Un sueño

Fue una tarde de agosto de hace poco más de 20 años cuando San Lorenzo decidió arrojarse al vacío. La noticia corrió como la pólvora. Se había hecho trozos pero no había provocado ningún disgusto, salvo que la figura del siglo XVII tendría que ser sustituida, y fue el punto de partida de una respuesta ciudadana, institucional y empresarial sin igual.

Diario de Burgos, como en otras tantas ocasiones, cogió el testigo, comenzó a recoger miles de firmas de dentro y fuera de Burgos y de personajes destacados y patrocinó un concierto con Mike Oldfield como protagonista cuyos ingresos irían destinados a la rehabilitación de la seo, orgullo de los burgaleses, y patrimonio de la humanidad.

A Oldfield le siguió Bryam Adams, la Orquesta y Coros del Liceo y numerosas actividades culturales más. Pero donde más impactó fue en entidades de ahorro, empresas e instituciones privadas y públicas, que se han estado rascando el bolsillo en capillas, archivos, claustros… durante todos estos años, después de un Plan Director eficaz y el trabajo ímprobo del propio Cabildo Catedralicio y el aliento de los sucesivos arzobispos de Burgos.

Así, con ese impulso, ya desde la propia Catedral piensan que 2017 puede ser el año del fin de la rehabilitación integral. Hace unos días se ponía en marcha una nueva rehabilitación en la Capilla de Santa Catalina, restarían la capilla del Corpus Christi, los relieves del trasaltar y las vidrieras de la capilla de los Condestables, además de otras obras menores, para cambiar definitivamente por dentro y por fuera la imagen de nuestro emblema. A efectos prácticos tampoco estaría mal agilizar la ubicación de unos baños para las decenas de miles de turistas que cada año se acercan a Burgos con la seo como reclamo.

Cuando tanto se buscan ejemplos de colaboración público privada, el del caso de la Catedral ha sido nítido. También porque hay empresas que han sido constantes en su aportación y han participado en varias fases del proceso. Ellas son las culpables de que los visitantes se asombren cada vez que se acerquen al templo y repitan su recorrido. Y son personas que se gastan su dinero también en la ciudad de Burgos. Son más de 30 millones los invertidos en los trabajos, pero el retorno se ha multiplicado por mucho. Y la Catedral es una marca que atrae. Enhorabuena a todos los que han participado en este trabajo. Desde luego que en 2017, como bien dijo recientemente Gil Hellín, habrá que hacer una gran fiesta. Por todo lo alto.

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