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El paro sigue siendo la noticia del año

Los datos de desempleados y la Encuesta de Población activa nos ofrecen cifras concluyentes, aunque todavía no conocemos el saldo definitivo del 2013 a punto ya de finalizar el año. En Castilla y León, por ejemplo, en uno de cada diez hogares ninguno de sus miembros percibe salarios.  Y estamos en una comunidad que con sus altos y bajos ha peleado con esta lacra del paro, porque hay otras regiones donde el porcentaje supera el 20 por ciento como Andalucía o Canarias, o el 15 por ciento de estas familias como Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana, Extremadura o Murcia. Casi que podemos sentirnos unos privilegiados. Y Burgos hasta estos últimos meses había tenido la suerte de esquivar los malos augurios del desempleo. Las últimas cifras conocidas nos dicen que son más de 30.000 las personas que no tienen trabajo, de ellos 1.784 pertenecen a la Agricultura, 4.785 a la Industria, 4.412 a la Construcción y 17.219 al sector Servicios. Sin empleo anterior suman 1.292 vecinos de Burgos y su provincia. Significativo ese tercer sector.

No hace muchos meses, en este mismo espacio de esta Página Par, señalaba que aunque nos ocupa y nos preocupa mucho el turismo, porque al final deja empleo en un área tan fundamental como es el de Servicios, la competencia sigue siendo atroz en todo nuestro entorno; cada ciudad busca ofrecer alternativas de todo tipo y condición. En Burgos contamos con tres Patrimonios de la Humanidad únicos, como es el caso de la Catedral de Burgos, el Camino de Santiago y los yacimientos de Atapuerca, completado con el Museo de la Evolución Humana. Hay uno inmaterial que es nuestro paisaje tan diverso de norte a sur, y otro cada vez más material como es la Gastronomía. Son miles los peregrinos, en un gran número internacionales, que atraviesan nuestra provincia. ¿Volverán como viajeros? Esperemos que el estudio que encargó la Fundación Proyecta revele este y otros datos, como el del número de personas que pasan por Burgos aunque no duerman. ¿Qué podríamos hacer por ejemplo con los miles de británicos que viajan con Britanny Ferris hasta Santander con su coche en un ferry y desde allí van en búsqueda del sol y que la mayoría atraviesan nuestras carreteras? ¿O como podríamos atraer a los también miles de visitantes internacionales que se acercan al Guggenheim, una marca cultural ya consolidada? Sin duda, en el turismo se están haciendo las cosas bien, pero siempre quedarán temas por avanzar.

Y luego está la Industria, revelaba el presidente de la patronal en este periódico la importancia de Burgos como capital industrial de Castilla y León. Bien está la capitalidad de la justicia, pero me gusta más esta otra. Qué podemos hacer de nuevo en esta etapa que se abre para los próximos años de mejora de la economía para brindar esos centenares de miles de metros de suelo industrial que tenemos en este territorio. ¿Tiene realmente el Ayuntamiento burgalés todos los medios puestos para ello? ¿Los tiene la Junta? Con el acuerdo del Metal se ha demostrado que en esta tierra se cede por las partes implicadas y que mantiene una paz social importante.

Está bien el Turismo y la Gastronomía, y no parece que debamos desviarnos de la senda emprendida por parte de administraciones y particulares, pero no olvidemos la industria, es el sector más representativo en Burgos si lo comparamos con el resto de Castilla y León y por ello tendría que seguir siendo el más apoyado.

Optimismo, un poco al menos

La semana pasada se produjo el tan esperado encuentro planetario y bajó el paro en cien mil personas en toda España, la prima de riesgo siguió descendiendo y la bolsa subió después de unos días también de declive. Unas pocas pastillas de optimismo en estos meses desde luego que no vienen mal, en ese objetivo que es activar el consumo y generar ilusión, y sobre todo animar a los posibles creadores de empleo que son fundamentalmente los pequeños y medianos empresarios, aunque todavía las leyes que supuestamente les pueden favorecer, entre ellas las que implican a los autónomos, no se han puesto en marcha.

Parece, sin embargo, que en Burgos se mantiene una tendencia irregular, al contrario que la mayoría de las provincias españolas que llevan tres meses ya de bajada continúa. El caso es que desde las cifras de enero de 2013 hasta las actuales de mayo,  se cuenta con poco más de 100 desempleados menos. Actualmente, en toda la provincia, hay 16.210 hombres sin trabajo y 17.058 mujeres en la misma situación, de los que 3.086 son menores de 25 años. La mayoría de esas 33.269 personas en paro pertenecen al sector servicios, 18.999; y después a la industria 5.369 y la construcción 4.881, según los datos actualizados del INEM. En cinco años se ha pasado de cifras en torno a 13.000 parados en 2008 a 33.000 en 2013, 20.000 más, un dato de por sí estremecedor, y que no necesitaría ni comentarios en el programa El objetivo de Ana Pastor.  Como demuestra en encuesta tras encuesta el Centro de Investigaciones Sociológicas el paro se mantiene indefectiblemente, es el principal problema para los españoles. Y en Burgos disminuir el número de parados y las políticas de generación de empleo deberían ser prioritarias por encima de las infraestructuras para las administraciones locales, la provincial y la regional. Y no observo demandas para acelerar la instalación del Parque Tecnológico o para promover la llegada de nuevas industrias. Y junto a ello el mantenimiento de los puestos de trabajo que ya existen, y en eso deberían existir políticas claras para activarlo en sectores que siempre han sido estratégicos en Burgos.

Pero toca ser optimista, aunque sea un poco e intentar aprovechar cualquiera de las oportunidades que puedan producirse. Porque seguirá habiendo desempleo (hay que seguir sumando parados a la banca, por ejemplo, pues todavía no han cerrado sus fusiones,  y más que probablemente a la administración pública, además de pequeñas y medianas industrias todavía con ERES) con lo que hay que seguir exigiendo a las entidades financieras, que para eso han recibido una inyección mil millonaria,  el apoyo necesario para aquellos emprendedores que tengan ideas y que necesitan ciertos recursos. Y no solo es cuestión de los Ministerios de Economía, Hacienda y Empleo. Si no se prima la Educación, si no se apuntala la Investigación y el Desarrollo, si no se buscan nuevos nichos económicos, lo demás serán parches pero no soluciones para que España llegue a las cifras de media de parados del resto de Europa, poco más del 10 por ciento.

Y sigo insistiendo, en este espacio, hay unas cuantas personas,  en concreto 266, los senadores del Estado español, que no me importaría que se sumaran a las listas de paro y volvieran a sus puestos de trabajo los que lo tuvieran y se buscaran el pan y la sal como los que no, como la mayoría de sus compatriotas.

Columna publicada en Diario de Burgos el 10 de junio

Fortalezas

Dicen que en el país de los ciegos el tuerto es el rey. En una nación donde hay provincias con casi el 50 por ciento de parados, que Burgos alcance el 22,48 por ciento no deja de ser un relativo consuelo pero también un sufrimiento para los 40.800 desempleados de toda la provincia. Y más si nos retrotraemos a no pocos años antes donde estos datos no alcanzaban ni el 10 por ciento. Hay además otra circunstancia y es que en el último trimestre ha sido el territorio de la región donde peor comportamiento se ha producido. Ya no es Burgos la provincia que presumía de mejores cifras de empleo. Ello, sin embargo, no debe dejar embaucar por el pesimismo y no tener  en cuenta sus fortalezas.

Automoción, Agroalimentación, Patrimonio ligado a la cultura y al turismo, y al concentrar tres sitios reconocidos mundialmente, el reconocimiento de ser un lugar de la provincia, Valpuesta, como el origen de una lengua que hablan 500 millones de personas en todo el mundo… no deja de ser un aliciente para pensar que pese a las dificultades Burgos puede salir adelante, gracias sobre todo a una mezcla entre la iniciativa pública y privada en temas como la industria cultural –los equipamientos públicos, o la apuesta por ejemplo por Atapuerca de la administración se mantienen pese a la crisis-, la alimentaria –el impacto de Tierra de Sabor está siendo importante- o la de automoción, con el apoyo a las marcas instaladas en la Comunidad Autónoma, pero sobre todo con el empuje de unos cuantos empresarios afincados en Burgos donde se ha apostado no solo por la producción sino también por innovación. En otro caso, el del español, hay por el mundo 18 millones de personas que estudian nuestro idioma como lengua extranjera. Muchos de ellos llegan a España para mejorar su aprendizaje aunque todavía Burgos no es su principal destino, con todo lo que puede ofrecer esta tierra, ahí existe también mucho trabajo por delante.

El Ayuntamiento de Burgos ha fijado el mes de junio para la presentación de la Marca Burgos en la capital de España. Una marca es algo más que una B de colores y una sonrisa. Es un empeño casi global de toda una ciudad. No hay duda de que, por ejemplo, Barcelona la tiene, que la tuvo Valencia, y que ahora parece manchada, que la puede tener Santiago, probablemente Sevilla, y sin dudarlo algunas más. Esa marca es una imagen asociada sobre todo a promoción y publicidad, pero también a sensaciones o experiencias de los propios visitantes, y en eso los ciudadanos burgaleses siempre pueden aportar un plus. En ello toca trabajar.

El desánimo que parece acompaña las decisiones del Gobierno Central, por mucho que se empeñen en asociarlas a un ramalazo de sinceridad, no parece acertado para lo que necesita este país, que es precisamente lo contrario. Aseguran que el presidente con sus decisiones económicas ha combatido más la prima de riesgo que el desempleo. Pudiera ser, pero aun así no ha cumplido el compromiso de adelgazamiento del Estado. Ya es general la cuestión sobre para qué necesitamos dos Cámaras en estas circunstancias, y como no se oye ninguna voz que defienda el Senado  se confirma que se ha convertido en un lugar donde colocar a políticos de partidos, ex altos cargos, familiares… Nunca la credibilidad de los representantes públicos ha estado tan baja.

Por eso es el tiempo de los ciudadanos, pese a la losa que suponen las cifras de parados, nunca esta tribu ha dejado de ser solidaria, y ojalá que emprendedora.

Publicado en mi columna de Diario de Burgos el 6 de mayo de 2013

Dolor, humillación, corrupción

 

Cuando el número de parados alcanza a los 6 millones de personas en España. Cuando son casi dos millones de familias en la que ninguno de sus miembros tiene un empleo. Cuando todavía ningún político del Congreso ha renunciado a sus dietas pese a vivir en el mismo lugar donde se encuentra la Cámara Baja. Cuando pasan semanas y meses, y centenares de miles de jóvenes solamente se plantean la emigración como solución a su futuro, el pueblo español se encuentra humillado y dolorido por los casos de corrupción que día a día afloran en los medios de comunicación.  Parece como si se hubiera  saltado el muro y llegara la hora de la verdad con nuestros representantes públicos, que por otra parte son de los pocos que todavía no han hecho recortes ni se lo han planteado. Los asesores parece que se siguen multiplicando, las cortes autonómicas mantienen su número de representantes, y permitan que insista pero todavía nadie ha explicado por qué sigue el Senado en marcha, y no se ha anunciado ya que en la siguiente legislatura desaparecerá. No hay ninguna posibilidad que se convierta en Cámara territorial. Ninguna. Y si no lo han logrado en tres decenios, que lo olviden.

Entiendo que será difícil llegar a probar lo de los sobresueldos en el PP, como imposible fue aclarar todos los líos de la  Filesa socialista cuando se pagaban informes no escritos –igual que en caso Urdangarín-, o cualquiera de las comisiones que durante años aseguran que han ido pagando las empresas, sobre todo constructoras, para lograr que se agilizaran sus licencias. Sí, somos el país del Lazarillo de Tormes, de don Quijote, pero también el que se lanzó a la aventura americana, el que llegó hasta Filipinas y el que ha aportado más misioneros en el mundo. Además es uno de los territorios donde más desprestigiada está la función pública, a pesar de los grandes profesionales que se encuentran en ella, desde la medicina a la educación. Nuestros ingenieros, por ejemplo, están enormemente valorados en todo el mundo. Contamos con grandes multinacionales que son líderes en el exterior. Existe una sociedad civil que se mueve, pese a que nuestros dirigentes no son todo lo ejemplares que debieran.

Es verdad que en ocasiones el salario de los gobernantes de nuestro país no parece estar a la altura de lo que debería, y que por ejemplo Rajoy sea el presidente que menos recursos obtenga solo por encima del presidente de Portugal en la UE. Pero, claro, si luego llega Bárcenas dejando caer que algunos de los sobres podían llegar hasta los 10.000 euros, o Pepe Blanco con sus conversaciones en la gasolinera, seguirá siendo muy difícil que los ciudadanos vean entre sus elegidos al gobierno de los mejores, o que los mejores quieran acceder a puestos de la función pública, salvo algunos soñadores que al final abandonarán la barca.

Humillados y doloridos. Costará mucho levantarnos, pero antes lo hicimos… sin ellos.

 Columna publicada en la edición impresa de Diario de Burgos el 28 de enero de 2013

6.900 héroes

Más de mil doscientos burgaleses al año optan por capitalizar la prestación que deberían recibir por el desempleo tras cerrar sus empresas o ser despedidos para reunir fondos y arriesgar montando su propio negocio. En total han sido 6.900 en los últimos cinco años, según contaba en DB el pasado viernes Guillermo Arce (Tiene twitter @lahojadelarce y les recomiendo su seguimiento, en un tuit reciente acaba de publicar precisamente una frase clara y contundente: “Los responsables de todas las administraciones públicas deben poner sobre la mesa todos sus sueldos antes de exigir austeridad a los demás”) en un artículo que no deja de sorprender, ya que por la fama que los propios ciudadanos de esta tierra se dan a sí mismos no pareciera que fueran precisamente demasiado emprendedores. La gran mayoría de esos miles de ex parados se han convertido en autónomos, la profesión más compleja, más dura y perseverante en la actualidad.  Lo curioso, según cuenta el periodista, es que muchos lo han hecho para realizar el mismo trabajo que ejecutaban antes de ser despedidos o el cierre de su empresa. Algo, efectivamente, no casa, porque si están negociando en el mismo sector, qué ocurrió para que causaran baja.

Son 6.900 héroes que sumar a los dos millones de autónomos que hay en España. Sorprendentemente nuestro país –no pudiera parecer así- es el quinto de la Unión Europea en número de ellos, detrás de Italia, Reino Unido, Alemania y Polonia, países mucho más poblados. Son ellos a los que más ha afectado la subida del IVA y de la retención del IRPF, junto con el hecho de tener que adelantar el pago del IVA a Hacienda sin haber cobrado las facturas.

Algunos pequeños emprendedores merecerían un monumento, habitualmente son los más desprotegidos ante los vaivenes económicos pero muchos han sabido con imaginación, profesionalidad y trabajo ir sorteando escollos que permitan mantener su empleo, o los de las pocas personas que colaboran y cooperan con ellos. Han recibido legislatura tras legislatura demasiadas promesas de todas las administraciones públicas y son los que pacientemente esperan cobrar sus facturas un tiempo más extenso de lo necesario. Cuentan con mayor dificultades para lograr financiación al tener un patrimonio personal limitado. Pagan religiosamente todos los meses, hayan obtenido ingresos o no, mientras viceversa ocurre lo contrario.

Las organizaciones empresariales, ya sean Cámaras de Comercio o patronales, saben que son legión ya y que son objetivos prioritarios para procurarles formación y ayudas, porque viven muchos en un riesgo permanente. Con esas perspectivas, no es extraño que en las encuestas entre estudiantes universitarios todavía la mayoría piense que lo mejor es convertirse en funcionario. Chavales, toca cambiar la perspectiva, de momento no se convocan oposiciones y hay muchos en lista de espera. Entre todos, debemos crear una comunidad donde precisamente ser emprendedor sea una ventaja y no un impedimento.

Sueños por delante

Quizá este verano que afrontamos sea uno de los más austeros de los últimos años. Posiblemente entre sus familiares más cercanos se encuentren personas recién desempleadas o jóvenes que buscan desesperadamente un primer empleo. Estos últimos es probable que ya estén preparando su salida de España en busca de un trabajo en otros países de la Unión Europea o al otro lado del Atlántico, bien sea en Norteamérica o en algunos territorios pujantes de Sudamérica, aunque no será lo común.

Algo que muchas familias castellanas conocían desde tiempos inmemoriales, que no se debe gastar más de lo que se tiene, se truncó en tiempos de bonanza y son miles de personas las que llegan a fin de mes con lo justo, si llegan. Los salarios se encuentran a la baja y recortándose y no son pocos los que aseguran ya sin temor a equivocarse que también habrá despidos entre los funcionarios, aunque no especifican qué tipo de ellos. Porque funcionarios pueden entenderse también a los laborales, y esos hace tiempo que perdieron su seguridad; los centenares y miles de asesores que todavía, a pesar de los pesares, pululan por numerosas administraciones, y deberían explicarme para que valen; los de la ventanilla de toda la vida, o los bomberos, policías, médicos, enfermeras y profesores o maestros. A todos se les incluye en el mismo saco y evidentemente no todos realizan el mismo trabajo.

Este verano, sin embargo, se atisba que será diferente. Si realmente suben el IVA a algunos productos como amenazan. Si a pesar de la temporalidad no mejoran las cifras de empleo. Si no recuperamos ciertas dosis de optimismo, no nos salva casi nadie. Conversando con Eudald Carbonell en la magnífica terraza del Fórum Evolución tras grabar una entrevista en el Museo de la Evolución para un programa de TVE este confesaba que después de sus estudios universitarios en París, y aunque tenía ofertas laborales en la capital francesa, optó por regresar a nuestro país para contribuir a sacarlo adelante. Eran unos convulsos años setenta y en España se necesitaban muchas manos.  Su afán por participar en un cambio necesario no lo truncaron ni los siete años que estuvo en paro, ni las dificultades para sacar adelante sus proyectos, que luego se convertirían en una cátedra, un instituto de investigación o todo lo que ofrece Atapuerca y su entorno en la actualidad. Sueños que se cumplieron. Y hablábamos si ahora los jóvenes veinteañeros o treintañeros conservan esos sueños o no se creen que España va camino de convertirse en un país empobrecido por el talento poco aprovechado, por los dispendios gastados y por la falta de recursos. Saben, lo que nos hemos gastado en el MEH con los impuestos, viene a suponer solo 10 kilómetros de autovía o 5 kilómetros de AVE, y pienso que las infraestructuras son necesarias, pero no hemos asumido su real coste hasta que no ha habido dinero para construir nuevos tramos.

Evidentemente, la crisis parece aparentemente que nos ha enseñado a vivir de forma diferente, a gastar con mesura, a comparar precios, a que lo que usamos perdure más tiempo y a dejar de presumir de coche –que hasta el Focus tiene su toque-,  y a saber que a final de mes la nómina se reduce; pero no ha logrado todavía convertirnos en emprendedores, animarnos a emigrar y a ponernos el mundo por montera. Llevamos decenas de años bastante cómodos y cualquier excusa nos sirve para no levantarnos de nuestros sillones ahora que nuestros líderes han demostrado que no solo depende de ellos el futuro de todos.

Ciudadanos

¿Trabajamos para vivir o hemos acabado viviendo para trabajar? ¿Hemos creado una sociedad que si preguntamos a sus ciudadanos responderían la mayoría que no les gusta? Y solo cuando escuchan a personas como Gandhi, Luther King -I have a dream- o intentan comprender la ilusión de un millón y medio de jóvenes que gritan, cantan y se mantienen en un perturbador silencio cuando muestran su respeto ante Cristo, demuestran que todos podemos ser mejores.

Pertenecemos a una sociedad adormecida en la que apenas un puñado de indignados ha logrado medio despertar, pero confío en que el empeño no haya sido vano. Nos hemos acostumbrado, esta vieja Europa, a convivir con más de cinco millones de parados sin levantar la voz, apenas un susurro.  Sorprende con la juventud de Iberoamérica o Asia, donde aún con sus problemas, muestran un cierto renacer. Este rancio y antiguo continente apenas encuentra soportes donde apoyarse, y aquellos que les deberían ser útiles son desterrados.

Buscamos medios –ley de dependencia- para mantener a nuestros mayores o incapacitados porque nosotros no podemos, no queremos, o hemos sido incapaces de crear una comunidad donde atenderles. Somos conscientes de que la familia está siendo clave en esta crisis económica, que es también una crisis de valores, y nos empeñamos en arruinarla. Y a poco que nuestra compañera o compañero nos mire con desaire, se acabó la convivencia.

Nos dicen que hay que mantener una calidad de vida que solo sirve a los pudientes, y cuando se habla de la ley del esfuerzo, de la competitividad miramos hacia otro lado porque estamos hartos de que llegue la hora de finalizar el trabajo y haya desaparecido la luz del sol.

Es verdad que muy pocos sinceramente están de acuerdo con sus jefes, pero es la misma proporción que está en desacuerdo consigo mismo, que busca algún líder y no lo encuentra a su alrededor, que todos aquellos que van surgiendo se acaban convirtiendo en un bluf, y que buscar la verdad se ha convertido en una entelequia o si acaso en una predicación de unos cuantos a los que acusamos de visionarios.

No existe ni la fidelidad –se rompen matrimonios, uniones o parejas a más velocidad que los que se forman-, ni la lealtad, en medio de un reino donde la mentira ha asentado sus reales posaderas.

Al final, solamente nos queda el carpe diem, porque somos incapaces de mirar, de contemplar, de admirar tantas cosas buenas, tantos héroes anónimos, tantas vidas entregadas. A veces me gustaría sentarme en medio de la Galería de los Homínidos del Museo y pensar hacía dónde estamos caminando. Lo siento.

Una legislatura que debe ser para el empleo

El anuncio del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, de que esta sería su última legislatura creo que le liberó al político burgalés del peso que supone la sucesión en un partido donde los últimos encuentros electorales se suman en la región por mayorías absolutas y aplastantes. No hay más que echar un vistazo para comprender que no son situaciones fáciles y ahora el PP de la región, que también lidera Herrera, lo podrá hacer de forma paulatina y supuestamente tranquila –es lo que tiene estar gobernando con buenas perspectivas-, aunque no son pocos los que aspiran a sucederle, por lo que la lucha será previsiblemente sumergida. Cuando se gana, la ropa sucia, si existe, se lava en casa.

Un Herrera que en estos cuatro años querrá dejar lo mejor de sí mismo y de su política. Si en Burgos su tiempo de presidente pasará  como el de las grandes infraestructuras en estos dos cuatrienios, es ahora el momento de formar un Gobierno donde toda prioridad será el empleo, y lo que se deriva del mismo.  Y necesitaría contar con especialistas y auténticos expertos en una materia compleja, pero donde se ha demostrado en algunos países de Europa que de esta se sale. España sigue en la cola del crecimiento del empleo y gana en número de parados. Castilla y León, que se encuentra por debajo de la media, no se debe dejar arrastrar ante un futuro incierto.

Las prioridades del presidente de Castilla y León están claras desde la primera página hasta la última en el programa que presentó a las elecciones autonómicas, donde todo gira en torno a la creación de puestos de trabajo, desde el apoyo a las empresas y los autónomos (estos últimos suelen ser los grandes olvidados, y los que más empleo soportan), a la financiación para los emprendedores, o nuevas políticas relacionadas con las industrias emergentes como la agroalimentación y el turismo, junto a la puesta en disposición de suelo industrial y tecnológico accesible. Y es que, además, no hay políticas de igualdad si no hay empleo para las mujeres, como tampoco políticas juveniles si el 40 % de los chavales están en paro o acampados en una denuncia que les dignifica ante una sociedad anestesiada.

De ahí que el nuevo Gobierno de Herrera, que solo el conoce y estará pasando por su mente estos días, parece que estará dedicado sobre todo a la Economía y al Empleo. Es el sustento del resto de políticas activas. Si logra el ‘paisano’ burgalés crecer en ello sin duda su paso por la administración regional será el que más haya aportado al crecimiento de la región.

El Gobierno de los mejores

Ahora que nos encontramos a las puertas de unas elecciones municipales y autonómicas y en clave ya de las generales que tendrán lugar en 2012 (aunque algunos tertulianos abogan por su adelanto, pero no parece que sea esta la opinión de los implicados), estamos volviendo a escuchar de muchos candidatos que volverán a contar en su gobierno con los mejores para cada uno de los puestos, buenos profesionales y personas capacitadas para sacar el municipio, la comunidad autónoma o la nación adelante. Luego suele llegar la gran decepción para los votantes y es que se encuentran con que su vecino de al lado, aquel con el que tantos desencuentros ha tenido y al que tanto ha criticado, forma parte de ese equipo de gobierno local que supuestamente va a sacar la ciudad adelante en medio de una crisis de la que todavía no se atisba el final. O que los elegidos para formar parte del consejo de ministros son barones o miembros de familias históricas de ese partido político, o divididos por una cuota entre hombres y mujeres, sin tener en cuenta su idoneidad, siempre he pensado que para llevar las responsabilidades de una administración en materia de Sanidad lo inteligente sería que fuera un profesional de la Medicina o un economista quien se pusiera al frente. Ocurre también que algunos son elegidos por pertenecer a un territorio al que hay que hacer un guiño (que no solo hay cuotas por razón del sexo), para que luego no se lamente que su provincia, o su región no cuenta con grandes representantes en gobiernos regionales o centrales.

Y es que los partidos políticos, y los miembros que lo forman, vuelven a estar encuesta tras encuesta entre los temas peor valorados por los ciudadanos. Y no será fácil que escalen posiciones en ese ranking. El problema, el real, el que nos toca a todos, es que casi llegamos a los cinco millones de parados en España, a los 30.000 en Burgos y aunque haya responsables de tan altas cifras, la obligación de sacar este país, esta región o esta ciudad adelante no la tienen solo los que gobiernan, sino la oposición y todos los representantes públicos. Son ellos los que pueden tomar decisiones, generar confianza, de tal manera que avancemos en las soluciones necesarias.

Esos ciudadanos –que no necesariamente tienen que ser políticos de carrera, aunque tampoco hay que descartarlo, pero habrá que regenerar lo suficiente esta profesión- hay que buscarlos ahora antes de la primera cita electoral de mayo. Y no será un trabajo fácil, posiblemente los cabezas de lista se encuentren con algún desplante, pero si hay que dar optimismo a los ciudadanos –y sobre todo a los empresarios que son los que con su carácter emprendedor pueden hacer mucho por su tierra- estos posiblemente esperen encontrarse con personas solventes y que han demostrado ya su capacidad de trabajo. El problema de los partidos es que han crecido tanto y de tal manera que hay que ocupar a muchos miembros de los mismos. Y no hay lugar para el resto de españoles.