Archivo por meses: junio 2016

Nueva Campaña de Atapuerca

Este año parece que el equipo de Atapuerca ha comenzado con más optimismo las excavaciones, cuentan con más presupuesto y han vuelto a las camapañas de décadas anteriores, que casi llegaban hasta los 45 días en la Trinchera del Ferrocarril. Casi trescientas personas, en varios turnos, ocuparán los lugares de trabajo, y en algunos los objetivos los tienen bastante claros. Parece que Arsuaga, Bermúdez y Carbonell quieren llegar a contemplar ellos personalmente la ‘orgía’ que pudiera aparecer en el TD-6 con los restos del antecessor así que este año culminarán ya en TD-10 en la Gran Dolina y dividirán en dos partes el descenso camino hacía las decenas de fósiles que esperan encontrarse de una especie que hasta ahora es única y que solo se encuentra en Atapuerca.

Este año, esperan encontrar restos fósiles humanos también en Galería, además de los no por habituales menos sorprendentes de la Sima de los Huesos y quizá, con mucha suerte, pero también con trabajo, como el que han desarrollado estos años, encontrarse con algún fósil más en la Sima del Elefante donde ya contamos con una especie todavía sin clasificar por la escasez de los restos hallados.

Y siempre los neandertales. El Museo de la Evolución ya expone restos de esta especie que han aparecido en la ‘montaña mágica’ en temporadas anteriores, pero son restos de instrumentos utilizados por nuestros medio primos. Todavía no hay restos fósiles de homínidos. Puede que este sea el año y sirva para declarar a Atapuerca espacio único, si ya no lo es, porque contaría con restos de especies humanas que habitaron nuestro planeta, con continuidad, desde hace más de un millón de años hasta ahora.

Con el objetivo también de preparar otras excavaciones para futuros años como el caso de Cueva Fantasma donde ya hay dataciones de un millón de años, también dedicarán tiempo a preparar estas nuevas prospecciones.

Atapuerca cuenta con trabajo para varias generaciones, si es que nos importa el pasado para intepretar el presente e intentar encontrar también respuestas para nuestro futuro. De lo que hemos sido los humanos mucho se conoce gracias a los miles de restos de homínidos de la Sierra burgalesa, desde nuestra forma de hablar, hasta la socialización o los inicios de la ganadería y la agricultura. De nuestro ADN y de la relación entre los actuales habitantes de la zona y los que lo hicieron hace 30.000 años. De que también hemos sido carroñeros, y nos hemos comido unos a otros, por tradición o necesidad, pero es un hecho. De que los heidelbergensis de Atapuerca,para los que se está buscando su especie verdadera, eran una auténtica ONG ambulante, por como trataron a sus niños, a sus ancianos y a sus enfermos.

Detrás de todo ese trabajo dan la cara los tres codirectores, pero detrás de ellos a lo largo de estas décadas hay cientos de personas que por amor al arte han llevado el nombre de Atapuerca por todo el mundo. A todos ellos gracias.

Las fiestas de todos

En 10 días y si el tiempo no lo impide, miles de burgaleses se echarán a la calle para celebrar las Fiestas de San Pedro y San Pablo. Porque aquí el que manda es el sol, si luce y mantiene una temperatura primaveral, allí estarán todos los vecinos entre el paseo del Espolón, las casetas, los gigantones, las charangas, los toros, conciertos y fuegos artificiales. Pero ay! Si se arruga el astro, entonces nuestras particulares celebraciones ya no serán lo mismo, ni para los trabajadores de La 8 Burgos que, siempre pensando en un por si las moscas, buscamos techado para nuestros programas y este año realizaremos nuestros directos desde debajo del flamante Monasterio de San Juan, excepto, claro está, el pregón desde la Plaza Mayor, la Cabalgata desde la calle Vitoria, y la Ofrenda Floral, en la Catedral.

Estas fiestas tienen también su emoción, pues el día 26, el domingo principal, nos toca ir a votar, o no, porque según el CIS hay más de un 30 por ciento de indecisos que podrían cambiar los sorprendentes resultados que han publicado. Esperemos también a ver cómo transcurre la campaña y el interés de los posibles votantes, que parece actualmente que está por los suelos, observaremos si el debate a 4 de esta noche a nivel nacional, o el de mañana a nivel local, anima a la gente a acudir a las urnas, que es, sobre todo, un deber ciudadano.

Pero volvamos a las fiestas, parece que bajo el lema ‘Por el cambio’ que los socialistas utilizan en campaña, apuestan también por modificar el desarrollo de las fiestas. No les falta razón en que en algunos momentos resultan cansinas y repetitivas, pero son miles las personas que acuden a las principales citas y no sabemos si es porque solo hay eso, o realmente porque la tradición les motiva. De momento el viernes votaron los munícipes para que no haya circo, pero ocurre que este tema es de los que el pleno pudiera no tener prerrogativas así que ya veremos si el equipo de gobierno ejecuta la decisión del PSOE e Imagina o no, porque también se votó quitar la caseta de estos últimos ubicada en medio de la vía púbica y de ahí ‘no les moverán’.

No veo fácil innovar. En Gijón, mi pueblo, existe Cabalgata, los fuegos tienen la particularidad que son en el mar, y la gente come y bebe con mucha alegría, también se mantiene la feria taurina y hay una ofrenda floral, eso sí a Jovellanos. Bastante música asturiana, que alterna con las orquestas tradicionales y todo ello es la Semana Grande. Pues como la de San Sebastián, la de Logroño, la de Bilbao o Santander. Ya por el sur, con el calorazo, imagino que cambiarán algo las tornas.

Confieso que me gustaría conocer a fondo la propuesta del grupo socialista, porque creo que evolucionar es bueno, y quizá para el próximo año sea el momento, pero no se olviden de las tradiciones que en esta tierra se quieren y se defienden.

Dejà vu

No sé si a ustedes les pasa lo mismo, entiendo que sí, porque lo que llevamos viviendo en este último año es una permanente sensación de paramnesia, de una continua sensación de haberlo todo sentido antes, de un Curpillos en El Parral con los candidatos a las elecciones tomando pinchos de una caseta a otra en comitiva de correligionarios; sí es verdad que el año pasado eran elecciones locales y estás generales. De revivir permanentemente a los mismos candidatos. De escuchar las mismas propuestas. No sé cuántas veces ya me han prometido que dentro de no sé en cuánto tiempo la AP1 que circula entre Burgos y Miranda estará libre de peaje, y que la alta velocidad llegará.

Pero el Dejà vu no afecta solo a los mensajes políticos, o a la disputa sobre si habrá o no debates electorales, si cambiaremos la Constitución -de esto visto el consenso que exige y las pocas ganas de renovación parecen haberse olvidado los partidos mayoritarios-, o los pactos que habrá después del 26 de junio, después de unas elecciones que la mayoría dan con similares resultados a las anteriores y nos encontraremos con la idea de que esto ya nos suena: dirigentes políticos que no se ponen de acuerdo, de los que ninguno de ellos tiene la menor intención de dar un paso atrás, mesas de negociaciones extravagantes, acuerdos de 1 folio, confluencias que pretenden lo que el líder les prometió y no llegaron, sumas que no salen, partidos que no se abstienen… y todavía puede ser peor si acabamos en el día de la marmota, porque de momento nadie puede negar que podamos volver a encontrarnos otros seis meses sin llegar a pactos y tener que nuevo que regresar a las urnas. El castigo que podrían infringir entonces los ciudadanos a los candidatos al Congreso y al Senado podría ser incalculable y de ahí que en plena precampaña electoral anden todo prometiendo que esta vez sí, y llegaremos a acuerdos y consensos en menos que canta un gallo.

También esta idea de haberlo vivido todo antes llega al final al desánimo de los españoles, que todavía se encuentran mes tras mes con la losa del paro y de contratos temporales que acaban en despidos. Que es mejor trabajar así que no hacerlo, es un argumento. Pero estamos perdiendo las fuerzas necesarias para alcanzar una España mejor. Todos tirando para diferentes objetivos. Falta de unidad y además de ilusión. Las plazas no están tan llenas como hace unos años y el problema es que el dejà vu que te arrastra te deja de nuevo en la incompetencia y en el pesimismo. Ojalá que este sol primaveral devuelva de nuevo la capacidad de soñar y la esperanza.