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Nadie es imprescindible

Así de contundente se dirigía el presidente del Burgos CF a su actual entrenador: ‘Nadie es imprescindible’. Pretendía que el míster deshojara la margarita cuanto antes cara a planificar el futuro del equipo en la Segunda División. Este ha pedido objetivos más ambiciosos, sin determinar cuáles, y los dirigentes deben hacer cuentas entre ingresos y gastos para hacer del club un equipo viable en una categoría complicada, donde puedes caer a los infiernos o subir a la gloria.

Lo que sí es cierto es que pocos imprescindibles hay en el mundo, y quien así se considere tendrá difícil formar equipos, algo necesario y básico en el mundo empresarial actual. También en el deportivo. La actual directiva del club blanquinegro merece un gran aplauso. Recuerdo que en esta Página Par hace unos cuantos meses puse la mano en el fuego por los argentinos que regían los destinos del Burgos CF…  y me quemé. Falló todo, salvo que el equipo logró el ascenso, y eso es un gran mérito, pero desde el punto de vista de gestión deportiva y de futuro se quedaron a medias muchos proyectos, hubo fichajes inexplicables, y no han vuelto.

Los ‘nuevos’, pero ‘viejos’ en lides deportivas, aportaron peculio, organizaron en muy poco tiempo el club de forma profesional para ser admitidos por la LFP y han manejado con tiento la parte deportiva, confiando en un manager y un entrenador que han logrado reivindicarse y cotizarse, al igual que algunos de sus jugadores, que probablemente dejen los colores a final de temporada por ofertas que les lleguen. Habrá que construir de nuevo alineaciones y ser viables en el campo y los despachos en una división muy complicada.

Pero es cierto que nadie es imprescindible. Recuerden los equipos, y no solo de fútbol, que han cambiado no una, sino dos o tres veces de entrenador este curso. Pero esto tampoco significa un revulsivo cuando el mal se encuentra desde la cabeza hasta los pies.

Uno que sigue la Segunda –por su Sporting del alma- ve equipos ejemplares en la gestión, y Burgos CF al igual que el Mirandés son un modelo, y otros que no. Y no hay más que mirar a la primera RFEF para ver cómo el Racing ya ha subido, y la fase de ascenso parece que le espera al Dépor, dos clásicos, mientras que Atlético B y Castilla no tienen fácil jugarla, y el Andorra de Piqué puede verse, sin embargo, también en Segunda.

El Burgos debe todavía consolidarse y finalizar en una buena posición. Cuenta con rectores expertos. Ha amarrado al director deportivo y falta el de la batuta. No es fácil hallar a una persona clave. El Barcelona parece que lo ha conseguido con Xavi, el Atlético  con Simeone, y el Real Madrid, uff el Real Madrid, siempre duda. Y el Sevilla con Lopetegui. ¿Y Marcelino? ¿Bordalás? ¿Emery? ¿Y el Rayo con Iraola? Cierto que algunos están consolidados, pero otros siempre penden en el alambre. Suerte para el Burgos y que acierten con la decisión de Calero… estar una temporada pendiente del entrenador es jugártela.

Futbolistas

Disculpen si les cuento en esta Página Par relatos personales, para una memoria frágil son los que más rápidamente acuden a la cabeza, y con algo de tiempo transcurrido se hacen más cercanos. Saben los lectores habituales que soy del Sporting, pero no me gustó nada lo que hicieron los jugadores rojiblancos al final del derbi ante el Oviedo el sábado. Perdieron, claro, es lo habitual en esta temporada, y no lo encajaron bien. Es cierto que los carballones mostrando las camisetas al público -99,9 por ciento gijoneses- les mosquearon. Es verdad que no les enviaron ninguna entrada a los azulones. Y que el Oviedo está en puestos de fase de ascenso y el Sporting evitando el descenso a los infiernos. Pero en el fútbol hay que saber ganar y saber perder. Y por más oportunidades que tuvieron el gol no entró, y en este equipo eso es culpa desde el presidente hasta el último jugador. No ha habido planificación, no se ha confiado en los entrenadores, no saben a qué juegan…

Vivir en la piel de un futbolista no es fácil. En el primer sueldo te compras un automóvil que ni un comisionista. Puedes ser famoso con 19, 20 años y te invitan a todos los saraos. El que esto escribe lo sintió hace ya algunos años. Estaba en Pamplona, y en el Colegio Mayor vivía con el hijo del entonces presidente del Sporting. Había un par de gijoneses más y su padre nos invitó a comer con la plantilla y al palco en el partido en el viejo Sadar. Así que después del almuerzo subimos el autobús rojiblanco y acabamos entrando a pisar el césped por el túnel de vestuarios con algunos aficionados navarros saludando. Yo iba con mis amigos, todo altos y deportistas, podían confundirse con Maceda o Jiménez por la complexión física. Yo no, aunque entonces jugaba al baloncesto. Pero me pidieron un autógrafo, y no le dije nada al chavalín que lo hizo, y firmé, y crecí hasta la altura del rubio central del Sporting que acabaría en la selección y en el Madrid. En Osasuna estaba Enrique Martín, viejo conocido en Burgos, y que al año siguiente sería vecino mío en el barrio de Iturrama en Pamplona.

Formaba parte de un equipo que casi no jugó en Europa, pero que en una ocasión fueron llamados siete a la selección española. Ese año –el de mi ‘debut’- quedamos octavos, con Boskov de entrenador; ganó la liga el Athletic de Clemente y nosotros nos convertimos en los reyes del empate.

Nunca olvidaré esos momentos pisando el césped de Pamplona. Aunque hubiéramos perdido 2 a 0.  Pero entonces no había tantos mercenarios en nuestro fútbol, se sentían los colores, y claro que había tanganas, que se lo pregunten a Miguelí o Goicoechea. Así era el fútbol.

Ahora estos chicos ganan millones, tienen en su casa el gimnasio, son auténticos cachas –la mayoría- y pueden cambiar de club como de camiseta. Pero hay que saber perder… y ganar.

 

 

Semana de Pasión

Algunos años en Semana Santa bajábamos desde Asturias a Castilla, en una aventura que ya les he contado en esta Página Par, cuando el Seat 850 iba con los seis a cuestas, calándose por el camino e intentando superar lo que para nosotros era un muro: el puerto de Pajares.

Palencia era otra Semana Santa para los que vivíamos en el norte. Bien es cierto que aún se conservaban costumbres en Asturias como la visita a los monumentos en las iglesias entre el jueves y el viernes, la palma entre padrinos y ahijados, o la mona de Pascua de devolución de la visita. Pero no habíamos oído hablar de procesiones, ni de pasos, ni de nazarenos, y menos del silencio castellano. Quizá por ello o quizá también porque mi padre había sido hermano mayor de la cofradía de los luises –perdón para los semanasanteros, la Cofradía penitencial de Nuestro Padre Jesús Crucificado y Nuestra Madre Dolorosallegar algunos años a la vieja Castilla se convertía en tradición. De hecho cuando estuve en el Diario Palentino fueron a verme los hermanos de esta cofradía que tenía la sede en el convento de San Francisco para invitarme a participar en la misma. Pero ni yo me veía con el capirote y la túnica, ni tampoco mi estancia allí iba a ser muy larga. Y eso que me gustaba el hábito, blanco y azul cielo, y las imágenes que portaban, y sobre todo la pausa y una pasión callada.

Alguna vez nos acercábamos a Valladolid –pocas- porque había que contemplar su imaginería, o a otros lugares de la comunidad. España es Semana Santa, en el interior y en su litoral, y su tradición motiva el movimiento de miles de personas. Que se lo pregunten a los zamoranos, o a los coquenses, o a los malagueños y a los sevillanos. O en El Ferrol, o en Murcia, o en Valladolid, o en Calanda, o en Madrid con su Jesús de Medinaceli… o La Borriquilla en Palencia y en tantos lugares.

Precisamente en esta Semana Santa de 2022 Burgos volverá a ser protagonista tras la suspensión de la de 2021. Seguiremos con la mascarilla, pero podremos contemplar sus dos principales procesiones, la del Jueves y la del Viernes Santo, a través de la pequeña pantalla en Televisión Española, merced al acuerdo del ente público con la Fundación del VIII Centenario de la Catedral, y la colaboración del Ayuntamiento y la Junta. El Encuentro que congrega a miles de personas –mezclados fieles y curiosos, con vecinos y turistas- y enardece el alma de los cofrades que portan a María y a su Hijo camino del Calvario. Y la Procesión General del Santo Entierro con todos los pasos en la calle si el tiempo no lo impide. Ha mejorado mucho su orden y su música.

Ha cambiado bastante esta Semana en la tierra del Cid. Y en este tiempo de Pasión quizá nos ayude a reflexionar más por los necesitados, que no son pocos, de este mundo.

 

Saber trigonometría

 

Un amigo, de Galicia, que me dio un montón de consejos de juventud frente a la vida, decía: Hay que verlas venir, dejarlas pasar, y saber trigonometría. Parar, templar y mandar que diría el flamante consejero de Cultura de la Junta. Gallego, gallego lo primero, castellano viejo lo segundo. De esos gallegos que no sabes si suben o bajan cuando les ves en una escalera, y que casi siempre contestan con una pregunta o con un depende. Pero pese a lo que muchos crean, no son indecisos, sino lanzados, han conquistado medio mundo, sobre todo allende el océano, han creado fortunas y la morriña les hizo volver a bastantes. Por algo dicen que los gallegos y asturianos somos primos hermanos.

Y por eso Feijóo, que no es Casado, les ha comenzado a poner nerviosos a los partidos en el gobierno, porque no se sabe con certeza lo que fluye por su cabeza para el futuro del Partido Popular. Es un político de éxito por las mayorías absolutas consecutivas que ha alcanzado en Galicia (por cierto el mismo número que Juan Vicente Herrera, ambos son buenos amigos y quién sabe si le hará retornar a la política al paisano burgalés), dicen que es un buen gestor e intenta mantener más o menos contentos a todos los sectores hasta el punto de variar algunas de sus políticas tradicionales, pero no olvidemos que es militante popular, y como tal mantendrá unos principios.

El caso es que con el lanzamiento del líder popular este fin de semana volvemos a encontrarnos en campaña electoral. Feijóo no tiene voz en el parlamento y deberá buscar la manera de que le escuchen. Mantiene una discreta pero constante presencia en redes cuando suenan voces sobre un posible adelanto en las elecciones generales. Los socialistas con una inflación galopante y unos precios desbocados no están en su mejor momento. A nivel regional habrá que ver la cohesión del ‘equipo’ de la derecha con Fernández Mañueco al frente. Un primer experimento al que se dirigirán muchas miradas. Los ‘verdes’ no pueden fallar a su palabra, pero tampoco enfrentarse a la mayoría de los ciudadanos. Y será un patrón para otras regiones.

Y en cuanto a las municipales resta menos de un año para las mismas y algunos políticos ya se están tentando la ropa. En Burgos, a buen seguro, habrá bastantes cambios en las candidaturas salvo  la del actual alcalde, Daniel de la Rosa, que intenta mediar entre los problemas vecinales, y que se ha sacado cuan mago de la chistera una buena cantidad de millones para actuar en infraestructuras en este año preelectoral.

Habrá que ver cuánto puede influir en el voto local la tendencia nacional. Habrá también que interpretar el CIS y lo que Sánchez pretende. Y habrá que mirarse el bolsillo, porque la economía es la que mueve las papeletas de verdad.