí sería suficiente para hacer valer la potencia de esta Comunidad, sino también por su presente y su futuro. Cuando se valora la educación, la sanidad, la atención a las gentes, la capacidad de trabajo y de diálogo pareciera que estaría mal visto vanagloriarnos de ello. Y eso sobre todo también es gracias a los ciudadanos de esta región.

Recientemente, durante el tiempo compartido con los periodistas de un programa de difusión nacional de RNE en el Museo de la Evolución, pude observar también la envidia que a estos, también apasionados por la Ciencia, les merece no solo lo encontrado en los Yacimientos de Atapuerca sino la puesta en valor realizada sobre esos fósiles. Envidia que encuentro en todo tipo de reuniones, congresos o jornadas. Un esfuerzo obtenido por el trabajo conjunto de varias administraciones y el de muchas personas a título individual, pero también formando equipo.

Pero ni el ejemplo dejado por Padilla, Bravo y Maldonado parece que pudiera sobrevivir a veces a este carácter que dicen que es castellano, pero más pertenece al hombre que a una tierra a veces heroica y en otras ocasiones encogida. De lo titánico, y contamos con héroes casi inmortales, a lo apocado. De ahí la reclamación de un orgullo sano, muy lejano del que aparentan los ciudadanos de otras comunidades, menos históricas pero más victimistas, pero orgullo en definitiva, que no es ni engreimiento, ni palabrería, sino que está basado en hechos y datos. Entonces con nuestros capitanes comuneros, y ahora con el trabajo de miles de personas. Castilla y León bien merece una bandera, y un himno, y una tierra, pero quizá no sean suficientes todavía sus abanderados.

Una lista única y abierta

Publicaba la semana pasada un periódico nacional con edición regional, ABC, tres curiosas entrevistas a tres políticos que se presentan como cuneros en Castilla y León, los tres como número 2 en las listas del PP de Ávila, Segovia y Zamora. Me dicen que en Burgos a punto ha estado de caer Antonio Camacho, ahora número 1 del PSOE por Zamora, pero que los socialistas burgaleses se resistieron a contar con un ministro del actual gobierno tirando de la candidatura, pero este dato no lo tengo confirmado, dejémoslo como rumor. Ya tuvimos cuneros anteriormente en este territorio de la mano de las dos principales formaciones políticas, algunos se identificaron más con esta provincia, otros apenas.
Sorprendían las declaraciones de los tres porque más que defender las necesidades de los ciudadanos a los que van a representar por la provincia que les ha adoptado, postulaban que el Congreso más bien definía las políticas nacionales, aunque uno de ellos, el que será elegido por Segovia, ya se declaraba «un segoviano más», veremos, aun con tren de alta velocidad, cuántas veces regresa a la ciudad del acueducto tras el 20-N.
Y va a ser cierto que no les falta la razón. Tiene mucha más fuerza la presión de un gobierno regional frente al de la Nación que la de los diputados o senadores electos. Si un presidente o una administración autonómica tienen buena relación con los representantes de la central pueden avanzar más que el resto de políticos. Los miembros de ambas cámaras votan conjuntamente lo que les dice su portavoz, y defienden las propuestas que les designa el presidente del grupo parlamentario. Excepcionalmente hacen una pregunta por aquello que sus vecinos demandan, y siempre por el interés supuestamente general de su partido.
Y ya que esto es así, por qué no reducir el número de nuestros congresistas y más el de nuestros senadores, mientras esta Cámara no tenga una función definida, territorial y claramente diferenciada del Congreso.
Sé que esto no se va a cumplir, en un vistazo somero sobre los programas de @marianorajoy y @conrubalcaba no he visto ninguna línea acerca de posibles reformas de ambas Cámaras. Insisto, la lectura ha sido por encima, y quizá en alguna de las 400 propuestas del líder del PP figure algo, pero será, si lo es, una declaración de intenciones. De las ideas socialistas más de lo mismo.
Me gustaría que hubiera una lista única en toda España de cada partido político, al final sería más representativa y los resultados más objetivos, y además que esa lista fuera abierta para descartar algún jeta que pueda sumarse en medio de otros tipos más legales. Por otra parte, los encargados de elaborarla buscarían que estuvieran los mejores de su partido, al margen de su lugar de origen -que como se ve por las declaraciones que hacen y en la realidad apenas cuenta-, también porque quizá con dos o tres declaradamente inoperantes, los votantes empezarían a plantearse votar a todos. Y sobre todo que no sumaran los elegidos más de 200, nos ahorraríamos un poco menos de la mitad de los actuales, pero así disfrutarían más trabajando y tampoco contarían con los cuatro meses que cada año suman en sus vacaciones. Finalmente, y eso sí que lo sugiere el guión de Rajoy, un tope máximo de tiempo para servirse de la vida política.

Cajas

Al final, la mayoría de las sedes principales de las cajas de ahorros españolas, agrupadas, desagrupadas o absorbidas por el Banco de España, estará en Madrid, capital económica de este país y, para desgracia de las comunidades autónomas que la circundan, gran captadora de empleo ante el resto de provincias limítrofes, entre las que se encuentra para bien o para mal Burgos.

Hubo precisamente en Burgos manifestaciones que defendían que las Cajas de aquí se quedarán aquí, que no se fusionaran con ninguna y menos con el resto de la región. Cuando comenzaron los acuerdos interterritoriales de las entidades de ahorro y vista realmente la situación del sistema financiero, las voces se callaron y en las elecciones municipales aquellos que se habían apropiado del curioso lamento ciudadano apenas alcanzaron algún voto entre los propios manifestantes –lamento que forma parte de la falta de autoestima que todavía tienen los ciudadanos de Burgos respecto lo que han sido capaces de hacer y de lo que siguen siendo si miraran menos hacia atrás-.

Resulta que ahora cuando el Banco de España –que también desvió sus ojos hacia otro lado en algunos momentos y se alejó de su cometido como garante- decide prácticamente nacionalizar unas cuantas entidades, ninguna de ellas tiene en sus manos capital castellano-leonés. Casi es la única región que se salva de la intervención salvo que se cumpla la última amenaza del presidente de la entidad reguladora de intervenir en todas. Pero de momento parece que los de aquí han hecho sus deberes –con la sobriedad que caracteriza-, no así los políticos y banqueros manchegos, con su Caja Castilla la Mancha; ni los andaluces, con Caja Sur; ni los levantinos, con Caja de Ahorros del Mediterráneo; ni los gallegos, con NovaCaixa, ni los políticos y cajeros catalanes con Unnim y Catalunya Caixa.

Caja España-Caja Duero encontraron al menos la esperanza de futuro en Unicaja. Caja Círculo asumió su rol, al igual que Caja Inmaculada y Caja Badajoz y se mantienen con su humildad en medio de esta furia embravecida, y Caja de Burgos en la salida a bolsa con Banca Cívica ha visto completado el capital necesario y no ha tenido que recurrir al Frob.

¿Qué hubiera pasado si se hubieran unido todas las cajas de la región? Quizá hubiéramos logrado una caja de Castilla y León más fuerte, no intervenida y que hubiera escuchado mejor las peticiones de la tierra. O no. En este asunto de las cajas pocos parece que podían prever lo ocurrido, salvo algunos presidentes, directores generales y altos cargos, que se llevan o se han llevado una buena pasta gansa.