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Para qué sirven las redes sociales

Sábado al mediodía, quedo para almorzar con algunos de los asistentes al Congreso Iberoamericano de Redes Sociales iRedes. Tanto habían disfrutado de la hospitalidad de la ciudad de Burgos que habían decidido prorrogar el fin de semana en esta tierra. Acudimos a un restaurante cercano a la Catedral, enseguida uno de mis acompañantes abrió el iphone, la aplicación de Foursquare y vio lo que algunos de los usuarios opinaban sobre el lugar. Recomendaban la confitura de pato. Pinchó en la red social y se convirtió en un visitante más, espero que haya recomendado el lugar porque el cordero estaba impecable . Por curiosidad, entré en esta red y vi  las recomendaciones que hacían para diversos lugares de la ciudad de Burgos. Entré en el Museo de la Evolución y comprobé que 237 personas diferentes habían hecho chek-in, y 18 de ellos habían dejado su opinión, casi todas positivas, agradecí conocer la crítica, sobre la falta de entradas, pero había sido hace año y medio en el inicio del Museo, cuando nuestra organización la estábamos poniendo en marcha.

Continué comprobando algunas de las cuentas en redes sociales del MEH y habían crecido en estos últimos días con motivo de diferentes visitas que habíamos tenido. Jesús Calleja, en su cuenta de twitter, @desafiocalleja,  había recomendado su visita al Museo, y decenas de sus  seguidores habían retuiteado los 140 caracteres; el mismo día @Ristomejide había comenzado a seguir la cuenta @MiguelonMEH ,  cuenta con 720.000 seguidores en la red del pajarito, por lo que a buen seguro  servirá de impulso.

Mientras tanto en el Congreso  @motorbafer y @autobafer nos informan a través también de twitter dónde están algunos de los ponentes de iRedes, que han tenido que ir a recoger, como Marta Fernández, @mrtfernandez, la presentadora de Cuatro que se ha subido al coche oficial del evento al terminar su programa para poder llegar a tiempo a Burgos. Volverá otro fin de semana a conocer los yacimientos de Atapuerca. En estos dos días, además, @teloacerco ha tenido un detalle con los conferenciantes y se lo agradecen a través de las redes sociales.

Si alguno de los congresistas o cualquier ciudadano quiere ver las fotos del Congreso, no tiene más que acudir a Flickr para disfrutar de las imágenes de Victoriano Izquierdo, o también acudir a su cuenta de Instagram.

Saben, según la segunda versión del mapa de redes sociales que puden ver en www.iredes.es, 60 millones de personas siguen la red canadiense de fotos Flickr, 14 millones Instagram, 15 millones Foursquare, 13 millones la española Tuenti, 22 millones la red de blogs Tumblr, 800 millones Facebook, 500 millones Twitter, 135 millones Linkedin, una red que está creciendo exponencialmente en tiempos de crisis, utilizada por muchos responsables de personal de empresas para buscar candidatos, 15 millones tiene la sueca Spotify para escuchar la música que quieras. 490  millones buscan sus vídeos preferidos en Youtube, y en turismo en España hay que estar en Tripadvisor, una red con 45 millones de usuarios, o Minube, con 120.000. Las redes se multiplican a la vez que sus usuarios.

Hay muchas personas que ya en lugar del todopoderoso Google utilizan las redes como motor de búsquedas, como señaló el empresario digital Martin Varsavsky @martinvars en el inicio del Congreso. También él comentó en su intervención cómo usaba las redes, la pueden ver en Youtube .

Saben lo mejor de todo, que se puede hacer con un pequeño aparatejo que cabe en la palma de la mano, eso que llaman smarthpone.  @LeoHarlem fue el encargado de finalizar el Congreso iRedes con un monólogo sobre para qué sirven las redes sociales. También pueden echarle un vistazo en youtube,  y terminar este artículo con una sonrisa.

Columna publicada en Diario de Burgos el 26 de marzo de 2012

Fórum

Andy Stalman es un investigador argentino, profesor del IE, que ha profundizado mucho sobre las marcas; el mismo dice que con las más galácticas se podría armar un equipo de superestrellas, y así forma su alineación: En la portería: Google. En la defensa: Apple, Youtube, Wikipedia, Starbucks. En el medio centro; Nokia, Skype, Facebook. Y en la delantera; Tuenti, Myspace, Twitter.

Alguno podría imaginarse cómo fue el nacimiento de estos nombres, muy raros desde luego, en torno a un garaje en medio de una tormenta de ideas o en la mente de algún creativo, pero son marcas que han calado y quienes las conocen saben exactamente a qué se refieren aunque estén asociadas al piar de un pájaro, a la cara de un estudiante o a una manzana. Por ello no necesariamente aquello que se estudiaba sobre la marca y su identidad: pronunciabilidad (corto y fácil de pronunciar en varios idiomas) y recordabilidad, sea solo lo que le augura un triunfo a la  misma. En Burgos ya contamos con un Fórum asociado a Evoluciona y por supuesto al nombre de la capital. Es de esperar, sobre todo por la búsqueda de esa pronunciabilidad que en lugar de referirnos al Auditorio, acabemos señalando este espacio con su reciente nombre designado, pero para ello será imprescindible tiempo, y para los vecinos de Burgos un letrero que lo indique.

No todo es la marca, sin embargo, aunque hay muchos empeñados en encontrar una para la ciudad de Burgos en los próximos dos meses, para vender las excelencias del territorio y sus nuevas infraestructuras, que olviden ese ‘Burgos te dejará frío’ que ha pervivido en las creencias (hace un clima más gélido en Praga y nadie se cuestiona sus temperaturas, y en París, y es la ciudad que más turistas recibe) y atraigan por ser una capital que evoluciona y que ofrece no solo un fin de semana agradable y tranquilo, sino también una iniciativa emprendedora y empresarial –no es lo mismo lo primero que lo segundo, hay empresarios emprendedores, y otros mantenedores, aunque quien no crece muere- y un buen lugar para vivir, que de a esta tierra visos de crecimiento.

Porque el Fórum no perdurará solo para Congresos, sino que habrá que convertirla en una importante infraestructura cultural y aunque Burgos es una de las pocas provincias que no ha perdido población en Castilla y León es cierto que esos 375.000 habitantes sería óptimo que crecieran en los próximos años para asegurar la calidad en los eventos, que parece que quieren agrupar desde el Ayuntamiento burgalés tras la sustitución de la R de R-evolución en 4 ‘C’:  ‘C’ de Convivencia (2012), Creatividad (2013), Conocimiento (2014) y Ciudad Humana (2015), bajo cuyas siglas parece que puede ampararse cualquier acontecimiento.

Demos tiempo al tiempo, tenemos la jaula pero nos faltan los pájaros. El Forum puede estar llamado a ser un revulsivo y sin mirar hacia muy lejos Burgos y su entorno ofrecen más atractivos que otras sedes de Congresos de otras capitales cercanas. Pero de nuevo hay que venderlo, y aunque la Marca de Ciudad será importante, no lo serán menos las ideas que acompañen esa Marca. Tenemos una Catedral que ha atraído a 350.000 personas en 2011 y un Sistema Atapuerca (Museo, Yacimientos y Parque) que hará oficiales sus datos en los próximos días, pero que suman también decenas de miles, por citar dos lugares, que parece que tiran de viajeros, pero la lista que se puede sumar a los mismos es extensa y la aportación de todos necesaria.

Se podrá crear un órgano más que sume todo y genere todavía más ideas de las que cada uno de esos espacios pueda aportar, pero se puede acabar yendo a las ramas de la teoría y no bajar a lo concreto de lo práctico, de la señalización que no existe, de la atención en los establecimientos hosteleros, de la facilidad para las reservas, de una presencia en red de redes atractiva, de unos precios competitivos, de una oferta familiar que incluya sobre todo a los pequeños de la casa, de alternativas y estrenos…

Bienvenido el Fórum, aunque sus siglas sean impronunciables –FBE- y ojalá sea un nuevo impulso para una ciudad y provincia que lo necesita.

Artículo publicado en DB el 16 de enero de 2012

El segundo iRedes de Burgos

No dejan de ser datos, pero por su contundencia son significativos. La principal –al menos por el momento- red social del mundo, que es Facebook, aspira en un breve tiempo conseguir los mil millones de perfiles. Se dice pronto. Otras, como twitter, los quinientos millones, y el gigante de la red, Google +, dicen los expertos que fagocitará en unos años a ambas.

Lo cierto es que ha avanzado a tal velocidad la tecnología –el uso del smarthpone se ha generalizado, y quién no tiene en su familia a uno o varios con un iphone, una blackberry o un nokia con android- que los habitantes de este planeta nos hemos tenido que ir adaptando a la forma de conversar, ya sea en 140 caracteres, o marcando con te gusta aquellos enlaces que nos parecen relevantes, o sustituyendo el SMS por el whatsapp. Uno ya no sigue exclusivamente las noticias de los periódicos sino los comentarios de sus redactores o directores a través de Twitter, y no solo en prensa, sino en radio o televisión. Con crear una simple lista, y de un vistazo, puedes comprobar cuál ha sido el último tuit de los periodistas que te parecen más interesantes, relevantes o cercanos. Lo mismo te ocurre con los Museos de Ciencia del Mundo, los blogueros, o los futbolistas. Y poco a poco va sucediendo con amigos y familiares.

O también puedes constatar los vídeos que más han triunfado en la red a través de youtube, o las fotos más destacadas con flickr y ya nos quedaríamos cortos a la hora de hablar de contenidos musicales. Las redes –al menos en esta época- envuelven nuestras vidas, y sí, puedes vivir sin ellas, y no ocupar ni un minuto de tu tiempo en el ordenador o el teléfono, pero el ansia por conocer y la curiosidad de este género que se llama homo ha logrado que se extiendan de forma exponencial.

Por eso, aunque barra para casa, me parece relevante la apuesta que se está haciendo –aún en tiempo de crisis y la dificultad para encontrar patrocinios económicos- por mantener iRedes –el Congreso Iberoamericano de Redes Sociales- con sede en Burgos. En el primero ya nos planteamos las razones básicas para ello: Que Burgos es el origen del castellano, que en Burgos hay un empuje de la administración local y regional por las nuevas tecnologías, y que los que impulsamos iredes somos o vivimos en Burgos, y estamos orgullosos de ello. Que 40.000 personas vieran por streaming, en directo, el primer Congreso desde el Principal y que se quedaran con una imagen de esta capital moderna y de futuro nos puede llenar de orgullo, pero también solo es un dato. Lo importante es subirnos a un tren que está en marcha y que no necesita lanzamiento, de ahí que también nos gustaría que Burgos desarrollara proyectos tecnológicos –como puede ser el centro del Hospital de la Concepción o el Parque Tecnológico- que en este nuevo modelo productivo que se quiere crear parecen alternativas viables y eficaces.

(artículo publicado en DB el 19 de diciembre)

No sin mi Blackberry

Muchos de mi generación se acordaran del ZX Spectrum, lanzado por la compañía Sinclair,  o el Amstrad, que intentábamos manejar con el Word perfect donde casi todos nos convertíamos en pequeños programadores, o los primeros juegos de la consola Atari . Era el tiempo en que Steve Jobs todavía compartía garaje con su socio Steve Wozniak, y cuando acababa de vender su Volkswagen para financiar sus primeros inventos, entre ellos el  computador Apple I.

Luego escucharíamos hablar de IBM, de Dell, de HP y más tarde se escribirían miles y miles de páginas sobre Nokia –el primer teléfono móvil que usé fue durante unas elecciones europeas, hace más de veinte años que ocupaba casi como el pc de mi trabajo-, Motorola… hasta llegar a los i de ipod, iphone o ipad. Y mi blackberry. La primera, creo que soy uno de los pioneros, me la regaló un amigo de Telefónica de Madrid hace unos cinco años, pequeñita, con concha, cada tecla tenía dos letras, no una como la actual, era coqueta y me gustaba. El correo electrónico funcionaba de maravilla, y no hacía fotos, ni tenía whatsapp ni el Messenger, y el acceso a internet no era fácil. Han pasado dos modelos más, para sumarme a una sencilla Curve, donde puedo hacer fotos a mis sobrinos, enviar correos, manejar las redes sociales, utilizar el whatsapp e incluso descargarme alguna aplicación más, muy lejos del nivel que tienen todas las de Android o Apple, pero qué quieren que les diga, soy un sentimental… Hasta el lunes pasado donde todas las blackberrys del mundo decidieron tomarse un puente gracias al fallo de un interruptor de RIM, la empresa que las produce. Dejé de recibir correos, de comunicarme con el chat y pensé que la vida se acababa y que quizá hubiera quedado mal con alguna persona con otro sistema que me hubiera enviado un mensaje y no le hubiera contestado. No pude decir en Facebook qué plan tenía, ni anunciar en twitter el capítulo de la serie que estaba viendo, y lo peor de todo es que dejaban de oírse los múltiples sonidos que había decidido poner, no sin poco empeño, para los diversos mensajes.

Cuando estaba a punto de lanzar mi blackberry por un puente del Arlanzón, mis amigos de Apple, también comenzaron a tener problemas de actualizaciones y recordé mi viejo Motorola, o el Spectrum donde solo podíamos jugar al tenis con dos rayas a los lados y una bola que iba de un lugar a otro siempre a la misma velocidad.

Me gusta la tecnología, mientras permita a mis sobrinos acudir a casa de mi madre para jugar con la Wii que allí les instalé y el Mario Bross, y la abuela pueda contemplar absorta a sus nietos. Pero esos tres días sin mi BB sentí que algo estábamos perdiendo por estos malditos teléfonos móviles –smarthpones les llaman-, y que había que recuperar ese tiempo perdido.

Educación en las nuevas tecnologías

Son pocas las personas a las que les guste a la hora de  contestar a un interlocutor encontrarse con una persona que esconde su identidad; sin embargo, tanto en las páginas webs de algunos medios de comunicación como en ciertas redes sociales –Twitter más que Facebook-  nos hallamos con personas que se esconden en el anonimato para ejercer su crítica, en algunas ocasiones constructiva, y en otras absurda, y como en todo hay que separar el grano de la paja, pero sería más fácil admitir el ataque si quien lo hiciera aportara además de sus razones sus señas de identidad, y no un apodo o el nombre del protagonista de su serie preferida, aunque esta sea House, pero la ironía y acidez del doctor no se consigue con tanta facilidad.

Y ocurre en las redes, porque si bien en Facebook puedes aceptar a aquellos que quieren convertirse en tus ‘amigos’ en Twitter hay total libertad para convertirte en seguidor de Obama o de Hugo Chavez, y de enviarle los mensajes que estimes oportunos, aunque estos personajes no los lean, por lo que el trabajo de los troller se dirige más a los ciudadanos nacionales y locales que a los mundiales, donde ni Shakira ni Oprah Winfrey, por poner dos famosos con más de seis millones de seguidores en la red del pajarito, les dedicarían ni un segundo. Y los insultos, al menos califican al que los hacen, pero la suplantación de personalidad en algunos casos es lamentable.

Pero no es solo eso, sino que estamos perdiendo la educación en las redes. Ya no son las mínimas normas ortográficas que nos olvidamos en el SMS, sino las elementales formas, y el uso del móvil y de las Nuevas Tecnologías deberían exigir un mínimo de compostura, que todos perdemos, por ejemplo, cuando durante una reunión nos dedicamos a leer y contestar los mensajes del correo o del móvil en nuestro aparatejo cuando no pasa nada por esperar a que termine el encuentro para devolver los mismos. Es cuestión de prioridades, y de momento una persona presente tiene más que uno ausente.

Luego está la costumbre –más bien mala que buena- de tener encendido el teléfono durante las comidas, ya sea familiar o de negocios –vivimos para trabajar o trabajamos para vivir-. Si está esperando una llamada que para usted es urgente, lo mejor es que advierta a sus acompañantes, y que deje el móvil en modo silencioso. Cuando reciba una llamada urgente, que las hay, lo correcto –al menos hasta ahora- es salirse de la reunión para responderla, y si no puede, hable bajo o susurre, y no pretendamos alargar la conversación más allá de lo necesario.

Todos conocemos lo que ocurre en autobuses, trenes u otros medios de transporte, donde nos asomamos a la vida pública y privada de muchos viajeros gracias al tono y a su móvil. O en las redes sociales donde encontramos fotos de grupo de repente, sin comerlo ni beberlo. Siempre que cuelgue alguna, aunque le cueste, consulte a los que allí aparecen, o estaremos violentando su intimidad.

Las mínimas normas de educación no son de épocas pasadas, se mantienen en el tiempo, aunque algunas formas quizá haya que adaptarlas a los tiempos.

¿Y para qué sirve un tuit?

Dos mil millones de personas en todo el mundo ya han creado su perfil en cualquiera de las redes sociales al uso, desde Facebook, la mayoritaria y más generalizada, a Twitter, la que está creciendo más exponencialmente o la profesional Linkedin o la jovencísima Tuenti, u otras más especializadas como las presentadas en Burgos la pasada semana en el I Congreso Iberoamericano de Redes Sociales iRedes. Es cierto que su uso no está extendido en todo el Planeta, pero que más de 200 millones de personas sigan ya la información a través de 140 caracteres o sus enlaces muestran de lo que ya son capaces estas nuevas formas de comunicar de las que no podemos estar ajenos. Lo contaba en el evento burgalés Nicole Forttes, asesora del gobierno chileno en nuevas tecnologías, al afirmar que 21 de los 22 ministros de Piñera, incluido el propio presidente, escribían sus propios tuits diariamente, y no era raro verlos en las sesiones de su Congreso con la blackberry o el iphone hablando sobre el propio debate ¿Hay manera más directa de conocer la opinión de los principales implicados en una ley en tiempo real? ¿Hay posibilidad más cercana de rebatirles sus ideas e incluso esperar que a través del mismo medio te respondan?
Aunque todavía nos encontremos lejos del uso de estas redes, y hayamos presentado nuestro perfil porque somos conscientes de que hay que estar, no es menos cierto que los menores de 35 años se encuentran a gusto en ellas, dedican un tiempo en ocasiones mayor que a otras formas de comunicación e información, y a los dispositivos móviles no les ha quedado más remedio que adaptarse a esas necesidades. Durante el Congreso de iRedes de Burgos, más de 30.000 personas se conectaron al streaming (vídeo en directo) que se ofrecía desde el Teatro Principal a todo el mundo a través de diferentes páginas web (entre ellas las de El País, El Mundo, La Información o Cyldigital, además de la propia de iRedes). Muchos procedentes de países de otro lado del Atlántico, cerca de la mitad, especialmente de Colombia, Chile, Argentina, Venezuela y México. El encuentro burgalés fue en varios momentos del mismo trending topics mundial, es decir, el evento más comentado en toda la red twitter global.
Mucho se ha discutido sobre el valor de las redes sociales. Para Arturo Pérez Reverte seguían siendo útiles para comentarios entre amigos, que es así como considera a sus lectores; para Laura Gómez, gerente de internacionalización de twitter, son una fuente continua de información. Para el experto José Luis Orihuela no es precisamente el diálogo de la barra de un bar. Más de 20.000 tuits sobre iRedes en dos días desmuestran también que es un asunto que ocupa no solo a los artistas y deportistas (que son los que suman más fans en las redes), a los políticos, preocupados por su imagen, a periodistas o a frikis de la informática. A mí me gustaría, por ejemplo, que mi alcalde estuviera en una de las redes y respondiera mis preguntas, o que mis congresistas me contaran cómo defienden los intereses de Burgos en la Cámara Baja. O que el presidente de la Junta y su equipo (algunos ya lo hacen) fueran avanzando sus propuestas. Y así muchos ejemplos, no exclusivamente políticos. Es un tema y las cifras así lo manifiestan, que nos ocupa a todos. Y convive perfectamente con los medios de comunicación tradicionales. Por si quieren comentarlo, en twitter me encuentran en @ajmencia.

La vida en 140 caracteres

Twitter -una red que te permite vivir en 140 caracteres- acaba de publicar los temas de los que más de 25.000 millones de twitts han hablado a lo largo de 2010. Se los transcribo en inglés, que al final son las palabras utilizadas en el motor de búsqueda para encontrarlos. Son los que se llaman TwitterTrends en la jerga twittera. Esos 10 top twitter son: 1. Gulf Oil Spill. 2. FIFA World Cup. 3. Inception. 4. Haiti Earthquake. 5. Vuvuzela. 6. Apple iPad. 7. Google Android. 8. Justin Bieber. 9. Harry Potter & the DeathlyHallows. 10. Pulpo Paul.
Es lógico pensar que para una panda de frikies de internet, tanto el iPad como el Android hayan sido dos de los temas en los que se han volcado los comentarios. Por la media de edad de los seguidores de esta red no parecen discutibles las referencias al Mundial de fútbol de Sudáfrica o al pulpo Paul, recientemente fallecido. Tampoco el cine, que sale reflejado con dos películas, el bodrio de Inception (Origen), y la última de Harry Potter. Tampoco parece sorprender la situación del petróleo derramado en el Golfo ni el terremoto de Haití. Lo que no sé es qué pinta Justin Bieber, un cantante canadiense de apenas 16 años y del que oí hablar por vez primera hace unos días, lo que muestra las tendencias de los interneteros, cada vez más jóvenes, y cada vez más preocupados por su tiempo de ocio, sin embargo apenas son el 10 por ciento de sus usuarios los que tienen menos de 17 años. Estos chavales han sustituido el chat del Messenger por las redes de Tuenti y Facebook, y apenas hablan de lo que escuchan a sus mayores. Ni la crisis económica, ni Obama, ni los bancos… ha llevado a los tuiteros de habla inglesa a colocar en los 10 primeros puestos tuiteados a ninguno de esos temas. El primero, un tema de medio ambiente, y del 2 al 10 forman parte del tiempo de ocio, excepto el desgraciado terremoto de Haití, del que pocos ya hablan.
El problema es que en esos 140 caracteres lo máximo que puedes hacer es lanzar refranes o redirigir una entrada, bien a otro escritor de twitts o a un enlace de cualquier página web de internet, habitualmente desde un dispositivo telefónico -cada vez más el iPhone o la blackberry- a una nueva entrada en la web. No caben los debates, los razonamientos, o la profundización. Sin embargo, son muchos los profesores universitarios que manejan esta red, algunos de ellos con más de 100.000 seguidores, aunque para quienes está resultando un filón es para los famosos, sobre todo deportistas, actores y cantantes, cuyas iniciativas son seguidas por cientos de miles de personas. Evidentemente no es un medio de comunicación, pero sí son medios de comunicarse, cada vez más lejanos de los estrictamente convencionales.
Ponemos nuestra vida en 140 letras, aunque en las mismas puede caber un cuarteto, pero qué lejos se quedaron los tiempos para la poesía. Feliz año 2011.

iRedes

Aseguran que veinte millones de personas en España han creado un perfil en cualquiera de las redes sociales en que nos manejamos en este país, desde Facebook, la gran potencia americana, que afirma que cuenta con 500 millones de usuarios en el mundo, de los que once son españoles, a Tuenti, nacida española y con nueve millones de personas, preferentemente chavales, que se conectan una media de cuarenta minutos diarios. Youtube, Myspace o Linkedin son también grandes marcas que distribuyen música, vídeos o perfiles profesionales.

Son muy pocos los que escapan al efecto ya de las redes sociales. Pero también tienen derecho a ello. No son las redes tampoco sustitutivos de los medios, pero sí alcanzan en algunos momentos, por su permanente interconexión con el usuario, la capacidad de ser los primeros, y esto ya ha ocurrido con Twitter en numerosas ocasiones (donde en apenas 140 caracteres pretendes comunicar algo), o incluso pudiera contar como mi primera información sobre el atentado a la casa cuartel de Burgos fue a través de un comentario en Facebook de una persona que había escrito que acababa de escuchar una explosión cerca de su casa y al cabo de pocos momentos se sumaban más conocidos de su red que iban añadiendo datos sobre el lugar, las posibles víctimas o el desarrollo de los hechos.

Por eso nos hemos lanzado a crear en Burgos iRedes, un ente que pretende que esta tierra castellana, y la región de la que forma parte, albergue diversos eventos sobre redes sociales, y de esta manera sumarse ya a las iniciativas públicas (como la Junta con sus espacios cyl digitales, o el Ayuntamiento con su pionera red wifi) o privadas. iRedes ya abordaba la pasada semana una mesa redonda en Comunicación Audiovisual en la UBU donde se trataba sobre la influencia de las redes. Los protagonistas, Icaro Moyano, de Tuenti, y José Luis Orihuela, una persona que cuenta en Twitter con más de 110.000 seguidores, y sobre todo para protagonistas los universitarios que hicieron decenas y decenas de preguntas. Podría asegurar que casi el 100 por cien de ellos, casi con total seguridad, están en alguna red.

iRedes también está organizando en Burgos el I Congreso Iberoamericano de Redes Sociales, con el español como protagonista, y con todos los que en el mundo de las redes e Internet tienen algo que decir. De momento, el jurado que otorgará los premios iRedes cuenta con una docena de expertos. En el Congreso se hablará de la comunicación de nuestros ancestros, de la utilidad de las redes en los negocios y mucho de futuro. Contamos con patrocinadores como Telefónica –que recientemente ha adquirido Tuenti-, o colaboradores como Caja de Burgos, Satec y Nuclenor, además de los Espacios Cyl Digital o la concejalía de Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento burgalés.

Cuando hace cuatro años entraba en facebook pregunté a un amigo que vivía en Estados Unidos que recorrido tenía la red social creada por unos amigos de Harvard. Me dijo que la moda estaba pasando. Se equivocó,  él sigue en la red, yo también, y dicen que casi dos mil millones de personas en el mundo. Es difícil de conocer su repercusión global, pero es evidente que han marcado un antes y un después en la comunicación.