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Los 8 años

He leído con más o menos calma los 100 puntos programáticos en que se han puesto de acuerdo el Partido Popular y Ciudadanos para gobernarnos a todos los castellanos y leoneses. Es una buena declaración de intenciones que podría firmar cualquiera de los partidos que ocupan los escaños de las Cortes regionales. Lo importante ahora es aplicar la prioridad en cada uno de ellos para los próximos presupuestos de la Junta, porque a quién no le importa que las listas de espera se reduzcan, que la enseñanza sea de mejor calidad, o que nuestros pueblos encuentren una respuesta en sus peticiones, además de la transparencia y la ‘limpieza’ por parte de nuestros políticos. De ahí que la aplicación de los mismos y el empeño en solucionarlos sea ahora para un gobierno bipartito la principal decisión.

Hay muchos aspectos también en los que cabe el debate, como en el caso de los 8 años de gobierno en las administraciones. Dice lo siguiente el texto: “Es voluntad de los firmantes de este acuerdo extender, con carácter general, la limitación de mandatos de 8 años a los Alcaldes de municipios de más de 20.000 habitantes y Presidentes de Diputaciones Provinciales de Castilla y León en los que se suscriban acuerdos de gobernabilidad conjunta entre ambos. Cuando así se determine, para los que ya fueran Alcaldes y Presidentes desde hace cuatro o más años, el cómputo del plazo de ocho años comenzará desde la firma de los acuerdos de gobernabilidad PP-C’s suscritos hace cuatro años”. Algo difuso pero evidente en la intención, y sin consecuencias para la formación naranja.

Cabe la discusión cuando te enfrentas a un candidato que ha demostrado que es un gran alcalde, que se está dedicando por entero a sus vecinos, y que los ciudadanos han apostado por el en unas elecciones en una lista que encabezaba durante varias legislaturas. ¿Por qué tiene que irse entonces? No he encontrado argumentos en este caso. Los electores no son tontos y castigan en la inmensa mayoría de los casos a los ineficaces. Y tampoco entienden en ocasiones que los pactos lleven a que partidos en minoría acaben gobernando. Es la nueva política de los acuerdos tras el final del bipartidismo, pero ¿es la mejor política? O volveremos de nuevo a los dos grandes partidos como ocurre en otros países.

Asumo que en el caso de los presidentes de las Diputaciones, que es elección indirecta, y que dependen mucho de un aparato que los elige, cabe que no estén los mejores –y quizá podrían haber añadido en el documento que estos, ni el resto de miembros de las instituciones provinciales no podrán ser elegidos en las listas de la capital- porque en muchas ocasiones son precisamente los cargos de las formaciones políticas los que ocupen estos puestos y puede pasar que no sean precisamente los más indicados para estos puestos.

Cambio

Un cambio de gobierno sí nos afecta a todos. No solo al subdelegado que probablemente tenga que volver a su anterior puesto en la administración regional. Ni a sus asesores. Ni a los puestos de dirección que todavía dependen del gobierno central, cada vez menos, pero existen. Habrá algunos cargos que completar con políticos socialistas en las próximas semanas, y más cuando no hay un horizonte electoral concreto.

Nos afecta porque los que estaban en la oposición y se lamentaban continuamente de la acción de gobierno del Partido Popular pasan al mando con una larga hemeroteca en la mochila. Y en Burgos existen muchos temas pendientes,  por ejemplo los que estaban bajo la tutela del nefasto ministro de Fomento.  Al nuevo o nueva, Diario de Burgos le seguirá recordando en su primera página los días que faltan para la liberalización de la AP1, y la desidia de las obras de la alta velocidad. Buena carga de inicio, y no sería razonable echar las culpas a la herencia recibida. Eso, sin olvidarnos de las infraestructuras hacia Cantabria o La Rioja.

Probablemente los ‘viernes negros’ finalicen en la televisión pública y se convierta de repente en una emisora más independiente de la historia de España. Veremos también cómo van a presentarse aquellos programas que solo tenían a Rajoy en el punto de mira. Quiere Sánchez que los ciudadanos valoren su forma de gobernar antes de convocar comicios, pero de momento, para ello, ha adoptado los presupuestos aprobados por populares y naranjas, con vascos que como siempre iban a lo suyo. Habrá también propuestas socialistas y podemitas que necesitarán el voto de una mayoría que no será fácil conseguirla, como puede ser en el caso de la eutanasia   o la educación. Veremos hasta dónde pretende legislar el nuevo ejecutivo y hasta cuándo.

Y muchos asuntos más que nos afectarán como ciudadanos. Pero,sobre todo, es el momento para que por fin los populares reflexionen sobre lo ocurrido en los últimos lustros no solo a nivel nacional, sino también a nivel regional y local. En la provincia de Burgos, el próximo año podrían consumarse las derrotas que obtuvieron en algunos de los principales municipios de la provincia. Porque no han hecho mucho por hacerse valer y notar.  Porque existe poco recambio después de mantener durante tanto tiempo a los mismos diputados provinciales y presidentes territoriales. Tendrá más tiempo en Burgos que en Madrid para buscar el repuesto de Rajoy. Creo, como muchos españoles, que se equivocó en unas cuantas actuaciones, pero también que sacó España adelante de una situación muy difícil.

 

Despejando incógnitas

Los muchachos del Partido Popular estaban preparados para ir encantados de conocerse en la convención nacional de este fin de semana. El máster de  Cristina Cifuentes ha dejado aplazados un montón de temas, probablemente uno de ellos la decisión de cuándo se nombrarían a los candidatos de las comunidades autónomas que celebran elecciones el próximo año, junto a los aspirantes a alcaldes también en 2019. Estaba previsto que inicialmente antes del verano se conocieran los nombres. Ahora ya hay dudas si dejarlo para después de las vacaciones.

Este encuentro en Sevilla debería haber servido como punto de partida para la precampaña electoral, sobre todo conociendo las encuestas que se han ido publicando estas últimas semanas y aunque bien es verdad que no es lo mismo que en las listas figuren Inés Arrimadas o Albert Ribera que personas desconocidas de la coalición naranja, lo cierto es que las huestes de Ciudadanos están ahora en su mejor momento.

A Rajoy la decisión del tribunal alemán, no prevista, y el enrocamiento de Cifuentes, sí previsto, le han cambiado el paso, porque han tenido que dedicarse sus correligionarios a aplaudir a la lideresa madrileña, más que a planificar el futuro,  aunque quizá el todavía prefiera esperar mientras se despejan algunas incógnitas.

En Burgos, por lo que se refiere al PP, el propio alcalde Lacalle sigue empeñado en decir que todo está al cincuenta por ciento en cuanto a su propia candidatura. En este espacio hace semanas me manifesté por tres alternativas, de la que parece que va quedando solo una. También han de mirar quién sustituye a Herrera en la lista de procuradores, que no es elección vana, teniendo en cuenta que Ciudadanos y Podemos arañaron procuradores en los últimos comicios.

Y ya que estamos, estos días se está confirmando que para las municipales también habrá lista de Podemos en la convocatoria capitalina, y aunque haya primarias, parece claro que Salinero irá de número 1 y Blanca Guinea de número 2, frente a otra lista que será apoyada por Izquierda Unida y que veremos si mantiene el nombre de Imagina. Divide y vencerás suele decir el enemigo, aquí lo han tenido dentro todo el tiempo.  No están los de Podemos en el mejor momento y tendrán que hacerse algunos replanteamientos.

El candidato

Lleva meses anunciando Álvaro Melcón es Escaño Cero (Onda Cero, 13.15 horas) que Javier Lacalle no será el candidato del Partido Popular al Ayuntamiento de Burgos. Su cercanía al actual presidente regional de la formación política quizá le lleve por otros menesteres. Es cierto también que lleva muchos años en la Plaza Mayor, tanto como mano derecha de Aparicio o como principal edil, y eso además de quemarle suma decisiones controvertidas y hace olvidar las buenas, aunque todavía todo podría ocurrir.

Recuerdan estos momentos lo ocurrido en el último año y medio con Valentín Niño una vez anunciada su retirada. Fueron unos meses caóticos, donde inicialmente no había una alternativa clara a Niño ya que algunos de los designados no aceptaron la propuesta. Probablemente la causa fuera que no tenían clara una victoria por mayoría absoluta, como puede volver a suceder en el 2019, y no querían jugársela y pasar al menos cuatro años en la bancada de la oposición, algo a lo que no estaban acostumbrados en el centro derecha en la tradicional –entonces- capital castellana.

Ahora podría pasar lo mismo, que Lacalle anunciara pronto su abandono del sillón municipal y que no se conociera quién ocupase el primer puesto en la candidatura. Dicen que hay tres nombres que suenan más que otros, como es el caso de Carolina Blasco, Salvador de Foronda y Ángel Ibáñez, el tapado en Valladolid. Precisamente será el actual alcalde como responsable de organización del partido a nivel regional quien de el visto bueno definitivo con el aval de Mañueco, quien por cierto ha asegurado que los candidatos a las Cortes Regionales se conocerán antes del verano, pero que las listas municipales probablemente esperarán.

Podría ser que Lacalle encabezara esta lista en Burgos, para asegurar al menos su puesto de procurador, no fuera a ser que el PP no gobernase y el alcalde se quedara compuesto y sin novia, esperando un cargo que no llegaría. De eso también es consciente el presidente regional, quien sabe que probablemente si gana tendría que gobernar en minoría con pactos. Y también lo es Herrera, quien ha afirmado recientemente que Ciudadanos ha venido para quedarse, y que hay que contar con ellos.

Podríamos volver a tener en Castilla y León un gobierno con dos partidos y distribución de consejerías. No soy adivino, ni creo en las meigas, pero he llegado a soñar que Pocholo sería responsable de Cultura, y dado su pasado comunero se pueden imaginar hasta dónde llegaríamos.

También es verdad que no todos los nombres de la formación naranja son como Albert Rivera e Inés Arrimadas, y los votantes ya comienzan a tener experiencia sino de su forma de gobernar, sí de la manera de hacer oposición en municipios y autonomías, y de cómo se pueden alinear con la derecha y con la izquierda.

Aunque todavía faltan meses para resolver la cuadratura del círculo, pronto conoceremos los primeros pasos, y algunos puede que sean sorprendentes. De hecho, si de algo estoy casi seguro, es que no habrá ningún alcalde en capital de provincia en Castilla y León con mayoría suficiente para gobernar. Y, de nuevo, los pactos.

 

Congresos

Uno ya está convocado, el del Partido Popular, que desencadenará luego los congresos regionales y locales. Otro, el del PSOE, pendiente de calmar las aguas antes de convocar las primarias que elijan a un nuevo secretario general al que solo se ha asomado como candidato Pedro Sánchez. Son dos congresos fundamentales para el futuro de ambos partidos, aunque ambos sean analizados de forma diferente por los responsables de los mismos.
Pareciera que al PP, por ejemplo, con haber logrado la mayoría suficiente para alcanzar el gobierno le valdría. Ni plantearse ninguna de las sugerencias que les ha hecho Ciudadanos -por ejemplo que se eligieran los cargos públicos a través de primarias-, ni tampoco relevos necesarios, en estructuras nacionales, regionales y locales.
Además, al no haber nombrado a ninguno de sus vicesecretarios Mariano Rajoy como alto cargo puede incluso alardear de haber hecho los cambios necesarios ya previamente. Pero los votos están ahí. Se le han fugado un buen porcentaje hacía un nuevo partido y probablemente a la abstención. Pareciera que los ciudadanos nos hubiéramos olvidado ya de las elecciones municipales tras haber tenido tres generales, y de los resultados que obtuvieron las principales formaciones, muy por debajo de lo que hasta ese momento habían logrado, habiendo perdido en el caso de Burgos y del PP ayuntamientos muy representativos y gobernando en la capital en la cuerda floja.
Así que no es solo cuestión de nombres, también de programa, para analizar por qué se ha producido esa pérdida en ocasiones a otros partidos y muchas veces a agrupaciones de electores que pareciera que pueden representar mejor los intereses de los vecinos. En la provincia de Burgos ninguno de los principales representantes de los partidos parece haber tenido tiempo para reflexionar, pensando quizá en que todavía queda mucho tiempo para una nueva convocatoria electoral local y regional.
En el aspecto regional, aunque el PP parece más calmado que nunca y la transición de la actual vicepresidenta del ejecutivo se ha realizado con total normalidad, pocos hablan ahora de la sustitución del presidente Herrera, pero el mismo, que es tan previsible como imprevisible en la toma de decisiones, podría aprovechar el congreso regional que vendrá después del nacional de febrero para preparar su delfín para la próxima cita.
La comisión gestora socialista espera curar algunas heridas con el paso del tiempo, pero tendrá que tomar dos decisiones pronto, la primera es el anuncio de primarias, la segunda si ‘castiga’ o no a aquellos que votaron no a Rajoy. En Castilla y León, Tudanca, que surgió de una tercera vía, puede también verse implicado por su apuesta radical por Sánchez. En cualquier caso parece haberse impuesto una ley del silencio, siguiendo la máxima de que la ropa sucia se lava en casa.

Columna publicada en Diario de Burgos el 14 de noviembre

Un militante perplejo 

Me he encontrado con un militante del Partido Popular a todas luces perplejo. Ronda los cuarenta y pudiéramos decir que no pertenece a la vieja guardia . Eso sí, siempre ha sido fiel a las siglas con su papeleta de voto, y deduzco que lo seguirá siendo por la fuerza con que defiende la existencia de un partido de centro derecha. Pero eso no le evita su perplejidad.

No entiende que teniendo  la oportunidad de que Podemos no esté en el próximo gobierno, el PP no se abstenga en la investidura de Sánchez. Me dice que ellos serían la  primera fuerza con que tendría que negociar el nuevo ejecutivo para cualquier tema, dado que Ciudadanos y Podemos están en las antípodas, vamos como Sánchez y Rajoy ahora, y esto le tiene ciertamente encabritado. Tampoco entiende la postura del líder socialista negando por el bien de los ciudadanos un gobierno de concentración entre las dos principales fuerzas políticas.

Además, cree que de haber nuevas elecciones quién asegura que tengan de nuevo mayoría absoluta en el Senado, con la cual actualmente pueden controlar todas las posibles reformas constitucionales. Le digo que lo que tienen que conseguir es que el Senado desaparezca porque es una institución inútil para pagar servicios prestados. Casi le convenzo. Cree que lo de la desaparición de las  diputaciones nunca va a ocurrir , sino que es un brindis al sol, y pese a que no se ha leído el documento del bipartito no encuentra cómo van a crear los puestos de trabajo que dicen que van a generar, por lo que augura un breve gobierno.

Por otra parte,  le da mala espina lo de las nuevas elecciones de junio. Cree que la gente de su generación todavía podría seguir yéndose a la formación naranja ya que incluso a el Albert Rivera le cae bien pese a los ataques que sufre desde los populares. No se fía un pelo que socialistas y naranjitos suban mas que actualmente y nos encontremos con la misma historia acentuada.

No puedo transcribir los calificativos que dedica a Rajoy. Lo valora como un buen presidente de Gobierno que ha hecho mejorar a España durante la crisis, pero un mal presidente del partido que no ha encarado los problemas de su casa  de frente. Y que el nuevo equipo que ha formado, salvo excepciones, parece que les faltan ideas y cintura, cortados todos por el mismo patrón, con los mismos argumentos e incapaces de generar ilusión.

Por eso piensa, y en eso creo que coincide con muchos de sus correligionarios, que lo que debe hacer el partido es pasar a la oposición y organizar congresos a todos los niveles, listas abiertas y primarias. Y dejar paso a nueva gente que defienda los intereses de siempre del partido. Y mucha autocrítica, y también propuestas. Tipos que respeten las rastas, las coletas, el cine y la cultura, pero que defiendan los principios fundamentales que siempre han acompañado al PP. Dice que esa gente existe pero que ahora no quiere ni asomarse por los populares. 

Le miro, le doy la mano, y le compadezco. El partido que el quiere, el que le gustaría a muchos espańoles todavía se adivina lejos en el horizonte.

El discurso de Herrera

Dentro de un par de semanas Ávila se convertirá en la capital del poder político de Castilla y León. Allí estarán todos los subdelegados del Gobierno, una gran mayoría de alcaldes de la Comunidad, todos los consejeros del Gobierno de la región y muchos altos cargos, y no tan altos, quizá demasiados tal y como vienen los tiempos. 1.000 personas que votarán por unanimidad la continuidad de Juan Vicente Herrera como presidente regional del PP para los próximos cuatro años.

Desconozco el matiz que el presidente de los castellanos y leoneses quiere dar a su discurso, al margen de apelar al trabajo, la honradez, el buen hacer, el esfuerzo, la imaginación, el estímulo o el talante y el talento de sus correligionarios en estos difíciles tiempos económicos que todos estamos viviendo, algunos especialmente sufriendo -219.859 desempleados en la región, de los que 108.248 son hombres y 111.611 mujeres- y que todavía no vislumbran una luz en el horizonte.

Será a buen seguro un momento para reconocer los buenos datos que tiene Castilla y León en aspectos tan destacados como la Educación –solo la buena educación nos sacará de este embrollo-, la Sanidad o los resultados del crecimiento del PIB del 0,97 por ciento desvelados por el último informe de la Fundación de las  Cajas de Ahorros, siendo la comunidad autónoma que más aumenta. Herrera también se ha convertido en el baluarte entre todos los presidentes autonómicos de la defensa de las comunidades autónomas ante un modelo centralizado, que defienden algunas voces emergentes en su partido. Necesario es acabar con las duplicidades –y algunas hay, y no pocas, entre ayuntamientos, diputaciones, delegaciones autónomicas y subdelegaciones de gobiernos en cada provincia-, pero otra cosa es no reconocer el efecto positivo que ha generado la descentralización con una administración más cercana. Otro asunto es insistir ante los funcionarios, cuya misión es servir a los ciudadanos, en no solo hacerla cercana, sino eficaz y atractiva.

Herrera quizá no hable de su futuro, ha sabido durante toda su vida política manejar muy bien sus propios tiempos, y ya todos los ciudadanos saben que esta será su última legislatura al frente de la Junta de Castilla y León. Abrir el melón de la continuidad, por mucho que algunos lo deseen, no es para este momento y lo más seguro es que el presidente convoque un Congreso Extraordinario –qué difícil es verlo en el PP en Castilla y León- para la elección de ese candidato.

Yo sí quiero reconocer a Juan Vicente Herrera en su último Congreso como presidente regional, que hubiera ejercido también como burgalés durante todos sus años de mandato, más de una década, y que habría que cerrar los ojos para no reconocer el impulso en equipamientos realizado en esta capital y provincia, lo que ha supuesto un incremento de puestos de trabajo y de servicios para sus habitantes. Será ya la obligación de sus ciudadanos impulsarlos, darlos a conocer y poner a Burgos en el mapa de ciudad no solo industrial y patrimonial, sino también innovadora,  con tiempo para el ocio y la cultura. Y la herencia de Herrera es sin duda tangible y evidente.

Publicado en DB el 12 de marzo de 2012

Un equipo para gobernar

En apenas 15 días conoceremos quiénes formarán las listas de los partidos políticos que se presentan a las elecciones municipales del próximo 22 de mayo. Algunos, como los socialistas, nos tienen acostumbrados a ser los primeros en dar a conocer los 27 nombres, pensando que quien da primero da dos veces. Los habituales vencedores, el PP, suelen ser los últimos, quizá por la cantidad de personas a las que tienen que contentar porque sabiéndose ganadores son mayores las oportunidades y más las aparentes discusiones. Quienes no tocan pelo, lo tienen efectivamente más fácil a la hora de organizar el grupo. Tampoco es una asequible tarea para formaciones como la que lidera Roberto Alonso, o los inasequibles al desaliento de IU, o los renovados PCAL cuando es poco lo que puedes ofrecer. Pero a pesar de saber que casi todo el pescado está vendido, siempre confías en rebañar algún sufragio, y para ello la lista debe ser consistente.

Ocurre, sin embargo, que pocos son los partidos políticos que primero definen lo que debería ser su equipo de gobierno y luego buscan las personas más idóneas para ocupar esos puestos. Como todavía hay menos mujeres que hombres que se dedican a esta actividad, y hay que mantener la cuota que exige la ley, a veces se buscan los candidatos y luego se les ubica en el puesto, cuando debería ser lo contrario, y en el caso de las municipales, ni el salario para una persona ya situada parece suficiente, ni tampoco la disponibilidad para internar compaginarlo con tu habitual puesto de trabajo. Para el PP, que cambia de cabeza de cartel, debería ser esta una oportunidad precisamente para formar un bloque que ofrezca confianza al ciudadano y basado en grandes áreas de trabajo.

No seré yo quien le diga a Javier Lacalle lo que puede y debe hacer. Experiencia tiene en el Ayuntamiento. Pero si me atrevo a sugerir que si lograra la mayoría suficiente que necesita, con 14 ó 15 concejales, los podría dividir en cuatro grandes bloques para un mejor gobierno, con un teniente de alcalde en cada uno de ellos, liberado, con capacidad de trabajo y de esfuerzo, con don de gentes, con mano izquierda, y sobre todo con mucha, muchísima imaginación.

Un área, la primera, dedicada a los Servicios Sociales y la Atención a los Ciudadanos, donde incluiría el tema del funcionamiento interno del Personal, los centros cívicos, polideportivos, etc; un segundo área que englobara la Economía, la Industria y también Hacienda, sin duda, un área dura pero clave; uno tercero cuyo objetivo principal sería la Cultura, el Patrimonio, el Turismo, las Nuevas Tecnologías, en general, lo que pueden ser nuevos nichos de mercado; el cuarto estaría dedicado fundamentalmente al desarrollo de la ciudad, a través de las infraestructuras, el urbanismo o los equipamientos o el tráfico. Hay, sin duda, numerosos servicios no adscritos en este supuesto organigrama, pero no deja de ser una idea de una tarde soleada y tranquila.

Como escribir casi es gratis, aquí he dejado las propuestas. Feliz 120 aniversario a Diario de Burgos.

(artículo publicado en Diario de Burgos el 4 de abril de 2011)

Candidatos con ideas y talento

El proceso de elaboración de listas electorales es uno de los más complejos que se presentan a cada candidato durante los meses previos a la cita en las urnas. No solo el político elegido intenta dejar contentos a todos los sectores de un partido -en el caso de las formaciones mayoritarias- sino que además debería tomar decisiones contundentes con aquellos que más que un apoyo se han convertido en un lastre durante la legislatura. Compaginar ambas cosas es tarea que pocos hacen y se aboga habitualmente por lo que consideran más supuestamente correcto: que nadie se enfade. Por ello, de poco servirá, por ejemplo, cambiar al cabeza de lista de la candidatura del PP a la Diptuación, si luego mantiene a los mismos representantes provinciales para seguir intentando controlar el partido en todo el territorio. Se mira mucho hacia el propio partido político y apenas nada a las demandas ciudadanas. Pesan más los intereses personales que los generales. Y así poco a poco se desvirtúa la concepción de una lista donde se debería buscar a los mejores, aumentan los políticos profesionales más que los necesarios profesionales políticos, y el votante aboga por unas listas abiertas que nunca existirán.
Conocido ya el cuadro que presentará Luis Escribano en las próximas elecciones de mayo para intentar alcanzar la Alcaldía (viendo la dificultad del empeño ha dejado de estar condicionado para este trabajo previo), desde el Partido Popular apurarán hasta las últimas semanas para darla a conocer. Porque pocos son los que una vez cogido el gusto a ser concejal de un equipo de gobierno ponen realmente su cargo a disposición de quién les colocó y están dispuestos a abandonar. De ahí a que para evitar disgustos innecesarios en la precampaña, si hay cambios mejor anunciarlos tarde.
Lacalle, que ha anunciado que si gana seguirá la misma línea de su predecesor, no parece tampoco que hará florituras. Es bastante probable que mantenga el núcleo duro e incorpore dos o tres nombres nuevos. Sería una sorpresa -bastante deseable sin embargo- lo contrario, porque en estos cuatro años apenas se ha hablado de otra cosa que de infraestructuras, cuando una ciudad que pretende una Revolución para 2016 tendría que tener en sus próceres talento y nuevas ideas, sobre todo para gestionar no solo un Auditorio que estará finalizado el próximo año, sino también un Pabellón Arena que aseguran que se levantará en tiempo récord o un Parque Tecnológico que ahora está sumido en el más profundo de los anonimatos, y sumen a todo ello la innovación y desarrollo en la propia ciudad. Supongo que todos tenemos algún nombre para sugerir, y otros para eliminar.
Los que andan bastante confusos son los líderes del resto de partidos que acudirán a las municipales. No tienen fácil ni IU, ni UPyD, ni el PCAL, ni Cibu, configurar una lista que se lleve los votos que auparon a Martínez Laredo, a Baeza o a Solución Independiente a algunos de los sillones del salón de plenos. Lo previsible -que a veces se equivoca- nos anuncia una holgada victoria del PP y un aumento de la abstención. Veremos.