Archivo por meses: diciembre 2011

El mejor o el peor presidente

En una de las pocas tertulias radiofónicas que suelo escuchar (por las mañanas frecuento el Buenos días de Javi Nieves y Mar Amate, ya saben, por eso de pasar las primeras horas con una sonrisa y dispuesto al optimismo) uno de los periodistas, experto portavoz ya de gobiernos del centro derecha anterior, afirmaba que Mariano Rajoy podría pasar a la historia por ser el mejor presidente de la democracia… o el peor. Para lo segundo tiene que esforzarse poco, para lo primero, comenzar a trabajar como lo hizo desde el discurso de investidura, donde dijo lo que muchos piensan, con sentido común, un sentido que debe guardar y no perderse por los aplausos de sus diputados –a veces extemporáneos- , ni el trinar de empresarios y banqueros, donde debe demostrar esa independencia que asegura que conserva.

Aseveró en su intervención cosas que muchos españoles conocen pero que necesitan escucharlas de un presidente del Gobierno porque todos saben que en una familia donde comen dos, lo hacen cuatro, que la Sanidad debe ser la misma en todas las Comunidades Autónomas, que en España llevamos un desfase con el resto de Europa de más de cuarenta años en el conocimiento de idiomas, especialmente del inglés, y eso no se soluciona exclusivamente en el colegio, ahí sí que necesitamos una inmersión lingüística desde el cine y la televisión. Insistió en que no quería que esta fuera la primera generación de jóvenes que vivieran peor que sus padres, y sus recetas fueron claras: esfuerzo y trabajo. Adquirió un compromiso para los próximos tres meses, sus primeros cien días, de alcanzar las condiciones necesarias para iniciar esa gran ilusión que es la creación de empleo (facilitar el crédito, exención de impuestos por contratación, facilidades para las pymes… ) y sin duda ha mostrado parte ya del camino que quiere que le ayuden a recorrer la mayoría de los españoles.

Lo ha hecho sin vender humo, sino contando la realidad que conocemos todos. La clave es si el al frente con el equipo que ha formado es capaz de generar todas esas situaciones necesarias para generar empleo, el gran objetivo, por no decir  casi único, que se ha impuesto el nuevo Ejecutivo durante, al menos, la primera fase de esta legislatura.

La mayoría absoluta que le han dado los ciudadanos españoles y la crisis en que está inmerso el Partido Socialista hace que al menos durante los próximos meses Rajoy pueda trabajar con prisa y sin pausa por ir alcanzando metas. Es cierto que el Parlamento es muy plural, y que suma muchos portavoces, y que tendrá que escuchar a representantes de muchas autonomías reclamando euros. Pero Rajoy no necesita como Zapatero el apoyo de nadie, solo la coherencia, rectitud, independencia y honradez que le han solicitado sus más de diez millones holgados de votantes. No soy adivino, pero sino le falla el equipo tiene posibilidades, ciertamente, de hacer historia.

El segundo iRedes de Burgos

No dejan de ser datos, pero por su contundencia son significativos. La principal –al menos por el momento- red social del mundo, que es Facebook, aspira en un breve tiempo conseguir los mil millones de perfiles. Se dice pronto. Otras, como twitter, los quinientos millones, y el gigante de la red, Google +, dicen los expertos que fagocitará en unos años a ambas.

Lo cierto es que ha avanzado a tal velocidad la tecnología –el uso del smarthpone se ha generalizado, y quién no tiene en su familia a uno o varios con un iphone, una blackberry o un nokia con android- que los habitantes de este planeta nos hemos tenido que ir adaptando a la forma de conversar, ya sea en 140 caracteres, o marcando con te gusta aquellos enlaces que nos parecen relevantes, o sustituyendo el SMS por el whatsapp. Uno ya no sigue exclusivamente las noticias de los periódicos sino los comentarios de sus redactores o directores a través de Twitter, y no solo en prensa, sino en radio o televisión. Con crear una simple lista, y de un vistazo, puedes comprobar cuál ha sido el último tuit de los periodistas que te parecen más interesantes, relevantes o cercanos. Lo mismo te ocurre con los Museos de Ciencia del Mundo, los blogueros, o los futbolistas. Y poco a poco va sucediendo con amigos y familiares.

O también puedes constatar los vídeos que más han triunfado en la red a través de youtube, o las fotos más destacadas con flickr y ya nos quedaríamos cortos a la hora de hablar de contenidos musicales. Las redes –al menos en esta época- envuelven nuestras vidas, y sí, puedes vivir sin ellas, y no ocupar ni un minuto de tu tiempo en el ordenador o el teléfono, pero el ansia por conocer y la curiosidad de este género que se llama homo ha logrado que se extiendan de forma exponencial.

Por eso, aunque barra para casa, me parece relevante la apuesta que se está haciendo –aún en tiempo de crisis y la dificultad para encontrar patrocinios económicos- por mantener iRedes –el Congreso Iberoamericano de Redes Sociales- con sede en Burgos. En el primero ya nos planteamos las razones básicas para ello: Que Burgos es el origen del castellano, que en Burgos hay un empuje de la administración local y regional por las nuevas tecnologías, y que los que impulsamos iredes somos o vivimos en Burgos, y estamos orgullosos de ello. Que 40.000 personas vieran por streaming, en directo, el primer Congreso desde el Principal y que se quedaran con una imagen de esta capital moderna y de futuro nos puede llenar de orgullo, pero también solo es un dato. Lo importante es subirnos a un tren que está en marcha y que no necesita lanzamiento, de ahí que también nos gustaría que Burgos desarrollara proyectos tecnológicos –como puede ser el centro del Hospital de la Concepción o el Parque Tecnológico- que en este nuevo modelo productivo que se quiere crear parecen alternativas viables y eficaces.

(artículo publicado en DB el 19 de diciembre)

Oña 2012

Hace 15.000 años, los hombres del paleolítico ocuparon grutas como la Blanca, Penches o El Caballón, en los rizados montes de la comarca de Oña. Allí dejaron sus huellas en grabados rupestres. Casi 14.000 años después, en el año 1011, el nieto de Fernán González, el conde Sancho García, funda el monasterio de San Salvador, cuyo esplendor alcanza bajo el reinado de Sancho III el Mayor, que introdujo la reforma cluniacense y la presencia de San Íñigo como Abad. El monarca navarro y Sancho II de Castilla están enterrados en el panteón real del cenobio. Languidece su historia hasta que los jesuitas ocupan el viejo convento desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, cuando lo adquiere la Diputación burgalesa.

Este año en el que nos encontramos Oña celebra su Milenario y como colofón en 2012 acogerá una nueva edición de Las Edades del Hombre -la gran muestra de arte sacro que desde 1998 ilumina Catedrales e iglesias de Castilla y León-  que este 2011, en las dos Medinas vallisoletanas, ha acogido a más de 400.000 visitantes. Oña no tendrá, de momento, Parador, como le prometieron los políticos en plena vorágine electoral, pero sí una muestra que destaca ya por su tradición y por su presencia artística, y que servirá para de nuevo poner en valor una exposición que celebró en Burgos una de sus primeras ediciones y que volverá a hacerlo en Aranda de Duero en 2014.

Será también ocasión para miles de personas de recorrer de nuevo las paredes milenarias de su monasterio, tras haberlo conocido gracias a la pasión que por el mantienen sus vecinos que, año tras año, dedican buena parte de su tiempo de ocio veraniego a preparar una temporada más El Cronicón, sorprendiendo cada año por su innovación. Un Cronicón dirigido por una Asociación que ya ha sido premiada en numerosas ocasiones. Por eso para muchos el encuentro en Oña puede ser una revisita, pero para otros miles será la primera vez que la ya reconocida marca de Las Edades les atraiga a una comarca que de nuevo se pone en valor, no solo por Oña, sino también por lugares tan emblemáticos como Trespaderne, Frías o Poza de la Sal, algunos de cuyos territorios forman parte de la Mancomunidad Raíces de Castilla. Además, siempre Las Edades ofrecen una diferente perspectiva de los lugares donde exponen las obras recogidas habitualmente en la diócesis donde se celebran.

No estaremos en 2012 en un buen año económico, quizá por ello deban servir ahora todos los esfuerzos para trabajar de la mano en que está edición oniense cuente con la colaboración de todas las administraciones implicadas en esta muestra porque bien sabemos que los vecinos ya manifiestan año tras año su grado de cariño hacia su propia villa.

Lo que cuesta un periódico

Soy consciente de que los periodistas que hemos trabajado o los que trabajan actualmente en prensa escrita no hemos sabido transmitir a los lectores que se llevan mucho más bajo el brazo que lo que han pagado por 1,10 euros al quiosquero de la esquina. Simplemente conocer que ese precio establecido solamente sirve para abonar la distribución y la impresión hubiera quizá valido para asumir que la información es cara, que cuesta. Sobre todo se ha notado ahora cuando la crisis económica ha llevado a los anunciantes a reducir sus presupuestos publicitarios, por lo que los editores han tenido que buscar recursos atípicos (colecciones, libros, dvds, colonias, mantelería…) para únicamente tratar de seguir manteniendo las nóminas de los periodistas que trabajan en los medios de comunicación.

El periodismo cuesta, y el buen periodismo todavía mucho más. Ocurre, sin embargo, que cada vez los ingresos se van reduciendo y las posibilidades de hacerlo también disminuyen. Además hay que competir con la radio y la televisión que aparentemente son gratis, y desde unos años a esta parte con internet, donde muchos periódicos vuelcan la misma información que tienen en su edición impresa de forma automática pues la competencia –mejor la mala competencia- parece que te obliga a salir a la red.

Sucede también que pese a que los gurús periodísticos pueblan nuestro planeta no han sido capaces de estar en la gestión de la información al mismo nivel a la hora de prever el futuro como los tecnológicos, y ahí están los ejemplos de Apple, IBM o Microsoft y sus continuos desarrollos y cambios. Los periodistas escribimos para un soporte en lugar de hacerlo fundamentalmente para los lectores, y nos adecuamos a los espacios y las necesidades de las máquinas. Uno observa la mayoría de los periódicos y en el conjunto conservan la misma forma, el mismo esqueleto e incluso una similar o muy parecida distribución de espacios. Sorprendería un medio donde a cada noticia, cada información, cada reportaje, se le diera el espacio que realmente merece y no el que te obliga la pantalla de un smarthpone o el pliego de un diario, quizá por ello se han multiplicado los blogs donde lo que se valora casi únicamente es el texto.

Da la sensación de que no nos hemos creído aquello en lo que trabajamos, no los informadores, sino sus empresas, porque por solo 1,10 euros nos han vendido por muy poco, aunque en su defensa está esa cultura del todo gratis.

Por eso espero que, a pesar de esta sociedad tecnificada, podamos volver a saborear las buenas historias, las noticias –es decir, difundir aquello de interés general que alguien no quiere que se sepa, en lugar de llenar los medios de declaraciones que más parecen propaganda- y degustar el buen trabajo de unos profesionales  que ya han sufrido bastante en su dignidad.

Lo dice una persona que después de más de 25 años de profesión se ha pasado al otro lado de la barrera porque pretendía salir de trabajar, al menos en primavera y verano, cuando todavía hubiera luz en el cielo, y vivir al mismo ritmo que muchos de los mortales. Todavía no lo he conseguido porque no es fácil desconectar, pero desde este otro lado de la calle se comprende también mejor la difícil situación que atraviesan muchos empresarios que ahora tienen que encontrar el modo para sin perder dinero –son compañías privadas- lograr defender la marca que durante tantos años ha existido, al tiempo que adecuarse a las nuevas circunstancias marcadas por los nuevos soportes.

Todavía disfruto paseando hasta el quiosco  los domingos por la mañana para hacerme con varios periódicos doblarlos bajo el brazo y leerlos luego tranquilamente. Pese a ello prácticamente me informo por medios digitales y ya he dejado hace tiempo de ver los informativos de televisión. La adaptación es el reto, y ojalá lo consigan por el bien de una sociedad que merece y debe estar informada. Y para ello, todavía, solo confío en el diario de papel.