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Rafa ATD6-148

No es un fósil cualquiera, sino uno de los que preludia lo que se puede encontrar cuando se trabaje a fondo, para lo que pueden faltar apenas una o dos campañas, en el nivel 6 de la Gran Dolina, en la trinchera de la Sierra de Atapuerca. Algunas catas han mostrado ya hace lustros una nueva especie, el Homo antecessor, descubierta en territorio burgalés y que merece dar grandes satisfacciones a la arqueología mundial. Algún codirector de las excavaciones ya ha anunciado que alcanzará a ser una ‘orgía’ de huesos de una especie única la que se debe hallar en ese estrato.

ATD6-148 es precisamente el húmero izquierdo de un individuo adulto; ya se había encontrado poco antes uno infantil, ATD6-121.  Bermúdez de Castro anticipó con este hallazgo de lo que es capaz un brazo fuerte zurdo, y por eso le bautizó Rafa, en homenaje a Nadal, número 1 del mundo en el tenis, y esencialmente de una especie, el antecessor, que significa los primeros, los avanzados, los que abren camino, como nuestro ilustre manacorí. Rafa se sumaba tras su descubrimiento a otros restos con nombres míticos como Miguelón, Benjamina, Agamenón, Prometeo o Elvis… que se pueden contemplar en el Museo de la Evolución Humana, junto a la especie de ursus localizada en la sierra, la del bueno de Isidro.

El fósil Rafa evidencia un individuo bastante robusto y presenta inserciones musculares muy desarrolladas, como la del tenista. Hace diez años que recibió el ‘bautismo’, y junto a la mayoría de los restos de esta especie se conserva con mucho cuidado dada su antigüedad y en espera de contar con un mayor número de piezas. Muestra también signos del canibalismo  que tuvo lugar hace un millón de años. El húmero fue quebrado para obtener la médula. Las marcas de corte son evidentes y algunas partes fueron destrozadas para separar las masas musculares.

Miguel Induráin ya ha estado cara a cara frente a Miguelón, el cráneo 5. También Del Bosque ante el pie reconstruido del preneandertal en respeto al entrenador campeón del mundo y de Europa. Rafa Nadal conoce la reproducción del húmero tras dos encuentros con personas del Sistema Atapuerca, por intermediación del COE y de KIA, patrocinador oficial del campeón.  Ojalá pueda conocer también el lugar donde se encontraron y donde se exhiben.

Y, por cierto, todavía falta por nombrar de manera definitiva la especie de los restos de la Sima de los Huesos, descartados los heidelbergensis, y cercanos a los neandertales… y del Homo sp, con pocos fósiles en la Sima del Elefante, y todavía pendientes de ‘adjudicación’, y no se descarta que si son especies únicas se nomine con un nombre burgalés como ya lo tiene otro resto clave de antecessor, la mandíbula Jimena. Mientras tanto en puertas de una nueva campaña que como todas no dejará de sorprendernos.

ADN en sedimentos

Y resulta que ‘hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad’ decía don Sebastián a don Hilarión en ‘La verbena de la Paloma’ en el año 1894 –para los más jóvenes: la zarzuela es un género musical surgido en España que poco tiene que ver con el hip hop-. Si don Hilarión hubiera aparecido en pleno 2021 le hubiera dado, seguro, un soponcio.

Las ciencias han avanzado de forma exponencial. Un tema del que hablábamos con total desconocimiento hace no pocos años, como es el ADN, un ácido nucleico que contiene las instrucciones genéticas y que es responsable también de la transmisión hereditaria, acaba de ser encontrado en individuos de hace cien mil años que habían paseado por la Sierra de Atapuerca, pero no en sus huesos y fósiles, sino sorprendentemente se ha conservado en los sedimentos, en el suelo, porque este se habría logrado aislar. Estas investigaciones han demostrado que al menos en ese pequeño espacio de tiempo se manejaban cuatro hembras neandertales de hace 80.000 años y un varón de más de 100.000.  Y en campañas anteriores también se ha logrado aislar el ADN de un fósil encontrado en la Sima de los Huesos, donde hay restos de más de 20 individuos de hace más de 400.000 años y a los que todavía hay que ubicarlos dentro de una especie, ya que cada vez se encuentran más lejanos de los heidelbergensis a los que asignaron inicialmente. Este camino realizado conjuntamente con el Instituto Max Planck abrirá nuevos caminos para explorar.

Durante lustros, los excavadores de Atapuerca han buscado esa especie que tuvo su último destino en España y de la que muchos dicen que contamos los sapiens con algunos de sus genes. Hace muy poco encontraron una falange claramente neandertal. Hay varios espacios en los yacimientos donde se espera hallar más. Es como el TD6 de Gran Dolina donde Bermúdez de Castro ya ha manifestado en algún momento que podía producirse una ‘orgía de restos de Homo antecessor’ .  Burgos cuenta con un territorio donde nuestros ancestros vivieron desde hace más de un millón de años hasta la actualidad. Fue la casualidad, sí, la que dejó en abierto algunas de sus cuevas. Pero la perseverancia de los primeros investigadores es digna de elogio. Inicialmente sin un solo duro, con la administración regional mirando hacia otro lado, pero año tras año iban logrando nuevos hitos y consolidando un proyecto.

Ahora es una excavación consolidada, con un equipo que logró el Premio Príncipe de Asturias, con publicaciones en revistas internacionalmente reconocidas como Nature o Science, y todavía con mucho camino por delante. Evidentemente, hay una ciencia más práctica que ha logrado, de manera prodigiosa, fabricar vacunas contra la Covid en menos de un año y están logrando resultados muy satisfactorios. Más una ciencia práctica no se puede conseguir sin una cultura científica, sin vocaciones de investigadores, sin apoyos económicos públicos y privados. Y ahí Atapuerca también ha marcado un hito.

 

El mejor Cross del mundo

Correr se ha puesto de moda. Hasta hay que conocer un lenguaje propio, el del runner, para estar al tanto de todas las novedades. Pero correr, correr, lo que se dice correr, es lo que hace Eliud Kipchoge, en lo que se ha considerado siempre la primera prueba olímpica, como es el maratón. El keniano reventó recientemente el crono en Viena, y bajó de dos horas, pero las ‘ayudas’ que recibió durante la carrera han impedido que su marca sea récord del mundo.

Pruebe usted a hacer 100 metros en 17 segundos durante 42 kilómetros. Pruebe a hacerlo durante 10 kilómetros si no revienta antes. Es verdad que le iban marcando el ritmo desde un coche y unas cuantas ‘liebres’, entre ellos campeones olímpicos y mundiales de media y larga distancia, un circuito llano, y avituallamiento sin necesidad de aflojar el ritmo, colaboraron bastante. Pero las dos piernas del atleta africano, su corazón, sus brazos y sobre todo su cabeza –nada ajena- fueron las que consiguieron atravesar la meta con esa marcaza.

Cada vez que alcanzamos unos Juegos Olímpicos el atletismo es el deporte rey. Y en meses nos plantaremos en #Tokio2020. El próximo sábado en Atapuerca, nuestros principales corredores en media y larga distancia, inician su competición invernal en el mejor cross del mundo, del que debemos acostumbrarnos a hablar con satisfacción. Allí estarán algunos de los que luego nos representarán en el país nipón en 1.500, 5.000, 10.000, 3.000 obstáculos, maratón… acompañados de grandes atletas mundiales, sobre todo africanos, que son los que más practican con éxito el campo a través, junto a los británicos.

Y los aficionados a ver carreras seguro que tendremos el mismo sueño de encontrarnos en verano en el tartán japonés a los burgaleses  Dani Arce, a Jesús Gómez o a Celia Antón, siguiendo la estela de Juan Carlos Higuero, tres veces olímpico. Algunos de ellos también estarán en el circuito que da nombre a los yacimientos más importantes del mundo, en cantidad y calidad.

La Diputación Provincial de Burgos a través del Instituto Provincial de Deporte y Juventud, junto con las entidades patrocinadoras y colaboradoras, son los responsables de esta fiesta del atletismo, a la que acuden cada año miles de corredores de toda España. Con un equipo de profesionales y voluntarios han logrado –lo recordaba Higuero en una charla en el MEH- alcanzar grandes metas con un cross en el que se destaca sobre todo su organización. Y  no es fácil juntar a tanta gente, desde los pequeñajos a los mayores, e intentar que todo salga bien. Por eso debemos estar orgullosos de esta competición que año tras año se celebra en el mes de noviembre.

Cerrar el círculo en Atapuerca

El Museo de la Evolución Humana alberga en su última planta una exposición fotográfica sobre los 40 años de las excavaciones en la Sierra de Atapuerca.  Los primeros que horadaron esos terrenos todavía recuerdan las dificultades de los inicios.  Eran los pioneros, y quizá de ese ejemplo decidieron el nombre de antecessor para una especie de homínidos encontrados en los yacimientos.

Estas cuatro décadas han supuesto, gracias a los fósiles hallados en cada temporada, la puesta de largo de Atapuerca entre el lugar arqueológico más destacado de Europa, y entre los diez primeros del mundo. Al asentamiento de las campañas de cada verano, gracias a la aportación inicial del Ejército y la Diputación, y más tarde de la Junta de Castilla y León y de la Fundación Atapuerca, se sumaron por parte de la administración regional cuatro grandes equipamientos culturales. El primero de ellos, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana –a medios con el Estado-, luego el Museo de la Evolución Humana, además de los dos centros, el Cayac y el Carex, en Ibeas y el pueblo de Atapuerca, paso obligado  del Camino de Santiago. Todo ello, como recordaba el presidente de la Junta, ha supuesto una inversión pública de 160 millones de euros.

Faltaba ir cerrando el contenido de estos bienes culturales, basados sobre todo en la investigación y en la divulgación.  El MEH además se ha convertido en estos últimos años  en el buque insignia de la actividad cultural en Burgos. Más de 160.000 personas asistieron en 2018 a las diferentes actividades programadas en el mismo.

Continuaba, sin embargo, la falsa polémica sobre el destino de los miles de fósiles encontrados en todos estos años, algunos de los cuales, precisamente los principales, los mostraba el MEH , y en  una decisión excepcional de la Junta y los codirectores  optaba por presentar los originales, algo no visto de forma habitual en ningún otro museo científico del mundo. Otros los seguía recibiendo el Museo de Burgos, centro de la Junta que debe certificar y conservar todo lo encontrado en cualquiera de las excavaciones de la provincia. Pero faltaba todavía la decisión y la firma para cumplir uno de los objetivos para los que se había creado el Cenieh, que es la conservación y rehabilitación de los fósiles. Este convenio, que se cumplió el viernes, con la presencia de Herrera, entre la Junta y el Cenieh, culmina la madurez del Sistema Atapuerca. Del Cenieh saldrán ahora los nuevos fósiles que exhiba el MEH en el futuro para sus miles de visitantes, restos excepcionales fruto de un trabajo en equipo.

El presidente de la Junta quiso antes de irse cerrar el círculo y culminar así el trabajo bien hecho de un proyecto, el de Atapuerca, con muchos actores implicados y que todavía tiene que aportar mucho a la ciencia y a la divulgación.

 

Nueva Campaña de Atapuerca

Este año parece que el equipo de Atapuerca ha comenzado con más optimismo las excavaciones, cuentan con más presupuesto y han vuelto a las camapañas de décadas anteriores, que casi llegaban hasta los 45 días en la Trinchera del Ferrocarril. Casi trescientas personas, en varios turnos, ocuparán los lugares de trabajo, y en algunos los objetivos los tienen bastante claros. Parece que Arsuaga, Bermúdez y Carbonell quieren llegar a contemplar ellos personalmente la ‘orgía’ que pudiera aparecer en el TD-6 con los restos del antecessor así que este año culminarán ya en TD-10 en la Gran Dolina y dividirán en dos partes el descenso camino hacía las decenas de fósiles que esperan encontrarse de una especie que hasta ahora es única y que solo se encuentra en Atapuerca.

Este año, esperan encontrar restos fósiles humanos también en Galería, además de los no por habituales menos sorprendentes de la Sima de los Huesos y quizá, con mucha suerte, pero también con trabajo, como el que han desarrollado estos años, encontrarse con algún fósil más en la Sima del Elefante donde ya contamos con una especie todavía sin clasificar por la escasez de los restos hallados.

Y siempre los neandertales. El Museo de la Evolución ya expone restos de esta especie que han aparecido en la ‘montaña mágica’ en temporadas anteriores, pero son restos de instrumentos utilizados por nuestros medio primos. Todavía no hay restos fósiles de homínidos. Puede que este sea el año y sirva para declarar a Atapuerca espacio único, si ya no lo es, porque contaría con restos de especies humanas que habitaron nuestro planeta, con continuidad, desde hace más de un millón de años hasta ahora.

Con el objetivo también de preparar otras excavaciones para futuros años como el caso de Cueva Fantasma donde ya hay dataciones de un millón de años, también dedicarán tiempo a preparar estas nuevas prospecciones.

Atapuerca cuenta con trabajo para varias generaciones, si es que nos importa el pasado para intepretar el presente e intentar encontrar también respuestas para nuestro futuro. De lo que hemos sido los humanos mucho se conoce gracias a los miles de restos de homínidos de la Sierra burgalesa, desde nuestra forma de hablar, hasta la socialización o los inicios de la ganadería y la agricultura. De nuestro ADN y de la relación entre los actuales habitantes de la zona y los que lo hicieron hace 30.000 años. De que también hemos sido carroñeros, y nos hemos comido unos a otros, por tradición o necesidad, pero es un hecho. De que los heidelbergensis de Atapuerca,para los que se está buscando su especie verdadera, eran una auténtica ONG ambulante, por como trataron a sus niños, a sus ancianos y a sus enfermos.

Detrás de todo ese trabajo dan la cara los tres codirectores, pero detrás de ellos a lo largo de estas décadas hay cientos de personas que por amor al arte han llevado el nombre de Atapuerca por todo el mundo. A todos ellos gracias.

Encuentro interplanetario en Atapuerca

No es fácil imaginarse cómo era la Sierra de Atapuerca, la provincia de Burgos en general, hace ahora un millón de años. Es difícil ya de por sí imaginarse en el tiempo un millón de años, entre la era cristiana que apenas tiene 2.000 y los dinosaurios con más de cien millones. Los descubrimientos en Atapuerca nos muestran campaña tras campaña la fauna que habitaba todo este entorno, la flora que lo acompañaba, y los homínidos que sobrevivían en un medio a veces demasiado poco habitable. Porque si nuestro Homo antecessor era caníbal, puede que no fuera por gusto, sino por las alimañas que habitaban su entorno,  como el oso de las cavernas, el tigre dientes de sable o los leones prehistóricos, que le eliminarían cualquier otro atisbo de carne, y se quedaría con la carroña y con los más débiles de sus congéneres. El heidelbergensis, el amigo Miguelón, ya tenía más facilidad para el uso de posibles armas con las que defenderse e incluso cazar. No era desde luego un entorno cómodo, donde la media de edad de nuestros antepasados con suerte superaría los treinta o cuarenta años.

Atapuerca, sin duda, está ofreciendo numerosos datos sobre nuestra prehistoria. Ahora, un equipo de investigación internacional, en el que participan también científicos que desarrollan su trabajo en la sierra, liderados por el codirector científico del MEH, Juan Luis Arsuaga,  acaba de aportar los datos del ADN mitocondrial del Ursus deningeri, el oso que se ha encontrado en la Sima de los Huesos junto con la acumulación de una treintena de individuos  de la tribu de Miguelón. Este ADN no es el genoma completo, pero es el punto de partida para buscar la genealogía y la relación con otros osos encontrados por el resto de Europa, y en un avance más, se podría llegar a encontrar el ADN de los homínidos de la Sierra y su relación entre ellos. Es ciencia, es investigación, es desarrollo. No ganaremos votos olímpicos, pero si Mundiales deportivos, y en algunas ramas de la innovación, hay españoles que van marcando el camino.

A veces contemplando la Sierra de la Demanda desde la Trinchera del Ferrocarril intentas descifrar de dónde venimos o hacia dónde vamos.  Arsuaga, en un reciente encuentro con sus seguidores en twitter decía que nuestra especie, el Homo sapiens, había vivido 200.000 años y que nos quedaban otros 200.000 donde evolucionaríamos o desapareceríamos. Algunos tuiteros contestaban a esta afirmación insistiendo en que llevábamos el camino de lo segundo. Y es la primera vez en la historia del planeta que existe una sola especie de homínidos sin convivir con ninguna otra.

Marca Burgos

 

La rejuvenecida sede de Telefónica en la sede de la Gran Vía madrileña –fue el primer ‘rascacielos’ de la ciudad que sufrió los efectos de la guerra-, remodelada a lo largo del tiempo y ahora convertida en su imagen, donde alberga además su nuevo Espacio de la Fundación y su innovadora tienda, será la sede hoy martes de la presentación de la Marca de Burgos en la capital de España. Un evento que se enmarca en el paso del ecuador de la Capital Española de la Gastronomía y que servirá de lanzamiento de una campaña de publicidad en una Comunidad de la que proceden la mayoría de los visitantes que se acercan por Burgos o por su provincia. El mercado madrileño es también mercado nacional, puesto que las acciones que se enmarcan en la capital española tiene una mayor repercusión en todo el territorio del país. Con ese fin, se ha elegido un lugar emblemático en una comunidad que alberga más de seis millones de habitantes, y donde muchos pretenden escapar cada vez que el tiempo y la economía se lo permiten.

La sonrisa de Burgos se extenderá ya más allá de la balconada del Teatro Principal con el objetivo de que no sea simplemente un logotipo sino que revierta en la imagen de la capital y vaya destinado a convertirse, al menos ese debería ser el fin, en un fenómeno socioeconómico que acabe promocionando esos valores que parece que nunca acaban de definir a Burgos y los burgaleses, más allá de los habituales tópicos, alimentados por nosotros mismos, y que niegan muchos de los que nos visitan, una vez que pisan sus calles y charlan con sus vecinos. Ser de Burgos, como de San Sebastián, Zaragoza, Tarragona, Sevilla o Gijón, puede imprimir un carácter, pero el mismo también se adapta a todas las circunstancias. Y no hay más que recordar el Burgos del inicio de los años setenta o los ochenta del siglo XX, al Burgos de la segunda década del siglo XXI. Pocas localidades de Castilla y León habrán cambiado tanto.

Eso sí, sería quizá demasiado pretencioso intentar conseguir que con solo la Marca de Burgos se consiga la instalación de nuevas empresas en Burgos, alcanzar el número 1 en el número de turistas, y trasladar toda la tradición culinaria del País Vasco al Paseo del Espolón. Pero hay que dar pasos en una sociedad cada vez más competitiva y donde las comunidades autónomas, o las propias capitales, se miran unas a otras para ver en qué somos comparables. Por eso, pese a las miles de encuestas realizadas, a los estudios encargados, a las opiniones de los estudiosos, es importante tener claro nuestras diferencias y en qué podemos mantener un liderazgo y alcanzarlo. Pocos territorios pueden tener tres lugares Patrimonio de la Humanidad, como el Camino, la Catedral y Atapuerca, con varias candidaturas además pendientes: las icnitas de dinosaurios, el románico norte, el casco histórico de la capital. Pocos albergan el mayor número de restos fósiles del mundo del paleolítico medio y casi del inferior. Poca gente no sabe qué es la morcilla de Burgos o quién era don Rodrigo Díaz de Vivar. Pero no estaría de más recordar también además de a Miguelón, nuestro hombre de Atapuerca, a los  padres de la reina Isabel, enterrados en el increíble mausoleo de la Cartuja de Miraflores, o los sepulcros de las Huelgas, 30 de ellos reales, un lujo para los ojos.

También hay muchos peros, aunque uno me come las entrañas cada vez que vuelvo por la autopista desde Barcelona o Zaragoza hacia Burgos que anuncian el ‘Bilbao Exhibition Centre BEC’ cada pocos kilómetros. Ya utilice este espacio para solicitar una señalización mejor, y aprovechando la expansión de la Marca, reitero mi petición.

Los tres tenores

El 30 de noviembre de 2000 el sitio arqueológico de Atapuerca, como así declaraba la Unesco, quedaba inscrito en la lista de Patrimonio de la Humanidad. Sería el tercero de la provincia de Burgos, tras la Catedral y el Camino de Santiago. Mientras, a la espera, se encuentran candidaturas como las icnitas de los dinosaurios de Salas, en conjunto con el resto de España; el claustro de Silos; el románico norte de Burgos, Santander y Palencia; o el centro histórico de Burgos en esa ampliación que se pretende realizar con la Catedral. En el caso de Atapuerca era la culminación de un trabajo de investigación de más de 20 años tras encontrar los vestigios de los primeros pobladores europeos, una especie nueva, el Antecessor, acreditaba ya por todos los especialistas.  Ya se habían descubierto también fósiles tan importantes del Heidelbergensis como el cráneo 5 o la pelvis. Unos meses antes visitaba también los yacimientos el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, que se comprometía a dar un espaldarazo, si de el dependiera, a la candidatura avalada por la Junta de Castilla y León.

Muchos fueron los catalizadores que convergieron para lograr el objetivo, desde los propios científicos y excavadores, a los espeleólogos de Edelweiss, los habitantes de las localidades que abarca la Sierra, hasta ciudadanos desconocidos que colaboraron desde el primer momento, y que culminaron también en la creación de la propia Fundación. Dejo muchos nombres en el tintero, porque en este nuevo aniversario de la declaración,  es de justicia de nuevo reconocer el trabajo de Arsuaga, Bermúdez y Carbonell, el ABC de Atapuerca, en este logro. He pasado del mundo del periodismo al de la comunicación científica, y en este entorno son muy pocos los que no valoran el esfuerzo de divulgación realizado por los tres codirectores. Algunos, con voz chillona, les llegaron a denominar “los tres tenores”, para mí es más un elogio que una crítica, porque con su voz han logrado que Atapuerca, que Burgos, traspase todas las fronteras, y es precisamente lo que lamentan muchos que tienen que promocionar descubrimientos, la dificultad para que sus investigadores sean capaces de llegar al gran público, o ser al menos conocidos. Asistir a una charla de Juan Luis, de José María o de Eudald es sin duda un placer que pocos, por muy alejados que se encuentren de la Ciencia o la Prehistoria, podrían perderse.

El complejo de la Evolución Humana está en Burgos por su culpa –con el dinero de todos los ciudadanos, eso sí- porque fueron ellos los que creyeron en este empeño. Dos ya viven en Burgos y el tercero prácticamente. Aquí han creado un Máster en Evolución Humana, que en pocos años se convertirá en uno de los mejores del mundo, porque el equipo de investigación de Atapuerca goza de buena salud: Ignacio Martínez, Ana Gracia, Maria Martinón, Josep Maria Parés, Robert Sala, Emiliano Brunner, Carlos Díez …. Y un sinfín de pacientes currantes que no han perdido en ningún momento la ilusión del primer día. Recuerdo el primer premio que recibieron en esta tierra, el Martinillos de Oro de Diario de Burgos, luego llegaría el gran reconocimiento del Príncipe de Asturias, con Emiliano Aguirre de padrino de esta generación, y más tarde doctorados honoris causa, distinciones, galardones… Son además cercanos y entrañables. Y lucharán por Burgos como un burgalés más, que no hace falta haber nacido en esta vieja capital de Castilla, para promocionarla y defenderla en catalán, madrileño o vasco. Aquí mi pequeño homenaje para unos grandes tipos.

Columna publicada en Diario de Burgos el 12 de noviembre de 2012

Un paseo por el arte rupestre

Recientemente la revista Science publicaba un estudio que reconocía que el arte rupestre encontrado en algunas de las cuevas de Cantabria y Asturias, que son ya Patrimonio de la Humanidad, es el más antiguo del mundo, según las nuevas dataciones. En el trabajo participaron investigadores de Bristol, Sheffield, Barcelona, Alcalá de Henares, País Vasco, Altamira y el Cenieh burgalés. Se dataron por el método de la serie del Uranio costras calcíticas situadas por encima o debajo de las figuras pintadas en las cuevas, entre otras, de Altamira, El Castillo y Tito Bustillo. Los resultados logrados tras un exhaustivo trabajo nos permite conocer que figuras de manos negativas, grandes discos rojos y también signos triangulares de las cuevas de Altamira y El Castillo, ambas en Cantabria, permiten asegurar que constituyen las primeras evidencias de la creación artística realizada hace más de 37.300 años. En Tito Bustillo (Ribadesella), los datos llegan hasta los 35.000 años, en el caso de un antropomorfo. Por la edad de las pinturas surgieron posteriormente debates sobre la posibilidad de que fueran los neandertales en lugar de nuestra especie los autores de algunas de las pinturas geométricas.  Pero casi la nula presencia de restos fósiles de homínidos hace que de momento solo sean insinuaciones que lo que sí han llenado son páginas y páginas de hemerotecas en todo el mundo. El neandertal parece estar de moda y todo lo que se ocupa de él es devorado por una comunidad de lectores cada vez mayor de apasionados por la ciencia.

Así que el puente del Pilar allí me fui. Conocía ya Tito Bustillo (se llama así porque uno de los jóvenes espeleólogos que descubrió la cueva se murió por accidente al poco tiempo y en su homenaje lleva puesto su nombre),  y el Museo que recrea su arte rupestre. También había estado por la neocueva de Altamira. Da igual: encontrarte de nuevo con los vestigios de nuestros antepasados puede llegar a la emoción. No había pisado El Castillo, y merece la pena introducirse en esos recovecos preparados para el turismo para contemplar lo que ahora pueden ser las pinturas más antiguas del mundo. Atapuerca-Altamira-Tito Bustillo deberían convertirse en un eje fundamental para mostrar la vida de los ancestros en Europa. De hecho ya muchos franceses, nuestros vecinos galos son los que más aprecian este arte, nos visitan.

En Atapuerca también existe un importante conjunto de arte rupestre, que se encuentra en Cueva Mayor, en la Galería del Silex, inaccesible para el visitante por la dificultad de su entrada, pero grande en cuanto a su amplio corpus iconográfico, más de 400 motivos. De algunos de ellos hay una representación en el Museo de la Evolución Humana. Son más recientes que los restos cántabros y asturianos, en torno a los 6.000 años, pero frente a aquellos, en la sierra burgalesa se ha documentado mucha industria lítica, restos de fauna y sobre todo humanos.   Si tiene amigos a los que le gusta la historia y la aventura, no lo dude, recomiéndeles Atapuerca-Museo de la Evolución-El Castillo-Altamira y Tito Bustillo. Y si vienen con niños acabar en el Museo del Jurásico asturiano puede ser el colofón. Disfruten.

 

20 años con Miguelón

De vez en cuando, cuando uno dispone de tiempo, le entra la pasión por el orden, que habitualmente abandonamos en la vorágine laboral. Ocupado de esas labores todavía se guardan en carpetas o en cajas, como proponen las películas norteamericanas, las fotografías que te llenan de recuerdos. Algunas son del álbum familiar, otras del profesional. Entre estas últimas me encontré una en la que estaba paseando por la calle Uría de Oviedo con los tres codirectores de los yacimientos de Atapuerca, hace ahora quince años, un día antes de que recibieran junto a Emiliano Aguirre y en nombre de todo el equipo del Premio Príncipe de Asturias. Quizá por mi condición de asturiano y también de periodista en Diario de Burgos la organización me invitó al evento. Escribí la crónica y disfruté de todos los instantes, uno de ellos cuando suena el himno con el sonido de decenas de gaitas. Les confieso que pone la carne de gallina a cualquier gijonés.

Allí estaban, en el Campoamor, el ABC de nuestra ciencia de Atapuerca: Arsuaga, Bermúdez y Carbonell. Cinco años antes, en el verano de 2002, habían hallado uno de los cráneos mejor conservados del registro fósil mundial, el número 5 de la Sima de los Huesos, ese año Miguel Induráin había ganado su primer Giro y su segundo Tour, y  nuestros arqueólogos aficionados al ciclismo aprovechaban el ligero momento de la siesta para observar las hazañas del rey de este deporte. Y los fósiles tienen también nombre de reyes, así que el cráneo se convirtió en Miguelón y con el convivimos desde hace 20 años. En 2004, en Gran  Dolina, el hallazgo fue de unos dientes que aventuraron más fósiles de una nueva especie, Antecessor, Exploradores, título del libro que acaba de publicar Bermúdez de Castro y que su mera lectura te incorpora a la apasionante aventura de la historia, de una forma amena y científica, que no es incompatible, por cierto. Conoces de primera mano los hallazgos fundamentales de la sierra de Atapuerca intercalados con anécdotas divertidas (el Halcón Milenario era el nombre del viejo Land Rover de Carbonell que permitía a los paleontólogos subir por la sierra) y  datos empíricos.

Miguelón me ha acompañado en mi trabajo de periodista, unas veces más de cerca, otra de forma lejana, a lo largo de estos veinte años, con otro rey, el del rock, y su pelvis, Elvis, o el bifaz Excalibur, tres de las piezas fundamentales encontradas en este yacimiento burgalés y cuyos originales se exhiben de forma excepcional en el Museo de la Evolución Humana. Miguelón es un emblema, casi una marca, y por qué no podría también ser elegido como el mejor embajador de esta ciudad. Su nombre ha recorrido medio mundo y ahora incluso navega con cierto éxito por las redes sociales. Los fósiles de su extirpe, miles, encontrados en la Sima de los Huesos que han sido adjudicados al Homo heidelbergensis, podrían incluso por estudios recientes pertenecer a otro linaje además del que dio origen a los neandertales en Pleistoceno Superior, lo que añadiría, aún dos décadas después, más importancia a este descubrimiento.

A estas conclusiones han llegado tanto Bermúdez de Castro como María Martinón, después de estudiar de forma detallada, junto a sus colegas del Grupo de Antropología Dental, más de 500 dientes fósiles hallados en la Sima de los Huesos y avalado su estudio en la revista Journal of Human Evolution. Y es que algo que ha sido característico a lo largo de estos años ha sido que el trabajo desarrollado en Atapuerca ha sido acreditado por las más prestigiosas revistas científicas del mundo.

Cabe que para aquellos que vivimos en el mismo territorio donde se encuentran estos hallazgos excepcionales puede que la abundancia de información nos haga infravalorar los mismos, o quizá pensar que se nos va la mano a la hora de su valoración, o que no es para tanto y todo forma parte de una campaña de markéting. Pero les puede asegurar, porque así lo he constatado, que si los responsables del Museo de Historia Natural  de Nueva York contaran con algunos de los fósiles de heidelbergensis o antecessor que presenta el MEH los tendrían entre su vitrinas más preciadas. Y si en cualquier yacimiento europeo hubieran descubierto un 5 por ciento de lo hallado en Atapuerca estarían encantados el resto de sus días.

Y no se crean, que de Miguelón también se aprende, su especie no era caníbal como sus ancestros, sino solidario con sus congéneres. La historia de Benjamina, de Elvis, o la suya propia, que sobrevivió bastante magullado y con un fuerte infección durante algunos  años, indica que le ayudaron a no morir. Algunos han bautizado a esta tribu como la primera ONG de la historia. Nos indicaron el camino hace más de medio millón de años.

Por si quieren seguir a Miguelón en las redes su cuenta de twitter es @MiguelonMEH

Columna publicada en DB el 21 de mayo de 2012