#Rosconforpresident

Roscon tiene 11 años, varios hermanos, y es un crack. Solo hay que ver los vídeos que su madre, Samantha Vallejo Nájera, sube con él a Instagram. Tiene Síndrome de Down, pero eso no le impide sonreír, crecer, llorar, abrazar a los suyos y hacer mejores a los que están en su entorno. Me lo hace a mí, que solo le veo en la pantalla de un móvil.

A los chavales con necesidades educativas especiales, unos 40.000 dicen que hay en España, les quieren quitar los Centros de Educación Especial donde se forman, aunque la ministra haya tenido que salir a desmentirlo ante la protesta unánime de todos los padres. Bien saben ellos que a sus  hijos, que ya habían compartido aulas en colegios ordinarios, les ha costado más avanzar que en sus propios centros. Es cuestión de recursos y presupuestos. Y por mucho que pretendan prepararse juntos todos lo que logran es retroceder juntos, por toda la buena intención del mundo que se ponga. El esfuerzo de cada chaval tiene que ser enorme.

Esa preocupación de los padres  parte del nuevo proyecto de Ley Orgánica para la reforma de la Educación –LOMLOE-, que en su disposición cuarta establece:   “Las Administraciones educativas velarán para que las decisiones de escolarización garanticen la respuesta más adecuada a las necesidades específicas de cada alumno o alumna, de acuerdo con el procedimiento que se recoge en el artículo 74 de esta ley. El Gobierno, en colaboración con las Administraciones educativas, desarrollará un plan para que, en el plazo de diez años, de acuerdo con el artículo 24.2.e) de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas y en cumplimiento del cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios para poder atender en las mejores condiciones al alumnado con discapacidad. Las Administraciones educativas continuarán prestando el apoyo necesario a los centros de educación especial para que estos, además de escolarizar a los alumnos y alumnas que requieran una atención muy especializada, desempeñen la función de centros de referencia y apoyo para los centros ordinarios.”

Eso es lo que hay, ni más ni menos. Que los centros ordinarios atiendan al alumnado con discapacidad. Que los centros de educación, además de escolarizar a unos pocos, se conviertan en centros de referencia y apoyo. Vamos, se pueden dar  vueltas a la interpretación, porque tanto vale una como otra, pero lo que muestra de nuevo es el miedo a la libertad de los políticos que nos gobiernan. Por eso crean problemas con el concierto donde no los había, con la separación en la educación, cuando varias generaciones se están formando sin problemas, en España y en el mundo, con la posibilidad de que cada padre elija el centro donde quiere que sus hijos estudien. No es una cuestión de derechos sino de libertades, asegurando una buena educación pública para quien opte por esta solución, y no pública para quien así  lo desee,  porque de los padres es la responsabilidad mayor de instruir a sus retoños.

#Rosconforpresident es el lema que ha elegido su madre para este jovencillo apuesto y divertido.  Y los 40.000 como el que necesitan un apoyo especial.  Porque , para intentar el acceso igualitario –para todos y todas sin exclusiones- de otros niveles de enseñanza, lo que no puede ser igual es el período previo de aprendizaje, porque son diferentes.

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