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Serrat, en Burgos

 

Este año 2021 el long play Mediterráneo de Joan Manuel Serrat cumple 5 décadas desde su publicación. Medio siglo de una de las obras musicales mas importantes de la historia del pop moderno. Hace tres años el cantautor catalán quiso dedicar a este disco una gira para celebrar la onomástica y la adelantó por si no llegaba a ella por diferentes motivos, sin saber que la pandemia iba a tener dos ańos a los artistas fuera de juego.

No es la primera vez que Serrat está presente en esta Página Par. No en vano forma parte de la Banda Sonora Original de muchísimas vidas. Recuerdo que el primer disco que compré fue precisamente Mediterráneo, con un jovencísimo cantante en la portada, azul. Pero mi memoria no llega al por qué de mi admiración por el. Tengo un amigo, que hace tiempo que no veo, que cantaba y tocaba la guitarra en esos años adolescentes en la pandilla. Quizá alguna de sus canciones fueran esas, pero no le veo con Barquito de papel, Tío Alberto o Aquellas pequeñas cosas, como si tengo en la memoria su interpretación de  Father and son de Cat Stevens, con quien se llevaba la admiración de las chicas, otra de las canciones de una BSO de mi generación .Mediterráneo es el disco del que la inmensa mayoría de sus seguidores se saben de memoria la letra de todas sus canciones.

El primer concierto al que acudí en Burgos también tiene su pequeña historia. Acababa de ser elegido alcalde Ángel Olivares con el voto de tres partidos que le permitía gobernar a los socialistas en coalición. Escribí una columna en la que animaba que después del silencio de muchos años se volviera a escuchar a Serrat en Burgos. Al poco recibí la llamada de la responsable municipal de Cultura y Festejos de que asi iba a suceder. Y cumplió su palabra. La derecha, ya se sabe, tenia todavía algunos ‘complejos’ difíciles  de eliminar. Luego ha ido cambiando.

Serrat llenó, como todos los que hizo después en diferentes auditorios de la capital, de la mano de la Fundación Caja de Burgos. Es buena gente y un gran artista, y una bonhomía que a sus 78 anos, los cumplirá en unos días, pasea por todos los escenarios. Le ha llevado a defender muchas causas como recientemente hizo en ‘El hormiguero’ con los ancianos. Dijo que está sociedad era cobarde y miedosa, que todo aquello que ignora lo maltrata, como es el caso de los viejos; que se les trata como a clinex, se les usa y se desprende de ellos, se les desprecia. Añadió que el forma parte de ese clan de mayores y que levanta todas sus banderas por ellos. Propuso formar un partido político ‘porque nos une una idea, reclamaciones y maltratos’ . Fue clarísimo en la lucha por esta causa.

Ahora que ha decidido hacer su ultima gira, Burgos todavía no esta en la lista de los lugares donde tocará. El auditorio se quedaría pequeño y desconozco si el Coliseo tiene ya la acústica que merece un genio de la música. Ojalá se encuentre una fecha y un lugar. Gracias a Dios que seguirás escribiendo canciones.

 

Ella baila sola

Si hay dos grupos que me hubiera gustado que volvieran a las tablas serían Ella Baila Sola y, por supuesto, Mecano. Nunca perdí a ilusión por ello. Los demás, Los Secretos, La Oreja de Van Gogh, Estopa, Hombres G… por ahí siguen dando el callo entre jovenzuelos.

Ella Baila Sola ha vuelto, parece que ni ellas saben por cuánto tiempo. Retomarán sus canciones Amores de barra, Cuando los sapos bailen flamenco, Cómo repartimos los amigos… que les hicieron a Marta y Marilia ser candidatas a un Grammy Latino. A los nostálgicos nos hará todavía rememorar esos tiempos pasados que pudieron ser mejores.

De Mecano todos dicen que nunca reaparecerán. Que no será por dinero, del que todavía cobran por sus canciones, y tampoco por fama. Pero hay millones de seguidores, que han crecido con ellos y algunas de las etapas de sus vidas está marcada por la letra de sus composiciones, y todos piden un regreso triunfal como el de Simón y Garfunkel en Central Park, aunque solo fuera para un adiós definitivo. Cada uno de los tres vive bastante lejos de los otros. No se han encontrado ni para felicitarse, parece, pero Nacho no deja de intervenir en ocasiones puntuales, también José María, al que acompaña su hijo, en algunos conciertos de grupos ilustres como Maná, y Ana Torroja que no ha dejado de girar y publicar. Pero por ellos pasan los años más rápido y no hay que perder la esperanza que se decidan porque habrá quien ponga el cheque con algunos ceros.

Quien regresa también a la televisión después de unos cuantos años –que ha estado dedicado a la música y a la producción detrás de las cámaras- es Emilio Aragón, por qué no, debió preguntarse si lograba audiencias millonarias. Un canal privado le ha ofrecido un programa para mostrar la Banda Sonora Original de nuestras vidas (BSO) y ya está grabando. Habrá que verlo. Echo de menos el de Bosé con Séptimo de Caballería.

Todavía son respetados los que peinan canas, porque Serrat o Perales a los que la pandemia frenó un montón de conciertos, siempre cuelgan el ‘No hay entradas’. O Sabina, o el jefe Bruce y su banda, del que constantemente se quiere verle en el escenario y aún más tras crear ‘Letter to you’ además su posible candidatura al premio Princesa de las Artes en una tierra que le quiere y donde siempre que puede acude.

Ahora que va subiendo la edad media para que te llamen joven. ¿Se imaginan hace cuarenta años que se dijera a uno de cincuenta que era joven? Actualmente ocurre con toda normalidad. Y así nos va como nos va. Que se cree que cada uno puede hacer lo que quiera y aunque lleve horas de gimnasio o elíptica a sus espaldas su cuerpo no es lo mismo.

Pero bien hallado sea el regreso de Ella Baila Sola. Particularmente estoy encantado. A Marilia ya la vi no hace mucho cuando vino al MEH y su voz sigue siendo fabulosa.

 

Más de cien mentiras

Unos cuantos lectores de esta Página Par me han preguntado quién era Nina Simone, otros ya habían calculado la edad del columnista basándose en sus gustos musicales, ciertamente son los de toda una generación. Como algunos de los políticos que dirigen nuestras vidas uno es bastante previsible, aunque también es cierto que eso no es incompatible con intentar ser un forofo de la innovación y las buenas ideas, que son las necesarias en los momentos de penuria económica para salir adelante.
Genios parece evidente que no hay muchos para admirar, aunque si volvemos a la música, también soy un enamorado de la mayoría de las letras de Joaquín Sabina, porque también dan razones para seguir viviendo, y no desde luego superficiales y nimias. “Más de cien palabras, más de cien motivos  para no cortarse de un tajo las venas,  más de cien pupilas donde vernos vivos,  más de cien mentiras que valen la pena”.
A buen seguro que la mayoría de ustedes coinciden con ello, con que: “Tenemos memoria, tenemos amigos, tenemos los trenes, la risa, los bares,  tenemos la duda, y la fe, sumo y sigo,  
tenemos moteles, garitos, altares.  Tenemos urgencias, amores que matan,  tenemos silencio, tabaco, razones;  tenemos Venecia, tenemos Manhattan,  tenemos cenizas de revoluciones”.  
 
A pesar de eso, de las cien mentiras de Sabina, todavía nos deben faltar aún más razones, porque parece que gran parte de la sociedad se ha anestesiado o adormecido y del 15 M, por señalar un ejemplo, o los diferentes movimientos sociales que emergieron por el planeta, no parece haber quedado nada, salvo algunos soñadores o determinados grupos en las redes sociales que todavía se mantienen vivos merced a la ilusión de unos cuantos.
La economía ha golpeado y duro. Nos hemos vuelto más individualistas, aunque paradójicamente la generosidad con algunas ONG también se ha multiplicado. Sin embargo, hay también aspectos positivos que nos ha traído la crisis y es que parece que va a acabar con la cultura del derroche en las personas y en las instituciones y quizá ponga más la imaginación a trabajar, y por fin esos jóvenes sobradamente preparados puede que si se arriesgan tengan posibilidades para crecer. No deberíamos mirar tanto a los políticos sino ponernos en marcha una sociedad civil que supera con creces la capacidad de muchos de nuestros gobernantes (hay otros que merecen la pena pero a veces sus propuestas son aplazadas).
Pero en todo este enjambre también surgen optimistas por convicción que buscan todos los días motivos para celebrar, o personas encantadasp por su profesión (en el Museo de la Evolución estoy rodeado de ellas, desde los monitores del propio centro a los guías de Atapuerca) que pese a la precariedad de muchos de sus trabajos, cada día se presentan como si comenzaran de nuevo, o padres de familia que intentan como pueden que sus hijos no crezcan con las mismas dificultades que ellos tuvieron.

Y como dice Sabina: “Tenemos proyectos que se marchitaron, crímenes perfectos que no cometimos, retratos de novias que nos olvidaron y un alma en oferta que nunca vendimos”.  Todavía hay tiempo para la esperanza.