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Fidel Herráez

El próximo 30 de octubre cumplirá 4 años desde que tomó posesión como Arzobispo de Burgos.  A los pocos días anunció uno de sus principales objetivos, a los que dedicaría buena parte de su tiempo: visitar cada una de las más de 1.000 parroquias con que cuenta este territorio, también todos sus conventos y monasterios. Al margen de los centros que pudieran depender de la Iglesia Católica, desde la sede de Cáritas, a comedores gratuitos, colegios, etc, donde también ha acudido.

Con sus 75 años a cuestas sigue recorriendo la provincia de Burgos, no está lejos de culminar su meta, y mantiene una labor infatigable. El teléfono abierto a cualquier hora, asegura que no necesita dormir mucho, y con la mano tendida para quien quiera pedirle algo. Como en todo gobierno de una institución hay luces y sombras, pero en esta prevalecen mucho más las primeras que las segundas.

Ha decidido ponerle el cascabel al gato a la falta de sacerdotes en la diócesis, intentando unir diferentes zonas y arciprestazgos en el momento de impartir los sacramentos o celebrar la Misa. Le va a costar más que al gobierno regional implantar la reordenación del territorio, porque la Junta, al menos, cuenta con dinero para mejorar las mancomunidades.

No se encuentran los católicos en su mejor momento. Pesan muchos los errores personales, pero la fe también se asienta en la dificultad. Y, sobre todo, en formar parte de una comunidad, algo en lo que al arzobispo le gusta insistir con bastante frecuencia. El número de seminaristas apenas sube y el de asistentes a la Eucaristía también disminuye. Además, algunos miembros de la Jerarquía o no han sabido explicarse, o han errado a la hora de trasladar el mensaje del Evangelio. Trabajo no falta.

Incluso don Fidel ha sido capaz durante su poco tiempo al frente del Arzobispado de empujar para encontrar una solución a la falta de calefacción de la Catedral, porque si ya hace frío fuera en invierno, dentro todavía más. Se han puesto de acuerdo todas las partes y están decididos a que en la fecha histórica del 2021 esté toda la obra finalizada.

Ha querido además convocar una Asamblea diocesana, que para la mayoría de burgaleses sonará a chino, pero donde se pretende escuchar a todos aquellos que quieran dar su opinión sobre algunos aspectos del papel de los católicos en el mundo, y más en concreto en esta diócesis. También finalizará en el 2021.

Y en lo que parece empeñado con la Fundación creada al efecto es que el camino al VIII centenario de la primera piedra de la Catedral de Burgos, una de las más admiradas del mundo y la única Patrimonio de la Humanidad, sea un camino para la mejora de la diócesis y de los habitantes de esta provincia, y todos los que se acerquen a ella, además de para disfrutar de la seo y de las actividades que se generen en torno a la misma. Depende del Papa ahora, una vez que el arzobispo ha cumplido ya los 75 años, que continúe en la diócesis hasta el 2021. Y sea la que sea la decisión, si de algo hay seguridad, es que lo asumirá con sencillez y recogimiento.

Las listas de espera

Primero. El problema de las listas de espera sanitarias no es exclusivo de Castilla y León. Segundo. Estamos en la media española más o menos. Solo destacan por arriba dos comunidades forales como son el País Vasco y Navarra, y Madrid, que multiplicó sus hospitales estos años, con concesiones denostadas por la oposición. Tercero. En el lado contrario, con bastante tiempo de espera, se encuentran Cataluña, Canarias, Castilla-La Mancha, Extremadura. Cuarto. Tengo alguna experiencia de lo que hablo. De esperar en una lista sin tener noticias durante meses (sigo sin las mismas). Quinto. Acabemos con la demagogia. En todas las provincias  hay problemas, con gobiernos de todos los colores. Y están cerrando servicios en muchos lugares. La solución no es fácil. Sexto. No hay médicos.

Pese a todo, debemos y tenemos que exigir a los gobernantes que en un tema tan prioritario como es la salud dediquen todos sus esfuerzos, y no son solo económicos. Faltan facultativos y faltarán más porque cada año la edad media de los castellanos y leoneses sube, y el gasto farmacéutico es muy alto.

No quería escribir de política, pero hay un tema que me produce una cierta esperanza. Como conocen, el gobierno regional se reparte entre el PP y Ciudadanos. Se han distribuido las carteras y los naranjas cuentan con la Vicepresidencia y Transparencia, Empleo, Cultura y Sanidad. Es la primera vez que tocan pelo, como dirían los taurinos, y en esta última Consejería se encuentra la mejor doctora de primaria del mundo. Además, tiene experiencia de gestión en el Ministerio de Sanidad como subdirectora de Planificación Sanitaria. Da confianza que la consejera de Sanidad sea médica. También que lo sea el vicepresidente de la Junta, de Ciudadanos, y que ha puesto en las listas de espera un objetivo prioritario y parece querer coger el toro por los cuernos. Por otra parte, al terminar la legislatura, unas buenas estadísticas sanitarias les servirían para contar con respaldo ciudadano cara a unas nuevas elecciones.

No hay una varita mágica. Pero los pacientes, por ejemplo, echan de menos que les vayan anunciando si falta mucho o poco para su intervención. Que les aclaren de verdad qué es eso de una espera ‘estructural’. Que se colabore entre diferentes comunidades autónomas, ya que entre todas sumaban hace unos meses más de medio millón de personas en listas de espera quirúrgicas según una lista y más de doscientos mil según otra (que me lo aclaren). Que haya buenos gestores en la primaria y en los hospitales, sin colores políticos. Que además sean capaces de liderar un proyecto. Que vean la manera de contar con más médicos antes de que se vayan a estudiar o trabajar fuera de España. Que les paguen lo que es de justicia. Que se apoye la investigación. Que haya una colaboración público-privada transparente y limpia. Que los partidos alcancen un pacto por la Sanidad, sin prejuicios. Que busquen el bien común.

 

De vacía a vaciada

Si seguimos fielmente la definición por parte del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de vacía indica: “Relativo a sitio: Con menos gente de la que puede concurrir a él”. Si somos estrictos en su interpretación, casi toda España estaría vacía en comparación de la densidad de población de otros lugares. Aquí caben muchos. Evidentemente existen unos países geográficamente pequeños, con buenos recursos y nivel de vida, con gran densidad, como es el caso de Mónaco (19.200/km2), que lidera el ranking, Singapur, Hong Hong (6646) , Bahrein, Malta, Blangadés, Palestina –o lo que le queda-, Barbados, Taiwan (653) …

En el lado inverso se encuentran Mongolia, Australia -3 habitantes por kilómetro cuadrado-, Islandia, Namibia, Surinan, Canadá -4-, Guyana…. ¿Y Europa? Pues entre nuestros vecinos hay cifras muy diferenciadas, desde Inglaterra con 531 habitantes por kilómetro cuadrado, Alemania, con 232, Italia, con 200, Francia, con 112 a Rumania, con 82, Grecia, con 86, Finlandia con 18….

España alcanza 93 habitantes por kilómetro cuadrado, ocupa el puesto 88 en el mundo, de 194 países, una densidad moderada. Sin embargo, hay estudiosos, y no españoles, que insisten en que el problema de nuestro país es la distribución y que solo está poblado el 13 por ciento de nuestro territorio, hay lugares como Hospitalet donde la densidad es de 53.119 por encima del mayor distrito de París que cuenta con 52.218. Teniendo en cuenta las cifras de ocupación de territorio contamos con altas cifras de densidad.

Y en nuestra querida Castilla y León cómo andamos. Pues no muy achuchados, hay espacio para muchos más. Así que cuando una empresa decida instalarse aquí y argumentemos que no hay suelo, alguien nos engaña. En eso que llamamos CyL, con 94.224 km2 de superficie, viven 26 habitantes por cada kilómetro cuadrado, poco más que en Finlandia, que cuenta con nueve municipios con más de 100.000 habitantes y una densidad de 18. Así que nuestros convecinos en esta región castellana, que suman casi dos millones y medio de habitantes, apenas ocupan el espacio.

Algunos dicen que este, el de la despoblación, el de Castilla y León vaciada, porque cada vez somos menos, no es solo un problema de nuestra tierra, sino ‘el’ problema.  La tasa de natalidad está en torno al 6 por ciento y la de mortalidad sobre el 12. Es comprensible que haya un grupo numeroso de personas que se desplaza de sus pueblos a localidades más grandes. Quieren estar cerca de servicios como la sanidad e incluso de internet o la cultura. En Navarra llevan años con un ambicioso proyecto que están a punto de culminar –donde participa una empresa burgalesa en la construcción de canaletas- que consiste en unir con fibra óptica todas las localidades de su comunidad autónoma. Tienen dinero y es una sola provincia, pero por algo se empieza. Burgos es la provincia con más municipios. Y aquí ocurre como en la Misa de su pueblo, aunque sean muy pocos los que asistan, no quieren (algunos no pueden) desplazarse. El objetivo no es fácil. Vivimos en la Laponia española.

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Sonorama, algo más que un festival

Quedan pocos abonos a la venta, y eso que han aumentado la capacidad del recinto para el sábado 10 de agosto, ante la increíble demanda con que se encuentran, tras el anuncio de la presencia de Nacho Cano. Confieso que si hay algún Festival que puede conseguir que Mecano vuelva a los escenarios este es Sonorama. Les han ofrecido los grandes managers a cada uno de los tres cantantes bastantes euros para que esto sucediera, pero de momento han dicho que no. Que Nacho, José María y Ana reaparezcan va mucho más allá del dinero. Y unos tipos como Art de Troya después de hace poco más de 20 años haber iniciado este festival, con solo tres bandas –Mercromina, Chucho y Doctor Explosión- y apenas 300 asistentes, y llegar a esta próxima edición ya con más de 100.000 espectadores y 130 grupos, es muestra de que casi son los únicos capaces de convencer a la banda mito del pop español. Nacho Cano estará acompañado de cantantes y grupos durante su actuación, y por un coro de jóvenes de Jana Producciones, una compañía que casi nació en esta región para estar presente ahora en muchos musicales, y que abrirá una Escuela en Burgos el próximo curso.

Y es que Sonorama Ribera no es ya un festival indie, que también, sino uno de música, con mayúsculas, para todos los gustos y todas las edades, como recordó Javier Ajenjo, su director, en la presentación del mismo. Y con actividades paralelas que el año pasado fueron premiadas como las mejores entre los festivales españoles.  El recinto  principal se ha mejorado con más espacio para los presentadores, los escenarios suman más de una decena, y algunos como la Plaza del Trigo, a buen seguro que deparará sorpresas, como todos los años, porque los promotores ribereños, hasta el último día, no dejan de impresionar a sus seguidores.  Ya han afianzado su apuesta por lo indie y han saltado a otras tendencias como la música del otro lado del Atlántico –Escenario Charco- o la que ahora triunfa entre los veinteañeros –Escenario Urban- sin perder de vista un espacio para el humor, las tradicionales visitas a las bodegas, o las acampadas en torno a Aranda de Duero.

Es un Festival reivindicativo también con las demandas de las localidades pequeñas, porque las empresas que participan son casi todas del entorno, y dan trabajo a medio millar de personas en la preparación y ejecución del mismo, demostrando que se puede luchar contra la España vaciada, a lo que suman la solidaridad colaborando en Acción contra el Hambre.

Sonorama es ya algo más que un Festival, por el que ya ha pasado Raphael y por donde pasará Julio Iglesias, si cumple su palabra, los dos grandes nombres de la música española del siglo XX en su repercusión internacional, y donde imagino que también podría ofrecer un concierto sinfónico.  Un gran evento en tierras burgalesas.

 

Los 8 años

He leído con más o menos calma los 100 puntos programáticos en que se han puesto de acuerdo el Partido Popular y Ciudadanos para gobernarnos a todos los castellanos y leoneses. Es una buena declaración de intenciones que podría firmar cualquiera de los partidos que ocupan los escaños de las Cortes regionales. Lo importante ahora es aplicar la prioridad en cada uno de ellos para los próximos presupuestos de la Junta, porque a quién no le importa que las listas de espera se reduzcan, que la enseñanza sea de mejor calidad, o que nuestros pueblos encuentren una respuesta en sus peticiones, además de la transparencia y la ‘limpieza’ por parte de nuestros políticos. De ahí que la aplicación de los mismos y el empeño en solucionarlos sea ahora para un gobierno bipartito la principal decisión.

Hay muchos aspectos también en los que cabe el debate, como en el caso de los 8 años de gobierno en las administraciones. Dice lo siguiente el texto: “Es voluntad de los firmantes de este acuerdo extender, con carácter general, la limitación de mandatos de 8 años a los Alcaldes de municipios de más de 20.000 habitantes y Presidentes de Diputaciones Provinciales de Castilla y León en los que se suscriban acuerdos de gobernabilidad conjunta entre ambos. Cuando así se determine, para los que ya fueran Alcaldes y Presidentes desde hace cuatro o más años, el cómputo del plazo de ocho años comenzará desde la firma de los acuerdos de gobernabilidad PP-C’s suscritos hace cuatro años”. Algo difuso pero evidente en la intención, y sin consecuencias para la formación naranja.

Cabe la discusión cuando te enfrentas a un candidato que ha demostrado que es un gran alcalde, que se está dedicando por entero a sus vecinos, y que los ciudadanos han apostado por el en unas elecciones en una lista que encabezaba durante varias legislaturas. ¿Por qué tiene que irse entonces? No he encontrado argumentos en este caso. Los electores no son tontos y castigan en la inmensa mayoría de los casos a los ineficaces. Y tampoco entienden en ocasiones que los pactos lleven a que partidos en minoría acaben gobernando. Es la nueva política de los acuerdos tras el final del bipartidismo, pero ¿es la mejor política? O volveremos de nuevo a los dos grandes partidos como ocurre en otros países.

Asumo que en el caso de los presidentes de las Diputaciones, que es elección indirecta, y que dependen mucho de un aparato que los elige, cabe que no estén los mejores –y quizá podrían haber añadido en el documento que estos, ni el resto de miembros de las instituciones provinciales no podrán ser elegidos en las listas de la capital- porque en muchas ocasiones son precisamente los cargos de las formaciones políticas los que ocupen estos puestos y puede pasar que no sean precisamente los más indicados para estos puestos.

Licitando

Llevamos ya una temporada en que ante cualquier licitación pública son muchas las empresas o particulares que convierten la oferta económica en la más baja posible, sabiendo que en estos casos puede ser la adjudicataria. Contaba uno de los responsables  de una gran multinacional que en algunos casos lo hacían aunque perdieran dinero, porque lo importante era mantener la marca y a los trabajadores; pero a qué precio.

Durante la crisis económica todo ello se acentuó aún más, algunos lo hacían sabiendo que a lo largo del trabajo habría rectificados que les permitirían recuperar la inversión ‘perdida’. Quizá una empresa grande, que en algunos lugares gana mucho y en otros pierde algo, se pueda permitir estos lujos, pero no es así para los particulares que acuden a las licitaciones con una mano delante y otra detrás y que se la juegan ofreciendo prácticamente lo que responde al salario mínimo interprofesional  y quizá ni con esas consiguen su propósito.

Esas prácticas son algunas de las que están favoreciendo que España sea uno de los países con salarios más bajos en muchas profesiones,  y en vez de valorar lo que puede aportar un candidato o una compañía a la sociedad, computa fundamentalmente lo que menos le va a costar, y esto significa que no siempre entran los mejores, al menos en estos concursos donde se lleva más porcentaje de la oferta el tema monetario que la calidad del trabajo y el valor de la persona que lo vaya a realizar. Todo ello también puede reproducirse en el sector privado.

Así, si hace unos años a los mileuristas se les miraba por encima del hombro, ahora es al contrario. Porque la categoría de un trabajo y de un trabajador se va desvalorizando por momentos. Costará mucho recuperar la dignidad de alguno de los empleos. En el periodismo, por ejemplo, en bastantes casos está por los suelos, dada la abundante oferta, los salarios en muchos casos porque es muy difícil calcular el valor que genera este trabajo, la falta de horarios…

En este campo de los concursos, las administraciones públicas podrían dar un paso ya y es que contara más el contenido proyecto –ya sea de una persona o de una compañía- que la oferta económica. Que el que sea competitiva se aplique a la persona, y no a los dineros. Que piensen más en encontrar ofertas geniales que no en cómo rascar dinero para ser el agraciado, rozando la legalidad.  Es cierto que así podría haber menos adjudicaciones arbitrarias y valoradas por personas y que se podrían evitar errores futuros. También habría que acabar con esos rectificados en las licitaciones al cabo de un tiempo y para ello los pliegos de condiciones deben ser los suficientemente claros para que las ofertas se mantengan en el mismo precio hasta el final y evitar corruptelas.

 

300.000 voluntarios

Tocaba hacer la declaración de la renta. Tocaba marcar la X para elegir entre la Iglesia o los fines sociales, la de las Organizaciones No Gubernamentales. Y por qué no apuntar las dos. Si no se señalan, el 0,7 por ciento se lo lleva Hacienda; además estas X suponen la única financiación del Estado para los católicos.

En torno a instituciones, asociaciones, parroquias, colegios diocesanos, órdenes religiosas, comedores, consultorios, hospitales, inmigrantes, sin techo, drogadictos, pobreza… hay en España más de 300.000 voluntarios cercanos a la Iglesia Católica. De esos que si dejarán su cooperación con cada uno de los proyectos no habría presupuesto para pagarlos, ni con el nuevo salario mínimo. Sí, porque Manos Unidas y  Cáritas, son las entidades que más recursos y personas dedican a los que menos tienen, ya que con el presupuesto que utilizan suman más de 400 millones de euros.

Entre los centros sociales, según la última memoria auditada por Price a la Iglesia Católica en España, diez son destinados a la mujer y a las víctimas de violencia de género con 20.731 beneficiarias, 165 a emigrantes y refugiados (120.925), 92 para drogodependientes (43.259), 287 consultorios familiares (72.289), 384 para buscar trabajo (121.401) o 6425 comedores sociales, de los que en la capital burgalesa hay 2.

Claro que me ha dolido y me duelen y mucho los casos de pederastia en curas católicos. Por un solo caso me hubiera quedado ya tocado. Porque he tenido y tengo familiares que forman y formaron parte directamente de conventos y parroquias. En Sudamérica y en España. Porque el hermano de mi abuela –DEP-, es mártir de la Guerra Civil con más de veintitantos compañeros pasionistas, con apenas veinte años, que después de un largo ‘paseo’, en algún caso de más de cuatro días, seguidos por anarquistas fueron fusilados y tirados en una fosa común. Y porque veo la persecución que algunos sufren en muchos lugares del mundo. La última, la monja burgalesa descuartizada en África.  Por ellos y por miles de sacerdotes y religiosos que se entregan a los demás, me afligen esos casos pocos, pero singulares.

Aun así seguiré poniendo la X porque no tienen culpa aquellos que reciben los beneficios de esta institución. Que encuentran una comida, un techo, una escuela o una cama en muchos lugares de España. Incluso las oraciones de quienes les atienden aunque no crean en ellas. Y porque la religión y mis padres me han enseñado el perdón y la redención, al que todos tienen derecho. Y confío en una organización donde te piden que pienses en los demás más que en ti mismo. Y por ello suma tantos voluntarios, y crecen las X que se marcan en los papeles de Hacienda. Que sean para todos.

Manías y susceptibilidades

Dicen que a medida que pasan los años tenemos más manías, a partir de los cuarenta, 4, de los cincuenta, 5, de los sesenta, 6 y así sucesivamente. Da la sensación, sin embargo, que lo que vamos es profundizando en las mismas en vez de ir creciendo en ellas, con los cual a veces nos podemos convertir en ciudadanos inaguantables.  Porque hay manías de todo tipo y condición, y además exigimos a los otros que comulguen con ellas. Y nos acompañarán hasta el final de nuestros días; aunque es cierto que podemos tildar de manías actuaciones que no lo son.

Nos sorprende cuando vemos a Jack Nicholson en una película paseando por la calle evitando todas las líneas de las baldosas, pero lo comprendemos cuando entendemos que es una enfermedad obsesiva compulsiva en unos cuantos asuntos diarios que al amigo Nicholson le afectaban desde la limpieza, al orden o a que le tocaran.

No sabría con seguridad si ser susceptible es una manía, porque si así fuera,  casi sería la principal, al menos por esta terruña. Nos hemos vuelto demasiado quisquillosos, extraordinariamente delicados… vemos la paja en el ojo ajeno y apenas definimos la viga en el nuestro. Porque no aceptamos nuestras propias manías, ni errores.

Es entendible que ante críticas o actitudes malintencionadas podamos sentirnos heridos, pero llegamos a ofendernos por cualquier pretexto. Y al revés, hay muchos que prefieren reírse de los demás más que reírse con los demás. Lo estamos comprobando en las campañas electorales. Cualquier crítica, sin llegar al insulto, se multiplica y ‘ya no te ajunto’ como decíamos de pequeños.  Es cierto que se está perdiendo la educación a montones. Que incluso en algunas acciones puede llegar a estar mal visto en aras de una supuesta ‘igualdad’ , que no tiene nada que ver con las buenas maneras.

Ya descalificamos cualquier acción del contrario, y, por ejemplo, en el caso de nuestros representantes políticos son incapaces de votar conjuntamente temas que son necesarios para el bien común. Quién no puede estar de acuerdo con la mejora del salario mínimo o de las pensiones. En vez de buscar soluciones económicas para asumir estas decisiones, lo primero es tirarse los trastos y ver quién lo ha propuesto primero. Nos hacen comprender una vez más que el sentido común es el menos común de los sentidos.

Susceptibles con todo y con todos.  Esto se resuelve muchas veces con pedir perdón.

 

El debate

Todo parece indicar que el único debate que se celebre a nivel nacional en una televisión, antes de las elecciones generales, con los primeros espadas de las cinco principales formaciones políticas, será el próximo 23 de abril en las cadenas de Atresmedia, y moderado por Vicente Vallés y Ana Pastor. Curiosamente los dos han estado en varias ocasiones en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, así que tienen bien plantados los pies en la tierra. Veremos también si la empresa de la periodista tiene previsto durante la emisión del mismo hacer fatcheking en las redes sociales, con las manifestaciones de los candidatos y comprobar la veracidad de las mismas.

Habrá que preguntarse, entre otras cosas, como siempre en todas las decisiones, a quién beneficia inicialmente el debate. Todos lo han pedido, aunque algunos hubieran preferido un cara a cara con el actual presidente del Gobierno, que les ubicara como la principal alternativa al Partido Socialista. Parece que Sánchez, que ha tardado en contestar a la invitación, sería el principal agraciado, si no falla de forma estrepitosa, siendo lo más probable que hacia el se dirijan las ‘iras’ de Casado, Rivera y Abascal, e incluso Iglesias, que tendría que marcar más su territorio, lo que haría al socialista más firme. Puede que también Vox sea ninguneado por el resto, todavía no tiene representación en el Congreso, y sería una forma de evitar que siga sumando porcentajes en los sondeos…o de todo lo contrario. Casado sabe que siempre ha tenido voto oculto y en ocasiones sus fieles se han quedado en casa, algo que no es fácil que ocurra en esta ocasión. Hasta Tezanos tiene demasiados indecisos en el CIS. Y Aznar va a participar en campaña y uno de los lugares elegidos es Burgos, donde el PP querrá mantener sus 2 escaños habituales sobre los 4 existentes. Rivera no lo tiene fácil en la ‘España vaciada’ y fue precisamente en la capital burgalesa donde comenzó a lanzar sus propuestas para el medio rural. Esas de las que se olvidarán todos, una vez se conozca el resultado final.

La pena es que los gurús de los partidos, aquellos que están detrás de todos y cada uno de los candidatos, intentarán que el debate sea lo más previsible posible, por mucho que Vicente y Ana se empeñen en todo lo contrario.  Además, esta campaña no es de grandes mítines y el único que se atreve a espacios grandes parece ser Abascal, aunque todavía desconocemos si lo que acuden a escucharle son los únicos que le votarán luego.

Hice una quiniela hace ya algunas semanas para Burgos, en la que daba 1 diputado para 4 formaciones políticas. Sin ni siquiera vaticinar quién se puede quedar fuera de esos cuatro escaños. Y en el Senado también se pueden manifestar sorpresas, aunque muchos votantes son bastante fieles a sus partidos, también podrían sorprendernos, al igual que posteriormente las europeas, donde todos somos un poco más  audaces, porque no le damos la importancia real que tiene el Parlamento en Bruselas.

Una orquesta solidaria

Probablemente, algunos de ustedes ya conozcan a la Orquesta Sinfónica de Castilla y León que ahora es, sin duda, uno de los principales protagonistas en el programa ‘Prodigios’ , que la 1 de Televisión Española emite los sábados por la noche. Un espacio para jóvenes talentos en danza, canto e instrumental, que participan acompañados por la OSCYL. La Orquesta participa también en el mes de julio en el programa de plazas mayores donde actúa al aire libre, en todas las capitales de provincia de Castilla y León. O en conciertos de pequeño formato en el Camino de Santiago.

También, durante la temporada en el Centro Cultural Miguel Delibes, ofrece más de 20 conciertos, duplicados, para que puedan participar en el abono de proximidad más ciudadanos de Castilla y León. Actualmente ya casi llegan a 4.000 los abonados a la OSCYL.

Pero quería escribir de un trabajo más oculto, más solidario, que forma parte de la actividad socioeducativa de esta maravillosa orquesta, siguiendo el impulso marcado por la los responsables de la Fundación Siglo y de la Consejería de Cultura de la Junta. La semana pasada volvió a las aulas el Maratón Musical Solidario. Lleva ya 8 ediciones, y comenzó en 2011 con dúos, cuartetos, ensembles de la OSCYL, que se trasladaban a diversas asociaciones, centros y lugares de Valladolid, como un comedor social, un hospital, un colegio de educación especial. Así sucedió también en 2012, en dos ocasiones en 2014, donde los destinos fueron Palencia, Segovia y Ávila, en 2015 los destinos fueron Zamora y Salamanca, León y Burgos en 2016 y en 2017 volvió Valladolid, en sus dos principales hospitales, a ser la sede de estos ‘trozos’ diseminados de la Orquesta,

Este año, por vez primera, el Maratón llega de forma simultánea a las nueve provincias de Castilla y León. En Burgos ocurrió la magia el día 4 en el CEE Fray Ponce de León, y así también en otros centros el 5 hasta cubrir la Comunidad. Casi todas escuelas de educación especial salvo ASPACE o algunos de nuestros hospitales públicos. En las redes sociales pueden comprobar, por ejemplo, la respuesta de los mismos, con el objetivo de romper todas las barreras y compartir música con aquellos que cuentan con dificultades singulares para acceder a este tipo de actividades.

La OSCYL, en su área educativa, suma también otros programas, como Miradas o Cantania, dirigido a cientos de chavales de toda la Comunidad Autónoma, que por unas horas abandonan la Nintendo y se dedican a aprender música, a escucharla, tocarla y cantarla. Y para eso hace falta pasión, tanto de los propios músicos, como de los técnicos, o de los participantes. Y aunque parezca mentira, pasión no nos falta a los castellanos y leoneses.