Archivo por meses: mayo 2012

Dolor de amor

Son historias que no te acabas de creer hasta que las tienes cerca. Cuántas veces hemos oído que una viuda ha fallecido pocos meses después del óbito de su marido. Y se muere de amor. Y duele el amor. Después de treinta, cuarenta o cincuenta años juntos no hay fuerza que les separe, ni el cariño de sus hijos, ni las risas de sus nietos. Su corazón y su mente continúan junto a la persona de la que ha sido inseparable durante tantos años. Y por mucho que se empeñen los familiares más cercanos, ese amor trasciende la muerte del otro, y sigue vivo y el máximo deseo es acompañarle allá donde esté. Y tras la pérdida esa persona enferma, puede llegar quizá a la depresión y dejar de estar con la cabeza en este mundo.

Son muchas las dificultades que un matrimonio pasa a lo largo de su vida. A veces nimiedades, otros verdaderos dramas, del alma y del cuerpo. Falta de trabajo, de recursos, enfermedades graves, fallecimientos de seres cercanos, dificultades con los hijos o discusiones nimias, que a muchos les lleva a la separación y a otros les refuerza en su vida en común. Hay familias que cada hijo, los que fueran, vienen con un pan debajo del brazo, para otras pueden ser un sinfín de problemas y de dificultades. Y cabe que cuando llegue el momento de la jubilación todavía te azote alguna dolencia o malestar. Pese a todo, han vivido juntos una vida plena, y entiendes que la marcha de uno de ellos suponga un dolor intenso del corazón al otro, de esos que no se cura con pastillas ni con tratamientos para el cuerpo. Un dolor que cuando has vivido tanto, parece que ya no merece la pena vivir más. Y se irá apagando poco a poco.

Y  qué queda a los hijos y a los nietos, pues no lo suficiente, por mucho que se aferren a un clavo ardiendo. Si tienen fe, comprender que después de la vida habrá otra, eterna, que les dará la felicidad. Si no la tienen y si la tienen, intentar recordar los buenos momentos que todos pasaron juntos, que a buen seguro fueron abundantes, sonreír con ellos, compartir tiempo con sus hermanos y sus sobrinos, derrochar cariño, escuchar y vivir la vida tan intensamente como lo hicieron sus padres. Se escaparán lágrimas al ver una fotografía o al escribir un recuerdo, pero con la tranquilidad de saber que vivieron felices y a veces con la congoja de no haberles dedicado el tiempo necesario. Si tu, amigo lector, todavía estás a tiempo, corre al teléfono o vete a su casa, y dile a tu madre, y a tu padre, que les quieres y dales un abrazo muy fuerte con una sonrisa entre tus labios.

Columna publiada en DB el 28 de mayo

20 años con Miguelón

De vez en cuando, cuando uno dispone de tiempo, le entra la pasión por el orden, que habitualmente abandonamos en la vorágine laboral. Ocupado de esas labores todavía se guardan en carpetas o en cajas, como proponen las películas norteamericanas, las fotografías que te llenan de recuerdos. Algunas son del álbum familiar, otras del profesional. Entre estas últimas me encontré una en la que estaba paseando por la calle Uría de Oviedo con los tres codirectores de los yacimientos de Atapuerca, hace ahora quince años, un día antes de que recibieran junto a Emiliano Aguirre y en nombre de todo el equipo del Premio Príncipe de Asturias. Quizá por mi condición de asturiano y también de periodista en Diario de Burgos la organización me invitó al evento. Escribí la crónica y disfruté de todos los instantes, uno de ellos cuando suena el himno con el sonido de decenas de gaitas. Les confieso que pone la carne de gallina a cualquier gijonés.

Allí estaban, en el Campoamor, el ABC de nuestra ciencia de Atapuerca: Arsuaga, Bermúdez y Carbonell. Cinco años antes, en el verano de 2002, habían hallado uno de los cráneos mejor conservados del registro fósil mundial, el número 5 de la Sima de los Huesos, ese año Miguel Induráin había ganado su primer Giro y su segundo Tour, y  nuestros arqueólogos aficionados al ciclismo aprovechaban el ligero momento de la siesta para observar las hazañas del rey de este deporte. Y los fósiles tienen también nombre de reyes, así que el cráneo se convirtió en Miguelón y con el convivimos desde hace 20 años. En 2004, en Gran  Dolina, el hallazgo fue de unos dientes que aventuraron más fósiles de una nueva especie, Antecessor, Exploradores, título del libro que acaba de publicar Bermúdez de Castro y que su mera lectura te incorpora a la apasionante aventura de la historia, de una forma amena y científica, que no es incompatible, por cierto. Conoces de primera mano los hallazgos fundamentales de la sierra de Atapuerca intercalados con anécdotas divertidas (el Halcón Milenario era el nombre del viejo Land Rover de Carbonell que permitía a los paleontólogos subir por la sierra) y  datos empíricos.

Miguelón me ha acompañado en mi trabajo de periodista, unas veces más de cerca, otra de forma lejana, a lo largo de estos veinte años, con otro rey, el del rock, y su pelvis, Elvis, o el bifaz Excalibur, tres de las piezas fundamentales encontradas en este yacimiento burgalés y cuyos originales se exhiben de forma excepcional en el Museo de la Evolución Humana. Miguelón es un emblema, casi una marca, y por qué no podría también ser elegido como el mejor embajador de esta ciudad. Su nombre ha recorrido medio mundo y ahora incluso navega con cierto éxito por las redes sociales. Los fósiles de su extirpe, miles, encontrados en la Sima de los Huesos que han sido adjudicados al Homo heidelbergensis, podrían incluso por estudios recientes pertenecer a otro linaje además del que dio origen a los neandertales en Pleistoceno Superior, lo que añadiría, aún dos décadas después, más importancia a este descubrimiento.

A estas conclusiones han llegado tanto Bermúdez de Castro como María Martinón, después de estudiar de forma detallada, junto a sus colegas del Grupo de Antropología Dental, más de 500 dientes fósiles hallados en la Sima de los Huesos y avalado su estudio en la revista Journal of Human Evolution. Y es que algo que ha sido característico a lo largo de estos años ha sido que el trabajo desarrollado en Atapuerca ha sido acreditado por las más prestigiosas revistas científicas del mundo.

Cabe que para aquellos que vivimos en el mismo territorio donde se encuentran estos hallazgos excepcionales puede que la abundancia de información nos haga infravalorar los mismos, o quizá pensar que se nos va la mano a la hora de su valoración, o que no es para tanto y todo forma parte de una campaña de markéting. Pero les puede asegurar, porque así lo he constatado, que si los responsables del Museo de Historia Natural  de Nueva York contaran con algunos de los fósiles de heidelbergensis o antecessor que presenta el MEH los tendrían entre su vitrinas más preciadas. Y si en cualquier yacimiento europeo hubieran descubierto un 5 por ciento de lo hallado en Atapuerca estarían encantados el resto de sus días.

Y no se crean, que de Miguelón también se aprende, su especie no era caníbal como sus ancestros, sino solidario con sus congéneres. La historia de Benjamina, de Elvis, o la suya propia, que sobrevivió bastante magullado y con un fuerte infección durante algunos  años, indica que le ayudaron a no morir. Algunos han bautizado a esta tribu como la primera ONG de la historia. Nos indicaron el camino hace más de medio millón de años.

Por si quieren seguir a Miguelón en las redes su cuenta de twitter es @MiguelonMEH

Columna publicada en DB el 21 de mayo de 2012

Propuestas anti despilfarro

A los italianos hay que alabarles su originalidad, no todo es cuestión de diseño en el país transalpino. El Gobierno de tecnócratas que ha traído la crisis ha tenido la idea de pedir sugerencias a sus ciudadanos para ahorrar 4.200 millones de euros y en solo una semana ha recibido más de 95.000 propuestas anti despilfarro. Como se pueden imaginar los peor parados han sido los políticos, por sus sueldos, sus prebendas, sus gastos sin justificar, sus coches oficiales… Monti ha llegado a nombrar un comisario especial para buscar de donde recortar, tanto que los italianos le llaman manos tijeras, y ahí está el super técnico acortando recursos posibles, aunque ya conocemos que Italia que es un país que funciona al margen de sus políticos. También hay recomendaciones relativas a proyectos faraónicos o a estatuas demasiado caras. En España el recorte está llegando a los servicios y los ciudadanos nos vemos abocados a pagar más, sin embargo de las administraciones se han visto muy pocas propuestas para reducirlas.

Ha tenido que pasar una larga y dura situación económica para darnos cuenta de que se vivía por encima de las posibilidades de cada uno, o al menos aquellos que tenían un salario más o menos digno y estable. Pero era lógico también el empeño por la búsqueda, por ejemplo, de un lugar donde vivir, pues la misma Constitución española recoge el derecho a una vivienda digna, eso sí, con la condición de endeudarnos casi medio siglo. Pero había crédito, y trabajo. También por qué no en lugar de viajar en transporte público no hacerlo en privado, y si puede ser en  un vehículo que tengas que subir para montarte mejor que agacharte.

No parecían entonces los lujos en que se han convertido ahora para la mayoría de la población, como la inmensa televisión de plasma, o el frigorífico cinco estrellas. No podemos estar ahora continuamente echándonos la culpa de que todo fueron errores, se podía, y se hizo. Sin embargo, si hay que pedir responsabilidades a los gestores, aunque no se si hay que llegar hasta donde ha hecho el ministro de Economía de contratar a dos firmas extranjeras para que estudien la situación real de nuestros bancos y cajas de ahorros.

Quizá todos deberíamos haber recibido un par de tardes o algo más lecciones de Economía, o probablemente algunos de los que regían los destinos financieros conocían más cosas de las que callaban, y fueron incapaces de reconocer los errores. Nadie sabe ahora, ni el propio ministro Guindos, cómo va a finalizar el órdago que acaba de realizar a todas las entidades financieras, ni a los dos grandes, ni al resto. Caja Burgos ha buscado un buen apoyo, como es el de La Caixa, pero eso le ha supuesto prácticamente quedar reducida a casi nada. Pero asegura los ahorros de sus impositores. Del resto si no lo certifica la entidad, lo hará el Estado. Y mientras tanto, todos suplicando para que fluya el crédito, porque sin él este país no sale adelante, y este no parece todavía que esté asomando en ninguna ventanilla.

Publicado en DB el 14 de mayo de 2012

¿Y una Unidad de Pie Diabético en Burgos?

“Me asombra una sociedad que pueda pagar un montón de dinero a un cirujano por amputarle una pierna y nada por salvarla” la cita es del escritor Bernard Shaw y en la situación económica que nos encontramos podría reflejar si estamos aprovechando todos los recursos de los que disponemos en la Sanidad burgalesa, precisamente a un mes vista del traslado al nuevo Hospital Universitario burgalés; no sea que con este afán ahorrador y de recortes nos vayamos a olvidar que podemos también investigar y avanzar, y además ahorrar.

Y es que por ejemplo en Burgos estamos en las mejores condiciones de crear una unidad de pié diabético, que desconozco si sería la primera de Castilla y León, y por la estadística de otros centros sanitarios donde ya se encuentra establecida podría ahorrar más del cincuenta por ciento de las amputaciones producidas por esta enfermedad. Tenemos un servicio de endocrino preparado y dispuesto, desde los facultativos a las enfermeras, algunas ya con el título de podólogos, y parece que ha habido conversaciones con otros servicios, como cirugía, necesarios para complementar esta labor, y no es fácil imaginarse la mejora de la calidad de vida a vivir con un miembro inferior que sin él, además del ahorro del coste de las intervenciones y de hospitalización por unas medidas de prevención mayor.

Ocurre en esta  enfermedad que el pie de los enfermos con diabetes es bastante sensible a  los traumatismos, por mínimos que sean, añadiendo además que éstos no suelen provocar dolor precisamente por la pérdida de sensibilidad que conlleva la enfermedad, y ocurre que cuando se llega al especialista muchas veces es demasiado tarde y la única solución es la mutilación.

No he encontrado datos recientes, pero según la Sociedad de Angiología y Cirugía Vascular en 1999 en España se realizaron 1.500 amputaciones, en 2007 aumentaron a más del doble, 3.600. El 60 por ciento de los pacientes amputados eran diabéticos.

El trabajo con el paciente diabético que presenta los primeros síntomas o incluso en la fase de prevención pertenece al servicio de Endocrino, son ellos los que controlan los factores de riesgo y educan a los pacientes en la prevención y sabemos que la diabetes es una enfermedad donde son precisamente los enfermos los que a veces fallan con sus controles, su dieta o su medicación. Cuando aparecen los problemas son ya otros servicios, como cirugía vascular, la que entra en juego.

«Un paciente con pie diabético cuesta una media de 3.000 euros al año. Buena parte de este coste, el 42%, corresponde a su estancia en el hospital. Si gestionamos bien los recursos disponibles, ahorramos dinero, además de salvar piernas y vidas», aseguraba hace unos meses la coordinadora de este servicio en el Hospital de Cruces bilbaíno.

El ahorro en la Sanidad no se consigue con la reducción de medios humanos y técnicos, sino con la buena aplicación de los mismos. No conozco los gastos innecesarios, pero estoy seguro que si los responsables sanitarios, como comentaba la semana pasada, hablan con los médicos y enfermeras que están al pie del cañón se encontrarán con unos cuantos. Y ello no debe evitar seguir avanzando para que la medicina en Castilla y León sea de las mejores de toda España. No sé quién debe tomar la decisión de crear esta Unidad en Burgos y quizá esté metiendo en un lío a todo el servicio de Endocrino, pero si lo ven posible, adelante. Gracias.

Columna publicada en DB el 7 de mayo de 2012

Las enfermeras de la curva de la tercera en el Hospital

Esa noche se me apareció un ángel, cada dos horas puntualmente cambiaba el suero, renovaba el antibiótico y los calmantes, y me preguntaba cómo iba tras la operación. Luego me enteré que se llama Jessica y que  trabaja entre la media y la curva de la tercera planta del Hospital General Yagüe de Burgos,  allí donde van destinados los pacientes de cirugía (en el argot, la planta está dividida en tres espacios: curva, media, recta). Yo acabé en la curva, en una habitación con vistas, un compañero inicialmente silencioso y con la mejor atención del mundo.  Porque Jessica fue solo el principio, le siguieron Natalia, Ana, Ámparo, Maite, Mariam,  María José, Inma y Yolanda, el mejor equipo de enfermeras que me he encontrado, aunque estoy casi seguro que si mi destino hubiera sido otro, la dedicación habría sido la misma. Pero a mi me tocó este espacio, con una decena de habitaciones, y con ese grupo de grandes profesionales. Junto a ellas Merche, Begoña, Mari Cruz, Araceli y Elvira completan el trabajo como auxiliares y Maribel arregla la habitación cada mañana. Sería cicatero si no ampliara la nómina a todo el servicio de urgencias y a los médicos de Cirugía, especialmente a Iván, pero hoy quiero hablar de ellas, de las de la curva de la tercera.

No sé si alguien les ha escuchado ahora que estamos en pleno traslado al nuevo Hospital Universitario, pero quienes tendrían que hacerlo deberían. Hace tiempo oí que lo más importante de un espacio no es la jaula, sino los pájaros. Es cierto que uno de los aspectos principales a la hora de prever un centro sanitario  es buscar la comodidad del enfermo y que habría que erradicar las habitaciones de cuatro y tres personas y tender hacia las individuales, sobre todo por facilitar la intimidad y evitar el perjuicio a posibles compañeros en función de las propias necesidades, pero que nadie espere cuando tiene que ser ingresado  que vaya a pasarlo más o menos bien, o a conseguir horas de sueño en la convalecencia, son muchas las circunstancias que se lo van a impedir. Lo que si va a hacer es comer, si su dieta se lo permite, y bien: servir más de 300 desayunos, comidas y cenas diariamente con la calidad que cocinan en el HGY es digno de aplauso. Lo que va a ocurrir es que cada vez que un paciente toque el timbre aparezca al poco tiempo una auxiliar o una enfermera preguntando por sus necesidades,  y que el médico que pasa por las mañanas lo haga siempre con un buenos días y probablemente con una sonrisa.

Es bien sabido que el trabajo sanitario es eminentemente vocacional, si no, no es posible que hayan desaparecido las malas caras o los gestos adustos. No es fácil comerte tus  problemas cuando tu ocupación es atender a los demás, gente que además padece algún tipo de enfermedad, y presionado por los familiares que en todo momento quieren conocer la situación de su ser cercano. Si lo ejecutas de forma funcionarial puedes acabar con esquizofrenia.

La salud se ha convertido prácticamente en la necesidad primaria y la presión asistencial con que trabaja todo el colectivo es alta, entiendo por ello que en época de vacas flacas puedan pedir un impuesto que ayuda a cubrir los gastos sanitarios, o que haya que abonar un porcentaje más alto por los medicamentos –siempre que tus ingresos te lo permitan-, e incluso aunque fuera de forma testimonial y voluntaria dar una mínima cantidad por hospitalización, que repercuta en beneficio de las mejoras en el trabajo que ofrecen médicos, enfermeras, auxiliares. Se imaginan si se aportara lo mismo que lo que se gasta en la tarjeta de la televisión en las habitaciones…

El hospital parece una máquina bien engrasada, a buen seguro que en su interior ocurrirán cada día decenas de problemas, en la que es una de las mayores empresas de Burgos, pero  lo que transciende a los enfermos o a sus acompañantes es un alto espíritu de servicio y también un buen trabajo en equipo. Quizá en el nuevo hospital ya haya duchas en todas las habitaciones, desaparezcan las triples, las televisiones sean de plasma, y las vistas inmejorables, pero cambiaría todo ello por las decenas de buenas caras que observas desde que a las siete de la mañana se hace la luz en esa inmensa mole. Gracias a la curva de la tercera. Que os vaya bonito.

Columna publicada en DB el 30 de abril