Archivo por meses: mayo 2016

Una revista familiar

Hace ya algunos lustros tuve ocasión de trabajar por encargo un año para la revista HOLA para hacer un número especial dedicado a las Bodas de Plata de los Reyes. Un ejemplar singular que se agotó en dos días, de 484 páginas, con el que disfruté enormemente y en el que tuve ocasión de entrevistar a personajes que habían condicionado la transición española en torno al Rey. La dirigía con bonhomía y firmeza, algo que no debería ser incompatible, Eduardo Sánchez Junco, fallecido hace seis años y en el recuerdo todavía de muchos. Años antes había tenido el honor de entregarle la Medalla de Oro de Diario de Burgos junto al presidente de la Junta de Castilla y León.

Eduardo siempre fue burgalés. Pasaba muchos días, los que le permitía el trabajo, en su finca y granja de Retortillo y ese amor por la naturaleza lo había transmitido a toda su familia. Enseñaba con orgullo su catálogo de vacas, no en vano era ingeniero agrónomo, a las que había sacado elmáximo rendimiento. Eduardo continuó y sobre todo impulsó el trabajo de su padres al frente de la revista, y todavía su madre dedica sus horas a HOLA. Lanzó al mercado internacional un producto español que se vende en decenas de países.

El viernes estuvo en Burgos para presentar su último libro La flor y nata -es el sexto ya para adultos- Mamen Sánchez, uno de los tres hijos de Eduardo, a la que recuerdo mientras estudiaba periodismo venir a la sede del antiguo Diario a pedirnos algo de información para realizar un trabajo. Porque en su casa de Retortillo todavía reciben el periódico todos los días a nombre de su abuelo. Casualmente su abuelo, antes de fundar HOLA en Barcelona, había sido director de Diario Palentino, un medio que también tuve ocasión de dirigir, y allí conoció a su mujer, Mercedes Junco. De ese periódico era botones un tío mío, y en cuanto el noviazgo se hizo oficial don Antonio Sánchez le dijo que no dejara pasar sola a ninguna joven, el entendía perfectamente lo que significan los cuchicheos en una ciudad pequeña.

Mamen ha escrito ahora, precisamente en los fines de semana en Retortillo, un libro casi autobiográfico donde es difícil separar la ficción de la realidad, donde aparecen personajes que bien podrían ser reales junto a otros que lo son, donde muestra el carácter, la tozudez, el emprendimiento, la confianza para sacar adelante una empresa familiar. Y además es divertido pasearse por sus páginas. Ahora es directora adjunta de la revista que dirige su hermano, y directora de la edición de HOLA en México que la semana pasada reflejaba una exclusiva mundial y que había supuesto más de un millón de visitas en apenas unos días en el Hola de Estados Unidos que acaban de iniciar digitalmente y que quieren convertirlo en papel.

Ese es el ADN de su familia, y de la mayoría de las empresas familiares españolas. Intentar seguir creciendo para mantener los puestos de empleo. Y algunas con muchas dificultades.

Columna publicada en DB el 30 de mayo

Acoso escolar

Hace unos meses Save The Children presentaba un informe sobre el acoso y ciberacoso en nuestro país con entrevistas a más de 20.000 alumnos y que obtenía datos contundentes. Uno de cada 10 admitía haber sido vítima de acoso, un tercio, 1 de cada 3, reconocía que había agredido físicamente a otro compañero en los últimos dos años y más o menos la mitad admitía haber insultado al colega. Y todos menores de 16 años.

La semana pasada en Burgos, la Policía Nacional detenía a dos chavales de 18 años por un presunto delito de lesiones. La víctima precisó atención quirúrgica tras un fuerte puñetazo en plena cara. Les conocía porque había sido víctima de acoso escolar por parte de uno de los sujetos en años anteriores. Se lo encontraron en la calle, el intentó alejarse pero le golpearon por la espalda y cayó al suelo. Los dos jóvenes han pasado a disposición judicial porque varios ciudadanos dieron la voz de alerta al 091. Probablemente hoy estén ya en la calle en espera de un juicio que les impondrá una ligera condena, pero el miedo este chico maltratado no lo pierde en toda su vida. Había pasado tiempo desde que dejaron el centro educativo, sin embargo todavía no habían dejado de pertenecer a la categoría de matones.

Hace unos meses una amiga, que es familia de acogida y tiene tres niños negros en su casa, y que le gustaría adoptarlos posteriormente, se lamentaba de que al instituto donde van algunos alumnos, especialmente a la niña mayor, le insultaban. Lo primero que me salió fue decirle que quizá su marido, militar de profesión, se podía acercar con uniforme y todo, y alguno de sus amigos -son paracaidistas- a visitar a los padres de las criaturas, que además el centro educativo está en un barrio ‘bien’ de Madrid. No me hizo ni caso, menos mal. Parece ahora que las aguas están más calmadas. Pero conozco varias situaciones, alguna cercano, que los padres han tenido que cambiar de colegio a su hijo por la ‘amenaza’ de algunos infantes macarrillas que no han aprendido la educación básica en su casa familiar.

Ya están cansados de insistir los profesores. En el colegio no puedes ya reprender a los alumnos porque puedes ser denunciado por sus padres, teniendo los maestros toda la razón. En la enseñanza hace tiempo que se perdió el rumbo, y será muy difícil volver a encarrilarlo.

Cuando somos niños, somos despiadados. Recuerdo que en clase, con apenas 12 años, la teníamos tomada con un compañero al que al salir de clase le agarrábamos por los mofletes para despedirnos de él. Todavía, y ya han pasado años, no le he pedido perdón. Bien es cierto que no me lo he vuelto a encontrar, pero me arrepiento y mucho de haberme sumado a esa masa borreguil de la que formaba parte. Todos debemos aprender que merecemos los mismos derechos y cumplir similares deberes.

Burgos con los refugiados

Unos datos: Naciones Unidas calculaba -creo que es lo poco que ha hecho la ONU en esto, calcular- en casi 60 millones de personas desplazadas forzosamente, de las cuales 20 millones estaban fuera de su país y 39 dentro. El año pasado más de un millón llegaron a Europa buscando acogida, casi la mitad procedían de la guera en Siria. Son unos miles los que se ahogaron en el mar. La Unión Europea se comprometió a que llegaran casi 200.000 refugiados que precisamente ya se encontraban entre nosotros, entre Grecia e Italia. Echaron cuentas -que es lo que ha hecho la UE como la ONU en este caso, solo sumar- y a España le corresponderían 17.000, de los que solo han llegado apenas 20.

Se han creado ya centenares de comisiones por todo el territorio nacional para no avanzar nada. Es más, la UE ha llegado a cifrar una multa por cada refugiado que como país no acojas si te corresponde, todo monetario. Parece que en nuestra provincia a algunos se les han hinchado las narices de tantas promesas vanas y cerca de 30 asociaciones -en las asociaciones sabemos que también trabajan unos pocos- se han juntado en un grupo que se llama «Burgos con los refugiados» para poner en marcha ya definitivamente el trabajo de acogida en nuestra provincia. Aquí no ha habido ni colores políticos, ni divergencias ideológicas, solo algo que abunda en nuestra tierra que es la solidaridad. Resulta curioso observar cómo de los varios premios que se dieron institucionalmente la semana pasada por parte de diferentes organismos, varios fueron a labores de dedicación a los demás, como a la Asociación Berbiquí, a Down Burgos, a la Asociación de Familiares de Alzheimer o a la Fundación a la que tanta pasión dedica el doctor Sastre.

Los refugiados que huyen de la persecución y la guerra merecen mucho más nuestro respeto. Podemos gastar los presupuestos en mejorar el alumbrado o los autobuses urbanos, pero debemos sobre todo atender a aquellos que no tienen nada y que son retenidos en las fronteras y devueltos al país de donde procedían, también todo a cambio de dinero. Los campos que se forman en países como Turquía o Líbano cuentan con lo imprescindible y con decenas de miles de familias. Supuestamente hay una declaración de los Derechos Humanos que en su artículo 14 dice: «Toda persona tiene derecho a buscar asilo y a disfrutar de él, en cualquier país, en caso de persecución». Y no será por problema de espacio en una Europa deshabitada.

En Castilla y León, Salamanca ya ha recibido a diez refugiados sirios y en breves semanas recibirá a otros diez. Cuesta entender porque este proceso no va más rápido y se extiende a otras provincias, porque ya ha quedado demostrada la capacidad de generosidad del pueblo español. Que no la entorpezcan nuestros gobernantes.

Doble equis en la renta

Del 46% de los contribuyentes que no marcan la ‘X para fines sociales’ en la declaración de la renta (9 millones de personas), un 30% no marca ninguna casilla, y una de cada tres personas no sabe que se pueden marcar ambas casillas, la de fines sociales y la de la Iglesia Católica. Y eso es bueno remarcarlo porque marcando las dos X ni pagamos más, ni nos devuelven menos hagamos lo que hagamos. Señalando las dos se destinará un 0,7 por ciento de la cuota íntegra al sostenimiento económico de la Iglesia Católica y además otro 0,7 por ciento a fines sociales a través de programas de ONG. Si no marca ninguna, el 0,7 se imputaría a los Presupuestos Generales del Estgado con destino a fines indeterminados.

Las dos causas tienen motivos para ser señaladas. Es cierto que puede haber actuaciones de la Iglesia Católica que no gusten a todos, como puede haber algunas ONG que por ideología tampoco satisfazcan al ciudadano. Pero si buscamos un bien general, un bien social común y que llegue a mucha más gente, no haríamos mal con marcar las dos casillas. No es ni necesario recordar el trabajo impagable de miles de voluntarios en las decenas de ONGs que hay en España, y las necesidades que tienen, ya que el Estado no llega a cubrirlas. Desde la atención a inmigrantes, a niños con familias desestructuradas, a parados de larga duración, a gente necesaria de alimentos, o -lo conocemos bien en Burgos- el impulso para afrontar enfermedades que necesitan no solo de investigación, sino de mucha atención. España es un país solidario, y no creo que ese 30 por ciento que no marca las casillas sea por oponerse, sino más bien por desidia o por olvido.

Del trabajo de la Iglesia en favor de la sociedad tampoco es muy complejo comprobarlo, solo hay que echar un vistazo en nuestro alrededor para ver la actuación de Cáritas o de Manos Unidas, o las iniciativas particulares de muchas parroquias, colegios o instituciones. De hospitales que atienden a enfermos ya desahucidos, de la atención y el acompañamiento a los ancianos, de la labor de los misioneros en el Tercer Mundo, y en países donde se juegan la vida y son una fuente de esperanza y de consuelo. E incluso, esta semana pasada se presentaba un estudio de la consultora KPMG de lo que suponía para el turismo el mantenimiento de edificios eclesiásticos. Además conocemos que lo que llega por la declaración de la renta a la Iglesia es el 25 por ciento de lo necesario para cubrir sus necesidades, el resto sobre todo son donativos de particulares.

Precisamente a partir de esta campaña de Hacienda los donativos en general tienen una mayor desgravación, que sin duda facilitará los ingresos de muchas actividades sociales.

Aritmética

Hemos estado cuatro meses pendientes de la aritmética, de sumas imposibles desde el primer día. Ha sido un fracaso de los partidos políticos, que volverán a encontrarse el próximo 26 de junio en las urnas, con los mismos líderes, los mismos candidatos y probablemente similares resultados, con una participación mucho menor (veremos en Burgos si entre la cabalgata, los pinchos y los toros hay tiempo para votar) y con un cierto hastío general.

Los de izquierdas porque no han logrado su objetivo de unirse para echar al PP, dos perfiles muy singulares como los de Sánchez e Iglesias no han conseguido pactar para gobernar. Los de derechas porque esperaban del PSOE lo mismo que han hecho los socialdemócratas en otros países europeos, apoyar la fuerza más votada y crear la gran coalición. Y los centristas porque han visto que Ciudadanos todavía no ha tocado pelo, pese a su esfuerzo por hablar con unos y con otros, mientras todos olvidaban prácticamente las primarias para este nuevo ejercicio democrático del 26J.

Podemos-Iglesias quiere que repitan sus candidatos; pero si alcanza un acuerdo con Izquierda Unida tendrán que ajustar las listas. Algunos dicen que será solo en las grandes capitales donde pueden dar por seguro varios diputados. Pero que harán los votantes de Unidad Popular en Burgos por ejemplo. Si se mantuvieran el número de sufragios que en la convocatoria de diciembre Podemos más Unidad Popular sumarían en la provincia más de 46.000 votos, y superarían si se mantienen los resultados al PSOE, lo que les haría afianzar el diputado frente a Ciudadanos que sumó 33.000 y que sería una de las fuerzas que prevé una cierta subida. El PP con 81.780 que tuvo y aunque bajara o subiera algo se mantendría con dos escaños en el Congreso. Así que nada cambiaría tanto en nuestra provincia, al igual que en otras similares. Lo único que podría ocurrir es que en el Senado bailara del PSOE al conglomerado de izquierdas el cuarto senador.

Pero todo es aritmética, y al final decidirán nuevamente los votantes si quieren volver a la situación por la que ya hemos pasado durante este medio año, o quieren dar más fuerza a algún partido para que intente gobernar en una coalición con más facilidad. De ahí que las miradas estén puestas en el posible pacto entre el PP y Ciudadanos, que serían según las encuestas hasta ahora publicadas los mayores beneficiados de la nueva convocatoria electoral.

Es, sin embargo, la primera vez que nos encontramos en una situación similar en la reciente historia democrática, por lo que ya sabemos cómo han actuado los líderes políticos con un resultado electoral y hasta dónde han podido llegar, por lo que nos queda la incertidumbre hasta el mismo 26 de junio de la valoración que ahora harán los ciudadanos.