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Transparencia

Se ha convertido en la palabra de moda en la jerga política.  Ha estado tanto en desuso que pocos conocen su verdadero significado. Para el diccionario de la Real Academia de la Lengua es la cualidad de transparente, es decir : Que se deja adivinar o vislumbrar sin declararse o manifestarse. Claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad.

Nada más alejado para el habitual ejercicio de la política en España. En Estados Unidos, el día de la toma de posesión del presidente, cientos de miles de personas salen a la calle, al National Mall de Washington a unirse a la ceremonia, al desfile. Hay bailes, fiestas, por todos los rincones,  y los gastos de organización se multiplican, pues bien, todos los donantes de esos dólares salen publicados en una página web que se crea expresamente para este evento. De las arcas del país solamente se paga la seguridad, que ya es mucha. Calculen que el gasto total supera en un solo día los 40 millones de dólares.  Puede ser un despilfarro, sí, pero son los propios donantes los que deciden que hacer con su dinero. Y el resto de norteamericanos les conoce, para evitar que puedan ejercer algún tipo de presión por su donación en este caso al Partido Demócrata. Este año la lista ha superado los 1.000 benefactores, pocos en comparación con otras ocasiones.

En otro territorio, Gran Bretaña, la elección a la Cámara de los Comunes, nuestro Congreso, se realiza a través de  los distritos electorales, más de 600, donde los votantes eligen a solo un representante entre varios. Cada candidato debe presentar 500 libras, que se le devuelven si obtiene al menos el 5 por ciento de los votos. Y solo gana uno. Así que hay que suponer lo trabajado que es cada voto, aunque como en el resto de países si hay una corriente mayoritaria hacia un partido es fácil que sea el miembro de esa formación política el elegido. Pero casi con toda seguridad, no será un necio, ni un tramposo.

Otra reivindicación fácil para promover la democracia en los partidos son las listas abiertas. De hecho ya existen en el Senado, donde podemos elegir a 3 de los 4 candidatos que son designados por cada provincia. Las sorpresas que se producen son tan excepcionales que se convierten en noticia si así fueran. Y, además, la Cámara Alta tiene tan poca importancia que casi se vota con los ojos cerrados, pues la mayoría de los ciudadanos piensan –pensamos- que solo sirve para malgastar presupuesto.

En Suiza, por ejemplo, en las listas a los cantones, los candidatos están aleatoriamente ubicados y cada elector opta por un número determinado. Pienso que si así se hiciera en las elecciones municipales las sorpresas en diferentes ciudades serían grandes. Y más, en la actualidad, donde cualquier tipo con asomo de falta de transparencia sería prácticamente expulsado por los ciudadanos. Miraríamos con lupa cada x que tuviéramos que escribir.

¿Transparentes? Claro, y más donde con lo que se juega es con el dinero de todos. Desde las cuentas de un Ayuntamiento como el de Burgos, a las de los grandes partidos, como el PP o el PSOE. Pero no les pidan gestos a nuestros principales representantes de la nación y más mientras sigan los mismos que llevan veinte años cambiándose cromos en el poder político.

Dolor, humillación, corrupción

 

Cuando el número de parados alcanza a los 6 millones de personas en España. Cuando son casi dos millones de familias en la que ninguno de sus miembros tiene un empleo. Cuando todavía ningún político del Congreso ha renunciado a sus dietas pese a vivir en el mismo lugar donde se encuentra la Cámara Baja. Cuando pasan semanas y meses, y centenares de miles de jóvenes solamente se plantean la emigración como solución a su futuro, el pueblo español se encuentra humillado y dolorido por los casos de corrupción que día a día afloran en los medios de comunicación.  Parece como si se hubiera  saltado el muro y llegara la hora de la verdad con nuestros representantes públicos, que por otra parte son de los pocos que todavía no han hecho recortes ni se lo han planteado. Los asesores parece que se siguen multiplicando, las cortes autonómicas mantienen su número de representantes, y permitan que insista pero todavía nadie ha explicado por qué sigue el Senado en marcha, y no se ha anunciado ya que en la siguiente legislatura desaparecerá. No hay ninguna posibilidad que se convierta en Cámara territorial. Ninguna. Y si no lo han logrado en tres decenios, que lo olviden.

Entiendo que será difícil llegar a probar lo de los sobresueldos en el PP, como imposible fue aclarar todos los líos de la  Filesa socialista cuando se pagaban informes no escritos –igual que en caso Urdangarín-, o cualquiera de las comisiones que durante años aseguran que han ido pagando las empresas, sobre todo constructoras, para lograr que se agilizaran sus licencias. Sí, somos el país del Lazarillo de Tormes, de don Quijote, pero también el que se lanzó a la aventura americana, el que llegó hasta Filipinas y el que ha aportado más misioneros en el mundo. Además es uno de los territorios donde más desprestigiada está la función pública, a pesar de los grandes profesionales que se encuentran en ella, desde la medicina a la educación. Nuestros ingenieros, por ejemplo, están enormemente valorados en todo el mundo. Contamos con grandes multinacionales que son líderes en el exterior. Existe una sociedad civil que se mueve, pese a que nuestros dirigentes no son todo lo ejemplares que debieran.

Es verdad que en ocasiones el salario de los gobernantes de nuestro país no parece estar a la altura de lo que debería, y que por ejemplo Rajoy sea el presidente que menos recursos obtenga solo por encima del presidente de Portugal en la UE. Pero, claro, si luego llega Bárcenas dejando caer que algunos de los sobres podían llegar hasta los 10.000 euros, o Pepe Blanco con sus conversaciones en la gasolinera, seguirá siendo muy difícil que los ciudadanos vean entre sus elegidos al gobierno de los mejores, o que los mejores quieran acceder a puestos de la función pública, salvo algunos soñadores que al final abandonarán la barca.

Humillados y doloridos. Costará mucho levantarnos, pero antes lo hicimos… sin ellos.

 Columna publicada en la edición impresa de Diario de Burgos el 28 de enero de 2013

El miedo en las miradas

Saben, de 2012 solamente me voy a quedar con nombres propios, muchos, personas que he conocido en muchos rincones, buena gente que te genera buen rollo, sentimientos, sonrisas cómplices, sueños e ilusiones. Por un día, voy a apartar las cifras y los datos, los expedientes de regulaciones de empleo que a todos afectan, las declaraciones de los políticos, la inutilidad de algunos gestos, el desánimo o el cinismo de otros… Todavía hay quienes parece que te obligan a dar las gracias porque tienes un trabajo, cuando hay seis millones que no, y que difícilmente lo alcanzarán a lo largo de este año 2013 que ahora se inicia. Como si tuvieras que demostrar cada día tu profesionalidad y tu oficio. He visto las miradas de muchas personas miedosas por la posibilidad de perder un empleo. Les he visto aferrarse al canto de un diente, pese al mileurismo y la injusticia, porque de ese trabajo depende una familia. He visto jubilados renunciar ahora a lo que podía ser una vida medianamente holgada por el temor a que sus hijos, a que sus nietos, pierdan los recursos que todavía les quedan para vivir.

Detrás de cada uno de ellos, igual que detrás de nosotros mismos, hay decenas de historias. Nos hemos podido equivocar muchas veces, pero nosotros no somos los culpables de la mala situación de esta sociedad. Es más, son precisamente los ciudadanos los que la están sustentando, los que han generado un movimiento solidario para aquellos que se dejaron llevar de los arrumacos de las entidades financieras y han perdido ahora su vivienda, para trabajadores y empresarios que vivieron pensando que el futuro sería igual que el presente y ahora acuden a los comedores sociales, como los dos que abren sus puertas diariamente en Burgos. O los muchos voluntarios que procuran atender a aquellos desfavorecidos que en algún momento pueden ser ellos mismos, sus familiares o sus vecinos. Claro que hay culpables, los que gestionan o gestionaron mal el dinero público, aunque siempre serán otros los que carguen con sus errores. Hay administraciones donde todavía no se han recortado altos cargos, y sí el resto. Por qué es tan difícil terminar con las duplicidades y tan fácil eliminar todas las oposiciones. Todavía me pregunto a inicios de 2013 por qué sigue el Senado, cuando a lo largo de más de treinta años no ha demostrado todavía el motivo de su existencia, salvo para la jubilación de algunos de los ‘próceres’ de este país. Sé, porque he hablado con algunos, que hay políticos también a los que les duele España, como le dolía a Unamuno. El Rey, ahora también cuestionado, porque no solo hay que parecerlo, habló en su intervención navideña de esa política, con mayúscula. Pero quizá su voz no haya llegado en el mejor momento.

Sigo queriéndome acordar de la gente corriente, de los que afrontarán 2013 todavía con incertidumbres, de aquellos chavales que no han encontrado todavía su primer empleo, para que no pierdan la ilusión, de otros a los que les da respeto viajar al extranjero como lo hicieron sus conciudadanos en los años sesenta y setenta sin conocer idiomas y con la mochila vacía, a los abuelos que se han convertido en el sostenimiento de muchos hogares, y en familias enteras que se han hecho fuertes pese a las dificultades. Por ellos alzaré mi copa junto a mi madre, que como tantas madres han sido ejemplo de austeridad, de trabajo, de unión y de cariño. Y pese a todo, feliz 2013.

Italia lo ha hecho: Menos es más

No es tarea fácil, pero si lo han hecho los italianos, con su asomo de corrupción, por qué no puede asumirlo España. Son otros modelos, pero no son diferentes las circunstancias. Nuestras provincias son más grandes que las suyas, y las funciones diferentes, y aunque no conozco de cerca la gestión administrativa del país transalpino creo que las autonomías pintan menos que aquí, pero han hecho el gesto, y se ahorrarán, dicen, 40 millones de euros al año, al pasar de las 86 provincias actuales a 51 dentro de un año, tras las nuevas elecciones que se celebrarán en noviembre de 2013 y que traerán nuevas juntas provinciales, menos políticos y diferentes funciones.

Es un paso. En España los políticos no han hecho ni un solo guiño para que los ciudadanos puedan pensar que están dispuestos también a reducir el número de cargos. Y de ahí que ahora mismo estén cuestionados por el pueblo que les vota, y que se miren con lupa todas las actuaciones, y que ya no se pase ni un solo atisbo de corrupción. En Italia, su Gobierno con este cambio ha dicho que con menos podemos hacer más. Creará además ciudades metropolitanas, sobre las que girarán territorios, serán diez: Roma, Turín, Milán, Venecia, Génova, Bolonia, Nápoles y Reggio Calabria.

Monti no lo ha tenido fácil en su empeño, ha luchado contra la resistencia feroz de las oligarquías políticas locales, se ha visto obligado a hacer excepciones, pero al final parece que lo va a conseguir. Piensa el Gobierno que en algunos casos ha sido numeroso el despilfarro y en otros demasiados funcionarios. Así que de aquí a un año cambiará la geografía provincial italiana, algo que solo podía hacer un gobierno de técnicos. En España muchos ciudadanos se plantean que la administración provincial y la autonómica en muchos casos está duplicada y que la primera sobra. Tenemos cuatro administraciones: local, provincial, regional y nacional. No parece el mejor ejemplo de eficacia.

En Italia ha habido provincias que han argumentado razones históricas y socio culturales para continuar existiendo. Otras han esgrimido puros motivos geográficos, por encontrarse en macizos montañosos o de comunicaciones difíciles. Hay que tener en cuenta que algunas provincias en Italia son muy pequeñas en extensión y en población, por eso han fijado el criterio de que desaparecen aquellas con menos de 350.000 habitantes con un criterio de población, o inferior a 2.500 kilómetros cuadrados con el criterio de extensión. Han pactado por ejemplo que la provincia eliminada acepte que la capital se mantenga en la provincia más grande, pero a cambio obtiene la jefatura de policía u otros menesteres.

Ahí no se queda Monti, piensa que las actuales 20 regiones son demasiadas. Y también los 8.000 municipios. Pero a este ejecutivo tecnócrata no le va a dar tiempo. Tiene elecciones en primavera, y solo podrá dejar esbozado un proyecto en busca de una mayor y mejor eficacia para el ciudadano. ¿Y en España? No se preocupen los políticos, todavía tienen sus puestos asegurados.

Columna publicada en DB el 5.XI.2012

Políticos desenredados

Apenas suman sus respectivos partidos 200.000 seguidores en las principales redes sociales en España, individualmente incluso reciben más ‘followers’ que las siglas a las que pertenecen, pero la moda de algunos políticos de formar parte de las nuevas tecnologías no parece que atraerá votos nuevos, sino que simplemente sumará algunos de sus ya parroquianos. Pocos dudan de que hay que formar parte de este fenómeno (2.000 millones de personas en todo el mundo han creado su perfil en Facebook, twitter, linkedin, youtube…, aunque un porcentaje menor sea realmente el que le utiliza de forma diaria), pero todavía se aleja mucho de adquirir las ventajas que las redes tienen, y que no han sabido o querido explotar.
Hay, sin embargo, directores de periódicos en nuestro país que han conseguido una conversación directa con sus lectores, han generado debate, y entre las personas que les siguen hay muchos que comparten sus tuits -en el caso de twitter-, pero otros tantos que critican sus 140 caracteres que les caben en la pantalla, una utilidad de la que se alejan bastante los propios políticos. El pasado viernes, por ejemplo, mientras se celebraba la convención de candidatos populares en Burgos con la presencia de Rajoy, mientras unos, los tuiteros políticos afines, se ocupaban -lógicamente- de reiterar algún mensaje de los principales discursos, los otros, los de la oposición, simplemente los criticaban. El sábado, la convención socialista en Valladolid, sin embargo, se convirtió en tendencia (’trendingtopic’) durante un momento por la mañana en nuestro país, pero una vez más los que utilizaban la marca (’hastag’) eran exclusivamente los propios asistentes al encuentro. El ciudadano ‘común’, mientras tanto, se mantenía alejado del supuesto debate.
Obama marcó un hito, sin duda, y todavía cuenta con 20 millones de seguidores en todo el mundo en Facebook, pero su feedback ha cambiado con los internautas, quizá desde que no puede utilizar la blackberry para contestar de forma directa su impacto sea diferente, en una red donde Shakira parece imponerse con 27 millones de personas, y donde el presidente de Estados Unidos fue una auténtica estrella.
Cuando falta comunicación por parte de nuestros representantes en aquello que se denomina precisamente redes sociales, es largo todavía el camino para recorrer. Bien está que sea un sistema novedoso de anunciar proyectos, de vender eslóganes, o de azuzar al contrario, sin embargo, da la sensación, y ojalá me equivoque, que salvo contadas excepciones es muy poca la interlocución con los posibles votantes y eso que día a día se multiplica la presencia de los políticos especialmente en twitter, la red que está creciendo exponencialmente, pero donde según algunos estudios el cincuenta por ciento no son usuarios activos, y eso que para futbolistas y artistas parece convertirse su uso en un auténtico vicio.

Cuenta atrás electoral

La reunión que ha mantenido el presidente del Partido Popular en Castilla y León, Juan Vicente Herrera, con cada uno de los responsables provinciales de la formación política; y las peticiones de audiencia entre los propios parlamentarios regionales para ser recibidos por su jefe a lo largo de la semana pasada, sobre todo de la provincia de Burgos, han sido dos hechos que no por habituales pueden pasar desapercibidos. Herrera parece haber marcado ya la línea de salida para las elecciones municipales y autonómicas del próximo mes de mayo y a buen seguro que en pocas semanas conoceremos los números 1 de cada una de las candidaturas de las principales localidades de este territorio.

La configuración de listas, comenzando por el candidato de cada una, es la tarea más compleja para un político con mando en plaza. Son muchos los que desean subirse al carro ganador -y en esta ocasión parece que el PP, según afirman las encuestas, está en la mejor posición- y otros tantos los que aspiran mejorar en su valoración política y ascender. De momento, solo hay un hecho claro en el partido de centro derecha (en la izquierda han aprendido hace tiempo que la ropa sucia se lava en casa, y transcienden cada vez menos informaciones al público), que la lista de Burgos a las Cortes la presidirá Herrera, y conociendo su forma de configurarlas el resto de personas representarán diversas comarcas de la provincia burgalesa; además, como la ley exige paridad, pues entre los ocho primeros habrá cuatro mujeres y cuatro hombres; de estos últimos hay algunos que parecen abonados a la Cámara vallisoletana, así que más cambios podrían encontrarse entre el bando femenino. Veremos, porque siempre Herrera se ha caracterizado por sorprender en algún puesto a los militantes.

Si me dejara el presidente que le hiciera una recomendación, que no creo, incluiría en el puesto 7 de la lista de procuradores a aquel que no queda más remedio -por lo que sea- para que se lo trabaje un poco, se recorra kilómetros y pierda el culo. Y en el 8, que sería un milagro pero que podría llegar a conseguirlo si el panorama para los socialistas sigue tan negro, a alguna joven promesa, para que también se lo curre más que el resto, y tengan su oportunidad, aunque sea tan difícil y milagrosa. Y sobre todo que no se crean tan fácil la victoria como para rifarse los puestos, esos todos los de la lista, porque el suelo electoral tanto del PP como del PSOE suele estar bastante amarrado, presenten a quien presenten, y hasta el propio recuento de las votaciones no habrá nada seguro en cuanto al número de escaños conseguidos.

Pero donde parece que puede estar la batalla es en Miranda y en Aranda. En la primera, Borja Suárez se encuentra en la mejor situación posible para destronar a Fernando Campo. Tampoco lo tendrá fácil, pero será más difícil aún si suenan veleidades posibles sobre su responsabilidad en la Diputación Provincial. La ciudad del Ebro es una plaza difícil para la derecha, pero en la que ya tuvo ocasión de gobernar, y si presenta una alternativa sobre todo fiable podría vencer. Y para mí que en Aranda la derecha es la que pierde, no es la izquierda quien gana. No presentan candidatos coherentes, no realizan campañas honestas, y tienen al partido dividido. En esta ocasión parten de la base de la mala situación económica de España y que los ciudadanos buscarán alternativas, pero en un comicio local el candidato suma votos o los resta. Mucho me temo que para los populares ha ocurrido más esto último que lo primero. Lograr sacar un nuevo número 1 de la chistera no será fácil. Pero igual podrían mirar hacia las Cortes autonómicas en este momento y hacia su representante en las filas populares o buscar un perfil diferente en la propia localidad ribereña, pero como quienes tienen que hacer eso son los mismos que quieren seguir amarrados a la poltrona, el reto me parece complicado.

El tercer punto en conflicto electoral es Burgos. Aparicio debería dejar ya de deshojar la margarita y cortar de raíz todas las conversaciones de café donde le achacan que no se presentará porque no le gusta la Alcaldía. La imagen que denota es nefasta y aunque no le gustara tendría que mostrarse encantado de haberse conocido, porque qué mejor que ser el alcalde de tu ciudad, o al menos de ello deberíamos sentirnos orgullosos todos. Y si lo que pretende -por otra parte razonable- es dejar el puesto tras dos legislaturas, siguiendo la recomendación del que es su amigo Aznar, pues que lo anuncie y lo deje y se busque o le busquen una nueva alternativa laboral, pero el puesto de alcalde, por la propia institución y por respeto a los ciudadanos, debe permanecer inmaculado.

Hablar de la Diputación a estas alturas puede llegar a producir agotamiento. Orden Vigara dejará el mando de la plaza y son muchos los que se postulan para el puesto. A ellos les pediría que hubieran demostrado antes en sus respectivas localidades o en elecciones previas su capacidad de liderazgo, sus ganas de trabajar, su innovación. Entiendo que si las Diputaciones parece que van a pervivir -si por más de uno fuera, desaparecerían- al menos habría que darles un aire nuevo en unos tiempos diferentes y complejos. Si es un mero intermediario de ayudas y subvenciones, que lo haga la Delegación de la Junta. Y el candidato de la Diputación nunca debería estar en las listas de Burgos, Aranda y Miranda, que no están incluidas en los presupuestos provinciales. Gente en la provincia hay y buena, y solo hay que dar un repaso a las páginas de este periódico para mostrar a aquellos ediles que se mueven y a los que no. Y hablando de la Delegación de la Junta, si necesitan buscar, aquí encuentran.