Archivo por meses: noviembre 2018

Políticos

No todos son mentirosos, ni serviles, ni ladrones… El problema es que las actitudes de algunos de los que han representado a los principales partidos han sido así. Y  otros que los representan se creen que están en el olimpo de los dioses, en lugar de en el limbo. Pero, pese a todos,  mi máximo respeto a los políticos. A esos que se dejan la piel por su pueblo, por su ciudad, por su autonomía e incluso por España. Y lo hacen con respeto por sus vecinos, por los ciudadanos, por sus contrincantes, que no enemigos.

La gran mayoría de nuestros representantes públicos no tienen el salario de un congresista o un diputado del Parlamento Europeo. Y trabajan más de las ocho horas que fijan los convenios de la empresa privada. Les falta , es cierto, capacidad de liderazgo. Pero les sobra laboriosidad y honradez a patadas. Es cierto que a algunos el cargo les cae un poco grande, pero el número de representantes públicos que tienen que buscar los partidos para completar las listas municipales, autonómicas, generales y europeas es enorme. Y ahí puede acabar cualquiera. También los que se creen más listos. También los soberbios. También los faltosos, los perezosos y los jetas.

Pero siguen siendo minoría frente a los que han llegado a la política con vocación de servicio. Personas que sacrifican su trabajo y su familia por el bien común. Quizá también un buen sueldo. Al menos durante una legislatura porque luego necesitan volver a su actividad privada.

Gente a la que no le gusta aparecer en las fotos, y que lo hace por obligación. Políticos preparados que conocen la historia de España para evitar caer de nuevo en los mismos errores de un país cainita. Que conocen la de Castilla y León para intentar ofrecer a sus administrados dosis de autoestima y amor propio. Que toman decisiones que no buscan votos, sino lo mejor para sus conciudadanos, y por eso pueden mirarles a la cara.

El asunto es que aquellos que tienen que confeccionar las listas algunas veces les da miedo buscar a los mejores porque les ensombrecerían. Y otras, que el ejemplo que han generado otros compañeros aleja de las mismas  a personas capaces y preparadas. Aun así, siguen siendo mayoría los que más allá de su puesto ven personas a las que llegar y buscan solucionar problemas de verdad, que los hay y muchos, al margen de los que aparecen en las tertulias, y no repetir la misma cantinela en cada programa, en cada cita electoral.

El próximo 26 de mayo, además de celebrar el cumpleaños, tocará ir a votar. Seguimos sin listas abiertas para eliminar a los poco fiables. Pero será una votación libre que decida quiénes queremos que nos gobiernen. Y modelos para valorar contamos con unos cuantos.

Medicina

Me han cogido con el pie cambiado. Tenía ganas de escribir de libertad, la de los padres para elegir el colegio de sus hijos, y de educación, la ley que maneja la  ministra del ramo. Parece que ambas cosas incompatibles. Pero me temo que este asunto, quizá uno de los más importantes en los que se puede mover un país, va a estar en permanente discusión meses, años y quinquenios. Si tanto miramos para Europa, aquí parece que nos hemos puesto anteojeras como los burros.

Tenía ganas de escribir de libertad efectivamente, pero estos días no he parado de leer noticias sobre la necesidad de médicos en los centros de salud y en los hospitales de  Burgos y de Castilla y León. Ocurre también en otras comunidades autónomas, pero al menos en esta se venía anunciando desde hace bastante tiempo, y se sigue diciendo, y faltan médicos especialistas, y faltan doctores en los pueblos y las capitales en sus centros de salud respectivos, y faltan enfermeras en hospitales y …. Faltan alumnos de medicina para cubrir todas esas plazas. Y es que además se nos van a otros países porque los salarios son mejores, y el acceso a la sanidad no tan complicado.

Recientemente escuchaba una conversación entre dos personas en un autobús urbano. Su acento era hispanoamericano y hablaban sobre el ‘universitario’ .  Al viejo hospital se le cambio el nombre y se quedó con el HUBU, pero de esto tiene poco, salvo el intento de la unidad de investigación por emerger entre los demás centros hospitalarios. Desconozco cuantos doctorandos puede haber entre sus médicos y enfermeras. También si existe algún estudiante de Medicina que esté haciendo asignaturas prácticas entre sus plantas. Pero disminuye el número de ‘Mires’. Es razonable que Burgos solicite una Facultad de Medicina, contando ya con la de Enfermería. Es razonable porque habría estudiantes que pedirían la plaza ante la situación de que Salamanca y Valladolid no pueden recibir más alumnos porque están al completo. Y lo mismo ocurre en otros centros universitarios de toda España. Faltan médicos y plazas para formar a los que serían necesarios para completar con dignidad los servicios de nuestros hospitales y centros de salud. Para que no aumenten las listas de espera, y con las perspectivas de que aumenta poco a poco la edad media en España.

Hay motivos. Hicimos mal la creación de universidades, su multiplicación y la distribución de grados. Se repiten por doquier, y nadie se atreve a poner el cascabel a las facultades que quizá se deban cerrar o trasladar por la falta de estudiantes. Y no vemos hacía dónde caminamos. La UBU si quiere una Facultad en Ciencias de la Salud debe mostrar su calidad, evidentemente, y  tomar decisiones que probablemente a algunos no gusten para el reequilibrio. Tenemos el mejor hospital y debemos sacarle rendimiento.

 

Tramitaciones electrónicas

Siempre he sido un manazas con los ordenadores. Si el documento del Word me aparece con un interlineado x así estará toda su vida. Soy incapaz de adecuarlo al texto que tengo que escribir, lo mismo me ocurre con todo el mundo de las pantallitas. Así que imagínense lo que se me pasó por la cabeza cuando vi que unos papeles que tenía que presentar en una administración lo debería hacer mediante tramitación electrónica. Por mucho que me dijeron que era muy sencillo, no me lo creí en ningún momento. Entiendo que los autónomos controlan, y les admiro por ello, y por lo que hacen cada vez que tienen que presentar sus cuentas, sus injustas cuentas diría.

Inicialmente tenía que solicitar a través de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre un certificado de persona física, aparentemente fácil, y así fue. Me contestaron pronto al correo electrónico y me fui a uno de los centros de la administración del Estado para que me reconocieran y confirmaran que ese número era yo. Y así comenzaron mis cuitas, al convertirme en número y sin recordar algo fundamental que es que las descargas que tuviera que hacer lo tenía que cumplimentar con el mismo ordenador, navegador y usuario con la que se hizo la solicitud. Tengo acceso a varios, así que fracasé en el primero y el segundo intento. Decidí llevar los papeles al registro de la administración. Me los admitieron. Respiré. Pero a los pocos días me volvían a enviar un correo recordando que ‘la solicitud debe presentarse DE FORMA ELECTRÓNICA (estas tres palabras en mayúsculas) cumplimentando el modelo normalizado anexo 1, que se encuentra a disposición de los interesados en la sede electrónica de la administración…. ‘  Creía que siempre nos quedaría el papel y el bolígrafo, pero esto no ocurre algunas veces.

Total, que comencé la batalla contra la ignorancia de nuevo, solicitando un nuevo certificado de persona física, que obtuve tras borrarse automáticamente el anterior, y acudí a Rodrigo, un colega de trabajo, experto en papeleos burocráticos y ordenadores.

Lo primero que hizo fue acudir a un vídeo en el que se afirmaba ‘te enseñamos cómo solicitar tu certificado digital de persona física de la FNMT en cuatro sencillos pasos’. El vídeo, oficial, tiene casi un millón doscientas mil visualizaciones y creo que más bien es por el número de veces que cada usuario vuelve a verlo para enterarse de cómo bajarse la firma digital, adecuar el ordenador, el Windows y el Explorer –esto era nuevo, si no hay Explorer, no hay certificado-, llegar al anexo 1, completarlo, lograr firmarlo y enviarlo.

Lo consiguió Rodrigo, pero si tengo que volver a hacerlo asumiría de nuevo mi incapacidad para tramitarlo de nuevo. Probablemente la administración consigue uno de los motivos por los que obliga al asunto electrónico, que es evitarte paseos y viajes, pero el tiempo que dedicas a convertirte en un versado usuario de programas es mucho y mayormente perdido. He impreso más folios que si lo hubiera tenido que presentar en el registro. Sin embargo, no he perdido la fe. Voy a por el DNI electrónico. Aunque me han dicho que tengo que comprar un aparatito para el teclado del pc. Empezamos mal.