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Los ‘presupuestos’ del Parque Tecnológico

Escribo estas líneas un viernes por la tarde, horas después de haber presentado la consejera de Hacienda los presupuestos regionales en las Cortes, y cuando ya los partidos políticos y algunas instituciones han comenzado a hacer sus primeras valoraciones. Vuelvo a repasar las decenas de folios que ocupan las cuentas de la Comunidad, y allí, entre líneas, aparece, emocionante, el Parque Tecnológico de Burgos. Lo comento con Luis Ángel, que lleva años escrutando estos folios -hace lustros te llegaban en dos cajas a la redacción, ahora es un enlace en la web- y me dice que si sumáramos las veces que han aparecido cantidades para el ya famoso Parque podrían superar los cien millones euros. Dinero presupuestado, no gastado, y eliminado.

Así que he decidido poner una vela a San Judas Tadeo, patrono de las causas perdidas, a ver si este año es el definitivo para iniciar las obras del Parque, ya que el AVE parece que tampoco en 2018 va a llegar desde la capital de España. Confío, y ha quedado ya escrito en esta columna en alguna ocasión más, que cuando se finalicen las obras del tan ambicionado suelo industrial venga no solo con un pan debajo del brazo, sino con dos o tres a modo de industria moderna y avanzada, con la intermediación de la Junta de Castilla y León que nos debe, en este sentido, alguna propina.

Porque algo especial habrá que hacer con tanto suelo como el que tiene Burgos, teniendo en cuenta que a nuestro alrededor la competitividad es absoluta, primero con los que formamos parte de la propia región, y luego con ciudades como Santander, Bilbao -no debe parar la alianza en cuanto a la logística con los vecinos vascos-, Pamplona o Zaragoza, por situar 4 capitales con población y a tiro de piedra.

Pareciera como que nos hubiéramos quedado estancados. Con un tren directo para mercancias que no ha avanzado ni un milímetro. Y sin presupuestos generales veremos cómo lo hacen nuestros políticos, pero algo tienen que fabricar. Con un AVE que lleva años y años de retraso, sin explicaciones lógicas posibles. Con autovías que avanzan a paso de tortuga. Y menos mal que hay asociaciones como la del tren en Aranda, o la de la Nacional 1 en todo el corredor, o la Cámara de Comercio, que siguen empujando para no pasar al olvido.

El Parque Tecnológico de Burgos lo verán algunos que habrán alcanzado la mayoría de edad, 18 años despúes de que se hablara ya de él. Nunca es tarde. Estaría encantado si Burgos sigue creciendo en cifras de turismo -no son solo las pernoctaciones, sino lo más importante son las visitas aunque no duerman, no nos equivoquemos en el objetivo principal- pero por ahora seguimos siendo la Capital Industrial de Castilla y León y es una batalla que no debemos perder. En varias empresas como L’Oreal o Angulas Aguinaga están buscando trabajadores, en otras como Bridgestone o Gonvarri han celebrado sus 50 años en suelo bendito. ¡Enhorabuena!

eL 2016

Lo primero, el año 2016 no habrá elecciones políticas, al menos eso espero, salvo en algún territorio donde parece que no se ponen de acuerdo pero que a buen seguro a partir de este domingo renegociarán la investidura. Así que se acabaron las promesas electorales, y habrá que ir exigiendo realidades a nuestros representantes públicos.

Muchas llegan por las infraestructuras, por el AVE que nunca alcanza la estación que mantenemos en una esquina de la ciudad, pero parece que estará a principios de verano, como última parada en Burgos en su camino hacia Europa. Bien parece que los técnicos se hayan puesto a trabajar en serio con el siguiente paso que es llegar a Vitoria. Para ello todavía quedarán años. Pero hasta que no exista una conexión real desde Madrid por Burgos con el resto de la Unión la alta velocidad no tendrá la efectividad real que necesita. Eso sí, se nos acorta el viaje, y ello no deja de ser importante, con la capital de España, y también para los vecinos norteños, que en Burgos, camino de la capital, ampliarán su velocidad. Lo mismo que nos ocurre a nosotros cuando viajamos a Barcelona desde Zaragoza. Por algo se empieza… eso sí con mucho retraso.

Debería ser el año del inicio del Parque Tecnológico de Burgos. Tendría ser un compromiso ya personal de la Junta de Castilla y León con Burgos. Y no contaría con que llegara solo. Cuando llevamos meses escuchando hablar de recuperación económica, podrían acompañarle uno o varios panes debajo del brazo, con industrias emprendedoras y puestos de empleo. No es tarea fácil. Pero sería una manera de darle a Burgos algo que viene reclamando y mereciendo ya desde hace unos cuantos años, siendo además la fortaleza industrial de la región y que puede empujar para la creación de puestos de trabajo.

2016 es también el año del fin de las obras de la Catedral -al menos las del siglo XX y XXI- . Recuerdo perfectamente el inicio con la caída y posterior resurrección de San Lorenzo y el concierto de Mike Oldfield, con la plaza de toros a oscuras resonando a toda voz «Burgos, Burgos, Burgos». Fue el inicio que supuso la implicación de numerosos particulares y muchas empresas en la recuperación del edificio más emblemático. La campaña se lanzó desde este periódico y hemos llegado al año en que casi todo estará cumplido. Es momento de darse y dar la enhorabuena a muchísima gente.

Seguimos con puntos negros, con autovías que avanzan a paso de tortuga, y una AP1 que debería liberalizarse; con listas de espera todavía mejorables, con mejoras en dependencia o en educación, con colocar a la UBU en un lugar más elevado en los rankings universitario. El etcétera sería muy largo y de ahí quedarme solo inicialmente en tres eventos que considero fundamentales.

Y felicidades a mis antiguos compañeros de Diario de Burgos que celebran su 125 aniversario. La historia de Burgos condensada en las páginas de un periódico. En al tele, hoy día 22, comenzamos este proyecto hace ‘solo’ 20 años.

Un parque tecnológico… con empresas

No era fácil que el Parque Tecnológico hubiera culminado en este año. Piedras en el camino ajenas, y las propias que son las que más duelen, han impedido que esta infraestructura, en la ciudad más industrial de Castilla y León, viera la luz. Ahora solo falta que el próximo consejero de economía, de industria o cómo se denomine tenga claro que el impulso del Parque en Burgos es una deuda que se tiene desde la administración regional con todos los ciudadanos, que se encuentra en el debe regional y que por lo menos tiene que venir acompañado de empresas desde su primer día.

De nada servirían miles de metros cuadrados para un polígono especial, si cuando se inaugurara no se acompañaran de dos o tres contratos con industrias que van a asentarse allí desde el primer día de su apertura, y para ello se debe estar trabajando ya, aunque muchos nos tememos que con un consejero que ya ha anunciado su marcha, su prioridad no sea esta. Así que confíemos en que los que vengan -repitan o no- acudan prestos a esta llamada de Burgos,en la vieja Castilla, que no debe seguir perdiendo trenes que no van a ninguna parte, como el AVE que llegará a Burgos en 2016.

Es el propio sindicato CCOO quien manifiesta a través de su servicio de estudios el crecimiento industrial en 2014, especialmente en Burgos, Valladolid y Palencia, que sustentan el cincuenta por ciento del negocio, y en el caso de las dos últimas especialmente por el acuerdo alcanzado con Renault. Ese crecimiento se debe a tres razones y la primera es el comportamiento con tendencia cada vez más positiva del sector exterior, una incipiente recuperación de la demanda interna y por último, el mantenimiento del diferencial de productividad del sector, que se sitúa por encima de la media nacional.

Aún así, seguimos estando en unas cifras de empleo por debajo de las de finales de la década pasada, cuando Burgos era referente. Se han creado muchas ‘mesas de la industria’ por parte de diversos agentes, pero no se ha alcanzado todavía el objetivo necesario. Pese a ello no dejamos de sorprendernos con buenas noticias económicas relacionadas con empresarios que siguen impulsando su negocio y creando nuevos puestos de trabajo, y en otros casos manteniendo los mismos, muy difícil en una situación de crisis.

Por ello debemos mirar al Parque con objetivos. Ahora, en el desánimo del proyecto no conseguido, hay que sentarse y pensar que en 2016 debería estar y debería contar con industrias tecnológicas,manufactureras… que aporten nuevos campos al futuro industrial de Burgos. Será labor del alcalde que salga de las urnas el próximo 24, del presidente de la Junta, y de los agentes sociales y económicos. Sin descanso y con pasión. Que no perdamos esa capitalidad industrial que se tambalea.

Carta al alcalde

Me imagino -si ha logrado obtener una mayoría suficiente para su gobierno- que habrá dormido ya tranquilo y descansar de una frenética campaña en busca de un voto que parecía estar bastante amarrado al inicio de la misma. Escribo horas antes de conocerse los resultados finales de las elecciones municipales y autonómicas y desconozco todavía el posible efecto que hayan tenido las concentraciones de miles de personas indignadas por la situación del país. Lo que sí nos ha quedado claro a muchos es el convencimiento, que ya teníamos antes, de que los políticos además de parecer honrados deben serlo, que los ciudadanos debemos tener la posibilidad de elegir a través de un proceso de listas abiertas que usted y su partido, junto con el resto de formaciones, tendrá que decidir; y que la primera prioridad es el empleo, en un país donde se alcanza ya la cifra de los cinco millones de desempleados. Y no nos sirve que se diga que las competencias pertenecen a otra administración porque mucho se puede hacer desde lo local, desde lo cercano, como agilizar todas las medidas posibles para que las empresas, también en una situación difícil, puedan instalarse en Burgos con el menor coste posible, o acelerar proyectos como el del Hospital de la Concepción, porque, aunque tarde, todavía podemos llegar a tiempo de que las industrias tecnológicas cuenten con esta tierra, si es que el Parque llega a tiempo.
Y preocuparse del empleo es ocuparse de aquellos que no tienen un sueldo suficiente, y es promover, pese a la dificultad del sector de la construcción, alquileres y viviendas dignas a un precio asequible; es formar a los jóvenes y apoyar a la Universidad en su relación con la investigación, la innovación y el conocimiento, y es también apostar por las personas, por sus problemas, por los ancianos y por los más pequeños, o por aquellos que dependen de muchos voluntarios para vivir su día a día de la forma más agradable posible.
Y, alcalde, es convertir Burgos también en una ciudad amable, sea o no Capital Cultural de Europa en 2016, para el viajero, para que el más de millón de turistas que nos visitan se convierta en dos millones y generen ingresos para el sector servicios, el más dedicado a las pymes, y uno de los más castigados. Y eso supone cambiar el paso en la captación del turismo de Burgos y crear una «marca» de ciudad, que nos haga presentes en todo el mundo, porque contamos ya con todo lo necesario para ello.
Alcalde, y a ese equipo que forme tiene que exigirles desde el primer momento capacidad de trabajo, imaginación, y colocar a los que crea mejores en los principales puestos de responsabilidad del Ayuntamiento. Le han votado y le han dejado cuatro años para trabajar con un programa, pero con un encargo, déjese la piel desde el primer día y tenga claro que no debe responder ni ante su partido, ni ante otras instituciones, sino ante sus vecinos, que son quienes le han dado la confianza y quienes pagan sus impuestos. Suerte.

Un proyecto imprescindible, un nuevo referente para Burgos

El Centro de Nuevas Experiencias Digitales que puede albergar el Hospital de la Concepción es  una marca de futuro

El peso del tiempo y de la historia ha llevado a Burgos a tener una marca asociada relacionada con la cultura y el patrimonio (y ahí están sus tres Patrimonios de la Humanidad, esperemos que camino de un cuarto o un quinto –icnitas y románico norte-) y con la industria, basada sobre todo en montajes asociados a la automoción.  Junto a ello el sector agroalimentario y el turismo han configurado una ciudad y una provincia que se encontraba satisfecha de sus realizaciones, además de haber logrado una cierta paz social y hasta la llegada de la crisis un índice de desempleo que suponía prácticamente el paro técnico.

Sin embargo, el futuro, como el resto de capitales, es incierto y la innovación y el desarrollo son claves un mejor porvenir. La marca Evolución, que ha supuesto la reciente apertura del Museo de la Evolución Humana y que en unas semanas alcanzará los 200.000 visitantes, denota que todavía hay nichos de mercado donde explorar. Si el pasado nos puede llevar al futuro, lo cierto es que la esperada llegada del Parque Tecnológico se quedaría vacío de contenido si no hubiera empresas tecnológicas que lo avalaran, un nuevo sector donde todos pretenden crecer y lo estamos viendo recientemente en ciudades de la propia Comunidad como  León y Salamanca.

Por eso, es imprescindible que en Burgos comience cuanto antes a erigirse en realidad el proyecto que para el Hospital de la Concepción, el Centro de Nuevas Experiencias Digitales (CENED), están impulsando –con un silencio que puede ser temeroso- la Junta, a través del consejero de Fomento, Antonio Silván, y de la eficaz directora de Telecomunicaciones, la burgalesa Carolina Blasco; el rector de la Universidad de Burgos, Alfonso Murillo; y el Ayuntamiento, que tiene en su concejal tecnológico, Eduardo Villanueva, uno de los apoyos para esta empresa, que vendría precisamente no solo con el aval público de estas tres instituciones, sino con la de empresas privadas que ya han mostrado su interés en formar parte del mismo, y cuyo aporte para su inicio estaría en torno a los 10 millones de euros.

¿Qué es el CENED? Ante todo investigación y futuro, que muy bien podría asociarse con la marca Evolución. No sería exclusivamente un espacio para disfrutar de los visitantes que conocerían de forma directa los procesos creativos, desde las tres dimensiones a la realidad virtual, que podría quedar obsoleta en pocos años y donde se debe ir avanzando día a día, sino también un lugar de experimentación personal y colectivo; una esfera donde las empresas tendrían su ámbito específico para la innovación, la investigación y el desarrollo. Un territorio que hasta ahora no existe en Europa y tampoco en el mundo, en un edificio histórico, como es el viejo Hospital de la Concepción, y que arquitectónicamente podría adaptarse perfectamente a las nuevas tecnologías provocando una imagen sorprendente.

Pero el CENED para ser viable apuesta también por la generación de conocimiento y de empleo. Por animar a nuevos emprendedores en un mercado muy competitivo, pero donde todavía hay espacio, y serviría sin duda de apoyo a ese Parque Tecnológico tan anhelado como  lento en su gestión.

Para el turismo sería un nuevo punto de apoyo, porque lo que allí se trabaja y se investiga será también al mismo tiempo presentado, con una respuesta interactiva total. Desde luego, ahora mismo, sobre las ruinas consolidadas del viejo Hospital de Peregrinos  hay que echarle imaginación para proyectar en nuestro cerebro en qué se podría convertir, aunque películas como Origen o Matrix podrían animarnos a ello. Creo que las personas que están ahora inmersas a esta aspiración se lo han creído, y están trabajando duro, porque además de ser un tema que les apasiona, están convencidos de las potencialidades de esta tierra. Y, de nuevo, podemos convertirnos en un referente en contenidos digitales –hemos visto el éxito reciente de un Congreso en Redes Sociales-, un hecho que está transformando la vida cotidiana en las aplicaciones industriales, pero también lo deberá hacer en los servicios, o acaso es tan difícil de imaginar un maniquí virtual que vaya poniéndose la ropa que vamos eligiendo para comprar en un establecimiento de la calle Vitoria. Como siempre falta el respaldo político definitivo y la autoestima, pero debemos dar un paso adelante.

Oficina de Congresos

Parece que ya se ha puesto en marcha la Oficina de Congresos de Burgos, dependiente del Patronato de Turismo, y con el objetivo de lograr atraer a esta capital numerosos eventos que se fraguan por España o por el mundo. De momento, la primera decisión ha sido un gran acierto. Una persona ha sido elegida para la gestión con experiencia (en el único Palacio de Congresos que existe en Burgos, como es el ABBA), con dinamismo y por lo que conozco, con muchas ganas de trabajar e innovar.  Sin embargo, parece que el Auditorio y Palacio de Congresos se inaugurará a finales de 2011, pero precisamente es un año antes cuando se van ofreciendo y preparando los lugares donde se celebrarán los Congresos de 2011, 2012 y años sucesivos, así que en este caso estamos a tiempo, con una infraestructura útil, con un complejo de la Evolución preparado, y con buenos accesos a la capital, pues para entonces confiamos en que estén bastante avanzados los trabajos de la A-1. Eso sí, con el gran lamento por el AVE y otras autovías, que todavía habrá que esperar años para que tengan en Burgos su punto de destino.

Pero debemos contar con lo que tenemos y seguimos siendo un nudo logístico de primerísimo plano, que hemos estado varias veces a punto de perder el tren, pero que no podemos olvidar que en poco tiempo tendremos conectada a toda la mitad norte de la península Ibérica a través de autovías o autopistas, aunque sea hacia Cantabria por Palencia. Y esto no es desdeñable. Además la provincia de Burgos –no solo su capital- presenta suficientes atractivos turísticos como para venderlos junto a los Congresos, y quizá para entonces alberguemos la buena noticia de sumar una denominación más de Patrimonio de la Humanidad, con las ignitas de dinosaurios. La no apertura del flamante Auditorio ha llevado a trasladar de lugar algunos eventos previstos para 2011, entre ellos encuentros de médicos con asistencias de cientos de personas, o de empresas e instituciones. Aquí, por ejemplo, parece que se iban a celebrar también los premios Castilla y León 2011 como cierre de legislatura, y probablemente algunos encuentros internacionales que se habían barajado. Pero no es cuestión de lamentos, sino de prepararnos mejor para el futuro y de ofrecer un servicio de mayor calidad cuando todo esté en marcha. También los hosteleros y hoteleros  -que ahora sufren la situación de las empresas, que les sirven de impulso en estos meses invernales- deberán apostar no solo con declaraciones, sino de una forma más directa y participativa, por esta Ciudad de Congresos que debería ser Burgos y que muchas otras demandan.

Por eso no debemos parar ni un segundo. Aunque Burgos no tenga una vocación turística para aumentar significativamente su PIB  –siempre hemos sido un núcleo industrial, y ojalá sigamos siéndolo y de ahí que además del Auditorio es necesario un mayor impulso al Parque Tecnológico-, sí puede ser un pilar decisivo en mantenernos en los mismos niveles de empleo de hace tres o cuatro años, donde se podía afirmar que el paro que existía era técnico. Es un trabajo entre todos, y en equipo.