Archivo por meses: mayo 2011

Una legislatura que debe ser para el empleo

El anuncio del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, de que esta sería su última legislatura creo que le liberó al político burgalés del peso que supone la sucesión en un partido donde los últimos encuentros electorales se suman en la región por mayorías absolutas y aplastantes. No hay más que echar un vistazo para comprender que no son situaciones fáciles y ahora el PP de la región, que también lidera Herrera, lo podrá hacer de forma paulatina y supuestamente tranquila –es lo que tiene estar gobernando con buenas perspectivas-, aunque no son pocos los que aspiran a sucederle, por lo que la lucha será previsiblemente sumergida. Cuando se gana, la ropa sucia, si existe, se lava en casa.

Un Herrera que en estos cuatro años querrá dejar lo mejor de sí mismo y de su política. Si en Burgos su tiempo de presidente pasará  como el de las grandes infraestructuras en estos dos cuatrienios, es ahora el momento de formar un Gobierno donde toda prioridad será el empleo, y lo que se deriva del mismo.  Y necesitaría contar con especialistas y auténticos expertos en una materia compleja, pero donde se ha demostrado en algunos países de Europa que de esta se sale. España sigue en la cola del crecimiento del empleo y gana en número de parados. Castilla y León, que se encuentra por debajo de la media, no se debe dejar arrastrar ante un futuro incierto.

Las prioridades del presidente de Castilla y León están claras desde la primera página hasta la última en el programa que presentó a las elecciones autonómicas, donde todo gira en torno a la creación de puestos de trabajo, desde el apoyo a las empresas y los autónomos (estos últimos suelen ser los grandes olvidados, y los que más empleo soportan), a la financiación para los emprendedores, o nuevas políticas relacionadas con las industrias emergentes como la agroalimentación y el turismo, junto a la puesta en disposición de suelo industrial y tecnológico accesible. Y es que, además, no hay políticas de igualdad si no hay empleo para las mujeres, como tampoco políticas juveniles si el 40 % de los chavales están en paro o acampados en una denuncia que les dignifica ante una sociedad anestesiada.

De ahí que el nuevo Gobierno de Herrera, que solo el conoce y estará pasando por su mente estos días, parece que estará dedicado sobre todo a la Economía y al Empleo. Es el sustento del resto de políticas activas. Si logra el ‘paisano’ burgalés crecer en ello sin duda su paso por la administración regional será el que más haya aportado al crecimiento de la región.

Carta al alcalde

Me imagino -si ha logrado obtener una mayoría suficiente para su gobierno- que habrá dormido ya tranquilo y descansar de una frenética campaña en busca de un voto que parecía estar bastante amarrado al inicio de la misma. Escribo horas antes de conocerse los resultados finales de las elecciones municipales y autonómicas y desconozco todavía el posible efecto que hayan tenido las concentraciones de miles de personas indignadas por la situación del país. Lo que sí nos ha quedado claro a muchos es el convencimiento, que ya teníamos antes, de que los políticos además de parecer honrados deben serlo, que los ciudadanos debemos tener la posibilidad de elegir a través de un proceso de listas abiertas que usted y su partido, junto con el resto de formaciones, tendrá que decidir; y que la primera prioridad es el empleo, en un país donde se alcanza ya la cifra de los cinco millones de desempleados. Y no nos sirve que se diga que las competencias pertenecen a otra administración porque mucho se puede hacer desde lo local, desde lo cercano, como agilizar todas las medidas posibles para que las empresas, también en una situación difícil, puedan instalarse en Burgos con el menor coste posible, o acelerar proyectos como el del Hospital de la Concepción, porque, aunque tarde, todavía podemos llegar a tiempo de que las industrias tecnológicas cuenten con esta tierra, si es que el Parque llega a tiempo.
Y preocuparse del empleo es ocuparse de aquellos que no tienen un sueldo suficiente, y es promover, pese a la dificultad del sector de la construcción, alquileres y viviendas dignas a un precio asequible; es formar a los jóvenes y apoyar a la Universidad en su relación con la investigación, la innovación y el conocimiento, y es también apostar por las personas, por sus problemas, por los ancianos y por los más pequeños, o por aquellos que dependen de muchos voluntarios para vivir su día a día de la forma más agradable posible.
Y, alcalde, es convertir Burgos también en una ciudad amable, sea o no Capital Cultural de Europa en 2016, para el viajero, para que el más de millón de turistas que nos visitan se convierta en dos millones y generen ingresos para el sector servicios, el más dedicado a las pymes, y uno de los más castigados. Y eso supone cambiar el paso en la captación del turismo de Burgos y crear una «marca» de ciudad, que nos haga presentes en todo el mundo, porque contamos ya con todo lo necesario para ello.
Alcalde, y a ese equipo que forme tiene que exigirles desde el primer momento capacidad de trabajo, imaginación, y colocar a los que crea mejores en los principales puestos de responsabilidad del Ayuntamiento. Le han votado y le han dejado cuatro años para trabajar con un programa, pero con un encargo, déjese la piel desde el primer día y tenga claro que no debe responder ni ante su partido, ni ante otras instituciones, sino ante sus vecinos, que son quienes le han dado la confianza y quienes pagan sus impuestos. Suerte.

Una ciudad, un proyecto común

Si hay un hecho que se ha producido este fin de semana, pese al tiempo inestable, ha sido el apoyo contundente y decidido de miles de vecinos burgaleses a la candidatura de Burgos a la capital cultural europea en 2016. El viernes más de quinientos pequeños, estudiantes del colegio Jesuitas, desfilaron por el Paseo de la Sierra de Atapuerca, frente al Museo de la Evolución, para con sus disfraces y su sonrisa decir que ellos querían, que dentro de cinco años, cuando algunos fueran ya adolescentes con pecas, vivir en una ciudad que fuera el referente cultural de Europa.

El sábado por la tarde, en el mismo escenario, el protagonista fue el balón de baloncesto de la mano de un club Autocid Burgos, que ha devuelto la autoestima ciudadana y que derrocha ilusión y entusiasmo en todas sus actividades. Ojalá ascienda a la ACB porque Burgos necesita ese espíritu de lucha y emprendedor, el rival ahora es Girona, y luego nos quedará la final, pero el trabajo realizado de la mano de patronos, técnicos y jugadores ha sido brillante. Las seis mil personas que se acercaron a botar lo hicieron plenas de entusiasmo, el mismo que derrocharon los también miles que se subieron a pedalear el domingo por la mañana, que llegó con sol, también para apoyar Burgos 2016, en este caso la marea azul se cambió por la roja, pero con otro fin más pleno, el de Proyecto Hombre, que busca sacar del infierno de la droga a los que se han deslizado por el mismo.

Son tres ejemplos, que se sumarán al de la Noche Blanca, el próximo 28 de mayo, y que también si el tiempo no lo impide sacará a la ciudad a la calle, en las horas previas a la visita del jurado que decidirá cuál de las capitales finalistas en España será la que en 2016 represente, junto a la polaca, a la Europa cultural y milenaria, pero también de presente y de futuro. El 29 de junio, precisamente en la fiesta de San Pedro y San Pablo, se dará a conocer el fallo. Aseguran que San Sebastián y Córdoba son las que pugnarán con Burgos por la nominación definitiva, y que las dos primeras tienen más posibilidades que la ciudad castellana. Quizá sea así o quizá no; pero lo importante, es que aunque con las reticencias de muchos de los que ahora se han sumado a la candidatura (no los tres ejemplos citados anteriormente), Burgos 2016 ha devuelto el orgullo y la autoestima de una ciudad que en muchos aspectos es ejemplar y emprendedora, y sea cual sea el resultado, habrá demostrado que juntos podemos y que somos capaces de aunar intereses en pos de conseguir objetivos comunes en beneficio de todos.

Turismo, más y mejor

No es de extrañar que el debate sobre el turismo y su promoción fluya estos últimos meses en la provincia de Burgos. De hecho, este sector alcanza el 10 por ciento del PIB en Castilla y León, y en la situación económica que nos encontramos busca convertirse en un importante yacimiento de empleo. Además, en Burgos, la apertura del Museo de la Evolución Humana, supone una marca más que añadir para el impulso del mismo y da origen más si cabe a la controversia. Ocurre, sin embargo, que con el turismo parece deslizarse lo mismo que con el fútbol. A todos nos da por opinar sobre la promoción, la ciudad de los Congresos, las pernoctaciones, lo caro o barato de los hoteles, y pocos se sienten aludidos para profundizar en aquello que pueden y deben mejorar, desde los agentes implicados a los propios ciudadanos.

Hay quien ve la botella medio vacía (suelen ser los más, en este país ganan los pesimistas), otros medio llena. No sé si en el caso de los datos de turismo que afloran mensualmente preferiríamos menos visitas y más pernoctaciones, o más visitas y menos pernoctaciones. Si en vez de un millón de visitantes contáramos con dos millones, aunque se quedaran 1,6 días en la provincia de Burgos creo que nos daríamos por satisfechos, y no mantener un millón que se quedan 2,5 días. Lo mejor, claro, y a lo que todos aspiramos: los dos millones, 2,5 días entre nosotros.

Por comentar una cifra, Bilbao en 2010 tuvo 684.000 viajeros, muy por debajo del 1.028.259 con que contó Burgos y 1.281.521 pernoctaciones frente al 1.670.805 que tuvo Burgos. Y todavía son muchos a los que escucho que ojalá tuviésemos un Guggenheim olvidándose que para única la Catedral de Burgos. Sí es verdad que el Museo bilbaíno gozó de la presencia de 30.000 visitantes esta pasada Semana Santa, ganando por distancia al Museo de la Evolución burgalés y a la propia Catedral de Burgos más dedicada en esas fechas a los cultos propios que a las visitas turísticas. Pero Bilbao sí atrae mucho turista extranjero, procedentes sobre todo de Francia, Alemania y Reino Unido, además de un porcentaje importante de norteamericanos (por cierto en el Museo tendré ocasión de atender el sábado a una tour-operadora neoyorkina que espero disfrute de Burgos), que sí que nos interesaría que siguieran su ruta hacia Burgos en su entrada por España. De ahí que Bilbao nos afecte, al igual que Madrid o Barcelona, no solo para su población, sino para los millones de visitantes que tienen, que en el caso de la capital catalana alcanzan los 5 millones.

No debemos conformarnos con el que quien no llora no mama, porque si la competitividad empresarial con nuestro entorno es grande, en tiempos de bonanza y de crisis, en el caso del turismo la competencia es feroz, tremenda. No es momento para las lágrimas. Cada territorio, cada provincia, y hasta cada localidad, han visto en el potencial turístico que tiene España un nicho de mercado. Porque nuestro país, nuestra marca, es todavía uno de los primeros países en atraer viajeros, por detrás del coloso francés que vive del mítico París, de la Costa Azul, o de los castillos del Loira.

Ocurre, sin embargo, que en Francia las cadenas hoteleras sí han apostado por el turismo familiar, y muchas de ellas (no se trata de hacer publicidad) alquilan habitaciones por una noche donde una familia con dos hijos puede dormir por 40 ó 45 euros. Con lo que una semana viajando por aquel país podría costar unos 300 euros. En Burgos, en cambio, que es una de las provincias donde los precios de hoteles están más bajos y la calidad más alta, una semana, a una familia con dos hijos en dos habitaciones, el gasto le puede suponer 700 euros, más del doble que el modelo anterior, y eso solo en dormir.

Siento discrepar con las grandes cifras que se están manejando para Burgos si aspira a la Capitalidad Cultural Europea. Las grandes batallas se vencen en las pequeñas escaramuzas. Y de esas tenemos todos los días y habrá que ganarlas nos elijan o no para ser capital de 2016. Todavía hay millones de españoles que desconocen lo que puede ofrecer la provincia de Burgos, desde todas las aristas del prisma. Y millones de europeos que pueden encontrarse en esta tierra como en su casa.

Por otra parte, existen también miles de personas que viajan a través del ferrocarril y el avión;  del primero, parece que en Burgos nos hemos olvidado, y no solo por la distancia que debemos andar para llegar a la estación, sino por la poca frecuencia de sus servicios. Y del avión nos ocupamos más en enviar gente fuera que en traerla: los transportes, mejorables, sin duda.

Lo estamos haciendo, pero nos falta explotar lo excepcional que supone en muchos aspectos la provincia de Burgos. Más nos ocupamos de su patrimonio y de su uso, que del turismo en sí. Trabajo en el MEH y estoy rodeado de unos fósiles únicos en el mundo, que se intentan conservar a la temperatura y la luz requerida, pero soy consciente de que mi ocupación en el Museo se juzgará más por el número de turistas que atraiga, que por la imagen que del mismo se lleven los visitantes o la comunidad científica (aunque lo segundo logrará el aumento de lo primero). Porque es cierto que la inversión ha sido alta en todo el complejo de la Evolución Humana y ello ha de repercutir en beneficios para la propia ciudad y provincia.

Pero no solamente nos hacen excelentes y diferentes la Catedral y el Museo (que tengo mis dudas sobre la bondad o no de una entrada común, sí estoy seguro, en cambio, de que debe haber una venta global de la capital y la provincia), sino también lugares como la Cartuja o Las Huelgas, en la propia capital; o los yacimientos de Atapeurca, el Camino de Santiago, el Monasterio de Silos, las icnitas de Salas y Frías, por poner cuatro ejemplos de la provincia que también nos convierten en óptimos.

No hace muchos días, un amigo me comentó que basa sus viajes al extranjero con su familia buscando el Patrimonio de la Humanidad, y que encuentra grandes carteles en autopistas que le indican que está cerca de algún lugar con este reconocimiento. No estaría mal que en Burgos, donde sumamos tres y podemos alcanzar cuatro o cinco, si seguimos insistiendo en el Románico del Norte, en las huellas de los dinosaurios o en el casco histórico, también se señalen no solo en las circunvalaciones, sino en la distancia, para los que vengan o para que vuelvan los que pasan.

En Burgos podemos trabajar aún más por sumar esas potencialidades, que además con una buena gestión deberían convertir un Palacio de Congresos que es un auténtico coloso en un baluarte, según se puede comprobar si eres una de las personas que tienes la ocasión de visitar las obras. A ello lógicamente tenemos que sumar un medio ambiente increíble y una pujante gastronomía, y un enoturismo creciente que sumar a esta oferta. Solo nos falta la playa, pero París tampoco la tiene y cuenta con más de diez millones de turistas al año.

(Publicado en Diario de Burgos el 9 de mayo)

Políticos desenredados

Apenas suman sus respectivos partidos 200.000 seguidores en las principales redes sociales en España, individualmente incluso reciben más ‘followers’ que las siglas a las que pertenecen, pero la moda de algunos políticos de formar parte de las nuevas tecnologías no parece que atraerá votos nuevos, sino que simplemente sumará algunos de sus ya parroquianos. Pocos dudan de que hay que formar parte de este fenómeno (2.000 millones de personas en todo el mundo han creado su perfil en Facebook, twitter, linkedin, youtube…, aunque un porcentaje menor sea realmente el que le utiliza de forma diaria), pero todavía se aleja mucho de adquirir las ventajas que las redes tienen, y que no han sabido o querido explotar.
Hay, sin embargo, directores de periódicos en nuestro país que han conseguido una conversación directa con sus lectores, han generado debate, y entre las personas que les siguen hay muchos que comparten sus tuits -en el caso de twitter-, pero otros tantos que critican sus 140 caracteres que les caben en la pantalla, una utilidad de la que se alejan bastante los propios políticos. El pasado viernes, por ejemplo, mientras se celebraba la convención de candidatos populares en Burgos con la presencia de Rajoy, mientras unos, los tuiteros políticos afines, se ocupaban -lógicamente- de reiterar algún mensaje de los principales discursos, los otros, los de la oposición, simplemente los criticaban. El sábado, la convención socialista en Valladolid, sin embargo, se convirtió en tendencia (’trendingtopic’) durante un momento por la mañana en nuestro país, pero una vez más los que utilizaban la marca (’hastag’) eran exclusivamente los propios asistentes al encuentro. El ciudadano ‘común’, mientras tanto, se mantenía alejado del supuesto debate.
Obama marcó un hito, sin duda, y todavía cuenta con 20 millones de seguidores en todo el mundo en Facebook, pero su feedback ha cambiado con los internautas, quizá desde que no puede utilizar la blackberry para contestar de forma directa su impacto sea diferente, en una red donde Shakira parece imponerse con 27 millones de personas, y donde el presidente de Estados Unidos fue una auténtica estrella.
Cuando falta comunicación por parte de nuestros representantes en aquello que se denomina precisamente redes sociales, es largo todavía el camino para recorrer. Bien está que sea un sistema novedoso de anunciar proyectos, de vender eslóganes, o de azuzar al contrario, sin embargo, da la sensación, y ojalá me equivoque, que salvo contadas excepciones es muy poca la interlocución con los posibles votantes y eso que día a día se multiplica la presencia de los políticos especialmente en twitter, la red que está creciendo exponencialmente, pero donde según algunos estudios el cincuenta por ciento no son usuarios activos, y eso que para futbolistas y artistas parece convertirse su uso en un auténtico vicio.