Ciudad Europea del Vino

Lo primero, no me gusta el vino. Esto no viene en los genes, porque a mi padre le encantaba y tuvimos ocasión de llevarle buenos ‘riberas’. Pero tengo muy claro que hay que apoyar en la medida de lo posible la candidatura de Aranda de Duero para Ciudad Europeo del Vino 2017, que se decide a finales de esta semana. En la batalla, la capital ribereña cuenta con tres rivales, también fuertes y buenos vinateros, como son Cambados, Vilafranca del Penedés, y la Palma del Condado. Todos han programado ya numerosas actividades y suman buenos aliados. El día 4 veremos quién contará con el apoyo definitivo de esta Red Europea, creada para promover la cultura del vino y el enoturismo en toda Europa. Para ello también surgió este concurso en 2012, de carácter rotatorio, por lo que cada año las ciudades candidatas proceden de un solo país, de los 11 miembros, que se traducen en un total de 800 ciudades de toda Europa.

No me gusta el vino, pero reconozco que soy la excepción que confirma la regla. La inmensa mayoría de mi entorno no solo bebe vino, sino que lo paladea y lo disfruta y algunos hasta destacan los finos olores entre las diferentes viñas, mientras giran varias veces la copa. Los vinos españoles lideraron en 2015 las exportaciones mundiales, al representar un 23 por ciento del mercado global, y aumentaron un 4,4 por ciento su valor respecto al año anterior. Por el otro lado, Estados Unidos se ha consolidado como el mayor consumidor mundial, y ahí llega nuestro vino, y en buenas cantidades. Y lo mejor de todo, el país más poblado del mundo, China, esta reanudando el consumo tras una caída de 2013 y 2014. Y también con ‘riberas’ que alcanzan el mercado asiático, e iniciativas burgalesas, como los Gabrielistas, que quieren establecerse de una forma más continua, y de ahí que en su Escuela nos vayamos encontrando con chinos ya bodegueros de esta tierra.

Todo aquello relacionado con el vino está creciendo de una forma exponencial en muchos lugares del planeta. Además, en países con millones de consumidores. Y España es también líder en viñedos, con un 13,6 por ciento de la superficie mundial.
Junto a la cantidad, la calidad, y aunque en este área la competencia es enorme con buenos caldos en todos los continentes, la posición de Ribera del Duero siempre ha ido a más y consolidándose.

Pero no solo es formar parte de una denominación de origen estrella lo que aportaría Aranda como Ciudad Europea del Vino , también la pujanza del enoturismo en algunas de sus bodegas destacadas es una oportunidad mayor para dar a conocer un territorio también lleno de patrimonio e historia y que aprovechó Las Edades para ponerse a punto.

Sería un buen impulso el título. Así que si aún no ha votado, está a tiempo en la página web de Recevin, la organización que lo asume.

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