Archivo por meses: enero 2013

Dolor, humillación, corrupción

 

Cuando el número de parados alcanza a los 6 millones de personas en España. Cuando son casi dos millones de familias en la que ninguno de sus miembros tiene un empleo. Cuando todavía ningún político del Congreso ha renunciado a sus dietas pese a vivir en el mismo lugar donde se encuentra la Cámara Baja. Cuando pasan semanas y meses, y centenares de miles de jóvenes solamente se plantean la emigración como solución a su futuro, el pueblo español se encuentra humillado y dolorido por los casos de corrupción que día a día afloran en los medios de comunicación.  Parece como si se hubiera  saltado el muro y llegara la hora de la verdad con nuestros representantes públicos, que por otra parte son de los pocos que todavía no han hecho recortes ni se lo han planteado. Los asesores parece que se siguen multiplicando, las cortes autonómicas mantienen su número de representantes, y permitan que insista pero todavía nadie ha explicado por qué sigue el Senado en marcha, y no se ha anunciado ya que en la siguiente legislatura desaparecerá. No hay ninguna posibilidad que se convierta en Cámara territorial. Ninguna. Y si no lo han logrado en tres decenios, que lo olviden.

Entiendo que será difícil llegar a probar lo de los sobresueldos en el PP, como imposible fue aclarar todos los líos de la  Filesa socialista cuando se pagaban informes no escritos –igual que en caso Urdangarín-, o cualquiera de las comisiones que durante años aseguran que han ido pagando las empresas, sobre todo constructoras, para lograr que se agilizaran sus licencias. Sí, somos el país del Lazarillo de Tormes, de don Quijote, pero también el que se lanzó a la aventura americana, el que llegó hasta Filipinas y el que ha aportado más misioneros en el mundo. Además es uno de los territorios donde más desprestigiada está la función pública, a pesar de los grandes profesionales que se encuentran en ella, desde la medicina a la educación. Nuestros ingenieros, por ejemplo, están enormemente valorados en todo el mundo. Contamos con grandes multinacionales que son líderes en el exterior. Existe una sociedad civil que se mueve, pese a que nuestros dirigentes no son todo lo ejemplares que debieran.

Es verdad que en ocasiones el salario de los gobernantes de nuestro país no parece estar a la altura de lo que debería, y que por ejemplo Rajoy sea el presidente que menos recursos obtenga solo por encima del presidente de Portugal en la UE. Pero, claro, si luego llega Bárcenas dejando caer que algunos de los sobres podían llegar hasta los 10.000 euros, o Pepe Blanco con sus conversaciones en la gasolinera, seguirá siendo muy difícil que los ciudadanos vean entre sus elegidos al gobierno de los mejores, o que los mejores quieran acceder a puestos de la función pública, salvo algunos soñadores que al final abandonarán la barca.

Humillados y doloridos. Costará mucho levantarnos, pero antes lo hicimos… sin ellos.

 Columna publicada en la edición impresa de Diario de Burgos el 28 de enero de 2013

El 2013 será como tú quieras

Releyendo hace unos días las páginas de XL Semanal, volví a encontrarme con un artículo titulado: Alarma, gente tóxica; referido a hombres y mujeres que parecen normales, pero que pueden arruinarnos la vida. En época de crisis aún son más perniciosos. El periodista de XL Semanal, los dividía así: el sociópata, el mediocre, el arrogante presuntuoso, el victimista, el humillador, el envidioso, el agresivo verbal, el jefe autoritario, el cotilla maldicente y el neurótico. Son diez tipos muy contagiosos.

Un amigo, Carlos Andreu, que se dedica al coaching, identifica a estos individuos con una palabra: Zombies, personas que han muerto con 18, 22, 35, 50 años pese a que los entierren a los 90. Negativos y creídos. Precisamente en un país en el que la gente no soporta que los otros se lo pasen bien, suelen abundar. Carlos también insiste en que el día que la motivación dependa del jefe, la vida dependerá también de tu jefe, y entonces “estás jodido”. Cómo lo resuelve este motivador, pues da un consejo, si algo te ha ido mal te tomas un café con leche, si muy mal, un chocolate con churros. Positivo.

Así que este año que acabamos de estrenar será cómo tú quieras. Pese al miedo que tenemos a decidir, sí contamos la posibilidad de elegir un montón de cosas en nuestra vida, desde quiénes nos van a acompañar a lo largo de este camino, hasta dar un giro radical a la misma: Queremos que todo nos vaya bien, haciendo siempre lo mismo, quizá no sea esa entonces la senda correcta. También tenemos que saber dónde apoyarnos, y en quién. Probablemente nuestro trabajo no fuera el mejor aliado, pero es el lugar, si lo tenemos, donde más tiempo pasamos  así que nuestra actitud en ese espacio es una compañera fundamental. Lo que no quiere decir que debamos aguantar cargas insoportables porque en ocasiones somos nosotros mismos los que las asumimos. Poco podemos hacer si lo que se premia es la incompetencia, pero eso no nos debería llevar a la amargura y la tristeza. En ese ambiente, incluso, también en la mayoría de las ocasiones podemos  hallar momentos provechosos.

No sería bueno tampoco dejar pasar trenes y oportunidades por ese miedo al riesgo que todos conservamos. Hay que ver posibilidades también en esas nuevas opciones. Y si al final cambias y te decides por un movimiento que piensas que puede ser radical, no mires para atrás. Y, sobre todo, aléjate de los Zombies, pero mucho, elimínalos de tu agenda telefónica, búscate otros aliados para manejarte por este 2013 que se presenta con turbulencias, pero también puede ofrecer interesantes coyunturas. Y no dejes que nada ajeno se entrometa en tus buenas sensaciones. La curiosidad a veces no es tan buena consejera, tampoco la indiscreción y mucho menos el victimismo. Te convierten en un ser negativo. Y convéncete que nada o muy poco depende de la suerte, que la capacidad de decisión que tenemos los humanos es para algo.

6.900 héroes

Más de mil doscientos burgaleses al año optan por capitalizar la prestación que deberían recibir por el desempleo tras cerrar sus empresas o ser despedidos para reunir fondos y arriesgar montando su propio negocio. En total han sido 6.900 en los últimos cinco años, según contaba en DB el pasado viernes Guillermo Arce (Tiene twitter @lahojadelarce y les recomiendo su seguimiento, en un tuit reciente acaba de publicar precisamente una frase clara y contundente: “Los responsables de todas las administraciones públicas deben poner sobre la mesa todos sus sueldos antes de exigir austeridad a los demás”) en un artículo que no deja de sorprender, ya que por la fama que los propios ciudadanos de esta tierra se dan a sí mismos no pareciera que fueran precisamente demasiado emprendedores. La gran mayoría de esos miles de ex parados se han convertido en autónomos, la profesión más compleja, más dura y perseverante en la actualidad.  Lo curioso, según cuenta el periodista, es que muchos lo han hecho para realizar el mismo trabajo que ejecutaban antes de ser despedidos o el cierre de su empresa. Algo, efectivamente, no casa, porque si están negociando en el mismo sector, qué ocurrió para que causaran baja.

Son 6.900 héroes que sumar a los dos millones de autónomos que hay en España. Sorprendentemente nuestro país –no pudiera parecer así- es el quinto de la Unión Europea en número de ellos, detrás de Italia, Reino Unido, Alemania y Polonia, países mucho más poblados. Son ellos a los que más ha afectado la subida del IVA y de la retención del IRPF, junto con el hecho de tener que adelantar el pago del IVA a Hacienda sin haber cobrado las facturas.

Algunos pequeños emprendedores merecerían un monumento, habitualmente son los más desprotegidos ante los vaivenes económicos pero muchos han sabido con imaginación, profesionalidad y trabajo ir sorteando escollos que permitan mantener su empleo, o los de las pocas personas que colaboran y cooperan con ellos. Han recibido legislatura tras legislatura demasiadas promesas de todas las administraciones públicas y son los que pacientemente esperan cobrar sus facturas un tiempo más extenso de lo necesario. Cuentan con mayor dificultades para lograr financiación al tener un patrimonio personal limitado. Pagan religiosamente todos los meses, hayan obtenido ingresos o no, mientras viceversa ocurre lo contrario.

Las organizaciones empresariales, ya sean Cámaras de Comercio o patronales, saben que son legión ya y que son objetivos prioritarios para procurarles formación y ayudas, porque viven muchos en un riesgo permanente. Con esas perspectivas, no es extraño que en las encuestas entre estudiantes universitarios todavía la mayoría piense que lo mejor es convertirse en funcionario. Chavales, toca cambiar la perspectiva, de momento no se convocan oposiciones y hay muchos en lista de espera. Entre todos, debemos crear una comunidad donde precisamente ser emprendedor sea una ventaja y no un impedimento.

El Rey

 

Aquello no fue una entrevista, más bien una oportunidad perdida. Tanto se llegó a suponer de antemano el contenido de la misma, que ni un 20 por ciento de la audiencia la vió, no alcanzó ni los 3 millones de personas frente a la pantalla, aunque fue el programa con más espectadores de la jornada. Si TVE hubiera anunciado previamente que más que una charla entre amigos de la misma generación, el Rey hubiera anunciado cuando se iba a producir su abdicación, aunque luego contestara que la tradición ‘obliga’ a permanecer en el trono hasta su muerte, quizá hubiéramos sido más los que seguimos la misma.

Creo que hasta el propio Felipe y su mujer Leticia están frustrados por los resultados y por la ocasión derrochada, conociendo lo poco que se prodiga la familia real en los medios. Pero la encuesta del CIS lo mostraba recientemente, cada vez son más los que cuestionan la existencia de una Monarquía en España, les sobra, como les puede sobrar a los italianos y a los franceses un presidente de la república, de la que los españoles no sabemos ni sus nombres, pero probablemente ellos si sepan quién es nuestro Rey.

Porque fue Juan Carlos el que recogió todo el poder de un parlamento surgido todavía en la dictadura, y se lo devolvió a los ciudadanos. En muy pocos meses, en un tiempo increíble, solo basta comparar cómo se produjo la transición en algunos países, con dolor, y con demasiadas heridas. Ha pasado el tiempo y solo falta ser consciente de que ningún español menor de 54 años votó la Constitución que nos rige, porque no pudimos hacerlo. Una Constitución fruto del consenso de todos los partidos, cuando muchos de los miembros de esas Cortes estaban mucho más distantes ideológicamente que ahora, pero todos, o casi todos, querían lo mejor para España. Pero de eso no nos hemos enterado esa inmensa mayoría de ciudadanos que no teníamos edad en 1978 para apoyar con nuestro sufragio la Carta Magna.

Ese Rey del que todavía no se sabe su posible implicación inicial en el fracasado golpe del 23F, pero que si no hubiera sido por su intervención final, quizá la deriva de nuestra patria hubiera variado ostensiblemente. Un Rey que ha dado cohesión a este país durante más de 35 años, aunque poco conociéramos de su vida privada. Recuerdo la visita de la princesa de Gales a España, nos recibió a los periodistas en El Pardo y Diana lo primero que preguntó fue por el fotógrafo de Hola. Curioso lo que pasaba por la cabeza de la mujer de Carlos. Minutos antes yo me había perdido por los pasillos del palacio y me encontré a pocos metros de Juan Carlos. Un miembro de su seguridad al instante me paró y me dijo que el Rey ni comía, ni bebía. No sé lo que tenía en sus manos, ni me di cuenta, me era indiferente. Unos meses más tarde, en una fiesta al final de la temporada de hípica, Elena y Cristina estuvieron bailando hasta la madrugada. Nada se publicó, porque era lo normal de dos jóvenes. Ahora hubiera estado en todos los programas verduleros de todas las cadenas, con miles de visitas del bailongo en youtube. En una audiencia con los Reyes, tras un número especial de Hola que publicamos con motivo de los 25 años de la Boda Real, el Rey nos dijo a Fernando Rayón y a mí que conocíamos más de su viaje de novios que lo que el recordaba –y eso que duró dos años para matenerle fuera de España, pero en el mismo tuvo ocasión de conocer muy a fondo Estados Unidos-.  Entonces también en las redacciones hablábamos de un nombre de príncipe rarísimo que vivía en Mallorca que podía tener relaciones comerciales con el Rey (un tal Tchocutua (sic), y de los posibles negocios de los Borbones con los árabes.

Yo me dedicaba más al corazón –pero al de entonces ;)- que a la política, seguí paso a paso la educación del Príncipe de Asturias y como su padre, creo que tenemos un futuro Rey bastante preparado.

No me ha gustado la imagen de Juan Carlos en el programa especial de TVE. Nada. Pero el destrozo que han hecho los profesionales de la pública y los asesores del Rey no debe minusvalorar el papel de un Monarca que ha mantenido un país con el esfuerzo de todos, y sí, también el suyo.

Pero como muchos también pienso que es el momento de dejar paso a su hijo.

Columna publicada en DB el 7 de enero de 2013

El miedo en las miradas

Saben, de 2012 solamente me voy a quedar con nombres propios, muchos, personas que he conocido en muchos rincones, buena gente que te genera buen rollo, sentimientos, sonrisas cómplices, sueños e ilusiones. Por un día, voy a apartar las cifras y los datos, los expedientes de regulaciones de empleo que a todos afectan, las declaraciones de los políticos, la inutilidad de algunos gestos, el desánimo o el cinismo de otros… Todavía hay quienes parece que te obligan a dar las gracias porque tienes un trabajo, cuando hay seis millones que no, y que difícilmente lo alcanzarán a lo largo de este año 2013 que ahora se inicia. Como si tuvieras que demostrar cada día tu profesionalidad y tu oficio. He visto las miradas de muchas personas miedosas por la posibilidad de perder un empleo. Les he visto aferrarse al canto de un diente, pese al mileurismo y la injusticia, porque de ese trabajo depende una familia. He visto jubilados renunciar ahora a lo que podía ser una vida medianamente holgada por el temor a que sus hijos, a que sus nietos, pierdan los recursos que todavía les quedan para vivir.

Detrás de cada uno de ellos, igual que detrás de nosotros mismos, hay decenas de historias. Nos hemos podido equivocar muchas veces, pero nosotros no somos los culpables de la mala situación de esta sociedad. Es más, son precisamente los ciudadanos los que la están sustentando, los que han generado un movimiento solidario para aquellos que se dejaron llevar de los arrumacos de las entidades financieras y han perdido ahora su vivienda, para trabajadores y empresarios que vivieron pensando que el futuro sería igual que el presente y ahora acuden a los comedores sociales, como los dos que abren sus puertas diariamente en Burgos. O los muchos voluntarios que procuran atender a aquellos desfavorecidos que en algún momento pueden ser ellos mismos, sus familiares o sus vecinos. Claro que hay culpables, los que gestionan o gestionaron mal el dinero público, aunque siempre serán otros los que carguen con sus errores. Hay administraciones donde todavía no se han recortado altos cargos, y sí el resto. Por qué es tan difícil terminar con las duplicidades y tan fácil eliminar todas las oposiciones. Todavía me pregunto a inicios de 2013 por qué sigue el Senado, cuando a lo largo de más de treinta años no ha demostrado todavía el motivo de su existencia, salvo para la jubilación de algunos de los ‘próceres’ de este país. Sé, porque he hablado con algunos, que hay políticos también a los que les duele España, como le dolía a Unamuno. El Rey, ahora también cuestionado, porque no solo hay que parecerlo, habló en su intervención navideña de esa política, con mayúscula. Pero quizá su voz no haya llegado en el mejor momento.

Sigo queriéndome acordar de la gente corriente, de los que afrontarán 2013 todavía con incertidumbres, de aquellos chavales que no han encontrado todavía su primer empleo, para que no pierdan la ilusión, de otros a los que les da respeto viajar al extranjero como lo hicieron sus conciudadanos en los años sesenta y setenta sin conocer idiomas y con la mochila vacía, a los abuelos que se han convertido en el sostenimiento de muchos hogares, y en familias enteras que se han hecho fuertes pese a las dificultades. Por ellos alzaré mi copa junto a mi madre, que como tantas madres han sido ejemplo de austeridad, de trabajo, de unión y de cariño. Y pese a todo, feliz 2013.